Special Gala - Festival de cine de Berlín. Nominada a 4 German Film Awards.
"Un sólido y elegante relato cinematográfico que se eleva por las interpretaciones de sus jóvenes actores" - SCREENDAILY
"El cine alemán a veces nos sorprende con alguna joya y LA REVOLUCIÓN SILENCIOSA es una de ellas" - L'EXPRESS
Notas del escritor Dietrich Garstka
Siempre existe gente joven que resiste al aparato del estado sin haberlo planeado. Se podría decir que simplemente se deslizaron hacia la resistencia, y luego se desarrollaron en ella. Gente joven que marcó un hito porque protestó (con el estilo tan particular de la juventud), sobre lo que consideraban ausencia de libertad.
Recuerdo nuestro primer encuentro con la productora Miriam Düssel. Inmediatamente entendió el poder de esta historia, al igual que el director, Lars Kraume. Logró captar la politización de aquel comportamiento y retratar el proceso de unión de un grupo de jóvenes sometido a la presión del aparato del estado. Lo que los funcionarios de aquellos tiempos fueron incapaces de comprender lo ha explicado el director con gran lucidez.
A decir verdad, no me sorprendió que el material fuera el punto de partida para una película. Desde que se publicó el libro, los medios de comunicación públicos siempre han mostrado un gran interés en aquella historia. Por supuesto, estaba un poco preocupado por la adaptación pero el resultado ha sido plenamente satisfactorio. En cada fotograma que veía, pensaba: ¡ah ah! Sí, así es como era. Así es como sucedió. Todo perfecto. Volvían los recuerdos y los sentimientos eran exactamente los mismos que hace sesenta años. Sentimientos de desprecio por el hecho de que, incluso con los niños en edad escolar, se trataba de saber si estaban a favor o en contra del régimen. "¿Estás a favor o en contra de la paz?", significaba ¿estás a favor o en contra de la República Democrática Alemana? Aquella fue una restricción miserable de lo que era el mundo. Y al contemplar las escenas, sentía cómo volvía el miedo, el miedo de que un ministro, que poseia el poder absoluto, podía destruir el futuro de una clase entera. Sentí otra vez aquella sensación de miedo intenso porque la película cuenta los acontecimientos utilizando un lenguaje y unas imágenes muy poderosas. Sin modificar las cosas, de manera muy clara y muy objetiva.
Sí, así es como son, así es como fueron, dictadores que se posicionaron contra los jóvenes porque los consideraban una amenaza a su poder, sin que ninguna circunstancia pudiese justificar sus protestas, y porque no iban a tolerar ningún cambio. La atmósfera de la película en su conjunto refleja a la perfección la atmósfera intensa de aquellos tiempos.
Dietrich Garstka. Autor del libro "La Revolución Silenciosa"
Entrevista a Lars Kraume
P: ¿Por qué eligió este capítulo de la Historia alemana?
R: Un productor amigo mío me regaló el libro y se me ocurrió adaptarlo al cine. Pero aunque los derechos no estaban disponibles, hablé con los productores que los gestionaban y no tenían guionista así que les propuse vincularme al proyecto.
P: ¿Cuánto duró la fase de investigación de esta película? ¿Dónde y cómo se desarrolló?
R: En mi caso la investigación y la escritura van de la mano. La principal fuente de información para "La Revolución Silenciosa" era Dietrich Garstka, en cuyas memorias personales se basa la película, pero también he visto bastantes películas sobre aquella época, en particular "Berlin, Ecke Schönhauser", que fue rodada en el mismo año en el que está ambientada la mía o "Karla", que fue prohibida durante la era de la Alemania Oriental y que también ha sido una importante fuente de investigación.
P: ¿Cómo describiría el clima social en el que se desarrolla la historia?
R: Siempre debemos tener en mente que la película está ambientada en Stalinstadt en el año 1956. Esto significa que el Muro todavía no había sido construido y la esperanza y la convicción de que el socialismo era una forma de sociedad superior al capitalismo estaba muy justificada. Nuestra intención era que la película no mostrara la típica imagen gris de la Alemania del Este. Además, decidimos trasladar la localización de la trama desde Storkow hasta Stalinstadt porque esta ciudad fue muy popular en el año 1956 como modelo de ciudad de clase obrera, rodeada de fábricas de acero y con una oferta de ocio que solo podían soñar aquellos que vivían en el Ruhr, en Alemania Occidental. Pero lo que ambos lados tenían en común era el silencio sobre la Guerra y sobre los enredos de la gente durante el periodo Nazi.
P: ¿Qué papel desempeña, en su opinión, el levantamiento húngaro del año 1956 en las dos Alemanias?
R: El levantamiento húngaro fue posible porque Khrushchev cambió la dirección política tras el régimen de Stalin. Primero en Polonia, después en Hungría, el pueblo se vio capaz de reclamar mayor independencia y más derechos. Pero la disposición de los rusos para aflojar las riendas no llegó demasiado lejos. Occidente utilizó el levantamiento húngaro para sus propios propósitos de propaganda y el Este intentó limitar los daños con la suya. Pero todo lo relacionado con este levantamiento fue claramente más importante para los habitantes del Este.
P: ¿Qué opina sobre la información de RIAS y Neues Deutschland de aquella época en relación con las noticias falsas y la formación de opinión?
R: Las fake news son propaganda. El mecanismo es exactamente el mismo: verdades distorsionadas que se difunden para que todo el mundo hable de ellas al mismo tiempo y se crean lo que escuchan. Llámese propaganda o fake news, cada individuo tiene que reflexionar. Si lo único que hacemos es regurgitar las opiniones de los demás, tenemos un problema. Por supuesto, durante la Guerra Fría era mucho más difícil encontrar distintas fuentes de información sobre algo. Pero esto se aplicaba igualmente a Oriente y a Occidente.
P: ¿Cuánto hay de ficción en "La Revolución Silenciosa"?
R: Mi trabajo consiste en generalizar la historia personal que Garstka relató detalladamente en su libro. Sin embargo, aunque es bastante fiel a lo que sucedió, los personajes, sus familias y las localizaciones han cambiado.
P: ¿Cómo dio con estas localizaciones?
R: Tuvimos mucha suerte. La antigua ciudad de Eisenhüttenstadt, modelo del ideal socialista de los años cincuenta, es el espacio memorial más grande de toda Alemania. Así que ya teníamos la ciudad. Solamente nos faltaban los extras. Para ello contamos con la maravillosa y entusiasta gente de allí que nos regaló su tiempo. Además nos permitieron rodar los trabajos de forja en el horno histórico. Llegamos justo a tiempo ya que poco después se cerró, a pesar de que había permanecido en activo desde el año 1951. Pero el hallazgo más importante fue el edificio de la escuela, actualmente Centro de Documentación y Museo de la Vida Cotidiana de Alemania del Este.
P: Varios de los actores adultos nacieron y crecieron en la Antigua Alemania Oriental. ¿Era algo que buscabais para interpretar a los personajes?
R: Que todos los actores adultos fueran del Este fue una idea de mi directora de casting. Burghart Klaußner, que interpreta al Ministro de Cultura, es la única excepción. Pero el resto interpretan papeles que cobran vida con recuerdos de su propia infancia.
P: ¿Y cómo encontró este brillante reparto joven?
R: Esa es la especialidad de Nessie Nesslauer la directora de casting.
También incorporó a Franka Potente y a August Diehl, en sus primeros papeles para el cine. Es capaz de reconocer el potencial de jóvenes actores desde sus primeros papeles. Sin embargo sí que hicimos algunos castings antes de decidirnos.
P: ¿Cómo preparasteis a los actores más jóvenes para sus papeles y la época que representaban?
R: Tomaron clases de boogie, leyeron el libro de Dietrich Garstka y vieron películas sobre la Alemania Oriental como "Berlin, Ecke Schönhauser, ambientada en aquella época y que trata sobre jóvenes rebeldes. También les animé a ver Karla, una película prohibida en Alemania del Este en 1965-1966 que trata de una profesora y su último año de clase. "Karla" fue un gran viaje en el tiempo para todos ellos. Además Jonas Dassler, que interpreta a Erik en la película, visitó el campo de concentración de Sachsenhausen, ya que una parte de la historia de su familia está vinculada a este lugar.
Contexto histórico
El levantamiento húngaro del 1956
El día 22 de octubre del año 1956, los estudiantes de la Universidad Técnica de Budapest escribieron una carta en la que pedían libertad de prensa, libertad de expresión, independencia nacional, elecciones libres y la retirada de los rusos. Frente a las protestas inicialmente no violentas del 23 de octubre del 1956, las fuerzas gubernamentales dispararon contra los manifestantes pacíficos con la consiguiente indignación, y la protesta se extendió por todo el país. El día 1 de noviembre del 1956, tras una larga serie de protestas, el primer ministro húngaro Imre Nagy, de orientación reformista, declaró la neutralidad de Hungría y la retirada del Pacto de Varsovia. La declaración de independencia fue contestada sin piedad por las tropas soviéticas desde el día 4 de noviembre en adelante. Murieron 2.500 húngaros y 200.000 tuvieron que exiliarse. Los insurgentes que no pudieron o no quisieron exiliarse fueron arrestados, celebrándose numerosos juicios y ejecuciones públicas. El levantamiento popular fue condenado como "contrarrevolucionario" en todos los países bajo influencia soviética. El mundo occidental lo consideró como una "lucha por la libertad".
La clase
A mitad de los años cincuenta, los alumnos de último curso de la escuela Kurt Steffelbauer en Storkow (Brandenburgo) estaban a punto de obtener su certificado de finalización de estudios con la esperanza de optar a una de las plazas universtarias en Alemania del Este. Pero el 24 de octubre del 1956, en la emisora de radio RIAS de Alemania del Oeste, emisora que los estudiantes escuchaban en secreto a pesar de estar rigurosamente prohibida, oyen que su ídolo futbolístico húngaro, Ferenc Puskás, ha sido asesinado durante las protestas de Budapest y deciden espontáneamente guardar un minuto de silencio durante su clase de Historia del día 29 de octubre para conmemorar la memoria de su héroe. Su profesor se enoja y da parte del incidente al director. Éste pretende silenciar el incidente como una chiquillada, pero los miembros del Partido pronto se enteran del asunto a través del personal y el suceso toma unas dimensiones imprevistas, hasta el punto de que Fritz Lange, el Ministro de Educación Popular de la República Democrática Alemana se ve involucrado en el asunto y amenaza con expulsar a los estudiantes, salvo que delataran a los cabecillas. Sin embargo los estudiantes se mantienen firmes. Y puesto que después de varios interrogatorios e intentos de chantaje se siguen negando a delatar a nadie, el día 21 de diciembre son expulsados todos de la escuela, prohibiéndoseles obtener su certificado de finalización de estudios en cualquier lugar de la Alemania del Este. La clase, finalmente, huyó de la República, acto todavía ilegal en 1956, pero que al menos era posible.
La fuga
El primero en huir fue Dietrich Garstka, el día 19 de diciembre del 1956, bajo una presión cada vez más insoportable. Toma el primer tren de Storkow a Berlin-Königs Wusterhausen y después el tren urbano desde Berlín Oriental hasta Berlín Occidental. Cuando se le recibe en el centro de Zehlendorf se le reconoce el estatuto de refugiado político, huido de Alemania Oriental a causa de la persecución política. El resto de la clase, excepto cuatro chicas, huye entre los días 25 y 31 de diciembre en busca de la libertad.