"Los secretos son como la margarina: fáciles de extender, malos para el corazón". -- Stephanie
No conviene suponer nada sobre las dos madres en torno a las que gira este elegante thriller fresco y deliciosamente retorcido. Exteriormente, puede que todo se vea limpio y reluciente, pero nadie es lo que parece. En el centro de esta historia se encuentra una insólita protagonista para una cinta de serie negra: la aburguesada, alegre y práctica mamá vloguera Stephanie (Anna Kendrick). La animada búsqueda de Stephanie de la felicidad doméstica, la amistad y recetas geniales la conducen casualmente a una descabellada maraña de oscuros secretos y mentiras funestas cuando conoce a la ultraglamurosa madre Emily (Blake Lively).
Cuando Emily aborda inicialmente a Stephanie y la invita a ir a su casa para que sus hijos puedan jugar juntos, Stephanie siente una gran curiosidad. Emily resulta misteriosa y atrayente, con un estilo de vida superelegante: un trabajo en la ciudad, en el mundo de la alta costura, un marido escritor sexy y británico y una casa de exhibición impecablemente moderna. Stephanie se siente halagada cuando Emily parece aferrarse rápidamente a ella para convertirla en su confidente y nueva mejor amiga. Emily parece estar enterada de todo y Stephanie siente que ha logrado acceder a un mundo en el que sus sueños de mamá más extravagantes se hacen realidad.
"Necesito un sencillo favor", dice Emily una tarde. Sin dudarlo, Stephanie acepta encantada recoger al hijo de Emily, Nicky, al salir de clase y llevárselo a casa con ella. Sin embargo, lo sencillo se vuelve complicado cuando Emily desaparece por completo, dejando a Stephanie con su hijo y sin una sola pista. Siguiendo su propio credo de "mamás, hacedlo todo vosotras mismas", Stephanie decide encargarse, con la ayuda de sus seguidores de las redes sociales, de localizar a su amiga desaparecida. No tiene ni idea de lo enrevesado que se volverá el misterio a medida que se vean puestos a prueba los límites de la amistad y la fidelidad y se destapen verdades escabrosas. Stephanie se dispone a emprender un viaje oscuro y estresante lleno de engaños, duplicidades y transgresiones, incluidas las suyas.
El director de UN PEQUEÑO FAVOR, Paul Feig ("La boda de mi mejor amiga", "Espías", "Freaks and Geeks"), que deja de lado en esta ocasión las taquilleras comedias por las que es famoso, construye el filme como un thriller de suspense lleno de giros, pero también como una jugosa sátira de nuestro constante empeño por vivir la experiencia impecablemente seleccionada del siglo XXI. La productora Jessie Henderson, que también produjo "Espías" con Feig, comenta: "Esta película se resiste realmente a las comparaciones, que es lo que le va a gustar a la gente de ella. Hay partes que puedes aislar y comparar con otras cosas pero, en última instancia, se trata de algo verdaderamente nuevo y fresco, con influencias de muchos géneros".
El atractivo de UN PEQUEÑO FAVOR para Feig era que parecía tener todos los ingredientes -una trama emocionante, una imaginación diabólica, humor irónico, personajes con inacabables complicaciones psicológicas y un entorno suburbano engañosamente sereno- para permitirle jugar con el formato que cabe esperar del thriller. "Me encanta manipular los géneros, las reglas preconcebidas de los mismos y los tropos del cine para divertirme más con ellos", señala Feig. "Cuando me llegó UN PEQUEÑO FAVOR, pensé: '¡Bingo! Esto es lo que buscaba'. Los thrillers siempre han sido algunas de mis películas favoritas de ver, así que estaba encantado de jugar con la construcción, y Stephanie es uno de mis personajes preferidos de cuantos he tenido ocasión de llevar a la pantalla".
Feig veía en Stephanie la oportunidad de darle un giro a la típica imagen del héroe cínico y duro del thriller. El director aporta: "Es alguien a quien todos conocemos: la madre cuya vida gira por completo en torno a agradar a la gente, que siempre está haciendo cosas buenas por los demás y de la que se aprovechan por ello. Lo que más me interesaba era que el público se pusiera de su parte mientras descubre la oscuridad que la rodea".
Para Anna Kendrick, interpretar a Stephanie mientras aplica su actitud alegre a las maquinaciones humanas más siniestras supuso un ejercicio único de malabarismo con el que disfrutó enormemente. "Se trata de una historia que mezcla géneros, con grandes dosis de comedia, un asesinato con misterio, giros, imprevistos y sorpresas. Stephanie es sin duda uno de los personajes más optimistas que he interpretado nunca, aunque también es cierto que se hace mucho la loca y prefiere ignorar la realidad del mundo en que vive, pero se ve obligada por las malas a abrir los ojos y descubrirla, empezando por el momento en que Emily desaparece, que es en parte lo que lo hace tan divertido", opina Kendrick.
Feig señala que el delicado equilibrio de la película, entre el humor y el frenesí social y psicológico, lo llevó a explorar terrenos nuevos, que era exactamente lo que quería. "La película es sin duda graciosa, pero también te lleva por una amplia gama de emociones y grandes giros e imprevistos que no había explorado nunca. Y la oportunidad de hacerlo es gracias enteramente al asombroso texto original de Darcey Bell, el trabajo de la guionista Jessica Sharzer, nuestro increíble reparto, así como el talento de nuestro equipo técnico, que colaboraron todos para contar esta historia".
De la risita al grito: Una adaptación no tan sencilla
La novela de debut de 2017 de Darcey Bell "Un pequeño favor" llamó rápidamente la atención como una de las lecturas más adictivas del año, que mantenía a los lectores en pie hasta altas horas de la noche pasando frenéticamente las páginas. Aunque los críticos la compararon con la novela de Gillian Flynn "Perdida (Gone Girl)", también destacaba como algo inconfundible y de plena actualidad dado que, entre su enmarañada red de traiciones y venganza, también había un incisivo análisis de una mamá bloguera que intenta orientarse en el abrumador mundo de la maternidad moderna, con todo su feroz proteccionismo, competitividad en las redes sociales, soledad, envidia y el interminable empeño por conseguir que todo resulte absolutamente perfecto.
Con giros tan inesperados y una historia tan sumamente cinematográfica, los derechos cinematográficos se vendieron antes incluso de que el libro saliera a la venta. Poco después, la guionista Jessica Sharzer ("Nerve, un juego sin reglas", "Speak", "Dirty Dancing") empezó a trabajar en la adaptación. Desde el primer momento, Sharzer quería darle un giro radical a la historia de la mujer en peligro que se ha convertido en un tópico del mundo del entretenimiento. En su lugar, juega con nuestra familiaridad con la estructura, pero también la subvierte.
"Ha habido muchas de estas historias enrevesadas con narradores no fiables", admite Sharzer, "pero lo que me encantaba del libro de Darcey era que adopta una actitud distinta. El libro mantiene en todo momento un tono claramente irónico y eso era lo que más me interesaba plasmar. Quería que la película se metiera de lleno en el género, incorporando giro tras giro, pero haciéndolo siempre de manera muy consciente".
Si bien Sharzer adoptó un enfoque travieso con el vertiginoso ritmo narrativo de la historia, también estaba encantada con la riqueza de los temas subyacentes. "Se trata de una historia sobre la naturaleza de los secretos, cómo se extienden, influyendo en nuestras relaciones y nuestras vidas", plantea, "pero también trata sobre las elecciones de las mujeres".
Ese era el tema que más inspiraba a Sharzer, que sustenta la creciente popularidad de las historias de serie negra domésticas como fenómeno cultural, según el cual a las mujeres se les exige que elijan el papel que quieren desempeñar en su vida y además se las penaliza por salirse de dichos papeles. Sharzer prosigue: "Me gusta que esta historia examine cómo distintas mujeres deciden entre carrera o hijos. ¿Qué compromisos asumimos en ambos casos, y qué perdemos al hacerlo? Estas son conversaciones que tengo todo el tiempo con mis amigas. Son conversaciones importantes y me resulta emocionante que un thriller pueda tratar esas ideas", observa. "En Stephanie y Emily encontramos a dos mujeres muy distintas: una madre ama de casa y una ambiciosa mujer de carrera, que jamás habrían sido amigas de no haber sido por sus hijos. Me interesan mucho esas distinciones y la forma en que las mujeres se siguen viendo obligadas a elegir entre una opción u otra".
Para hacer el filme visualmente más interesante, Sharzer transformó a Stephanie de bloguera a vloguera. Mientras el libro cambia de punto de vista, Sharzer decidió mantener a Stephanie como el centro de la acción en todas las escenas. Y así, la observamos mientras su imagen de mamá entusiasta se ve obligada a capear una implacable tormenta de sospechas, catástrofes y guerra psicológica. El afecto de Sharzer por Stephanie era marcado. "Me encanta porque en ciertos aspectos es muy friki", comenta riendo. "Se esfuerza mucho, pero aun así sabe que las demás madres se burlan de ella. Los seguidores de su videoblog son realmente sus únicos amigos, pero no son amigos reales. Así que se siente sola, además de angustiada por los pecados de su pasado, y todo eso ha conformado su deseo de convertirse en la madre perfecta".
Dicho esto, la astuta, ambiciosa y tremenda Emily -el contrapunto oscuro de Stephanie- fue igualmente divertida de escribir. "Emily es sumamente moderna y elegante, pero también es una fachada. Curiosamente, tanto Emily como Stephanie tienen pasados oscuros, pero los ocultan de formas muy distintas: Stephanie prepara galletas sanas y Emily trabaja en la alta costura, todo es cuestión de apariencias y del aura que las rodea", explica Sharzer.
Todo avanzó muy rápido desde el momento en que Sharzer se hizo cargo de la adaptación, hasta el inicio del rodaje. Se sintió especialmente satisfecha de que Feig asumiera la dirección, dado que le encantaban sus comedias centradas en mujeres. "Me sentí muy afortunada, porque en la obra de Paul se puede ver que tiene verdadero talento para explotar lo que hace graciosas a las mujeres, pero nunca de manera bidimensional ni cruel", observa.
Feig se quedó impresionado la primera vez que leyó el guion de Sharzer. "Recuerdo estar en el jardín trasero de mi casa, sentado en una cómoda silla, repitiendo una y otra vez mientras leía: 'Oh, cielos, oh, cielos'. Esa sensación no se me pasó en ningún momento, la verdad, y se convirtió en mi principio rector a lo largo de todo el proceso de creación de la película".
En el guion de Sharzer, Feig encontró una rara oportunidad de conseguir cambiar la percepción de los espectadores. "A menudo se tiende a encasillar a las mujeres de manera muy concreta. Esta es la 'esposa beatífica' o esta es la 'arpía mandona', pero en esta película puede que pienses que Stephanie es la 'mamá alegre' de la que te quieres burlar, pero luego empiezas a darte cuenta de que tu percepción tal vez no sea muy correcta. Stephanie tiene otras facetas y toda una serie de secretos. Me encantaba la idea de que estén constantemente dejándote descolocado", asegura Feig, así que se aferró a esa idea y la llevó hasta sus últimas consecuencias.
El productor ejecutivo Mike Drake ("Riddick") opina sobre el enfoque de Feig: "Paul tenía una forma de ver la historia que era cualquier cosa menos un thriller sin más, sino que la dotaba de capas extra de intriga y ligereza. Paul está sumamente entregado al arte de la narración y además tiene a una magnífica socia creativa en Jessie Henderson, la productora de la película. Ambos tienen muy claro lo que quieren y eso fue lo que atrajo del proyecto a nuestro excelente reparto".
Mientras que Feig explotó el humor resultante de enredar a Stephanie, con su alegre personalidad, en una maraña de tenebrosos misterios, también estaba completamente comprometido a llevar el suspense del filme a su máxima expresión. Toda la película se desarrolla en un tono que puede pasar de la risa al grito en un suspiro.
"Me encantan las películas en las que te pasas la mitad del tiempo riendo y la otra mitad con los pelos de punta", asegura Feig. "Se parece mucho a la vida real. A menudo piensas: '¿Esta persona va en serio? ¿Hay más de lo que se ve a simple vista?'. En esta historia, se te pasan todas esas ideas por la cabeza".
Para aumentar aún más el contraste entre lo gracioso y lo escalofriante, Feig decidió filmar la película como si se tratase de una comedia burguesa bañada por el sol en lugar de un crudo drama, pese a toda la paranoia y la adrenalina que impregnan la historia. "En este filme, suceden cosas emocionantes a plena luz del día, en lugar de en cuartos oscuros con escasa luz", señala. "En los suburbios, no hay mucho donde esconderse entre las paredes blancas y las amplias ventanas. Se ve qué es lo que sucede, al menos a simple vista. Eso es lo que lo hace tan divertido".
Madre contra madre: Kendrick contra Lively
Anna Kendrick ya es conocida por su amplio registro. Aun así, el papel de Stephanie era algo completamente diferente para ella. Puede que Stephanie tenga ciertas cualidades en común con Kendrick, como su exuberancia y su afabilidad de mujer corriente, pero su interpretación tiene mucho más, ya que Kendrick la dota de un humor travieso, así como de complejidad emocional y una bravura desatada.
Para Feig, no había sencillamente otra actriz para el papel: "Me encantan todas las interpretaciones de Anna, pero sobre todo me entusiasma cuando encarna a gente que es dulce, amable y sincera, y esa es Stephanie. Cada vez que aparece en la pantalla, te deja encandilado", opina. "Y aun así, también posee un lado muy mordaz, que es desternillante, así que sabía que Anna se aseguraría de que Stephanie no fuera una pusilánime".
Feig agrega: "Stephanie experimenta la mayor transformación de toda la película, porque empieza como la que creemos que es la mamá perfecta pero, cuando cree que se la han jugado, es cuando empieza a abrirse y adoptar los mejores atributos de Emily: el empuje, la ambición, el no aceptar un no por respuesta. Se vuelve más escéptica sobre la naturaleza humana y le saca el máximo partido. Lo que me encanta del trabajo de Anna es que, para el final de la película, sientes que es verdaderamente una persona distinta".
Kendrick le hincó el diente a un personaje al que parecía no importarle más que lo exquisito, lo mono y lo esponjoso, pero que reprime un profundo abismo de miedos, pesares y emociones que es necesario afrontar. Jessie Henderson aporta: "Resultaba verdaderamente impresionante ver a Anna convertirse cada día en Stephanie. Tiene toda una serie de microexpresiones asombrosas con las que es capaz de expresar mucho. Es muy cariñosa y te sientes atraída por ella, pero desvela con mucho cuidado las grietas internas de Stephanie de una manera que resulta a la vez sutil y emocionante".
Fue Feig quien convenció a Kendrick para que aceptara el complicado papel. La actriz recuerda que, en cuanto empezaron a hablar, "supe que UN PEQUEÑO FAVOR iba a ser una película que mezclara géneros". También le gustaba que, dentro de toda esa fluidez de géneros, las vidas de las mujeres son el centro de atención. "Las mujeres tienen relaciones sumamente complicadas, confusas y llenas de matices, así que es genial tener la oportunidad de explorar bien eso en un thriller tan emocionante".
Para Kendrick, el placer de interpretar a Stephanie estaba en escudriñar todo lo que hay tras su imagen despreocupada en las redes sociales. Kendrick señala que, por mucho que juegue a ser detective tras la desaparición de Emily, no deja de ser también una madre soltera nerviosa y solitaria, con un pasado que quiere desesperadamente mantener oculto. "Stephanie es optimista y siempre ve el lado bueno de las cosas, así que puede resultar un poco insufrible", admite riendo Kendrick. "Pero creo que también hay verdadera tristeza en ella, porque la verdad es que se siente muy sola. En lo que se refiere a su relación con Emily, está dispuesta a aguantar muchos malos tratos porque son preferibles a su soledad. Y Stephanie también busca la validación de Emily. Creo que es algo por lo que pasan muchas mujeres hasta cierto punto en algunas amistades".
El espacio que Feig le dio a Kendrick para explorar los numerosos recovecos de Stephanie permitió ampliar aún más la interpretación. "Fue estupendo trabajar con Paul, porque hace que sientas que no puedes equivocarte", opina la actriz. "Puedes probar cualquier cosa y verle su valor, así que es una experiencia muy liberadora".
Otro punto álgido para Kendrick fue establecer esa complicada y cargada relación con Blake Lively. "En la vida real, Blake es sumamente dulce, abierta y cariñosa, así que fue asombroso para mí verla exhibir su lado oscuro y divertido como Emily", asegura Kendrick.
Lively estaba igualmente entusiasmada de ver a Kendrick. "Anna puede tomar el acto más sencillo y hacer que resulte electrizante. Es verdaderamente encantadora, inteligente y elegante", afirma. Para Lively, la película supuso una oportunidad de probar algo inesperado. "Con Emily era la primera vez que tenía ocasión de interpretar a una villana, lo que fue divertido y en cierto modo delicioso", comenta.
Lively considera que la historia recuerda a la Era Dorada de los thrillers de Hollywood, con su teatralidad con toques de humor, pero también con su inquietante trasfondo. "UN PEQUEÑO FAVOR me recordaba a algunas de mis películas favoritas de otros tiempos, aquellas en las que no sabes qué va a pasar hasta el ÚLTIMO momento", aporta. "Me encantan 'Laura', 'Luz de gas', '¿Qué fue de Baby Jane?', 'Eva al desnudo'... UN PEQUEÑO FAVOR rinde homenaje a esas películas de suspense hiperestilizadas y emocionantes, con un argumento muy tenso y personajes que son deliberadamente un poco exagerados".
La actriz continúa: "Tenemos distintas versiones de nosotros mismos que mostramos al mundo: nuestra 'personalidad' de las redes sociales frente a cómo somos en casa, cómo somos en casa frente a cómo somos en el trabajo, etc. Creo que en esta película se examina todo eso de una forma muy interesante, quiénes somos frente a cómo pretendemos ser ante los demás. A las mujeres se las educa para que se esfuercen por mantener un cierto nivel de perfección, ya sea exterior o interior, pero todos somos imperfectos y esa es una conversación mucho más interesante para mí que la perfección. Exponer nuestro verdadero ser es algo que en última instancia acaban haciendo los personajes de esta película. Y eso hace que te gusten mucho más".
Interpretar a Emily suponía explorar grados extremos de confianza y manipulación, pero también de confusión psicológica. Por triunfadora y controladora que sea Emily, su vida resulta ser de todo menos estable. "La primera vez que vemos a Emily, resulta muy provocadora e imperturbable, pero luego descubrimos que también es increíblemente vulnerable", explica Lively. "Su personalidad posee múltiples facetas. Ha llevado múltiples y peligrosas vidas. Es como un gato. O sea, un gato con un traje de tres piezas".
Lively llevó al extremo esa cualidad escurridiza casi felina. Feig comenta sobre su interpretación: "Fue muy divertido ver a Blake meterse por completo en este personaje tan oscuro, porque siempre ha sido conocida por interpretar personajes que adoras. Ahora hay ocasión de ver a Blake de una forma que no la hemos visto nunca. Se esforzó al máximo y lo clavó".
La profunda fascinación de Lively por Emily y sus distintas facetas la llevó a colaborar en su peluquería, maquillaje y vestuario, lo que fue todo un placer para la reconocida amante de la moda. "Blake es una persona muy creativa y aportó muchas ideas propias sobre el estilismo de su personaje para los distintos cambios que sufre durante la película, desde el más sofisticado al más crudo", comenta Henderson.
Desde el primer momento, Lively supo cómo quería que los espectadores vieran por primera vez a Emily como atrevida y transgresora, antes de que su fachada se venga abajo y desvele una personalidad completamente distinta. "Cuando leí el guion, sentí que necesitábamos ajustar a Emily para darle una imagen emblemática que no fuera la del libro ni la del el guion. Una imagen que todas las personas que la conocían podrían esperar de ella. De ese modo, si alguna vez necesitaba desaparecer, resultaría mucho más fácil. Es un enigma. Nadie sabe nunca qué hará a continuación. Así que, si despierta unas expectativas, y la gente cree conocerla, o que puede predecirla, entonces tiene la libertad para cambiar de marcha en cualquier instante con mayor facilidad. No fue sencillo idear algo que no se hubiera hecho un millón de veces. Algo que fuera muy específico de ella, casi como si fuera una caricatura de sí misma. Quería que tuviera una imagen tan inconfundible como la que ha creado Paul Feig para sí mismo en su vida.
Así que entonces se me ocurrió: '¿Por qué no me visto exactamente como Paul?'. No la versión sexy "femenina", con la camisa desabrochada, sino la versión con el traje de tres piezas, la camisa abotonada, pajarita, pañuelo en el bolsillo y gemelos. Quería ir en contra de los tópicos de la sexualidad femenina, porque creo que no hay que estar siempre mostrando piel para reflejar sexualidad. Eso es algo que surge del interior. La intensidad del personaje ofrece todo eso, con piel o sin ella. Así, cuando ves algo de piel aquí y allá, resulta más escandaloso y voyerista. Tiene mucho más impacto. Y ella lo sabe. Todo es cuestión de poder para ella, cómo esgrime su poder sobre los demás y juega con ellos. Es un personaje muy divertido".
Para el productor ejecutivo Mike Drake, el tira y afloja entre Lively y Kendrick sirvió para dar vida al guion de formas que nadie podría haber imaginado. "Ambas actrices contaban con un material estupendo al que hincarle bien el diente en esta historia. Creo que se puede ver lo mucho que disfrutaban ambas explorando las distintas facetas de sus personajes, dejando que los espectadores descubran la verdad", resume.
Los actores del reparto
A medida que los mundos opuestos de Stephanie y Emily empiezan a enredarse, también lo hacen sus familias, lo que condujo a un estimulante proceso de casting para encontrar nuevos talentos que las interpretaran. Uno de los papeles más complicados de elegir fue el del apuesto pero desilusionado marido de Emily, Sean, que parece confuso por su desaparición y recurre cada vez más a Stephanie en busca de consuelo, apoyo y... más.
Para interpretar el papel, a un mismo tiempo atractivo y peliagudo, Feig eligió a Henry Golding, un actor británico-malayo que se está dando rápidamente a conocer, al que también se puede ver este año protagonizando "Crazy Rich Asians (Locamente millonarios)". "Henry es apuesto, tiene una voz preciosa y un estilo innegable, pero, lo que es más importante, también es un actor entregado y con mucho talento", asegura el director. "Está listo para explorar hasta la última palabra de los diálogos de Sean y desde el primer momento pensé: 'Este tipo va a ser una gran estrella'".
Para Golding, el inestable triángulo entre su personaje, Emily y Stephanie resultaba fascinante. "Me cautivaba la cambiante dinámica entre los tres y cómo cambia drásticamente en determinados momentos a lo largo de la historia", comenta. "También me cautivaba Sean, un escritor en apuros que encuentra un nuevo aliciente en su vida cuando su mujer desaparece".
En cuanto a lo que atrae a Sean tanto de Emily como luego de Stephanie, Golding explica: "Sean fue en otro tiempo un autor famoso y la comidilla del barrio en Nueva York, lo que hizo que Emily se interesara por él. Era muy seductora, fuerte e intensa, pero se convirtió en una relación tóxica, porque ella acabó convirtiéndose en todo su mundo cuando él dejó de escribir. Cuando Emily desaparece y Sean está tan consternado, encuentra compasión y consuelo en Stephanie, y eso es algo que nunca había experimentado".
Golding y Feig hablaron de la sofisticación de Cary Grant como modelo para el personaje, pero Golding también afirma que Kendrick y Lively sacaron lo mejor de él. "Anna y Blake son fuerzas a tener muy en cuenta", reflexiona. "Naturalmente, me ponía nervioso trabajar con ellas, pero no hicieron más que brindarme todo su apoyo. Para mí fue una maravilla verlas trabajar. Consiguen que te creas cada giro y cada sorpresa".
A esos giros y sorpresas contribuyen los puntos de vista más inocentes del hijo de Stephanie, Miles, y el hijo de Emily, Nicky, que se hacen eco ambos de la rivalidad de sus madres a medida que se van complicando las cosas. Se encargan de interpretar estos complicados papeles los noveles Joshua Satine (que encarna a Miles) e Ian Ho (que hace de Nicky), que consiguieron sus papeles a través de audiciones. "Ambos son actores estupendos que se convirtieron en sus personajes", aporta Feig sobre los jóvenes. "Nicky es una fierecilla que sabe más de lo que nadie cree, mientras que Miles es como una extensión de Stephanie, teniendo en cuenta que Stephanie le ha ocultado cualquier cosa triste y oscura".
Jessie Henderson quedó igualmente impresionada con las estrellas infantiles. "Joshua e Ian son tan jóvenes que resultó realmente impresionante que fueran capaces de aprenderse sus líneas y mucho menos de dotarlas de tanta emoción. Tuvimos mucha suerte al encontrarlos, porque aportan autenticidad a la narración", opina.
El consumado reparto se completa con Andrew Rannells ("El becario", "Girls") como Darren, un padre criticón del colegio, Linda Cardellini, que ya colaborara con Feig en "Freaks and Geeks", es Diana Hyland, del misterioso pasado de Emily, Jean Smart ("Fargo", "24") es la excéntrica madre de Emily, la Sra. McLanden, Rupert Friend ("La muerte de Stalin", "Homeland") es Dennis Nylon, el jefe de Emily, que dirige el imperio de la moda que lleva su nombre, y Bashir Salahuddin ("Descontroladas", "GLOW") como el inspector Summerville, que investiga el caso.
Rannells llevaba tiempo en el punto de mira del equipo responsable del proyecto. "Considero que Andrew tiene mucho talento y hacía tiempo que Paul y yo queríamos trabajar con él", admite Henderson. "Interpreta a Darren como alguien que está un poco resentido y desconfía de lo que aportan todos los demás. Andrew lo interpreta maravillosamente y de una forma que resulta muy graciosa".
El papel de Darren es como si fuera el centro de una especie de coro griego, que también incluye a Sona (Aparna Nancherla, "Master of None") y Stacy (Kelly McCormack, "Killjoys"). Rannells explica: "Darren forma parte de un grupo de padres muy criticones y cotillas que tratan un poco mal a Stephanie. Ven a Stephanie como una especie de ama de casa perfecta a lo Martha Stewart, que siempre se está metiendo en todo lo que pasa en el colegio, para su horror. Siempre tiene algo apropiado para picar y los juegos apropiados, lo que hace que los demás padres piensen: '¡Cálmate!'. Darren y sus amigas se sientan al margen, haciendo comentarios maliciosos y criticando a Stephanie, hasta que empiezan a darse cuenta de que a lo mejor ella ha dado con algo".
Para Feig, trabajar con Cardellini suponía la oportunidad de cumplir el deseo que tenía desde hacía tiempo de volver a colaborar con la actriz. "Una de las mejores experiencias de mi carrera fue trabajar con Linda en 'Freaks and Geeks'", explica. "No habíamos tenido ocasión de volver a trabajar juntos desde hacía 17 años. Es una actriz estupenda y este personaje desde luego no es Lindsay de 'Freaks and Geeks', así que fue divertido verla convertirse en alguien oscuro e impredecible. Nos lo pasamos muy bien y siempre será mi héroe".
Cardellini señala que Diana Hyland tiene un papel catalizador para entender el pasado de Emily. "Toda la vida de Diana se derrumbó por culpa de Emily así que, cuando vuelve a saber de ella, es como verse perseguida por un fantasma. Experimenta una amplia gama de emociones en muy poco tiempo", describe.
Elegir a Jean Smart también fue uno de los puntos destacados del proyecto para Feig. "He tenido el privilegio de conocer a la asombrosa Jean Smart personalmente desde hace años y es una gran profesional. Aportó muchas ideas para su personaje", comenta, "incluida la idea de que la Sra. McLanden podría llevar un chándal caro, como si todavía estuviera intentando mantener una imagen de sí misma como si aún fuera rica y con clase, pese a vivir en la miseria".
Para Smart, el personaje fue muy divertido de interpretar. "Se trata de alguien que ha pasado por mucho y se ha ido un poco a pique", reflexiona Smart. "Y fue fabuloso tener la oportunidad de volver a trabajar con Anna Kendrick".
A la hora de elegir a quién encarnaría al extravagante Dennis Nylon, el equipo responsable del proyecto tuvo la suerte de que Rupert Friend leyera el guion y pidiera interpretar el papel. "El interés de Rupert me sorprendió", confiesa Feig, "pero en cuanto empezó a interpretar al personaje y ofrecer sus ideas, estuvo genial. Lo pasamos muy bien cambiando y ampliando su escena".
También forma parte de la historia el inspector Summerville, que intenta tanto localizar a Emily como tratar de descubrir por qué ninguna de las historias que le cuentan acaba de encajar. "Bashir Salahuddin está estupendo en el papel", opina Henderson. "Es increíblemente gracioso, pero además posee la presencia necesaria. Entre Stephanie y él hay una especie de juego del gato y el ratón, y parece que siempre aparece en el momento más inoportuno. Bashir intensifica la tensión de tal manera que no hace más que aumentar los nervios de Stephanie y de los espectadores".
Las apariencias engañan: El diseño
Ambientada en las aparentemente apacibles zonas verdes de Connecticut, UN PEQUEÑO FAVOR aporta una fachada distintivamente soleada y salpicada de color al más oscuro de los géneros cinematográficos. Desde el primer momento, Feig supo que quería jugar con la idea de una historia suburbana de serie negra del siglo XXI, y ofrecer un marcado contraste entre la belleza y ligereza del diseño visual del filme y los giros incesantemente turbulentos de la historia de Stephanie y Emily.
Feig colaboró con un equipo de primera para hacerlo posible. A la cabeza de dicho equipo se encuentra el director de fotografía nominado al Óscar John Schwartzman, conocido por su fastuoso trabajo en "Seabiscuit, más allá de la leyenda", "La roca", "Jurassic World" y "Pearl Harbor", entre otras muchas. Schwartzman, compañero de clase de Feig en la escuela de cine y amigo desde hace tiempo, disfrutó enormemente con su primera colaboración creativa.
Schwartzman y Feig empezaron a hablar desde el primer momento de cómo valerse y al mismo tiempo desviarse de las técnicas habituales del suspense. "Era importante seguir jugando con la idea de que nadie sabe qué está pasando realmente casi hasta el mismo final de la historia. Por eso no quise emplear el típico tratamiento esperado de las sombras en la pared del cine negro. Me pareció que era demasiado evidente y desvelaba demasiado", explica Schwartzman.
En busca de una forma diferente de provocar cierta paranoia, Schwartzman tomó la clásica cinta neo-noir de David Lynch de los años 80 "Terciopelo azul" como guía. "Me interesaban los colores alegres e intensamente iluminados de esa película y la tomé como inspiración", comenta el director de fotografía. "La idea con esta película era intentar no ocultar cosas en las sombras. Pongámoslo todo a simple vista y dejemos que los espectadores descifren toda la información".
Utilizando la nueva cámara de formato medio Panavision DXL con lentes Panavision Primo de 70 mm, Schwartzman también buscaba la inmediatez, sumiendo al espectador en plena confusión de Stephanie por la desaparición de Emily. También se divirtió utilizando los videoblogs de Stephanie como su propio elemento visual. "Queríamos que los espectadores se sintieran como seguidores del videoblog de Stephanie, así que le dije a Paul: 'Filmemos a Anna haciendo las escenas del videoblog y luego las volveré a grabar a una gran resolución, con un monitor muy grande'. Así es como conseguimos la textura de los píxeles", explica. "También hay pequeños guiños ocultos en cada uno de esos videoblogs, que los hacen muy divertidos. Y el tono de los mismos cambia a medida que avanza el misterio".
Feig comenta sobre los videoblogs: "Lo estupendo al principio es que los videoblogs te permiten contar con comentarios constantes de Stephanie, de modo que tienes ocasión de oír qué está pensando en voz alta y también ver cómo se presenta a sus seguidores. Pero luego el videoblog se convierte en algo más: un instrumento que Stephanie utiliza contra Emily, enviándole mensajes en clave que sus seguidores no captan".
Otro de los momentos destacados para Schwartzman fue filmar la casa de cristal imponentemente modernista de Emily, una localización descubierta por el diseñador de producción, Jefferson Sage, que lleva trabajando con Feig desde "Freaks and Geeks", lo que incluye "La boda de mi mejor amiga". Sage comenta: "La casa de Emily tenía que ser lujosa e impoluta. Está llena de espacios vacíos y huecos, y grandes ventanas abiertas con el juego de luz adecuado".
La producción tuvo suerte mientras localizaban exteriores. "La casa que acabamos encontrando tenía un asombroso suelo de hormigón que nos permitía meter las cámaras por todas partes", explica Feig. "Y tenía mucho espacio, lo que era importante porque John Schwartzman es el rey moviendo la cámara".
La gama de colores de la casa de Emily (blancos y grises fríos) son como un reflejo de la más humilde morada suburbana de alegres colores de Stephanie. "Las dos casas nos proporcionaban dos historias visuales claramente diferenciadas sobre quiénes eran esos dos personajes y de dónde provenían", apunta Sage.
Uno de los sets favoritos de Sage es la ruinosa mansión de la Sra. McLanden, filmada en los amplios e inquietantes terrenos de la antigua finca de un acaudalado empresario canadiense. "Ese set fue muy divertido de crear, porque la Sra. McLanden era rica, pero entonces lo perdió todo, así que queríamos una sensación de grandeza y dinero que se ha reducido a un montón de trastos. Es divertido, pero a la vez da miedo, y da la sensación de que se haya perdido algo".
Para Feig, la creación de Sage de las oficinas tipo galería de Dennis Nylon, que construyó partiendo de cero en un almacén vacío, fue lo más asombroso. "Creo que el set de Dennis Nylon es una auténtica obra maestra de Jeff", afirma el director. "La distribución abierta de la planta lo hace visualmente muy interesante mientras Stephanie se mueve a hurtadillas por ahí, ya que la deja totalmente expuesta al mundo".
Al igual que Schwartzman, Sage se divirtió saltándose las reglas. "Queríamos crear una gran tensión pero, al mismo tiempo, dejar que la gente se saliera un poco de la fórmula y pudiera reírse. Eso dotó al diseño de un giro emocionante, que nos permitía exagerar un poco el estilo de todo. Mientras que normalmente recibiríamos con los brazos abiertos todo lo que se oculta en los rincones de una habitación como un elemento real de la vida, en esta película limpiamos los rincones y lo dejamos todo inmaculado".
Sage también destaca que otro de los intereses insólitos de la película era mantener el ritmo fluyendo en todo momento. "Uno de nuestros grandes objetivos era hacer que todas las escenas de transición fueran tan visualmente impactantes como la acción principal. De ese modo, se pasa de una escena a otra de tal manera que te mantiene siempre dentro de la tensión de la historia", comenta Sage.
Igualmente clave para el estilo de la película era el guardarropa de Renée Ehrlich Kalfus, que ha diseñado recientemente el vestuario de época del alabado drama de la NASA "Figuras ocultas". Feig dio a Kalfus instrucciones muy claras. "Sabía que quería que Stephanie se vistiera muy alegremente", recuerda el director. "Intenta tapar cualquier agitación que sienta en su interior con colores alegres a su alrededor y lleva ropa muy divertida. Renee es una diseñadora asombrosa e hizo un gran trabajo tanto con Anna como con Blake".
Kalfus considera que las dos protagonistas principales tienen más en común de lo que pueda parecer. "Ambas son muy listas y ambas se esconden tras una especie de armadura, y eso definió la evolución de su ropa. El personaje de Stephanie está vendiendo una imagen de madre alegre de zona residencial que se las apaña por su cuenta. Así que su estilo es muy suburbano y dulce, pero luego cambia y se vuelve más oscuro a medida que se vuelve más consciente de la trama que se desarrolla en torno a ella. La imagen que ha dado Emily de sí misma es justo la contraria, y se viste de forma muy similar a Paul Feig, con trajes de hombre increíblemente emblemáticos. Es una imagen muy estratégica e impactante, y la llevamos al límite. Esperemos que ambas tengan un cierto misterio, porque esta es una historia sobre cómo no siempre sabes cómo es en realidad la gente".
La película requería un volumen enorme de vestuario -Kendrick por sí misma ya tiene 39 cambios de ropa- pero Kalfus disfrutó especialmente trabajando con las dos actrices. "Ambas son asombrosas, cada una a su estilo. Me lo pasé muy bien viendo cómo el vestuario definía a sus personajes", comenta.
Feig se encargó de mantener unido a todo el mundo pese al calendario de rodaje tan intenso con que tuvieron que trabajar, y la sólida visión del director se mantuvo firme ante una trama que no deja de volverse más alocada a cada momento. Kalfus señala: "Paul es un gran líder porque es increíblemente decidido como director. Es inteligente, intuitivo y siempre va muy elegante con sus trajes de tres piezas, pero además tiene una mente maravillosa para la comedia".
La oportunidad de llevar a la gran pantalla esa mezcla de inteligencia e ingenio es lo que inspiró a todo el reparto y el equipo de UN PEQUEÑO FAVOR. En palabras de Mike Drake: "Paul permitió a todos los involucrados asumir riesgos y sentirse apoyados. Todo el mundo responde ante eso, se crece y da lo mejor de sí mismo".
Henderson agrega: "Paul crea un ambiente seguro para la creatividad, así que ves a la gente exigirse para ir más allá de lo que ya se les da bien. Contamos con un reparto y un equipo de mucho talento en esta película y Paul los motivó para esforzarse aún más de lo que pudieran haberlo hecho anteriormente. Esa es una verdadera habilidad suya".
El resultado es una película que mantiene al espectador en vilo y cuestionándose lo que ve y lo que siente prácticamente a cada segundo de su metraje, hasta el último fotograma. Henderson sentencia: "Cada revelación del filme es más divertida y sorprendente que la anterior, y te mantiene en todo momento en suspense. Es la clase de película que tiene tantos momentos con pistas ocultas de lo que va a pasar más adelante que resultará muy divertido verla una y otra vez".