Amigos desde la facultad y sobradamente preparados, Pedro, Arturo y Eligio son tres profesores universitarios a los que la crisis ha dejado sin trabajo y sobreviven a salto de mata. Accidentalmente encuentran la solución a sus problemas en el proyecto de investigación en el que Pedro lleva años trabajando: un complejo vitamínico que ofrece, para su sorpresa, un subidón apoteósico y, además, sin efectos secundarios.

Vender las pastillas les sacaría inmediatamente de la crisis, pero verse metidos de lleno en el peligroso mundo de la noche es algo que a estos tres empollones les viene sin duda demasiado grande.


Los personajes

Pedro
A sus treinta y pocos años, Pedro ya lo ha perdido todo. Está en trámites de separación de su mujer, casi no ve a sus hijas y lucha por mantener, a duras penas, un empleo como profesor en una universidad sin prestigio ni futuro. Químico de vocación, sus últimos años de esfuerzo han estado volcados en el desarrollo de un complejo vitamínico para potenciar la concentración en el estudio. Noble, sensato y buena gente, aceptará a regañadientes la idea de vender su pastilla como una droga. Al fin y al cabo, eso ayudaría a lograr su sueño: recuperar a su mujer, llevar a sus hijas a Eurodisney y, quizás, poder aceptarse a sí mismo.

Arturo
Fanfarrón y bocazas, Arturo vendería a su madre si desgravase en Hacienda. Su mayor éxito docente es dar clases particulares de "mates" a repetidores de bachillerato. Por eso, cuando prueba los efectos alucinógenos del fármaco de Pedro, es el primero en verlo como un negocio redondo. Y si para eso tiene que meter a sus tres amigos en una espiral de fiesta, lujuria y perversión... eso que se lleva.

Eligio
Intelectual de biblioteca e inútil de la vida, Eligio sigue viviendo con sus padres a sus treinta y largos años. El mayor fracasado del grupo es, curiosamente, el más pedante y soberbio. No pierde ninguna ocasión de demostrar sus saberes, aunque a nadie le importe y solo acarree más problemas. Egoísta, inmaduro y caprichoso, puede saber mucho de lenguas clásicas pero, a su lado, cualquiera sabe latín.

Anabel
Licenciada en Derecho, ejerce más en la gasolinera que en los juzgados. A sus treinta años, Anabel es toda una superviviente y no permite que nada ni nadie le pise en el trabajo o en la vida. Fiel a su gente y con principios, nunca dejaría tirado a un compañero, aunque se trate del inútil de Eligio, con quien comparte turnos en la gasolinera. Sabe como sacarle partido a todo... y lograr la victoria.

Isa
Demasiadas horas trabajando en comisaría han logrado que Isa no conozca a Jota, su hija, como le gustaría. Sabe más de ella por Arturo, su profesor, que por la convivencia familiar. Lista, profesional impecable y con un físico imponente, intenta conciliar su vida personal y policial lo mejor posible, aunque pronto entenderá que estos dos caminos no estaban tan separados como pensaba.

Gloria
Con treinta y pocos años y dos hijas, la separación de Pedro le ha obligado a replantearse las cosas a fondo. Obsesionada con "salir de la zona de confort", intenta empezar de cero constantemente porque, en el fondo, está aburrida de todo. Y de sí misma. Y aunque inicie una relación con un campeón de bachata, siempre estuvo enamorada de un Pedro que ya no existe y no volverá... ¿Jamás?

Jota
Con dieciocho años recién cumplidos, Jota podría estar estudiando toda la vida y solo aprobaría Instagram. Repetidora de bachillerato y de la noche, sabe bien cómo funciona el mercado, y al instante se convierte en el enlace perfecto para distribuir la droga en la discoteca Laguna. Aunque su madre es policía, ella siempre va por delante. Aunque se ríe de Arturo, su profesor, no lo cambiaría por otro.

Tacho
Tacho sigue vistiendo como el jipi ibicenco que un día fue. Aunque llegó a estudiar ingeniería agrónoma, Tacho descubrió pronto que su vocación era la noche y que se le daba mejor mover pastillas que leer libros. Dice que le gusta ver a la gente feliz, pero siempre que sea en la discoteca Laguna, su casa. Cualquier otro sitio, ni existe ni le importa.