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Paradise Hills cartel reducido finalParadise HillsDirigida por Alice Waddington
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Ópera prima de la directora bilbaína Alice Waddington. Con un reparto encabezado por Emma Roberts (Nerve, American Horror Story), Danielle Macdonald (Patti Cake$), Awkwafina (Crazy Rich Asians, Ocean's Eight), Eiza González (Baby Driver), Jeremy Irvine (War Horse), Arnaud Valois (120 pulsaciones por minuto) y Milla Jovovich (Resident Evil).

Producida por Adrián Guerra y Núria Valls, Paradise Hills cuenta con guion de Nacho Vigalondo y Brian DeLeeuw. Entre los jefes de equipo, destacan el director de fotografía Josu Inchaustegui (La sombra de la ley), la directora de arte Laia Colet (Eva), el compositor Lucas Vidal (Palmeras en la Nieve), el montador Guillermo de la Cal (Mientras duermes), el diseñador de vestuario de Alberto Valcárcel (Superlópez), el diseñador de sonido de Oriol Tarragó (Lo Imposible) y los efectos visuales de Alex Villagrasa (Blackwood).

Seleccionada para la sección Next del festival de Sundance, dedicada a las obras más osadas que se distinguen por un enfoque innovador y avanzado para contar historias.

Paradise Hills es una producción de Nostromo Pictures y Colina Paraiso AIE con la participación de RTVE y el apoyo del ICAA, ICEC y creaSGR.


Notas de la directora (contiene spoilers)
En 2015, comencé a trabajar con la guionista Sofía Cuenca en el tratamiento y las primeras piezas de arte conceptual para Paradise Hills. Intenté imaginar algo más narrativo que mi corto Disco Inferno: una historia gótica pero futurista, sobre temores femeninos universales (soledad, edaísmo, co-dependencia) ambientada en nuestro propio mundo, dentro de unas cuantas décadas.

Andaba también preocupada por el uso que mis primas y primos más jóvenes hacían de sus redes sociales. Sentía que tenían en la mano una ventana al mundo que les decía que nunca iban a ser lo suficientemente guapas, atractivas o populares. Sentía que los adultos estábamos reciclando las presiones del instituto y validándolas o alargándolas demasiado.

Quería también regalarle a mi yo de trece años, ese que se escondía en los baños del instituto a leer literatura fantástica, un cuento de hadas que hiciera de manzana venenosa. Lleno de todas las delicias visuales y narrativas que me fascinaban cuando era adolescente y veía El Señor de los Anillos o La historia Interminable: fantasía, manga shôjo de los 90, ciencia ficción y pelis históricas. Sobre chicas jóvenes que se atreven a habitar mundos excéntricos, reales o imaginarios. Algo que nos hubiera motivado a mí y mis amigas a realizar nuestros sueños.

Nuestras chicas están bastante marginadas porque se niegan a adaptarse a las normas sociales. Algunas no desean un matrimonio concertado, otras buscan la libertad de amar a otro género, o tienen mentes o cuerpos no normativos.

Tampoco quieren gustarse entre sí al principio, pero terminan uniéndose, porque personifican la idea de mujeres "rotas" que necesitan ser reparadas. Ellas ya andaban "encerradas" juntas antes de poner pie en la Residencia.

En Paradise Hills, veo una cápsula de mi propia inocencia, el mundo sin el cinismo de la edad adulta. Como ser una mujer joven, es imperfecta, peligrosa y a ratos reta a lo establecido.

El principal desafío fue hacer parábola sin sermonear, a través de un género único. Paradise Hills tuvo que convertirse en un thriller de ciencia ficción refrescante y tropical, rindiendo homenaje al idealismo de La Fuga de Logan, el retro-futurismo folk de El prisionero o las valientes princesas de Guillermo del Toro, a cargo de sus propios destinos.

Me empeñé tanto en mantener los elementos más femeninos del diseño como para tener escenas de acción, en un thriller femenino poco convencional que todos y todas pudieran disfrutar a su manera.

Cuando de adolescente descubría mi propia orientación como persona LGTBQ+, pensaba que eventualmente llegaría a una comprensión repentina de mi identidad. Que vería mágicamente todas las piezas caer en su lugar.

Ahora, estoy empezando a entender que nuestros destinos, al igual que el final de nuestra peli, son tan abiertos como cada viaje que el futuro nos trae.


Diseñando el mundo de Paradise Hills
Al principio del proceso, cuando Paradise Hills era sólo una idea, existía en forma de seis paneles de arte conceptual que había dibujado y compuesto.

Dichos paneles representaban cómo los villanos se acomodaban en su estatus social -por ejemplo, la mansión estilo Queen Anne de uno de los villanos, o cómo el despacho de la Duquesa mostraba su espeluznante pasado colonial. Ahí estaba el mirador romántico rodeado de cerezos, la extraña Cámara de Terapias, la catacumba subterránea de la piscina y las cuevas, cada una con sus propios residentes.

Cuando desarrollamos dichos elementos visuales con nuestro fantástico equipo liderado por Laia Colet, casi todo estuvo permitido: desde Picnic in Hanging Rock hasta El Abominable Doctor Phibes. Dimos preferencia a desde la década de 1920 hasta 1970, ya que encuentro entrañable la forma en que productoras como la Hammer Films solían recrear décadas anteriores.

Como proceso, gran parte de la diversión vino de tomar personajes estilo ‘Manic Pixie Dream Girl’ y escenarios que a veces se nos presentan como objetivos vitales (ej: Breakfast at Tiffany’s, Funny Face) pero convertirlos en auténticas pesadillas.

De lado de la ciencia ficción, artistas conceptuales de mediados de siglo como el estilo paleo-futurista de Syd Mead y el cómic de Mora-Giménez Dani Futuro fueron grandes referencias arquitectónicas y paisajísticas. Pero también videojuegos como Portal, con un toque gótico añadido. También incordié a nuestro equipo con ‘artbook’ de estilo manga de autoras como CLAMP— mis favoritos eran For Your Eyes Only, Clover or Xxx Holic.

Las pinturas tropicales de atardeceres de Federic Edwin Church en los años 50, las románticas imágenes marinas de Hans Gude, los tonos violeta y verde de Eyvind Earle, los interiores diurnos de Carl Vilhelm Holsøe… alimentaron muchas de nuestras ideas sobre la luz.

Exploramos un uso intenso del color encontrado en las obras de la década de 1940 – The Red Shoes, Ziegfeld Follies –. Los tonos fríos en el prólogo dejan paso a la agradable y abundante luz isleña, dorada. Incluso el azul del mar y el verde de nuestras palmeras parecen bañados permanentemente por la calima. A medida que la historia continúa, el rosa paródico de la Duquesa envuelve a nuestras protagonistas como una hiedra venenosa. Nuestras excursiones nocturnas conducen a más y más escenas oscuras, en las que las duras y expresivas luces fluorescentes nos persiguen. Y el final es como un brillo determinado de oro que se disuelve en esa oscuridad.

Cuando buscamos localizaciones, exploramos desde edificios modernistas de Barcelona hasta selvas o jardines botánicos de Gran Canaria. Sabíamos que la arquitectura brutalista era una elección interesante para nuestra re-interpretación del castillo gótico, otro personaje de la historia. Así, nuestro incansable equipo encontró casas privadas que encajaban a la perfección, pero también mansiones eduardianas, palacios del siglo XVI e incluso centros llenos de supercomputadoras vanguardistas.

Elegimos la costa Mediterránea española por esos voluptuosos acantilados, color ocre y vegetación verde oscura. Se estableció que las flores llenarían cada plano, y no sólo de manera decorativa, ya que tenían un objetivo secreto en la historia.

Decidimos hacer que el vestuario formara parte de nuestros sets, como en referencias al hilo de Piel de Asno o Las Chicas de Rochefort. A nuestro proceso de diseño le vino bien ser un crisol de épocas: la Duquesa utilizaba corsés del siglo XVIII y sombreros de ala ancha. Pero ¿Por qué no podían los invitados a nuestro salón de baile vestir tocados after-punk? Nos volvimos a ver My Fair Lady de Cecil Beaton, La Bella y la Bestia de Cocteau y The Draughtsman’s Contract— e igualmente revisamos la estética de vídeo musical de los 80 (Grace Jones, Gazebo…) e incluso varios videojuegos, como mencionaba (Final Fantasy XIII, Dragon Age II)

Diseñadores como Alexander McQueen, Vivienne Westwood o Iris van Herpen también fueron relevantes al proceso. Nuestras residentes llevan complejos camisones inspirados por las modas japonesas estilo Gothic y Sweet Lolita o las bailarinas de Degas, y escuchamos el "Pero ¿quién se mete en cama así?" más veces de las que pudimos contar.


Sobre el reparto
En parte debido a la estética de Paradise Hills, necesitábamos un corazón emocional que nos acercase la historia al presente. Mujeres que nos recordaran a nuestro grupo real de amigas: valientes, divertidas y cercanas.

Cuando estábamos haciendo el casting de la película, recuerdo que mi madre siempre decía: "Sólo una actriz muy decidida querrá interpretar a Uma". Y vaya si tenía razón. Emma nos regaló generosidad y un impulso extraordinario— el resto del casting se arremolinó en torno a un ‘sí’ que ella definió como "Un experimento". Y destaca al retratar un personaje que aprende a entender su propia lucha desde lo individual hacia lo grupal, cuando comienza a cuestionar la toxicidad que la rodea.

Milla interpreta a una duquesa europea, con todos sus matices. Su ambigüedad se esconde tras esa retórica suave y ropas elegantes. Su personaje también es una víctima, dependiente de un estándar insaciable — el ser una mujer por la que pasa el tiempo habiendo sido sólo reconocida por su apariencia.

Awkwafina al principio es divertida y bromista, pero toma un papel que se convierte en dramático de manera fascinante. Yu supera sus miedos y encuentra que su valentía florece al final, lo que hace que sus amigas, pero sobretodo ella, se sientan orgullosas.

Eiza aportó ideas memorables para hacer florecer su personaje. Amarna es una mujer latina joven, que se pelea con el contraste entre su identidad individual frente a la impuesta. A veces duda de sí misma, pero su voluntad ayudará a unir a sus compañeras.

Danielle es una fuerza de la naturaleza. Apasionada y auténtica, siempre se sumerge en sus personajes. Chloe ama su cuerpo y personalidad tal como son, pero su familia no le permite sentirse segura en su propia piel. También usa su sentido del humor como escudo contra el prejuicio.

Jeremy abrazó un papel inicialmente discreto y lo convirtió en interesante. Interpreta a Markus, el amor de la infancia de Uma, representando el peso de los deseos normativos en la vida de nuestra protagonista.

Arnaud, como Son, encuentra lo sutil dentro del extremo y pintarrajea un villano perfectamente desquiciado.

La diversidad, o inclusividad, son fundamentales para mí - las películas Young Adult para preadolescentes traen consigo algo de responsabilidad social.

Y es que los cuentos de hadas nos consuelan. Pero también pueden ayudarnos a aceptar nuestra realidad, sin importar cuán extraña y única sea.


Notas de producción
Justo al inicio de su exitosa carrera por festivales en todo el mundo con su multipremiado cortometraje "Disco Inferno", Alice Waddington nos presentó el proyecto "Paradise Hills". Alice contaba con una premisa muy original y un acercamiento visual muy específico y original al mundo distópico que planteaba. Desde el primer momento nos pareció que el proyecto reunía todas las cualidades que buscamos en una ópera prima: estaba llena de ideas nuevas, tenía un universo visual muy único y una historia original y fresca con un mensaje poderoso.

A lo largo de dos años trabajamos en el desarrollo del guión junto a Nacho Vigalondo y Brian DeLeeuw. Logramos así un guión muy sólido y que permitía integrar las geniales fantasías visuales de Alice.

Uno de los grandes y primeros retos a los que tuvimos que enfrentarnos fue a aterrizar a la realidad de una película independiente de bajo presupuesto todas esas propuestas visuales. Nos centramos en hacer un buen diseño de producción apostando por rodar en localizaciones naturales únicas pero nunca antes vistas en pantalla y convertirlas en el universo especial de Paradise Hills. Todos los sets de la residencia de día, la residencia de noche, el gran set de la cueva de la Duquesa… todo son espacios naturales decorados y atrezzados por un maravilloso equipo de arte capitaneados por la diseñadora de producción Laia Colet. Prácticamente todos los props que aparecen en la película (las camas de la residencia, el colibrí, los tocadores, las sillas, las propias picas de los baños, el caballito y un largo etcétera) fueron diseñados y creados especialmente para la película. Debían ser elementos con una estética muy concreta y apostamos por tener un taller donde pudiéramos crearlos desde cero. Las únicas localizaciones creadas 100% son el salón y la habitación de Son. Era difícil hallar unas localizaciones majestuosas que pudieran definir la ostentosidad y personalidad de Son en pocos minutos y que estuvieran al nivel del resto de decorados de la película, así que optamos por crearlos desde cero en digital. Cabe resaltar el trabajo de efectos digitales, ya que la película cuenta con más de 500 planos digitales que ayudaban a crear esos elementos futurísticos y fantásticos a lo largo de la película.

Paradise Hills es una residencia de lujo donde tratan de educar y convertir a hijas de familias adineras en mujeres perfectas. Y esa perfección que trata de representar la residencia de día, se muestra en cada plano de día. La luz es naturalista y preciosista en Paradise Hills pero cuando nos adentramos al mundo que trata de ocultar, la fotografía es mucho más extrema con colores primarios muy saturados que ayudan a crear esa atmósfera tan radical y única para apoyar la siniestralidad de la historia.

Asimismo, el color blanco del vestuario en todos los uniformes de la residencia comparte el mismo objetivo: resaltar la perfección del lugar. Las residentes son prácticamente ángeles en esos camisones blancos y esos uniformes de día. Pero si prestamos más atención, nos fijaremos que todo está rodeado de detalles y capas de lectura. Los uniformes son blancos pero completamente cerrados y ajustados como si fueran corsés victorianos para recordar en todo momento que las chicas están "encerradas". En cambio, la Duquesa se diferencia por llevar siempre mucho colorido. Ella es la escenificación de la isla: siempre floral, alegre y resplandeciente.

Al tratarse de una distopía, prácticamente todo el vestuario tuvo que confeccionarse. Para ellos fueron necesarios más de 1600 metros de tela y fabricar artesanalmente más de 200 trajes e, incluso, incorporar al equipo de vestuario dos especialistas en impresión 3d para diseñar e imprimir accesorios más excéntricos.

Merece una atención especial el original vestido final de la Duquesa, para el cuál se emplearon más de 250 rosas y pesaba alrededor de 16 kilos.

La película se rodó durante 8 semanas en localizaciones de Cataluña y Gran Canaria (España) con un equipo técnico de 150 personas y un cásting de ensueño. Era importante mostrar que en los dos estratos en los que se divide la sociedad de este universo (uppers y lowers) hay todo tipo de razas y acentos y esa diversidad debía reflejarse también en las doce internas de la residencia. Nunca imaginamos poder contar contar con un grupo de actrices con tanto talento y química como Emma Roberts, Danielle Macdonald, Awkwafina y Eiza González. Contar con Milla Jovovich en el papel de la Duquesa ayudó no sólo a hacer más emblemático al personaje, sino otorgarle más peso y una sombra sobre la historia mucho más pronunciada. Asimismo, tuvimos la gran suerte de que personajes más secundarios como Markus o Son, interpretados por Jeremy Irvine y Arnaud Valois, tuvieran más capas de lectura y mayor peso dramático gracias a sus interpretaciones.

"Paradise Hills" es un cuento gótico con un mensaje moderno, poderoso y de rabiosa actualidad. Es una película femenina y feminista que trata de reflexionar sobre los estereotipos y obsesiones que nos rodean a partir de una trama fresca en el universo único y personal de Alice Waddington.