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La importancia de llamarse Oscar Wilde cartel reducidoLa importancia de llamarse Oscar Wilde(The happy Prince)
Dirigida por Rupert Everett
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Rupert Everett (La boda de mi mejor amigo, Shakespeare enamorado, Inspector Gadget, Un marido ideal) dirige esta película en la que también encarna a Oscar Wilde, en un auténtico tour de force interpretativo. Colin Firth, Colin Morgan, Emily Watson, Edwin Thomas y Tom Wilkinson completan el impecable reparto del film.

Nominada a los European Film Awards (Mejor actor) y a los Premios de la Crítica de Londres (Mejor película, Mejor actor, Mejor director), su premiere española tuvo lugar en el Festival de Sevilla.


Han dicho
"EVERETT ES UN WILDE EXCEPCIONAL" - SCREENDAILY

"Emotivo y sorprendente biopic sobre Oscar Wilde. Es admirable que Everett no quiera ofrecer la versión divinizada del personaje". - The Independent

"Esta conmovedora dramatización de los últimos años de Wilde en el exilio es una parábola de pasión y redención". - The Guardian

"Rupert Everett aporta fuerza y empatía a la época más dura de Wilde". - Telegraph


Notas de producción
Orígenes del proyecto
En 2009, el productor Jörg Schulze leyó una entrevista de Rupert Everett en el Spiegel alemán en la cual revelaba que estaba escribiendo un guion sobre la vida de Oscar Wilde. A través de un conocido mutuo en Berlín, Schulze confirmó que el proyecto era realmente serio: Everett ya había terminado la escritura y estaba pensando fórmulas de producción. Londres habría sido el punto de partida lógico para una película de época como esta, pero resultó imposible financiar el proyecto solo desde el Reino Unido, por lo que Schulze se ofreció a intentar llevarlo adelante y levantar la financiación en Alemania, tentado por lo que pensaba era "uno de los mejores guiones que había leído jamás".

Después de algunas discusiones con Everett, quedó claro que aunque para él sería un desafío encarnar el papel principal, también tendría que dirigir. Ya en esta primera etapa, Rupert había reunido un elenco poderoso que incluía a Emily Watson, Colin Firth y Tom Wilkinson. "El guion y el reparto fueron nuestro fundamento para la película", afirma Schulze.

Crear un diseño de producción realista fue todo un desafío, al estar el film ambientado en París, Nápoles, Normandía, Heidelberg y Londres. “La tarea consistía en desarrollar un concepto de producción y financiación que cumpliera con todas las necesidades y aspiraciones creativas de Rupert y, al mismo tiempo, que tuviera sentido económicamente. Estaba claro que necesitábamos más socios", dice el productor Philipp Kreuzer. Decidió convertir La importancia de llamarse Oscar Wilde en una verdadera coproducción europea. Después de meses de exploración de localizaciones en Baviera, Bruselas, Valonia y Nápoles e innumerables ajustes de calendario para adaptarse a las diversas disponibilidades del excelente reparto, la producción tuvo finalmente luz verde en mayo de 2016 y el rodaje comenzó en septiembre de 2016.

El elenco y equipo
Al principio, Everett tuvo dudas acerca de interpretar el papel principal del propio Oscar Wilde, pero el éxito de la obra teatral de 2012 The Judas Kiss finalmente lo convenció a él y a todos los demás. Everett ha afirmado muchas veces que no podría haber hecho esta película sin el apoyo de Colin Firth. Fue la directora de casting de la película, Celestia Fox (El nombre de la rosa, Lo que queda del día, El pianista) quien los reunió por primera vez en la película de 1984 Otro país, que le valió a Rupert su primera nominación al Premio BAFTA y donde empezó su gran amistad.

Gracias en gran parte a las conexiones de Everett, el filme incluye un experimentado y emocionante reparto de personajes: Emily Watson, (nominada al Oscar por Rompiendo las olas), interpreta a Constance, la difamada esposa de Oscar, y Colin Morgan (Merlin, Los vivos y los muertos) es Lord Alfred Douglas, el amante volátil de Wilde. Su oponente Robbie es intepretado por Edwin Thomas. Tom Wilkinson, dos veces nominado al Oscar, interpreta al padre Dunne, el sacerdote que escucha la confesión final de Wilde y Anna Chancellor, Béatrice Dalle, Ronald Pickup, John Standing y Joshua McGuire aparecen en papeles secundarios.

Para llevar a cabo su visión, Everett ayudó a reunir un impresionante equipo creativo para su debut como director: John Conroy dio vida a la película con su cámara de mano y luz natural, Maurizio Millenotti y Gianni Casalnuovo diseñaron divinos trajes, y Brian Morris y su equipo se enfrentaron al desafío de recrear el Nápoles y París del siglo XIX.

Diferentes países
Rodar una historia que tiene lugar principalmente en París y Nápoles, en Bélgica y Baviera, fue un desafío para los productores. El plan inicial era fotografiar la mayoría de las ubicaciones en un estudio, pero esto se volvió imposible desde el punto de vista artístico y financiero, por lo que hubo que encontrar localizaciones naturales y creíbles.

Primero, había que entender claramente qué se tenía que filmar en el lugar y qué se podía hacer en escenarios naturales. Sabíamos que el puerto y todos los exteriores franceses de Normandía eran imposibles de encontrar en otros lugares. Lo mismo se aplica a los exteriores de Nápoles, tan típicos y únicos. Los coproductores italianos de Palomar (Carlo Degli Esposti y Nicola Serra) pudieron exprimir todo el rodaje italiano en una caótica Nápoles durante una semana completa y capturar el espíritu y la atmósfera de la ciudad donde Oscar Wilde intenta reconstruir su relación con Bosie.

Otro desafío fue encontrar y crear los sets en Bélgica y Alemania. Una de las ubicaciones más grandes fue un palacio de Nápoles en ruinas que se reprodujo en un antiguo castillo bávaro. Después de más de un año de exploración, finalmente se encontró un increíble castillo en Franconia, en una ciudad llamada Thurnau, donde los estucos del siglo XIX todavía estaban en su estado original y extrañamente similares a lo que uno podría encontrar en Nápoles. La variedad de habitaciones y espacios en el castillo era interminable y esto permitió fotografiar varios lugares en el mismo lugar: el dormitorio del Hotel d'Alsace, la prisión e incluso una calle de chabolas en invierno.

Se construyó un tribunal y un café francés completo en un viejo gimnasio en un pequeño pueblo llamado Mitwitz, donde también encontramos más lugares para los interiores de la casa de Constanza. Después de Franconia y Nápoles, la producción se trasladó a Bruselas y Valonia, donde se rodaron todas las calles de París, bares, parques, estaciones de tren y escaleras. Luego, el rodaje se trasladó a Normandía, donde se procuró estar lo más cerca posible de los lugares originales, incluso filmando en el famoso Hotel des Roches (Trouville-sur-Mer), donde Oscar Wilde se alojó realmente.