De la mano de New Line Cinema y del productor James Wan llega "La Llorona", la icónica leyenda latinoamericana. Esta aterradora historia se convierte en una película de terror original que representa el debut como director de Michael Chaves, el realizador del galardonado cortometraje "The Maiden".
"La Llorona" está producida por James Wan ("Aquaman"), Gary Dauberman (guionista de las franquicias "IT" y "Annabelle") y Emile Gladstone ("Objetivo: Bin Laden") y dirigida por Michael Chaves, en su debut como director.
La película está protagonizada por Linda Cardellini ("Green Book", ganadora de un Oscar, "Bloodline" de Netflix), Raymond Cruz (serie de TV "Breaking Bad", "Training Day [Día de entrenamiento]") y Patricia Velásquez (serie de TV "Arrested Development", películas de "La momia"), junto con Marisol Ramírez (serie de TV "NCIS: Los Ángeles"), Sean Patrick Thomas (películas de "La barbería", "Halloween: Resurrection"), Jaynee-Lynne Kinchen ("Eternal") y el debutante Roman Christou.
Mikki Daughtry & Tobias Iaconis ("Five Feet Apart") han escrito el guión de la película. Richard Brener, Dave Neustadter, Walter Hamada, Michelle Morrissey y Michael Clear son los productores ejecutivos. El equipo creativo de Chaves comprende al director de fotografía Michael Burgess (operador de cámara en "Aquaman"), a la diseñadora de producción Melanie Jones ("Insidious: La última llave"), al montador Peter Gvozdas ("The Purge: La noche de las bestias") y a la diseñadora de vestuario Megan Spatz ("Slice"). Joseph Bishara (películas de "Insidious") es el compositor de la música.
Sobre la producción
Antes de que existieran las películas de terror, lo que aterrorizaba al mundo eran las leyendas populares. Y aunque las mejores historias siguen perdurando, pocas siguen asustando tanto como la de La Llorona.
Una madre, una mujer despreciada, un asesino, una leyenda... es la mujer llorosa que acecha por los ríos y las vías fluviales, esperando en la oscuridad para arrastrarte si te portas mal o te quedas en la calle hasta demasiado tarde. Y lo último que oirás es su grito inquietante: ¡Ay, mis hijos!
Una de las figuras más emblemáticas y más conocidas del folklore latinoamericano, La Llorona, y su terrible y eterna búsqueda de almas infantiles que sustituyan a las que ahogó en vida, ha poblado las pesadillas de generaciones de niños y ha dejado huella en casi todo el continente americano. Su historia ha adquirido vida propia a través de siglos de cuentos y relatos. Y a pesar de las innumerables versiones, en todos los formatos y lenguas, siempre hay una constante: sigue aterrorizando a quien la escucha.
"Cuando llegué a América, una de las primeras historias que la gente me contó fue la leyenda de "La Llorona", dice el productor James Wan. "La gente ve mis películas y supone que me encantan las historias de fantasmas, y tienen razón, pero La Llorona es mucho más que eso. Despierta los niveles más profundos de terror y temores que ni siquiera sabías que tenías. Entiendes por qué es una parte tan importante de las vidas de la gente desde que son pequeños. Yo mismo me obsesioné con esta historia. Pensé: 'Qué figura tan asombrosa y aterradora para llevar a la pantalla grande.’"
Al igual que Wan, el productor Emile Gladstone tuvo un primer contacto con la historia hace años y desde entonces está bajo su hechizo. "Lo que más me impactó fue lo rico que es el cuento, lo emocional que es y lo convincente que es el personaje de La Llorona", dice. "Como productor, es maravilloso llevar una historia como esa a la pantalla porque el objetivo de las películas es hacer que el público sienta algo, y esta leyenda es profundamente emocional".
La Llorona es un cuento que generaciones de familias han compartido con sus hijos, y el poder de ese legado fue el verdadero motivo del director Michael Chaves para llevarlo a un público más amplio. "Cuando estábamos preparando la película, quise hablar con el mayor número posible de personas que crecieron escuchando esta historia e incluso con algunas de las abuelas que se las contaron de niños. Y lo fascinante es que nunca la cuentan de la misma manera dos veces. Cuantas más personas contaban la historia, más matices y variaciones escuchábamos. Pero todas las narraciones despertaban sensaciones de asombro y terror. Estoy muy agradecido por la franqueza con la que me hablaron de esta historia y quería rendirles homenaje haciendo esta película".
Para el miembro del reparto Patricia Velásquez, la inspiración de la película le resulta muy familiar. "Pasé gran parte de mi infancia en México y Venezuela, y crecí escuchando la historia de esta mujer que llora por sus hijos perdidos", dice la actriz. "De pequeños nos decían que si no nos portábamos bien La Llorona vendría a por nosotros. Así que nos lo creíamos y nos portábamos bien.
"Y créeme", añade con una sonrisa enigmática, "a pesar de que ya no somos niños, algo de esa historia sigue arraigada en todos los que crecimos con ella".
Y no es la única. "Lo que te aterroriza de esta historia es que crees que podría suceder de verdad", añade Raymond Cruz, su compañero de reparto. "Puedes usarlo para asustar a tus amigos o mantener firmes a tus hijos, pero los niños han desaparecido, ¿entiendes lo que digo? Hay más cosas en el cielo y en la tierra de las que podríamos soñar".
El miembro del reparto Linda Cardellini añade: "Te la creas o no, hay algo en esta historia que te llega a lo más hondo. No importa quién seas o en qué etapa de la vida estés cuando te la cuenten, porque todo el mundo tiene una madre, todos han sido niños y la gente también tiene hijos".
El proceso de realización de "La Llorona" empezó cuando el productor Gladstone contrató a los guionistas Mikki Daughtry & Tobias Iaconis para comenzar a trazar una historia. Después recibió la llamada que haría realidad el proyecto de sus sueños. "Me bastó oír 'James' y dije 'sí' antes de escuchar su apellido'", recuerda Gladstone con una carcajada. "Si hay un socio con el que sueñas para un proyecto como este, ese es James. No solo es un indiscutible maestro de este género, también es un gran tipo y es un placer estar con él. Así que me sentí muy afortunado de tenerlo como socio en esta aventura".
Por parte de Wan, la oportunidad superaba su propia obsesión por el cuento. "La Llorona es un fenómeno cultural que veneran los mayores fans del cine de terror en todo el mundo. Así que cuando surgió este proyecto, quería ayudarle a ponerlo en marcha para que la gente viera cómo esta historia cobraba vida en la gran pantalla".
Con la incorporación de Gary Dauberman, el equipo de producción quedó completo y se inició la búsqueda de un director. Pero cuando un cortometraje innovador y espeluznante llamado "The Maiden" se estrenó online, comprendieron que habían encontrado la pieza fundamental del rompecabezas. "Nos impactó a todos", recuerda Dauberman. "Estaba dirigido con una mano tan firme que lograba asustarte con una sola cámara y unos sutiles efectos físicos. Desde el punto de vista estético, supusimos que lo había realizado alguien que amaba las mismas películas que nosotros, y teníamos razón".
Michael Chaves no solo creció amando el cine, sino que algunas de sus películas favoritas las había dirigido Wan. Así que estar en una misma habitación con uno de sus héroes cinematográficos se parecía a una experiencia extracorpórea. "De principio a fin, esta aventura ha sido la más alucinante de toda mi vida y ha sido un gran honor", se maravilla Chaves. "James es un director increíble y fue un gran apoyo. Presentó unas ideas geniales y sencillas en cada etapa del proceso. Se centraban siempre en lo que la historia desea contar y con lo que el público quiere ver en cada momento. Emile es sencillamente fantástico; ha sido un gran aliado y una pieza fundamental desde el principio. Además, Gary tiene una gran intuición a la hora de contar historias y además es un buen tipo".
El productor ejecutivo Richard Brener está encantado de llevar el cuento de La Llorona a la pantalla. "Este cuento intemporal y universalmente aterrador continúa la tradición de New Line de hacer películas de terror que aprovechan los temores de la gente, con una amplia gama de historias y presupuestos, pero todos con el mismo objetivo: aterrorizar al público de todo el mundo", dice Brener.
Para el joven realizador al mando, fue mucho más que un sueño hecho realidad. "Me siento increíblemente afortunado y agradecido de hacer mi primera película con el equipo de este proyecto", confirma Chaves. "Y conté con un reparto de ensueño, liderado por Linda, Raymond y Patricia, unos actores increíbles. Sus actuaciones son las que hacen que esta película sea tan angustiosa y aterradora".
Encendiendo las velas
Dejando sus orígenes en las hábiles manos de los narradores que la han transmitido durante siglos, "La Llorona" cuenta una historia original en la que la mujer que llora cobra vida en Los Angeles 1973. Se cruza en su camino Anna Tate-Garcia, una trabajadora social y madre soltera viuda, que nunca ha estado expuesta a la leyenda que está a punto de adueñarse de su familia.
Cuando la contactaron para el papel, Linda Cardellini dice que no pudo resistirse a la compleja heroína de la película. "Cuando leí el guión, me encantó que no se tratara de ser la esposa de alguien o la hermana de alguien. Es una mujer que lucha para mantener unida a su familia y que está dispuesta a todo para proteger a sus hijos. Me encantó la idea de vivir esta historia a través de sus ojos. Y además, me fascinó la oportunidad de trabajar en una película de terror", añade con una carcajada.
Hace mucho que Wan admiraba su trabajo así que le encantó que Cardellini aceptase. "Linda tiene mucho talento y una gran presencia en la pantalla. Pero cuando veo sus películas siempre olvido que la estoy viendo porque desaparece dentro de sus personajes. Así que somos muy afortunados de contar con ella en esta película".
Anna perdió a su marido que fue asesinado en su trabajo como detective de la policía de Los Ángeles. Ha tenido que criar sola a sus dos hijos pequeños, Chris (Roman Christou) y Samantha (Jaynee-Lynne Kinchen). Y aunque está muy comprometida con su trabajo, hace todo lo posible por ayudar a sus hijos y, con el apoyo de Cooper (Sean Patrick Thomas), el compañero de su difunto marido, llena el vacío de una casa sin un padre.
Como trabajadora social en el desbordado sistema de servicios sociales de Los Ángeles, el trabajo de Anna la lleva a hogares con problemas buscando el bienestar de los niños en riesgo. Y aunque tiene suficiente experiencia para lidiar con el peor de los escenarios, nada la habría preparado para lo que le espera en casa de Patricia Álvarez.
Patricia conoce y teme a La Llorona. Sabe que si la mujer que llora quiere a sus hijos, no se detendrá hasta atraparlos. "En nuestra película, La Llorona llega en tres días y tres noches", dice Patricia Velásquez, que asume el papel que da título a la cinta. "Cada noche es un poco más difícil... y esta es la última noche de Patricia".
Aunque la pesadilla de Anna acaba de comenzar, Patricia Álvarez está ya en el desesperado acto final de la suya. Gladstone lo explica: "Los hijos de Patricia están marcados, así que les hizo un refugio en un armario para esconderlos de La Llorona. Pero cuando Anna encuentra a los niños encerrados en el armario, hace lo que cualquier persona de su profesión haría: los saca de su escondite y se los lleva bajo custodia... y los resultados son devastadores".
"Dicen que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones", dice Cardellini. "Estoy convencida de que Anna tiene buenas intenciones cuando va a ayudar a la familia de Patricia. Pero lo cierto es que los condena y se condena a sí misma. Y para quién se enfrente a esta situación es algo absolutamente aterrador".
Para Chaves, ver a Cardellini y Velásquez enfrentarse en las escenas que hacen juntas fue una de las grandes revelaciones de esta película. "Linda y Patricia son madres en la vida real, y son unos papeles angustiosos para unas madres", observa Chaves, "¡pero ambas dan en el clavo! Sacan partido a algo tan humano y tan primitivo que sus actuaciones resultan fascinantes.
"Linda es una gran artista, y es muy natural con nuestros actores infantiles. Pero cuando esos niños corren peligro, ver como se manifiesta su instinto maternal fue impresionante", continúa diciendo el director. "El personaje de Patricia es un reflejo de Linda, pero del otro lado de este viaje. Es una mujer que está perdiendo a sus hijos, y Patricia buceó hasta llegar a un lugar donde reina la oscuridad y la desesperación; pero cuando cortamos, recupera su encantadora y lúcida personalidad. Ahí reside el éxito de una interpretación".
Velásquez confiesa que el viaje de su personaje la llevó a los límites de su oficio. "Aunque es una película aterradora y puede no ser real, para nosotros los actores, lo que estamos haciendo es muy real. Trabajar con niños te hace muy vulnerable. En cierto modo es bueno porque te ayuda a hacer tu trabajo. Pero también puede resultar aterrador. Lo que atraviesa este personaje, y lo que yo pasé para interpretarlo con autenticidad, fue muy, pero que muy aterrador. Así que es maravilloso trabajar con un director que sabe crear un ambiente de confianza. Michael es muy joven pero sabe exactamente lo que quiere y cómo ejecutarlo, y no le da miedo pedirlo. Como actriz, me siento muy segura y no me reprimo en absoluto".
Cardellini añade: "Hay algunos momentos de la película que, como padre, son difíciles de ver. Michael es un director muy visual y está tan abierto a las ideas que parece una verdadera colaboración creativa. Quería captar la verdad de cómo vivimos esta historia, y eso hizo que estas escenas aterradoras fueran tan divertidas de interpretar".
Tras la trágica pérdida de Patricia, la oscuridad se apodera de su hogar y su búsqueda de respuestas la empuja más profundamente al aterrador reino de la leyenda. "Parece folklore", dice Chaves, "parece superstición; pero enseguida queda claro que La Llorona es muy, muy real... y que viene a apoderarse de los hijos de Anna".
Pero no lo conseguirá sin luchar. Cardellini afirma: "Por muy difícil y aterrador que sea, Anna ya no puede negar que una presencia siniestra está acosando a sus hijos, y que tendrá que hacerle frente ella sola para mantenerlos a salvo. La Iglesia no puede ayudarla; y sabe que la policía no la creerá. Ante este gran peligro, tiene que resistir y ser más fuerte de lo que jamás imaginó. De lo contrario perderá a sus hijos para siempre".
Lo que no sabe es que tiene un aliado inesperado en su lucha... y viene armado con un plan de batalla.
Curanderismo
Rafael Olvera, un antiguo sacerdote que abandonó la Iglesia para servir a su comunidad ofreciendo una gama más amplia de curaciones espirituales y protecciones como curandero. Desde el momento en que Anna entra en su tienda, Rafael ve en su rostro, y en los ojos de sus hijos traumatizados, que están muy necesitados de ayuda.
"Anna está atrapada en el ojo del huracán y Rafael aparece para ayudarla a salir de la tormenta", dice Raymond Cruz, que encarna a Rafael. "Es una mujer que se enfrenta a un problema enorme. Sus hijos son las víctimas; su casa está asediada. Y para combatir ese mal, necesita la ayuda de alguien cuyas creencias explican a lo que se enfrenta".
Para encarnar a este autodenominado "renegado de Dios", Chaves tuvo siempre en mente a Raymond Cruz. "Quería que Rafael pareciera alguien que puede ser peligroso, alguien en quien no confías del todo. Pero ese es el acto de fe de Anna en la película", dice Chaves. "Y lo sorprendente de Raymond es que es un hombre tan amable y accesible que parece imposible que transmita esa sensación de locura y peligro. Pero lo consigue. Ha clavado el papel".
El entusiasmo del director fue una excelente noticia para Cruz. "Hicimos unas escenas muy complicadas y nos fue muy bien", recuerda el actor. "Se oía a Michael detrás del monitor gritando lo bien que estaban saliendo mientras rodábamos. Ese entusiasmo hizo que toda la experiencia fuera absolutamente genial".
Aunque Rafael es tan escéptico con respecto a los motivos de Anna como ella respecto a sus métodos, es indudable que quiere plantar batalla. "Rafael sigue una pista de La Llorona", dice Chaves. "Nunca se ha enfrentado a ella, pero lleva mucho tiempo preparándose para ese cara a cara".
"Van a la guerra para salvar a los niños", dice Cruz. Y añade: "La batalla no sólo física, mental y emocional, sino también espiritual. Es una batalla por sus almas. Y su única oportunidad de oponerse a las fuerzas de la oscuridad es trabajar en equipo".
Estamos en la tercera noche del ciclo de muerte de La Llorona, y no habrá una segunda oportunidad.
Limpias espirituales
Para respetar las creencias y tradiciones que inspiraron la película, y para no equivocarse, antes de que las cámaras empezaran a filmar, los realizadores trajeron a un sacerdote y a un curandero para iniciar el rodaje con una protección espiritual.
Después de la bendición del sacerdote, el curandero realizó una ceremonia de limpia, utilizando el humo de salvia quemándose para eliminar la energía negativa del set y de todos los presentes. "Fue mi primera limpia", revela Chaves, "y resultó bastante humillante. Todos sentimos el gran poder que tenía. Se convirtió en un momento de profunda meditación que afectó a todos los que estábamos en el set".
"Es estupendo que venga gente que hace algo muy positivo antes de empezar a rodar", añade Cardellini. "En los sets ocurren accidente, la gente enferma, y nunca se sabe hasta qué punto esas situaciones afectarán al rodaje. Esta película tiene una parte siniestra, así que fue agradable traer algo de luz antes de emprender la aventura".
"La Llorona" se rodó en su totalidad en emplazamientos físicos en Los Ángeles y sus alrededores. La casa de Anna está en el distrito de West Adams de la ciudad. También se construyeron varios sets de interiores y exteriores en un espacio multiusos cercano.
El director de fotografía Michael Burgess, la diseñadora de producción Melanie Jones y la diseñadora de vestuario Megan Spatz colaboraron con Chaves para situar la historia en un sutilmente nostálgico 1973. "Se necesita un equipo para hacer una película, así que di a los jefes de departamento la mayor libertad posible a la hora de crear", dice Chaves. "Mi sensación fue que cuanto más libertad les demos, mejores serán los resultados. Y todos se salieron".
Burgess debuta como director de fotografía en "La Llorona". Es un operador de cámara consumado y acababa de filmar "Aquaman" cuando Wan lo recomendó a Chaves. "Mike es un gran amigo y colaborador", afirma el director. "Esta es una película pequeña con un calendario muy condensado, y él ha hecho que parezca mucho más grande. Tiene un don intuitivo para encuadrar un plano que captura exactamente la esencia que quieres transmitir en una localización o un entorno".
Burgess declara: "Ha sido una experiencia fantástica y estaba muy contento de que me diera esta oportunidad. A Mike le gusta que todos colaboren y eso hizo que el proceso fuera tremendamente divertido. Durante la preproducción, nos sentábamos en una habitación todos los días y representábamos la película, creando planos y esquemas de iluminación. Es muy visual, conoce el idioma y siempre estaba aprendiendo cómo crear ese sentimiento antinatural, cuando todo parece bonito pero en realidad no lo es. Y seguimos haciendo lo mismo mientras rodábamos. Todos los días, nos sentábamos en una habitación y decíamos: ‘Vale, ¿qué podemos hacer para asustar a la gente?'", dice riendo.
Entre los extraños motivos visuales creados por Chaves y Burgess para la película, el movimiento de la luz y la ausencia de luz en el escenario principal de la película, el hogar que Anna comparte con sus hijos fue fundamental, así que era muy importante encontrar el lugar perfecto.
Afortunadamente, la diseñadora de producción Melanie Jones había visitado una casa victoriana de dos pisos en el distrito de West Adams que encajaba a la perfección. Aunque los estudiantes universitarios ocuparon el segundo piso durante la totalidad del rodaje, "la casa era perfecta; el diseño era ideal, y a los Michael (Chaves y el director de fotografía Burgess) les encantó", dice Jones. "La casa tenía carácter. En muchas casas victorianas la madera es oscura, pero en esta había un precioso roble dorado. Era acogedora y lo suficientemente vivida para poder representar 20 años de la vida de esta familia".
Para lograrlo, Chaves, Jones y su equipo se sumergieron en revistas y fotografías de la época. Además, vieron una maratón de películas ambientadas en Los Ángeles a principios de los años setenta. "Estábamos reconstruyendo las vidas de Anna y sus hijos", señala Chaves. "Y, como ocurre con cualquier familia, hay una acumulación de cosas de sus hijos, de su marido acumuladas en un espacio. Melanie aportó una estética maravillosa y una paleta cálida que encaja con la época y con la sensación que yo quería transmitir. Tenía que haber imperfecciones, textura, y ella lo consiguió a la primera".
Pero no todo fue maravilloso. "La casa también necesitaba transmitir otras cosas muy distintas", explica Jones. Y añade: "Cuando la oscuridad aparece, la sensación es escalofriante: puertas y suelos que chirrían, ventanas por las que se cuela el aire... y esta casta tenía todo eso".
El talento de Burgess y Jones, dice el productor Dauberman, hizo el resto. "Michael Burgess pinta una imagen tan bonita", señala Dauberman, "y Melanie y su equipo le dieron un lienzo perfecto para asustar al espectador con lo que no puede ver. Cuando entrabas en ese set, te sentías como si estuvieras en la casa de alguien. Pero cuando la luz se apaga, te preguntas qué habrá al acecho en cada rincón oscuro, esperando a saltar sobre ti. La casa necesitaba contar la historia, y se las arreglaron para que pareciera vivida, real, segura... pero también aterradora".
La sensación generalizada de que la casa estaba encantada también resultó de gran ayuda. "El propietario creía que había algo y, al final del rodaje, casi todo el equipo estaba convencido de ello", reconoce Chaves. "Pasaron algunas cosas extrañas: La gente escuchaba susurros, cosas moviéndose alrededor. Y aunque fui el primero en decir que esas cosas no podían ser reales, también fui el primero en decir: '¡Creo que sí que hay algo!’"
En un caluroso día de verano, el ocupante espectral de la casa se dio a conocer. "Estábamos filmando en la cocina, y hacía un calor sofocante", recuerda. "De repente, sentimos que un escalofrío recorría la casa. No era una brisa; fue una ráfaga de frío polar. Y la verdad es que nos asustamos muchísimo. Había una tranquilidad absoluta. Y de repente, un colega se vuelve hacia mí y me dice: 'No estamos solos' ", afirma riendo. "Así que está claro que la casa estaba encantada…"
Cruz trajo sus propios accesorios para su papel de curandero, incluido una pulsera con cuentas de turmalina negra que había comprado para su propia protección espiritual. Y lo cierto es que la iba a necesitar. "Estábamos filmando la primera confrontación de Rafael con La Llorona, cuando la ves por primera vez en todo su esplendor", cuenta Cruz. "Y de repente, la pulsera se soltó y salió volando. Las cuentas volaban por todas partes. Chaves dijo: '¿Qué demonios ha sido eso?' Todos nos apresuramos a recoger las cuentas... y tres de ellas se habían partido por la mitad. Era una pulsera bien hecha, y las cuentas son muy duras. No toqué nada, no lo enganché. Fue la energía que desprendía la escena".
Para escenificar los momentos culminantes de Rafael con la familia de Anna, una de las áreas de investigación más antiguas e importantes de todos los responsables creativos fueron las artes curativas indígenas del curanderismo, que tienen un papel muy importante en la batalla. Para Chaves, los numerosos curanderos y curanderas que le dejaron entrar en sus tiendas le revelaron una pieza esencial de la cultura de Los Ángeles, su ciudad natal, de la que no sabía gran cosa. "Si vives en Los Ángeles, te das cuenta de que los curanderos están por todas partes", dice. "Y todos con los que hablamos se mostraron muy abiertos con nosotros. Nos contaron de dónde venía, sus creencias, las experiencias que habían tenido. Incluso les preguntamos cómo tratarían con La Llorona. Nos sirvieron de inspiración para crear al personaje de Rafael y también la interpretación de Raymond".
Para Cruz, que se sumergió en ese mundo hasta límites insospechados, la experiencia fue tremendamente valiosa. "En la película tengo muchísimos accesorios, y cada uno de ellos tiene un fin: la Biblia, la cruz, el rosario, la salvia, el palo santo, los huevos, las semillas del árbol de malinche. Queremos que el público sienta que la pelea es real. Estos artículos forman parte del arsenal personal de Rafael para luchar contra esta oscura presencia, así que no debían estar equivocados".
Convocando a la llorona
Del conjunto de personajes que pueblan la película, el más importante también era el más difícil de elegir. "Como dice James, eres tan bueno como lo es tu monstruo", dice Gladstone. "Puedes contar con los mejores actores de todos los tiempos, pero si La Llorona no fuera digna de este cuento secular, la película no vale nada".
Lo que no sabían era que estaba esperando que la encontraran en las cintas de audición que ya tenían. Marisol Ramírez leyó el papel que finalmente fue para Velásquez, pero cuando la vieron por segunda vez quedó claro que había nacido para actuar. "La actuación de Marisol fue tan impresionante que nos dejó sin aliento", recuerda Chaves. "Estaba haciendo una audición para interpretar a Patricia, pero la oscuridad y la ferocidad animal que ella aportó era La Llorona en estado puro".
A pesar de que Ramírez tupo que soportar sesiones de maquillaje y peluquería de tres horas dos veces al día, el papel fue un sueño cumplido para ella. "Siempre he querido encarnar al objeto que asusta en una película de terror", dice ella. "Pero que me pidieran que encarnara a esta famosa leyenda con la que todos crecimos fue mucho más que un sueño hecho realidad".
La Llorona cobró vida a través de la interpretación de Ramírez y colaboraron múltiples disciplinas y departamentos para elaborar el monstruo que vemos en la pantalla. Y la clave de ese trabajo fue el artista de maquillaje de efectos especiales Gage Munster.
Para Chaves, que una vez aspiró a dominar esa especialidad, colaborar con Munster y Wan en el diseño del monstruo fue uno de los grandes momentos de un rodaje repleto de grandes momentos. "Disfruté cada minuto", confiesa. "Gage es un gran artista, James es un consumado creador de monstruos, y contamos con un equipo fenomenal para el pelo y el maquillaje. Formar parte de ese gran equipo fue como asistir a una clase magistral".
Pero también debió guiarlos para que mostraran respeto por el lugar que ocupa este monstruo en los corazones de mucha gente. "Es una historia sagrada", continúa diciendo el director. "Las personas que crecieron con La Llorona tienen su propia versión de cómo debería ser. Y para las personas que no la conocen, hemos añadido un nuevo monstruo al léxico del género de terror. Ninguno de nosotros se tomó esta historia a la ligera. Esperamos que nuestra visión de La Llorona no desmerezca sus orígenes y sirva también para crear un monstruo icónico del siglo XXI".
Una pieza fundamental de esa tarea fue, sin lugar a dudas, Ramírez. El ritual de tres horas aplicando maquillaje, dientes, manos, extensiones de pelo, gel, agua y lentillas era una parte inseparable de una experiencia que ella denomina "intensa, emocionante e increíblemente evocadora. Michael es maravilloso, amable y solidario; todos mis compañeros de reparto eran increíbles. El ritual de maquillaje y peluquería a veces era laborioso pero también profundamente transformador. Lo último que me ponían eran las lentillas. Es entonces cuando tienes la sensación de estar caminando por un mundo diferente".
"Y siempre con una sonrisa en los labios", dice Chaves. "Sin ese maquillaje, es la persona más encantadora, divertida y entrañable que puedas imaginar. Pero cuando estaba en el set, ¡era aterradora!"
Uno de los momentos más memorables del rodaje ocurrió el primer día de Ramírez en el set. "Estábamos rodando en un barrio latino de Los Ángeles, y los niños estaban en la calle jugando a truco o trato", recuerda. "Salí de mi remolque con el traje completo. En ese momento, un niño pequeño se escapó de su madre y empezó a cruzar la calle. Había coches, así que salté y lo agarré antes de que pudiera hacerse daño. Todo el mundo se paró en seco. Algunos niños gritaban y la madre del niño profirió un grito: "¡Es La Llorona!’"
El vestido de la mujer que llora también fue fundamental. "La Llorona es la mujer clásica vestida de blanco", dice Chaves. "Su vestido es una parte inseparable de la iconografía de su leyenda, y Megan Spatz supo recrear esa impresión fugaz que deja tras de sí, creando algo real y duradero para la gran pantalla".
Spatz agradeció la confianza y la libertad que Chaves le dio para crear, así como la generosa aportación del equipo de realizadores. "Todos queríamos que pareciera intemporal, así que era importante comprender la idea que tiene la gente de La Llorona", dice la diseñadora de vestuario. "Me inspiré profundamente en la cultura, el arte y el diseño latinos, así que el vestido es una mezcla de varias referencias".
Para lograr lo que Chaves describe como "siglos de historia y lodo del río" que se engancharían al vestido mientras recorre los ríos y las vías fluviales en su caza eterna, Spatz se inspiró en las instalaciones del museo bajo el agua del artista Jason deCaires Taylor. "Ha creado esculturas humanas que luego sumergió en el mar", describe Chaves, "y dejó que la vida marina de la zona se apropiara de ellas. Cuando ves todas esas preciosas estructuras en descomposición incrustadas con algas y corales, te da la sensación de que llevan muchísimo tiempo allí".
El resultado, dice Chaves, es "sencillo, tradicional, clásico, pero transmite una amenaza que nos dice que la mujer que lo lleva está muy trastornada".
Y Ramírez tuvo el honor de encarnar a ese personaje. Como le ocurre a millones de personas, La Llorona está en su imaginación. "Estoy muy orgullosa de formar parte de una película que cuenta una historia con la que muchos de nosotros crecimos y poder mostrársela al público de todo el mundo", dice. "Espero que los que están familiarizados con su leyenda vean a su Llorona en la pantalla".
Velásquez añade: "La Llorona es parte de nuestra cultura. Para nosotros, es muy real y está en algún sitio. Lo que me gusta de esta película es que las personas que descubren esta figura icónica tendrán la oportunidad de conocerla en el entorno seguro de una sala de cine".
Cruz añade: "Seguro que cuando vayas a ver esa película querrás palomitas y caramelos. Me parece bien. Pero trae una cruz, un poco de agua bendita, y si tienes una pulsera de turmalina negra, tráela también. La Llorona lleva toda la vida aterrorizándonos. Ahora es tu turno. ¡Prepárate!"
Para Cardellini, el subidón de adrenalina ya vale la pena. "Si te gusta tener miedo, esta película te va a chiflar porque una vez que empieza a meterte miedo, ya no para hasta el final".
Para Michael Chaves, esa era la idea. "La Llorona" no sólo fue el rodaje de su vida. También fue la oportunidad para hacer el tipo de películas con las que creció y que le siguen gustando. "Cuando ves una película de terror, se activa ese instinto de lucha o huida", reflexiona el director. "Todo el mundo está en alerta máxima y a cada momento vives esa tensión que se prolonga una y otra vez. Y no siempre vale la pena... hasta que bajas la guardia. Entonces se apoderan de ti esos miedos despiadados e implacables.
"Es lo que quiero que el público experimente: estar en vilo toda la película y salir de la sala contento y con una sonrisa en los labios. Por eso vamos a estas películas, y es lo que las hace tan divertidas".