Una historia que cobra vida gracias al productor/actor Dwayne Johnson y el director/guionista/productor Stephen Merchant, que quisieron rendir homenaje a una joven que supo superar todos los obstáculos para llegar a lo más alto en su profesión. Entremezclando un drama real con elementos de comedia y momentos emotivos, los cineastas exploran el triunfo de un espíritu infatigable que ama profundamente lo que hace.
Comienza el viaje
La historia tras PELEANDO EN FAMILIA comienza con un documental... y una noche sin pegar ojo de una megaestrella cinematográfica. En 2012, Dwayne Johnson estaba rodando Fast & Furious 6 (A todo gas 6) en Londres. Incapaz de dormir, Johnson encendió la televisión y comenzó a ver un largometraje producido por Channel 4, un canal británico. Se titulaba The Wrestlers: Fighting with My Family y trataba de la historia real de una joven, Saraya Bevis, conocida con el sobrenombre de "Paige" y su extravagante familia, obsesionada con la lucha. Johnson, que fundó y dirige Seven Bucks Productions, una exitosa productora dedicada a un diverso abanico de películas y programas de televisión, enseguida supo reconocer el potencial de aquel documental. "Tenía algo especial que hizo que me llegara, y pensé que podríamos transformar aquello en una película irresistible".
La forma en que aquel largometraje conectó con Johnson no es de extrañar: al igual que Paige, procede de una familia de luchadores famosos, entre ellos su padre, su abuelo y sus tíos, y su propia madre fue la primera mujer promotora del deporte. Vio en los Bevis elementos de la dinámica de su propia familia, tanto en lo relativo a adversidades como en lo referente a triunfos.
Al día siguiente, Johnson le hizo llegar el documental a su agente, así como a su socio de producción Hiram Garcia. "Fue algo totalmente aleatorio e inmediato para Dwayne, que estaba desvelado más tarde de lo que debería, teniendo en cuenta que trabajaba al día siguiente, y ese largometraje se cruzó en su camino", cuenta Garcia, productor ejecutivo de PELEANDO EN FAMILIA. "Enseguida se sintió atraído por la historia y pensó que merecía la pena contársela a un público más amplio. “¡Tienes que ver esto!”, me dijo Dwayne. “Creo que y ese amor que su familia y ella misma sentían por la lucha, aunque siempre estuvieran pasándolo mal para llegar a fin de mes".
Unos meses después, Johnson se presentó a Paige en un evento de la WWE en Arizona.
Fue entonces cuando aquella joven luchadora con poca experiencia escuchó del propio Dwayne Johnson una noticia que le cambiaría la vida: "Le dije que iba a debutar en la WWE en unas circunstancias totalmente extraordinarias", apunta Johnson con una sonrisa.
Paige nunca olvidará aquel encuentro inesperado: "Comencé a llorar descontroladamente, porque aquello era mi sueño hecho realidad", nos cuenta. "Dwayne no hacía más que darme pañuelos de papel, porque yo era incapaz de parar".
Pero la cosa no acababa ahí. "Dwayne me dijo entonces que había visto el documental y que le había parecido una historia muy bonita, que le recordaba a su propia familia", prosigue Paige, aún sin dar crédito al súbito giro de los acontecimientos. "Entonces me soltó: “Quiero convertir esa historia en una película”. Y yo en plan: “¿Quéééé?”. Fue todo muy sobrecogedor. Dwayne me decía todo el rato que me relajase, pero claro, yo no podía".
Simultáneamente, el productor Kevin Misher, que había trabajado con Johnson en El regreso de la momia, El rey escorpión y El tesoro del Amazonas, estaba en contacto con Dwayne para conseguir entradas para un gran evento de WWE en Los Ángeles. Nos explica: "Mi hijo, que tenía entonces ocho años, era muy fan; todas las semanas veíamos luchas juntos. Por eso pensé que sería divertido llevarle a ese evento, para el que Dwayne tuvo el detallazo de conseguirme entradas. Cuando hablamos, Dwayne me preguntó si sabía quién era Paige, y claro, a mi hijo le encantaba, cómo no. Sentí cierta intriga por la pasión que Dwayne demostraba por el proyecto, lo que me recordó a una película para la cual había supervisado el estreno como presidente de producción de Universal: Billy Elliot (Quiero bailar). Parecía una película con esa clase de sentimientos y de humanidad". Eso fue lo que llevó a Fisher a interesarse en ser productor de PELEANDO EN FAMILIA.
Las emociones y la humanidad de la película revelan su espíritu independiente, al igual que la pasión de Johnson, Misher y Stephen Merchant por la historia y los personajes. Queriendo conservar la autenticidad del proyecto, los cineastas lo prepararon con la prestigiosa compañía británica Film4, conocida por aliarse con algunos de los talentos más destacados e innovadores de Reino Unido y del panorama internacional, y que ha cofinanciado la película de Yorgos Lanthimos actualmente nominada a los Oscar, La favorita, así como tres recientes ganadoras de Oscar: la película de Martin McDonagh Tres anuncios en las afueras; 12 años de esclavitud, de Steve McQueen; y Slumdog Millionaire, de Danny Boyle.
PELEANDO EN FAMILIA también estaba en el radar de la WWE, cuyo apoyo era esencial para capturar escenas de grandes combates. Misher comenta: "Como gran parte de la película trata de la relación única entre los miembros de esta familia, sentimos que era importante plasmar bien eso, antes que nada. Pedirle a Vince McMahon que nos permitiera rodar escenas de cómo funciona todo entre bastidores en la WWE no era ninguna nimiedad, ni siquiera con Dwayne al frente, así que queríamos asegurarnos de que la película tuviera la integridad que queríamos antes de acudir a él".
Cuando Johnson decidió aparecer en la película además de producirla, todo se precipitó. La WWE confirmó que cofinanciaría el proyecto junto con Film4, y al final MGM consiguió derechos de distribución en el Festival de Cine de Berlín. "Film4 nos brindó a Dwayne, a Stephen y a mí el tiempo necesario y la ocasión de conseguir llevar a cabo todo sin necesidad de ceñirnos a ningún plan corporativo". Misher prosigue: "Irónicamente, ese es justo el espíritu presente en la película: eso es lo que atrajo a todo el mundo, y en especial a la WWE, a involucrarse más adelante". El siguiente desafío que afrontaron los cineastas fue elaborar un guion que capturase la humanidad y el humor universal de la historia, y dar con un director capaz de llevar a la pantalla esa narrativa real de un modo que resultara ameno, pero también fiel al viaje de Paige.
Guión y dirección
La búsqueda del director adecuado para comandar PELEANDO EN FAMILIA comenzó, en cierto modo, con una comedia fantástica de 2010 que hizo nacer una amistad que se mantiene a día de hoy entre dos de sus estrellas. En palabras de Johnson, "Conocí a Stephen Merchant hace unos diez años en el set de Rompedientes. Nos lo pasamos increíblemente bien trabajando juntos y, de inmediato, supo reconocer sus numerosos talentos. Tenía claro que Stephen sería capaz de entender la esencia de Paige".
Misher corrobora que Merchant era el cineasta adecuado para la labor. "En primer lugar, Stephen y Dwayne son un equipo creativo rebosante de inspiración, y PELEANDO EN FAMILIA es la combinación perfecta de sus dos voces, tan fuertes y complementarias. Por otro lado, Stephen tiene un don para sacar humor de situaciones emotivas, y viceversa. Resulta honesto sin pliegues ni complicaciones con sus personajes, además de increíblemente gracioso, y es capaz de pasar grácilmente de un extremo a otro del espectro tonal".
Merchant nos explica más a fondo el origen de su implicación en la película. "Un joven aspirante a actor llamado Dwayne Johnson se topó con un documental sobre una familia de verdad", relata con una sonrisa. "Me lo mandó y empecé a verlo, pensado que aquella familia me resultaría ridícula, dedicándose a esa profesión. Pero lo cierto es que me enamoraron: tanto su personalidad como su amor por la lucha. Me sentí totalmente contagiado por su historia, sus sueños, sus tensiones y su dinámica. Paige y su familia son como diamantes en bruto, pero se aman incondicionalmente. Es una auténtica historia de maduración en la que Paige y todos los demás integrantes de la familia deben ponerse a la altura del desafío. También es una historia de ambición, obligaciones, rivalidad entre hermanos, oportunidades perdidas, sueños rotos, soledad, trabajo duro, éxito y triunfo... con gente que se zurra a base de bien en el cuadrilátero. Entendí perfectamente que Dwayne pensase que era buen material para una película y, a partir de ese punto, siempre hemos estado en sincronía".
El empoderamiento y la motivación de Paige también hicieron mella en Merchant. "Aunque no sabía mucho de la lucha profesional antes de empezar a trabajar en el proyecto, Paige me parecía la clásica antiheroína de las películas, y sus sueños adolescentes de triunfar en el mundo del espectáculo me recordaban a mi propia experiencia", nos explica. "Me encantaron su pasión y su entrega a su objetivo".
Con una sensibilidad cómica única perfeccionada gracias a su trabajo en las aclamadas series The Office y Extras, así como a lo largo de años en el mundo de los monólogos, Merchant supo encontrar desde el principio las notas de humor en lugares inesperados del núcleo de la familia, a quienes conocemos en la película con su nombre del mundo de la lucha: los Knight. "Hay un momento del documental en el que el padre, Ricky, explica su pasado turbulento y cómo en su juventud pasó ocho años en la cárcel, y su esposa Julia interviene para aclarar que “era muy violento”. Me pareció un momento tan abierto y franco, y a la vez tan divertido, que quise capturar esa honestidad y ese humor en nuestra película".
Al mismo tiempo, Merchant pretendía no tratar el tema de la lucha a la ligera porque, según sus palabras, "la familia lo trata muy seriamente, como si fuera cualquier otro deporte, o baile o música. No quería en ningún caso socavar la pasión de Paige por lo que hace".
"Lo que me sedujo de la lucha es la noción de que es como un culebrón en mallas, una especie de experiencia teatral en la que los luchadores cuentan una historia con su cuerpo. Al igual que ocurre con Rocky, la historia no va de lo que ocurre en el ring, sino del significado de lo que pasa. Lo importante son los sueños y las esperanzas de Paige, y lo que la vincula a su familia a lo largo de los buenos y malos momentos. No hace falta entender de este deporte para valorar el viaje del personaje".
Misher añade: "Stephen se mantiene increíblemente fiel a la aventura en la vida real de Paige. Todo lo que le ocurre a la familia es verídico, e incluso Dwayne Johnson, con su pequeña aunque clave intervención, interpreta el papel que desempeñó en la vida real de Paige. Fue parte de la historia del origen de Paige y se involucró hasta niveles sorprendentes en su viaje por la lucha (debido al interés de Dwayne en el mundillo y a la historia familiar de ella). Supo aconsejarla, informarla e inspirarla justo antes de su primera lucha en la vida real. En PELEANDO EN FAMILIA, el arte imita realmente a la vida".
Metiéndose en la piel de Paige
Cuando Merchant terminó el guion, comenzó la búsqueda para encontrar a los actores capaces de dar vida a esos personajes tan inolvidables en la vida real. Johnson ya había decidido aparecer, haciendo de sí mismo, pero el resto del casting fue un proceso que llevó su tiempo, en especial para elegir a la persona idónea para Paige. "Vimos a montones de actrices; algunas eran buenas opciones en cuanto al físico, pero no nos convencía su interpretación; otras tenían lo que buscábamos respecto a la actuación, pero no estaban preparadas para luchar", nos cuenta Merchant. "Paige es una chica impactante: glamourosa, dura de pelar y que lleva peleando desde los quince años", prosigue. "Es una combinación bastante estimulante".
Llegados a determinado momento, conocieron a la joven actriz inglesa Florence Pugh, que acababa de protagonizar la película independiente Lady Macbeth, por la que había conseguido el Premio del Cine Independiente Británico a la Mejor Actriz. "Vimos Lady Macbeth en paralelo a la audición de Florence para PELEANDO EN FAMILIA, y nos dejó totalmente anonadados", confiesa Misher. "Con la fuerza de su personalidad, su entrega y su arrojo, sabíamos que sería capaz de llegar mucho más allá de lo que nunca soñamos que una actriz pudiera conseguir con su actuación. Al final, Florence no se parecía a la mujer que conocimos en la primera audición. Transformó su personalidad y se convirtió en su propia versión de Paige".
Merchant añade: "Florence se volcó con el aspecto físico, e inmediatamente supo captar la fortaleza interior, el humor y las emociones de Paige. Sabíamos que podría ser esa chica de Norwich, Inglaterra, el lugar que vio crecer a Paige".
Pugh, a quien hemos visto recientemente en el drama medieval de Netflix El rey proscrito y como agente doble en la adaptación de TNT de la obra de John le Carré La chica del tambor, se entregó por completo a estos desafíos, reconociendo los numerosos aspectos admirables de Paige. "Me fascina su historia de empoderamiento, así como su espíritu vibrante y luchador", nos cuenta con entusiasmo. "No me lo pensé dos veces. Quería formar parte de esta película sobre una joven que encuentra la fuerza necesaria para cumplir sus sueños... y triunfa".
Desde el principio, Pugh vio el documental que había capturado la atención de Johnson. "Recuerdo conectar instantáneamente con esa familia y pensar: “¿Cómo es que nadie había hecho antes una película de esto?”". Luego vino un agotador periodo de preparación física en el campo de entrenamiento NXT de la WWE en Orlando, Florida, que en un primer momento preocupó a la joven actriz. "Sabía cómo transmitir el viaje de Paige emocionalmente, pero no tenía ni idea de luchar", admite. Pero sus preocupaciones quedaron rápidamente mitigadas cuando empezó a entrenar con profesionales de la lucha y especialistas en escenas peligrosas. "Son tan precisos que no te permitían hacer un movimiento específico hasta que demostraras que eras capaz de ello", explica. Y añade: "También ayudó que yo hubiera estudiado baile".
El entrenamiento al que Pugh se sometió junto con Jack Lowden, que interpreta al hermano de Paige, Zak, convirtió a los jóvenes actores en luchadores con garra y cualidades. Stephen Merchant apunta: "Cuando Florence y Jack llevaban un tiempo entrenando, insistieron en hacer todo lo posible en el ring durante el rodaje. En uno de los combates, se realiza uno de los temidos “piledrivers” o “martinetes”, en los que, aparentemente, dejas caer a alguien sobre su cabeza. Hace falta mucha habilidad para ejecutar bien esa maniobra". Garcia añade: "Florence actuó con un gran nivel de ferocidad e intensidad, y su labor en el ring es inolvidable. Realizó muchas de sus escenas peligrosas, por las que, merecidamente, mostró un gran sentido del orgullo". Pugh también recibió algunas lecciones nada menos que del propio Dwayne Johnson: "Conocí a Dwayne durante los ensayos de escenas peligrosas y me pareció tan maravilloso como todos habíamos escuchado que era. Incluso se metió al ring a enseñarnos cómo dar puñetazos. Fue surrealista. ¿Cuándo va a volver a pasarme algo de ese calibre? Disfruté muchísimo del momento".
Gran parte del camino de Paige para convertirse en una superestrella tienen su origen en momentos "pez fuera del agua" en NXT. Humor, drama y emoción... Todo eso y más destilan las escenas en las que Paige descubre que haber alcanzado su sueño de ser seleccionada para entrenarse no significa que vaya a tener las cosas fáciles. Además de los rigores físicos, debe lidiar con la sensación de ser alguien totalmente ajeno y distinto: su piel pálida, el maquillaje gótico, los múltiples piercings, el pelo moreno y la ropa de roquera sexy contrastan radicalmente con los físicos explosivos y el envidiable aspecto de pin-up del resto de candidatas. "Las demás no aceptan demasiado bien el look de Paige", dice Pugh. "A ella no se le había pasado por la cabeza que las cosas no fueran sobre ruedas y la gente no la adorase una vez alistada para entrenarse. Paige creció en una familia de luchadores, así que espera que todo el mundo colabore y hable las cosas. Sin embargo, pronto descubrirá que las otras mujeres tienen una belleza más convencional y se ajustan mucho mejor a la típica imagen de diva de la WWE".
El entrenador
Estas diferencias se agravarán aún más con su entrenador jefe en NXT, Hutch (Vince Vaughn), que la seleccionó a ella, pero no a su hermano. Hutch prepara a las chicas para que den el salto al siguiente nivel. Es un duro instructor que reta a Paige y las otras candidatas a salir de su zona de confort y esforzarse al máximo para alcanzar la cima de este deporte. Les recuerda que para ser una superestrella de la lucha libre necesitan ser fuertes física y mentalmente, y capaces de contar una historia con su cuerpo. Además, tendrán que tener esa chispa difícil de definir, una mágica luz interior que haga que los fans se enamoren en cada combate.
Hutch es un personaje de muchas aristas que mezcla el humor con una implacable exigencia mientras pule a las candidatas hasta convertirlas en guerreras de la WWE. Según Garcia, Vaughn integra todas estas características de manera convincente. "Vince es perfecto para Hutch", asegura. "Le da al personaje una agudeza y una autoridad que ayuda mucho a la historia. Aporta justo lo que buscábamos para el personaje: ese toque especial de Vince Vaughn".
Ese toque, que ha encandilado a los espectadores desde su impresionante debut en Swingers, también conquistó a Pugh. "Vince es uno de los actores con los que he trabajado que más rápido improvisan", dice. "Era mágico; la cámara se ponía en marcha y comenzábamos a improvisar. Yo me sentía segura con Vince porque, le dijera lo que le dijera, él respondía con brillantez. Tenía que estar preparada y dar lo mejor de mí misma para estar a su altura".
Merchant señala que, además de aportar al papel el sarcasmo, la ironía y el toque cómico que buscaban, "Vince también le dio a Hutch calidez y empatía según vamos descubriendo más sobre él y su pasado. Descubrimos por qué Hutch no selecciona a Zak y cómo sabía que Zak no cumpliría con los requisitos necesarios: porque el propio Hutch nunca se convirtió en el luchador que soñó que sería".
Aunque aprecia las muchas facetas de Hutch, Vaughn se siente atraído especialmente por la cercanía de Paige. "Paige deja a su familia y se convierte en una adulta independiente para seguir su vocación", explica. "Es una historia que puede aplicarse a todos los que persiguen sus sueños, se enfrentan a sus miedos y aprenden a salir de su zona de confort. Trata de una mujer de una ciudad pequeña que cruza el umbral de lo ordinario a lo extraordinario. Es emocionante que esta heroica odisea esté basada en hechos reales".
Todo queda en familia
La familia de Paige, clave en su camino al estrellato, es adorablemente excéntrica y poco convencional. Cada uno de sus miembros vive, come, duerme y respira por la lucha libre. Para ellos, es más que un deporte o un entretenimiento: es la propia vida. No importa que tengan que ganarse el pan luchando en rings de baja estofa por pequeñas poblaciones de Inglaterra, su misión es llevar la diversión, el espectáculo, las historias y la locura de este deporte al mayor número de espectadores posible.
Son una familia muy unida, aunque Paige quizá se siente más cercana a su hermano Zak, con quien ha compartido el sueño de ser estrella de la WWE desde la niñez. Cuando Hutch elige a Paige para los entrenamientos, Zak se queda atrás en Norwich, con su sueño hecho pedazos, y debe emprender un camino tan transformador como el de Paige, pero en otro sentido.
"Me atraía el uso que la película hace del humor y las emociones para explorar cómo Zak gestiona el drástico final de su objetivo de ser luchador profesional", comenta Jack Lowden, que interpreta a Zak. "Como actor que debe ir continuamente a castings para papeles de ensueño, fue fácil identificarme con Zak y sumergirme en ese proceso. La lucha libre es su vida, así que sufre cuando se queda atrás y Paige le supera al ser elegida para el entrenamiento. Pero, al final, él también se siente enormemente realizado y satisfecho enseñando lucha libre a chicos sin recursos del barrio, lo que le inspira a buscar otro tipo de gloria deportiva. Además, disfruta con su novia y su hijo recién nacido".
El actor británico, cuyos papeles más recientes incluyen al intrépido piloto de la Real Fuerza Aérea británica Collins en Dunkerque y a lord Darnley en María, reina de Escocia, asegura que fue fascinante "interpretar a un personaje más sentimental que yo, cosa que ha resultado ser lo más gratificante. Creo que incluso me ha cambiado un poco. Odié despedirme de Zak al final de la película".
Merchant asegura que se quedó impresionado con la calidez que Lowden aportó al papel, "aumentando al mismo tiempo su intensidad". Esa intensidad, según Merchant, fue clave para narrar la historia del personaje. "En realidad, la mayoría de la gente no triunfa, no consigue ver sus sueños hechos realidad. Así que, ¿cómo te recompones?".
Inicialmente, Lowden no poseía un importante elemento para interpretar el papel: el físico de un luchador. "Jack era un poco flacucho cuando hizo la prueba", bromea Merchant. Lowden lo confirma. "Zak es un tipo fuerte, así que tuve que coger casi diez kilos comiendo por lo menos cuatro veces al día". Cuando no acumulaba calorías, el actor se pasaba las horas entrenando con Pugh. "Había mucho forcejeo entre bambalinas, nos doblábamos hacia atrás los dedos o nos dábamos tirones de pelo", dice el actor acerca de los movimientos de lucha que aprendió con su compañera. Pugh y Lowden se convirtieron, según Merchant, "en hermanos". Lowden pone en valor la audacia de Pugh, que equipara a la de la Paige real. "Eso le fue útil a Florence", añade, "y le ayudó a clavar el papel".
Otro gran momento para ambos actores fue trabajar con Dwayne Johnson, especialmente durante una escena en la que Paige y Zak se encuentran con la estrella de cine de acción antes de sus pruebas en la WWE. El dúo le pide consejo a su héroe, dando lugar a uno de los momentos más cómicos de la cinta. Johnson les da un consejo inspirador pero demoledor como un derribo sobre el cuadrilátero. "Nos encantaba la idea de que Zak se olvidara enseguida de la fama de Dwayne y comenzara a tratarle como un compañero más", dice Lowden. "Debe de ser increíble y aterrador conocer a un ídolo así".
Los padres de Zak y Paige, Ricky y Julia, son una curiosa mezcla de personalidades exuberantes, luchadores y emprendedores, además de ser una pareja cariñosa y alentadora. Nick Frost (Zombies Party) y Lena Headey (Juego de tronos) interpretan a este matrimonio enamorado y poco convencional que ha superado innumerables obstáculos y criado a una familia marcada por su amor por la lucha libre.
"Nick y Lena son la pareja ideal para encarnar a Ricky y Julia", asegura Merchant. "Nick transmite a la perfección el carácter expansivo de Ricky y su bondad como padre. Lena aporta, igual que Nick, un gran toque dramático cuando está en el ring, pero también una gran dulzura como la matriarca de la familia".
Frost, veterano del cine de comedia, habla con entusiasmo de esta familia y su mundo. "Me fascina la pasión que esta familia siente por la lucha libre, que no tiene nada que ver con el dinero. Los Knight podrían luchar en un local municipal ante cuarenta personas y se esforzarían igual que si lo estuvieran haciendo ante cuarenta mil".
Lo único que supera el amor de Rick por la lucha libre es su devoción por su mujer e hijos. "En el cuadrilátero, Ricky va de tipo duro, le encanta gritar y vacilar al público", comenta Frost. "Pero fuera del ring es un padre normal con mujer e hijos a los que ama y apoya. En la película, hay un par de ocasiones en las que Ricky dice que si el negocio familiar no sale adelante, volvería a robar bancos. Y captas que lo está diciendo completamente en serio. Si fuera por la familia, lo haría".
Tras haber sido de joven "un entusiasta luchador aficionado", Frost guarda respeto a esta disciplina y a quienes la practican. "Es el culebrón definitivo, lleno de atletas tremendos", afirma. "La gente se cree que las vidas de los luchadores son glamurosas, pero trabajan durísimo. Cuando no están machacándose en el ring, están machacándose en los entrenamientos. A la mayoría de los luchadores, lo que más les preocupa es que el público quede contento con su actuación".
Julia, la esposa, alma gemela y socia de Ricky, comparte su alocada vida con él. "Le quiere muchísimo", dice Lena Headey. "Tienen una relación genial, respetuosa y cariñosa. Están muy felices el uno con el otro".
"Ella también es una mujer y una madre fuerte que quiere lo mejor para su familia y cree con sinceridad que la lucha libre es un arte que puede cambiar vidas", continúa la actriz. Además, a la actriz le fue fácil acercarse a la verdadera Julia y su clan, especialmente tras ver el documental sobre ellos. "Viven exactamente como quieren vivir; esa es su única regla", explica. "Me emociona que ahora se les conozca más gracias al estreno de PELEANDO EN FAMILIA".
La producción
La familia Knight es originaria de Norwich, a unos 180 kilómetros al noroeste de Londres. Este lugar es parte de quiénes son y de lo que hacen: allí, los Knight son auténticas estrellas. Mientras que la logística de la producción exigía que parte del rodaje fuera en Londres, los cineastas estaban decididos a filmar las escenas clave en Norwich. "Nos aseguramos de que se viera a los personajes en ese mundo", indica Merchant. "Para narrar una historia con atractivo universal, debes ser específico con cosas así. Cuanto más específico eres, más conecta el público contigo. No importa de dónde vengas; resultará cercano. Por eso era tan importante para mí capturar el lugar donde empezó todo".
Otros lugares de rodaje en el Reino Unido incluyeron el complejo Here East del parque olímpico de Londres, que los cineastas hicieron pasar por las instalaciones de entrenamiento de NXT en la soleada Florida, y el estadio O2 Arena de Londres, donde Paige y Zak (tanto en su versión fílmica como en la realidad) realizan sus pruebas para NXT.
Rodar las escenas de lucha en estos lugares fue un reto, pero también gratificante para Merchant, que le da un tono específico a cada combate. "Por ejemplo, cuando la relación entre Paige y Zak está tirante, hay un subtexto en su siguiente pelea: de pronto, entre los movimientos ensayados se cuelan algunos puñetazos y amenazas reales".
La trama de PELEANDO EN FAMILIA va hilvanándose hasta llegar a un gran combate en el Staples Center de Los Ángeles. Tras la finalización de una noche de combates reales de la WWE, el equipo de la película aprovechó a los veinte mil fans presentes y grabó la secuencia en la que Paige lucha por el campeonato. La grandeza del recinto y la escena creó una impresionante atmósfera emocional, perfecta para el asombroso clímax de la historia de Paige.
Todo ello, en el cuarto día de rodaje. "Fue una primera semana de locos", afirma Garcia, añadiendo que la WWE les concedió a los cineastas una hora para grabar todo. Pero la organización les facilitó todo lo que necesitaban para la escena y más. "Fue divertidísimo colocar a Florence frente a veinte mil personas; fue un regalo de la WWE", añade Misher. "Es algo que no se puede comprar, y para los actores fue fantástico poder contar con el ánimo de un auténtico público de lucha libre".
El centro de atención de esos fans era Pugh, quien, por supuesto, interpretaba a alguien que todos conocían bien. Pero ni la dimensión épica de la escena ni su grabación en una fecha tan temprana del rodaje perturbaron a la joven actriz. "Cuando terminamos la escena, Florence me dijo que había entrado como en un estado zen y que se entregó a ello", recuerda Merchant. "Lo clavó".
Sin embargo, Merchant, Pugh y el equipo de producción contaban con un arma secreta para asegurarse de que la escena fuera todo lo majestuosa, divertida y mágica que querían: Dwayne Johnson. No solo aportó su experiencia como luchador y su sentido del espectáculo en la coreografía de la escena, también hizo una aparición sorpresa en el evento para animar el público, informando de lo que iba a tener lugar y generando el entusiasmo necesario para la grabación. "Dwayne volvió locos a los espectadores como solo la Roca puede hacerlo", dice Garcia, refiriéndose al característico apodo de Johnson de sus años en la lucha libre. Merchant añade que, más allá del incomparable carisma de Johnson para satisfacer al público, de él agradece su ayuda a la hora de definir los movimientos en el ring. "Nuestro equipo de dobles de escenas peligrosas grababa los ensayos y se los enviaba a Dwayne, quien ofrecía su valiosa opinión sobre la dinámica de los combates y cómo maximizar el impacto dramático".
Nadie agradeció el apoyo de Johnson aquel día como Pugh. "Una vez que Dwayne animó al público, apoyé la mano en la pared y pude sentir cómo vibraba con la energía de los fans", confiesa. "Nunca había estado delante de tanta gente en un solo lugar, fue un poco abrumador. Antes de que subiera al cuadrilátero, Dwayne se me acercó y me dijo: “Flo, solo para que lo sepas: si algo sale mal, estaré aquí al lado para ayudar”. Fue genial sentirme segura con él junto a mí".
Recrear este decisivo evento de lucha libre fue un elemento clave de la producción, pero la esencia de PELEANDO EN FAMILIA es la historia de una atleta diferente cuyos sueños se convierten en realidad cuando lucha con y por su familia. Según Paige, la luchadora real cuya trayectoria se narra en la película, "todo gira en torno a no dejar de creer en ti, porque ser tú mismo es tu superpoder. Es la historia de un éxito inesperado que espero que inspire a los espectadores".
"La película muestra el camino de sangre, sudor y lágrimas que exige la lucha libre, pero, más importante aún, es un medio para contar la increíble historia de Page", confirma Garcia. Misher añade que "trata sobre alguien que, al final, aprende que puede conseguir cualquier cosa gracias al amor y el apoyo de su familia".
El máximo responsable del film, Stephen Merchant, resume las esperanzas puestas en PELEANDO EN FAMILIA: "Queremos dar el público risas inesperadas, la emoción de una película de deportes, poner la piel de gallina con una historia dramática real, añadir unas pocas lágrimas, un brillo cálido, un grupo de personajes únicos de los que enamorarse y... a Dwayne Johnson, la Roca".