Cinemanía > Películas > El ritmo de la venganza > Comentario
Destacado: Llega a las salas de cine comerciales 'Vaiana 2'
El ritmo de la venganza cartel reducidoEl ritmo de la venganza(The rhythm section)
Dirigida por Reed Morano
¿Qué te parece la película?

Basada en la novela de Mark Burnell, EL RITMO DE LA VENGANZA está dirigida por Reed Morano ("El cuento de la criada") y los productores son los de la serie de películas de James Bond; entre sus protagonistas también destacan Jude Law y Sterling K. Brown.

EL RITMO DE LA VENGANZA ha sido dirigida por Reed Morano ("El cuento de la criada", Dentro del dolor y el guion, escrito por Mark Burnell, se basa en su novela de gran éxito de ventas The Rhythm Section: A Stephanie Patrick Thriller, traducida al español con el título de Bajo control. La película está protagonizada por Blake Lively (Un pequeño favor, "Gossip Girl,"), por el dos veces nominado al Oscar® Jude Law (The Young Pope, El talento de Mr. Ripley), el ganador del Globo de Oro® Sterling K. Brown ("This Is Us," Black Panther), Raza Jaffrey ("Homeland," "Perdidos en el Espacio"), Max Casella ("La maravillosa Sra. Maisel," Jackie), Richard Brake (Kingsman: servicio secreto;, "Ray Donovan") y Tawfeek Barhom ("The Looming Tower," "The Letter for the King").

Paramount Pictures y Global Road Entertainment presentan, en asociación con TMP e Ingenious Media - Una producción EON - Una película de Reed Morano, EL RITMO DE LA VENGANZA. Los productores son Michael G. Wilson y Barbara Broccoli. Los productores ejecutivos son Stuart Ford, Greg Shapiro, Mark Burnell, Rob Friedman, Vaishali Mistry, Donald Tang, Simon Williams y Gregg Wilson.

Desde su publicación en 1999, la novela de debut de Mark Burnell Bajo control ha sido aclamada por la pública y devorada por los lectores. La primera de una serie de cuatro libros de gran éxito, se centra en Stephanie Patrick, una joven del montón que se transforma en asesina internacional con el fin de vengar el asesinato de su familia.

El libro llamó la atención de los productores de las películas de James Bond, Michael G. Wilson y Barbara Broccoli de EON Productions, que reconocieron la especial oportunidad para crear un largometraje de acción y entretenimiento que a la vez resultase emocionalmente satisfactorio protagonizado por un personaje femenino original y poderoso.

"La historia lo aborda todo desde la perspectiva de una mujer, cosa que me parece novedosa e interesante", dice Broccoli. "Es fascinante ver cómo una mujer reacciona de manera diferente a un hombre ante situaciones tensas y peligrosas. El personaje tiene una gran humanidad, porque al principio cree que su vida no vale nada y que no tiene ningún derecho de seguir viviendo. Pero descubre que puede dedicar su vida a una misión trascendente". EL RITMO DE LA VENGANZA comienza años después del accidente de aviación en el que murieron los padres y dos hermanos de Stephanie, y ella quedó anímicamente destrozada. Profundamente deprimida y con adicción a las drogas, recurrió a la prostitución para financiar sus dependencias. "Tenemos a una chica normal, inteligente, que ha sufrido un trauma emocional", dice Wilson. "Destrozó por completo su vida y la empujó hacia una senda de autodestrucción. De pronto, percibe una forma de redimirse, buscando justicia".

Cuando un periodista de investigación sigue sus huellas y le explica la verdadera historia que subyace al accidente, Stephanie empieza a cambiar de punto de vista. "Lo que le revela el periodista lo cambia todo", dice Broccoli. "Cuando le dice que el accidente no fue tal, el sufrimiento contenido brota a borbotones y comienza realmente la historia". Broccoli y Wilson sentían una profunda admiración por la obra de Burnell y estaban convencidos de que nadie podría adaptar mejor su novela a la gran pantalla. "Mark ha escrito un fabuloso personaje femenino y le ha dado una voz poderosa, y nosotros estábamos convencidos de que era importante que nos mantuviésemos fieles a ese rasgo", dice Wilson. "Pensamos que Mark sería el más indicado para redactar el primer borrador, y lo que escribió fue de tal calidad que no tuvimos que llamar a nadie más para que colaborase en el guion. Tiene un talento portentoso".


Coger el ritmo
La misión de Stephanie exige introducirse en un mundo peligroso y desconocido con una identidad ficticia, sin contar con los años de rigurosa formación para operar de manera encubierta que los agentes secretos suelen recibir habitualmente. Su supervivencia depende de su férrea fuerza de voluntad y de las técnicas que sea capaz de aprender de Boyd, un antiguo agente del MI6, durante un curso rápido para comandos. Una de esas técnicas gira en torno a la forma de controlar el miedo y mantener la calma y la atención ante un peligro inminente, y da nombre a la película.

Tal y como explica Burnell, la idea de la "EL RITMO DE LA VENGANZA", y el control que una persona puede ejercitar sobre su mente y su cuerpo surgió del esfuerzo que tuvo que llevar a cabo personalmente para superar la repercusión emocional de un acontecimiento difícil que tuvo lugar en un momento anterior de su vida. "Visité a una hipnoterapeuta para tratar de superar ese acontecimiento, y una de las cosas que me dijo me resultó muy interesante y fue de gran ayuda", nos indica. "Me dijo que era imposible ceder al pánico si tenías la respiración bajo control, y que era posible obligar físicamente al cuerpo a respirar de manera controlada. Si sientes pánico, puedes obligarte a respirar más lentamente, y en cuanto lo consigues resulta imposible tener un ataque de pánico".

Burnell, a quien esta técnica le resultó extraordinariamente útil, aprovechó esta experiencia personal a la hora de escribir un libro sobre una mujer normal que, contra todo pronóstico, lograba lo aparentemente imposible. En el libro, compara los ritmos del cuerpo con los instrumentos que marcan el compás en una banda de música. "El corazón es la batería, la respiración es el bajo", escribe. "Si controlas esos dos instrumentos, estarás bajo control… Con una EL RITMO DE LA VENGANZA sólida, el resto de la canción sale solo".

Burnell está encantado de que la idea se mencione varias veces a lo largo de la película. "Hay algunas ocasiones en las que Stephanie tiene la situación bajo control, o no, y se esfuerza por controlar la respiración y, por tanto, eliminar el pánico. Es fabuloso ver la técnica en acción".


Un complot de última hora
Las historias sobre los repartos suelen comenzar habitualmente cuando un actor recibe un guion enviado por su agente, o habla con un director, pero como Blake Lively nos explica, la forma en que llegó a participar en EL RITMO DE LA VENGANZA fue de todo menos habitual.

La actriz estaba tratando de convencer a Reed Morano para que dirigiese otro proyecto al que estaba vinculada. La directora de fotografía convertida en directora había ganado un premio Emmy® y un premio del Sindicato de Directores de Cine de Estados Unidos por su trabajo en la serie alabada por la crítica "El cuento de la criada". Morano admiraba el trabajo que había realizado Lively en The Town. Ciudad de ladrones e Infierno azul, la película de suspense del año 2016 que protagonizó, y en la que se encargó de muchas de las escenas de acción, en la que interpretaba a una surfera que recurría a su inteligencia y a su fuerza de voluntad para sobrevivir al ataque de un gran tiburón blanco.

La pareja se reunió en un restaurante de Brooklyn una noche, y durante la cena, Morano, que estaba contratada para dirigir otra película, habló con gran interés a Lively sobre un guion que había leído y que estaba centrado en una mujer asesina. "Pasamos toda la noche hablando de este guion que le obsesionaba", dice Lively. "Ella no estaba contratada para dirigirlo, y yo nunca había oído hablar de él. Pero al final de la cena ninguna queríamos hacer las películas para las que estábamos contratadas y en su lugar nos moriríamos por hacer EL RITMO DE LA VENGANZA".

Lively localizó un ejemplar del guion, lo leyó y se enamoró del retrato crudo y realista de una mujer del montón que se lanza a la aventura para vengar el asesinato de su familia. "En la mayoría de las películas que ves asesinas son profesionales elegantes y escurridizas", explica. "En cuanto las ves sabes que lo van a lograr, y la violencia tiene un toque de elegancia y de estilo. Sin embargo, en esta película, la violencia es violencia. Cuando le quitas la vida a un ser humano, hay consecuencias materiales. Nunca es algo fácil de lo que te puedes desentender".

Otra de las cosas que convenció a Lively fue la participación de Broccoli en la película. "Sólo había oído cosas buenas sobre ella", recuerda la actriz. "A lo largo de toda mi carrera todo el mundo me había dicho que no sólo hacía películas increíbles, sino que también era una gran persona y tenía un buen gusto increíble y era muy amable y humilde a la vez".

Así que Lively llamó a Morano para exponerle una idea. "Le dije, ya sé que se supone que tienes que hacer otra película, y que se supone que yo tengo que estar haciendo otra película, pero ¿qué te parece que hagamos EL RITMO DE LA VENGANZA en vez de las otras?", recuerda. "¿Te gustaría que fuésemos juntas a hablar con Barbara y le dijésemos 'nos tienes a las dos en el proyecto'? Y Reed respondió sí, me encantaría hacer esa película contigo. Así que ese fin de semana se reunió con Barbara. Yo me reuní con Bárbara ese fin de semana, y entre las dos le suplicamos que nos contratase a ambas. Y Bárbara aceptó, ¡cosa que resultó increíble!"


Un trío terrible
Los productores siempre tuvieron claro que la película se beneficiaría de tener a una directora al timón, dice Broccoli. "Esencialmente es una historia femenina narrada desde un punto de vista femenino. Era muy importante que la narrase una mujer".

Ella y Wilson estaban familiarizados con el trabajo de Morano desde que realizó el piloto y los dos primeros episodios de "El cuento de la criada", de los que fue directora y productora ejecutiva, así como su largometraje de 2015 Dentro del dolor protagonizado por Olivia Wilde, Luke Wilson, Elisabeth Moss y Giovanni Ribisi.

"Reed respondió con gran intensidad al guion", dice Broccoli. "Cuando nos reunimos me contó todo tipo de detalles sobre sus sentimientos respecto del guion y el personaje, y los motivos por los que era tan importante para ella. Tenía unas opiniones muy claras sobre cómo reaccionaría una mujer ante la violencia y el asesinato, que es muy diferente a como lo haría un hombre".

Morano estaba muy emocionada ante la oportunidad de abordar una película de acción con una protagonista femenina, pero la película era mucho más que eso, dice. "Creo que lo que más me tocó la fibra sensible respecto de Stephanie era que tenía una gran determinación para hacer una tarea que parecía absolutamente imposible, algo que no habían conseguido personas que llevaban toda la vida preparándose para ello, que era encontrar a la persona responsable de que el avión se estrellase".

La directora dice que se sintió inmediatamente cómoda con Broccoli y todo el equipo de producción. "Cuando conocí a Barbara tuvimos una reunión inicial absolutamente asombrosa y conectamos en un plano emocional respecto de la función que desempeña la motivación en el guion. Eso es lo que más me gusta de Barbara y de Michael, que muestran un gran interés por la historia y porque todo tenga sentido, no sólo desde la perspectiva de la trama, sino también desde una perspectiva emocional. Cuando no entienden algo, preguntan los motivos, y no paran hasta que todo tiene sentido".

El tercer miembro del triunvirato cinematográfico era Lively, que estaba encantada de unirse al equipo compuesto por las otras dos cineastas femeninas. "Llevo 16 años haciendo esto y sólo he trabajado con una directora mujer en un largometraje y con otra u otras dos en la serie que estuve haciendo durante siete años", dice. "Reed era directora de fotografía antes de dedicarse a la dirección, así que es una fotógrafa impresionante. Y también es una gran directora de actores. Me dio algunas de las mejores indicaciones de interpretación que me han dado nunca".

Morano se muestra igualmente efusiva a la hora de hablar sobre las capacidades de su estrella. "Sabía desde el momento en que la conocí que tenía una gran determinación y capacidad", dice la directora. "Blake es una persona con gran empuje. Nunca renuncia, y prácticamente siempre hace todo lo que dice que va a hacer. Eso es lo verdaderamente impresionante sobre ella: Su determinación para hacer cosas que nadie sabe que puede hacer; por eso sorprende constantemente a los demás".

Wilson está de acuerdo. "Blake es una actriz fantástica y nos ha encantado trabajar con ella", dice el productor. "Realmente se lanzó de cabeza a esta película. Ha funcionado muy bien con Barbara, Blake y Reed. Son grandes líderes".

En cuanto a Broccoli, Lively dice que los rumores que había escuchado sobre ella resultaron ser ciertos. "Barbara siempre pone a los demás por delante de sí misma", dice la actriz. "Es muy maternal y cariñosa y se preocupa por todo el mundo, y además tiene una gran amabilidad y humildad. Está siempre repartiendo botellines de agua y cosas para picar a todo el equipo. Y, sin embargo, es la persona en la que debían estar pensando cuando acuñaron la frase "No confundas amabilidad con debilidad", porque es toda una fuerza de la naturaleza, capaz de mostrarte que no hace falta ser duro ni maleducado para ganarse el respeto de la gente".


Los héroes de acción ya no son lo que eran
El novelista y guionista de cine Burnell quedó encantado al ver que las cineastas se esforzaban por llevar a la pantalla el personaje que había creado tal y como él lo imaginaba. "Una de las cosas de la película que me gusta es que Blake y Reed han conseguido captar perfectamente la forma patosa y desgarbada de actuar y expresarse de Stephanie", dice. "En su primera misión está aterrorizada. Está increíblemente nerviosa, e incluso cuando empieza la acción, no actúa como el tipo de asesinas femeninas eficientes que Hollywood nos suele ofrecer. Actúa absolutamente a golpe de impulsos".

Para Morano y Lively era importante que el público viese hasta qué punto estaba física y mentalmente hundida Stephanie al principio de la película. "Stephanie era una adicta y una prostituta", indica Lively. "En las películas, eso suele suponer que el personaje es sexy y elegante, y lleva encima lencería de Kiki de Montparnasse por valor de dos mil euros. Sin embargo, en la realidad, es una vida trágica, llena de sufrimiento. Y era realmente importante que nosotras, como mujeres, dijésemos que no era un objeto sexual femenino. Era una persona que había tenido una vida ordenada básicamente, y que había sufrido una tragedia de la que no había sido capaz de recuperarse. Y ahora la sociedad simplemente se había desentendido de lo que le pasaba".

Aunque en la película se muestran breves retazos en flashback de la agradable vida familiar que tuvo Stephanie en el pasado, Lively afirma que el pasado del personaje queda deliberadamente difuso para que el público pueda ponerse en el lugar de la protagonista. "No nos interesaba mostrar sus orígenes de una forma muy específica, porque queríamos que el público que estuviese en la sala pensase, '¡Dios mío! Si me viese en la situación de tener que vengar a un miembro de mi familia pegándole un tiro a alguien, ¿sería capaz de apretar el gatillo a la hora de la verdad?'".

Lo que está claro es que Stephanie está rota por el dolor y devastada por el sentimiento de culpa por la desaparición de su familia. "Es simplemente una universitaria de una familia de clase media", dice Morano. "Probablemente el hecho que define su existencia es que fue la chica que perdió a su familia y a la que todo el mundo le decía siempre "¡cuánto lo siento!", y eso la lleva a desear desconectar de la realidad y tener una vida diferente. Empieza a drogarse para atenuar un poco su sufrimiento, pero la situación no deja de empeorar".


La espía que salió del frío
Después de que su frustrado intento de asesinar a Reza Mohammed, el autor del atentado, provoque otra tragedia, Stephanie busca la ayuda del antiguo agente del MI6 Iain Boyd, que está retirado en una cabaña rústica de las Highland escocesas.

El papel de Boyd está interpretado por Law, dos veces nominado a los premios Oscar, que dice que se sintió atraído al proyecto, en parte, por la oportunidad de trabajar con Morano. "Había visto su trabajo y estaba verdaderamente interesado cuando nos reunimos", dice. "Tenía una gran visión, y estaba cargada de energía. Me gustó su interpretación del guion, el hecho de que estuviera emocionada porque era algo crudo y sin pulir, por el hecho de que no fuese la típica transformación de persona normal a asesina de altos vuelos que hemos visto tantas veces. Era una interpretación cargada de relaciones humanas y de debilidades humanas. Y quería mostrar la personalidad de los personajes, en vez de recurrir únicamente a las escenas de lucha y las persecuciones con automóviles".

Tal y como explica Morano, Boyd tenía que superar un periodo de prueba en el MI6. "Técnicamente, se suponía que no estaba trabajando para ellos", dice la directora. "Se ha apartado de la sociedad y vive en el medio de la nada. Tenía la impresión de que Jude era el perfecto Boyd. Estaba empeñada en que fuese una persona con mucha profundidad, con muchas capas de personalidad".

El actor dice que su personaje, un efectivo operativo especial de elite, era "respetuoso con el reglamento, ordenado y con un estricto sentido ético. Es bastante confiado, pero tiene que cargar con un sentimiento de remordimiento y de tener asuntos pendientes. Me gustaba la idea de crear un personaje que tuviese claramente un lado oscuro y una vulnerabilidad que no necesariamente se apreciase a simple vista".

A Morano le encantó que Law optase por no interpretar a Boyd como el típico sargento de instrucción duro e insensible. "Jude es inherentemente una persona muy amable", observa. "En consecuencia, transmite la imagen de guía y socio acogedor, en vez de persona desalmada y fría que únicamente se preocupa por su propio interés".

Cuando Stephanie se presenta ante la puerta de Boyd está hecha un desastre: asustada, resentida y todavía enganchada a las drogas. "No tiene ningún otro lugar al que acudir, por lo que le hace la vida imposible y no deja de atosigarle hasta que, en mi opinión, él le proporciona la formación para quitársela de encima", dice Lively. "Además, él es un personaje verdaderamente solitario. Vive en el medio de la nada en Escocia. Así que me parece que es un cascarrabias que tal vez esté secretamente contento de tener un poco de compañía".

Stephanie quiere que Boyd la entrene para matar, con el objetivo de poder vengarse de las personas que asesinaron a su familia. Pero antes de hacerlo, Boyd quiere estar seguro de que ella está tan motivada y comprometida con la misión como afirma, y que va a ser capaz de soportar la presión. Así que la pone a prueba, haciendo, entre otras cosas, que recorra una larga distancia a nado en un lago escocés gélido.

"Su forma de dar formación es, en ocasiones, muy poco ortodoxa", dice Law. "No puede convertirla en una especie de ninja de la noche a la mañana. Entonces, aprovecha las capacidades y los activos que ya tiene ella. Ella no deja de insistirle en que le enseñe a combatir cuerpo a cuerpo, pero él sabe que no tiene tiempo para hacerlo. En su lugar, trata de sacar de su interior una cierta furia natural y violencia controlada".

En una escena de gran tensión, ambientada en la diminuta cocina de Boyd, él la provoca hasta el extremo de conseguir la reacción que estaba buscando. Ella se lanza a por él, y los dos forcejean hasta que ella experimenta la sensación visceral de lo que supone tratar de herir a otro ser humano.

Lively afirma que es la escena de la película de la que más orgullosa se siente. "Es una pelea de tres minutos de duración que filmamos en una sola toma", explica. "Los actores no suelen hacer sus propias escenas de riesgo, salvo que seas Tom Cruise y te dediques a saltar de aviones en pleno vuelo y a ser increíble. Y normalmente no se suelen rodar escenas de pelea en una sola toma, sino que se hace un montaje combinando diferentes tomas para que dé la impresión de acción continuada. Realmente fue muy intenso, porque no era sólo cuestión de coreografía, también teníamos que actuar durante la escena".

La actriz dice que tanto ella como Law estaban nerviosos y a la vez emocionados ante la perspectiva de rodar la escena. "En cierta manera estábamos aterrorizados", recuerda. "Teníamos que molernos a palos entre los dos. Y hay momentos en los que, aunque todo estaba coreografiado, tuvimos que improvisar porque no somos luchadores profesionales".

Morano dice que le encantó el resultado. "Tener la oportunidad de poner a Blake y Jude en aquella cocina y que se pegasen entre ellos mientras la cámara rodaba fue una decisión arriesgada, pero logramos que la escena pareciese absolutamente real y auténtica, porque lo que aparece en pantalla es precisamente lo que ellos hicieron".


El informador
Sterling K. Brown, que ganó un Globo de Oro por su papel de Randall Pearson en la serie de largo recorrido "This Is Us," interpreta al estadounidense Marc Serra, un antiguo alto cargo de la CIA que ahora vende información reservada al mejor postor. Stephanie, actuando con la identidad ficticia de la asesina a sueldo Petra Reuter, se reúne con Serra en Madrid, la ciudad en la que vive.

"Serra sabe dónde está la gente, cómo encontrarla, y cómo llegar a ella", explica Brown. "Stephanie le busca porque tiene información que le puede ayudar a localizar a un individuo cuya identidad en clave es U17, que es el responsable del atentado que sufrió el vuelo de sus padres. Ella tiene que ponerse en contacto con ciertas personas; él necesita asesinar a ciertas personas. Así que ambos tienen algo que ofrecer al otro".

A lo largo del tiempo, su relación evoluciona hacia algo más personal. "Yo diría que tanto Serra como Stephanie son aislacionistas", observa Brown. "Y a ambos les gusta ser así, aunque a la vez también echan de menos la conexión. Así que, aunque puede que no empiecen su relación como amigos en el sentido estricto de la palabra, ambos reconocen en el otro a su alma gemela. Es una cosa que ninguno de los dos está dispuesto a reconocer, porque admitir la vulnerabilidad también es admitir la debilidad. Y ninguno de los dos puede permitirse el lujo de parecer débil".

Brown cree que su personaje, al igual que Stephanie, ha llegado a su profesión actual casi por accidente. "Es algo que casualmente se le da bien y que le permite ganar mucho dinero", dice el actor. "Su sentido ético se deteriora con el tiempo hasta el punto de no sentir nada ante cosas que en el pasado le hubiesen incomodado. Es una lección sobre la facilidad con que se puede perder la empatía hacia los demás. Si haces algo durante un periodo de tiempo suficientemente prolongado, esa actividad se adueña de ti, y tú te olvidas de lo que fuiste en el pasado".

La oportunidad de interpretar un personaje tan diferente del que interpreta en "This is us" fue un aspecto muy positivo para Brown. "Randall es incapaz de matar una mosca. Así que fue verdaderamente interesante hacer algo un poquito más subversivo y diferente de lo que el público está acostumbrado a verme hacer".

Lively no titubea a la hora de alabar el trabajo de Brown, a quien describe como uno de los mejores compañeros de escena que ha tenido jamás. "En el momento en que me encuentro con él en una escena empiezo a llorar inmediatamente, porque sus ojos rebosan sentimiento y tiene una gran presencia", dice. "Me siento verdaderamente afortunada de haber podido trabajar con él. Tuvo una participación muy breve en el rodaje, pero le estamos todos tremendamente agradecidos. Todos admiramos su trabajo".

Brown devuelve los cumplidos sin pensárselo dos veces. "Blake lo clava en esta película. Va a dejar al público con la boca abierta con su interpretación", dice. "Está muy comprometida con su trabajo, completamente centrada, no se parece en nada a su personaje. Es una persona alegre, vivaz, bulliciosa. Y su personaje no es nada de eso. La gente se va llevar una enorme sorpresa. Cuando leí el guion por primera vez, recuerdo que pensé, si Blake no clava el personaje, la película no va a funcionar, porque aparece en todas las páginas. Afortunadamente, Blake lo clavó".

El actor reconoce el mérito de Morano a la hora de ofrecer a los actores la oportunidad de descubrir a sus personajes, a la vez que les hacía indicaciones cuando lo necesitaban. "Ha hecho un trabajo excelente al dejarnos el margen necesario para actuar", dice. "Tiene un maravilloso instinto sobre lo que quiere hacer para darle la vuelta como un calcetín al género de espías. No trata de recrear algo que ya se haya hecho en el pasado. Se esfuerza por hacer algo nuevo, y eso tiene muchísimo mérito".


El periodista
Aunque Boyd es la persona que facilita la evolución de Stephanie, de víctima en proceso de autodestrucción a guerrera empoderada, el catalizador de ese cambio es el periodista de investigación Keith Proctor, interpretado por el actor y cantante inglés Raza Jaffrey.

Proctor ha convertido en su misión en la vida la revelación de la verdad sobre las causas del accidente de aviación en el que murieron más de 200 personas, entre las que estaban los padres y los hermanos de Stephanie. Con la esperanza de conseguir una entrevista con Stephanie, se presenta en el burdel en el que esta trabaja y le explica lo que ha descubierto. Inicialmente, ella reacciona haciendo que los matones del burdel le echen de allí, y ya de paso, le den una paliza. Pero posteriormente, para sorpresa de Proctor, se pone en contacto con él.

"Que la familia de Stephanie hubiese muerto en un accidente de aviación que fuese un incidente fortuito significaba que ella no podía hacer nada, salvo castigarse por el papel que había desempeñado en el acontecimiento", dice Lively. "Sin embargo, cuando descubre que fueron asesinados, supongo que tiene el deseo de hacer que otras personas sientan el dolor que ha estado sintiendo ella".

Proctor también se encuentra en un punto de inflexión en su vida. "Lleva tiempo como periodista, pero nunca ha tenido una historia tan importante como ésta, por lo que la situación es potencialmente explosiva para su carrera", dice Jaffrey, entre cuyos trabajos más recientes cabe mencionar papeles destacados en las series "Homeland", "Perdidos en el Espacio", y "Código Negro". "En su intento por dotar a la historia de una perspectiva personal, descubre a Stephanie, y se da cuenta de la repercusión que ha tenido el atentado sobre las familias de las víctimas. Descubrir en qué se ha convertido Stephanie provoca en él sentimientos muy sombríos".

Proctor había sido informado por Boyd de que no había sido una fuga en el depósito de combustible, sino una bomba, lo que hizo que el avión se estrellase. Lo que resulta aún más estremecedor es que los servicios secretos británicos y estadounidenses supiesen quién había puesto la bomba, y que esta persona pudiese deambular con total libertad por Londres. Stephanie es la primera persona con la que Proctor comparte esta información. "Probablemente sea la persona menos indicada con la que compartir esta información, pero el periodista se siente obligado a decírselo", afirma Jaffrey. "Es una forma de lograr que ella esté más dispuesta a exponer cuáles han sido sus circunstancias. Así que se lo dice, lo que puede que sea una decisión verdaderamente equivocada".

Por lo que respecta a Lively, Jaffrey es el actor perfecto para el personaje de un periodista concienzudo y comprensivo que tal vez se haya involucrado demasiado en la historia. "El elenco ha sido maravilloso, porque Raza es una persona que exuda empatía por todos los poros", dice; "es la amabilidad personalizada. Si Reed hubiese tenido que hacerle alguna indicación sobre su interpretación habría sido simplemente "sé menos amable", porque es todo simpatía y amabilidad".


Un tipo de película de acción diferente
Para captar el trabajo de su impresionante elenco, Morano reunió a un equipo técnico de primer nivel, en el que destacaban el aclamado director de fotografía Sean Bobbitt, entre cuyos trabajos cabe mencionar 12 años de esclavitud y Viudas, como director de fotografía, y Chris Corbould, que ha creado efectos en más de una docena de películas de James Bond y ha ganado un Oscar por su trabajo en Origen, como director de la segunda unidad y supervisor de efectos especiales.

Lively quedó muy impresionada por la imagen de la película y los resultados de la colaboración entre Morano y Bobbitt. "Reed había sido directora de fotografía antes de dirigir películas, y en ocasiones se encargaba de manejar la cámara. Sabe cómo reaccionar ante los actores y sus interpretaciones. No se limita a preparar la toma y captar la escena; En el momento del rodaje está pendiente de todo, y Sean es también así. Por ejemplo, es posible que enfoquen la cámara hacia las manos del actor, en vez de hacia el rostro, si lo que hacen las manos es más elocuente para la historia".

A Brown también le pareció destacable la forma en que Morano aborda el trabajo de cámara. "Es tremendamente participativa", dice el actor. "Agarra la cámara, la pone en marcha y se pone a rodar. Y le encantan las tomas que son muy... yo diría que la palabra es claustrofóbicas. Rodó una escena con la cabeza apoyada en el regazo de Reed, para que ella pudiese acercarse al máximo a Stephanie sin que yo dejase de estar dentro de su rango visual".

En cuanto a las escenas de acción de la película, Morano optó por tomas largas siempre que fue posible. "Me parece que todo es más brutal y más real cuando no cortas la acción", afirma. "Creo que el público se ha acostumbrado a que le den momentos de respiro. No hacer cortes en la toma ayuda al público a comprender lo que siente realmente el personaje, o al menos a ponerse en su lugar. Es más arriesgado, y también hace que las escenas sean más viscerales y más intimidantes".

La directora empleó esta técnica a la hora de rodar una de las escenas más emocionantes de EL RITMO DE LA VENGANZA, en la que Stephanie es perseguida por las calles de Tánger después de llevar a cabo su primera misión. Fue necesario que Bobbitt y el responsable del encuadre estuvieran en el coche con Lively. Como explica el director de fotografía, "todo el concepto de la escena de la persecución de coches gira en torno a que toda la toma tenga lugar en el coche junto a Stephanie. Así que estuvimos con ella, con la cámara, durante toda la persecución, como si estuviésemos en el asiento del pasajero, viendo todo a medida que sucedía".

Incluso el veterano de películas de acción Corbould afirmó que nunca antes había utilizado este método de rodaje en una persecución. "Construimos soportes específicos para la cámara que permitiesen rodar a Sean, de modo que pudiese enfocar de lado, desde atrás o desde delante", dice Corbould. "El trabajo de cámara logra que sea una escena verdaderamente musculosa".

Morano dice que la idea se le ocurrió al leer el guion. "Recuerdo con claridad un fragmento en el que Stephanie está a punto de atravesar un cruce y Mark había escrito que Stephanie había cerrado los ojos antes de lanzarse hacia el cruce, aunque había camiones acercándose. Está tan superada por las circunstancias, cosa que le pasaría a la mayoría de las personas, que cierra los ojos y se lanza. En ese mismo momento, pensé que esa persecución de coches tenía que rodarse en una sola toma, desde dentro del coche, justo al lado de la conductora".

"Incluso cuando trabajaba como directora de fotografía", prosigue la directora, "nunca me ha gustado rodar las persecuciones con el coche sobre un remolque, o con la cámara en una plataforma sobre el techo, o con la cámara montada en un remolque, simulando el vehículo de la persecución. Siempre tengo la impresión de que la pared de cristal que me separa del personaje me saca de la escena. La cámara tiene que estar allí, junto al personaje".

Corbould dice que estudió una antología de persecuciones de coches, desde Bullit a Ronin y se dio cuenta de que eran muy largas y repetitivas. "Eran persecuciones fantásticas, pero ¿cuántas veces quieres ver a un coche derrapando al tomar una curva? ¿Cuántas veces quieres ver cómo golpea al otro coche desde atrás? Creo que hemos logrado una intensidad que no he visto en muchas otras persecuciones de coches".


Al infierno en autobús
Otra secuencia que fue todo un desafío para el equipo de efectos especiales fue la enorme explosión de una bomba que tiene lugar al acercarse el clímax de la película. Stephanie se enfrenta cara a cara con un terrorista suicida que piensa hacer estallar una bomba en un autobús, y escapa por los pelos antes de la deflagración. Corbould, que aparecía en el libro Guinness de los récords por la explosión que montó en la guarida de Blofeld en la película de James Bond Spectre, ha vuelto a aplicar su enorme experiencia en los efectos especiales materiales.

Para captar la emocionante conclusión de la escena, Corbould y su equipo prepararon un autobús diferente junto a la catedral, en el centro de Cádiz, ciudad que hace las veces de Marsella en la película. El objetivo era crear una explosión verosímil que fuese proporcional a los explosivos que se llevan en un chaleco bomba. "Existe la tentación de empezar a poner enormes bolas de fuego que salen del estallido, pero queríamos que la escena fuese cruda y absolutamente realista", añade. "Así que lo único que se ve son los restos que salen volando, el polvo que sale volando y el humo que sale volando en estrecha proximidad a nuestra actriz principal, que se esconde tras un coche. La escena es exactamente igual a lo que sería en la realidad la detonación de un explosivo de alta velocidad en el interior de un autobús".

Lively estaba realmente en el autobús que explota segundos antes de que saliese por los aires. "El autobús estaba cargado de materiales explosivos que parecían literalmente cartuchos de dinamita de los que aparecen en los dibujos animados", dice. "Y de pronto me dicen… 'tres, dos, uno, ¡corre!' Y salgo pitando del autobús a la vez que Sean tiene que correr de espaldas a toda velocidad para filmarme a mí y al autobús. Recuerdo que estaba dentro del autobús y el equipo gritaba, 'Atento todo el mundo, tenéis que estar al menos a quince metros de distancia del autobús.' Y todo el mundo iba con casco, así que me dio por pensar, ¿yo estoy dentro del autobús del que todo el mundo tiene que estar a 15 metros de distancia? Eso no es una buena idea. Me imagino que saben lo que hacen, al fin y al cabo, esta gente hace las películas de James Bond".


Un baño helado
En la escena en la que Boyd le exige a Stephanie que vuelva a su cabaña atravesando a nado un lago gélido no se emplearon efectos especiales. "Blake se metió al agua, lo hizo todo ella y lo hizo como una jabata", dice Morano. "Quería hacerlo todo en una toma, que mostrase como se adentra en el lago, para que fuésemos todos conscientes de que era ella la que se metía en el agua. Y se zambulló en el agua, que estaba a una temperatura de 7 °C, que era más o menos la temperatura del aire en aquel momento".

Lively recuerda que había asistencia médica en el lugar de rodaje y que únicamente le permitían estar dentro del lago durante un máximo de un minuto y medio, que era más o menos la duración de la toma. "Y sólo podía meterme hasta la altura del muslo", dice. "Decían que no podía meterme en el agua hasta el tronco porque es donde están los órganos internos que pueden entrar en parada rápidamente si se sumergen en agua tan fría".

La actriz estaba forrada de ropa hasta el instante de iniciar la escena, pero para el momento en que se queda en ropa interior, estaba tiritando. "En ese instante ya estaba helada y tenía la carne de gallina. Me voy metiendo en el agua y es como si me clavasen cuchillos. Y de pronto el cuerpo empieza a temblar involuntariamente. Si hubiese sido una película más refinada, habría hecho un esfuerzo sobre humano para tratar de no temblar, pero como en esta película mostramos lo que pasa realmente, deje que el cuerpo hiciese lo que haría normalmente. Este es el momento de que Stephanie se demuestre lo que vale a sí misma, y no a Boyd".

"Así que llegué hasta la altura de los muslos, y ese era el momento en el que se suponía que había que cortar", prosigue. "Pero Reed y yo somos verdaderamente estúpidas cuando nos lo proponemos. Ella estaba pensando, 'Te conozco. Sé que te vas a tirar de cabeza al agua para que lo grabe la cámara.' Y yo soy muy competitiva, y me gusta colgarme medallas. Así que justo antes de que dijesen '¡corten!' me zambullí hasta los hombros. Y la asistencia médica empezó a decir '¡No puede hacer eso!' Así que salí corriendo del agua y me metieron en una bañera caliente para evitar un ataque de hipotermia".

Morano recuerda que en cuanto estuvo en la bañera, Lively le preguntó si tenía lo que necesitaba para la escena. "Me dijo '¿Tienes la toma buena? Lo hago otra vez si hace falta' Blake es así. Se entrega religiosamente. Cuando hace algo convencida, pone toda su alma en ello, de principio a fin, y durante el rodaje hizo cosas verdaderamente impresionantes. No creo que la gente se dé cuenta de lo que es capaz de hacer Blake, y sé que en nuestra película simplemente hemos arañado la superficie".


Una expedición por todo el mundo
EL RITMO DE LA VENGANZA tiene lugar en entornos muy alejados unos de otros, en tres continentes diferentes. La misión de Stephanie la lleva de Londres al norte de Escocia, Madrid, Nueva York, Tánger y Marsella.

La vieja ciudad portuaria española de Cádiz, que hace las veces de Marsella en la película, comparte con la ciudad portuaria francesa los colores tenues y cálidos y las calles bañadas por el sol, dice el diseñador de producción Tom Connoy. "Las paredes de piedra tienen texturas muy ricas, y son de un color muy similar al de Marsella. Como en Marsella hay muchísimos grafitis, durante el rodaje contamos con la colaboración de un grafitero que consiguió una ambientación verdaderamente cruda".

Para las escenas ambientadas en Tánger, Marruecos, el equipo de producción eligió Almería, que está justo enfrente de la ciudad marroquí, en la costa mediterránea española. "Son muy parecidas", dice Conroy, "aunque añadimos algunas señales en árabe, por supuesto". El rodaje tuvo lugar dentro y fuera de edificios históricos, envejecidos, que reflejaban la narrativa de la historia. "Es un lugar fantástico para que Stephanie encuentre a un personaje importante que lleva años maltratado por el consumo de alcohol y cocaína", añade Conroy. "Eso queda representado en la casa en la que rodamos, que se estaba viniendo literalmente abajo, igual que el personaje".

En cuanto al complejo de Boyd en Escocia, los cineastas optaron por Ballinrush, en el condado de Wicklow, en Irlanda, al sur de Dublín. Allí el equipo de Conroy remodeló una vieja lonja de pescado y colocó a su alrededor unas cuantas barracas Quonset, para que tuviera la necesaria apariencia militar. "Boyd está en una especie de exilio en Escocia, y es una persona muy solitaria y autosuficiente", dice Conroy. "Por eso elegimos esa localización. Puedes mirar 360 grados a tu alrededor, y no tener ni una sola casa a la vista".

Law dice que la casa y su entorno son muy significativos a la hora de entender a su personaje. "En primer lugar, captas la sensación de sombría soledad que le rodea, y así puedes entender su mentalidad. Pero también está la belleza pura del paisaje. El hecho de que haya elegido un lugar en el que está seguro y en el que puede tener una actitud Zen consigo mismo. Ese tipo de entorno se adentra en la cámara. Hay unos extraordinarios cambios de iluminación y de condiciones climatológicas. Es verdaderamente espectacular".


Una travesía compleja y emocionante
Law sugiere que la motivación de Stephanie para vengar la muerte de los miembros de su familia es simplemente un primer paso hacia el descubrimiento personal. "En mi opinión, la narración de la venganza es muy buena, y tú deseas que lo consiga, pero a la vez, te das cuenta de que es una primera etapa hacia algo más", afirma el actor. "Se está purificando, aprendiendo a respetarse, tratando de encontrar respuestas. Hay una cosa clara, abre una puerta y se introduce en un escenario que le cambia la vida, y una vez hecho eso, ya no hay vuelta atrás. Ella es perfectamente consciente de este hecho, y tú eres su acompañante durante esta peripecia. Es una travesía compleja y emocionante, que da lugar a una película compleja y emocionante".

Lively confía en que al público le sorprenda y le entretenga la película, en la que se evitan los tópicos gastados del subgénero de asesinos, en favor de una trama y unos personajes mucho más polifacéticos. "Stephanie no comienza siendo un desastre en los asesinatos para convertirse súbitamente en una máquina de matar en el segundo acto y llegar al acto final de la película engalanada con vestidos de noche y zapatos de tacón y manejando pistolas y exterminando a sus objetivos con irreprochable elegancia" observa. "Hay tensión sexual. Hay diversión. Hay acción. Pero también hay una dimensión muy humana. Y por eso creo que esta película es tan especial".