Vigesimoquinta película oficial de James Bond cuyo rodaje se inicia el 28 de abril de 2019. Se rueda en los estudios Pinewood, Reino Unido, y en localizaciones de Londres, Italia, Jamaica y Noruega. Producida por EON Productions, la empresa de Albert R. Broccoli, y Metro Goldwyn Mayer Studios, la película está dirigida por Cary Joji Fukunaga y protagonizada por Daniel Craig en su quinta aventura como James Bond 007, de Ian Fleming.
Acerca de la producción
Hubo una época en que las películas de James Bond eran aventuras separadas, aunque unidas entre sí por personajes malévolos y benignos. EON Productions siempre quiso que la serie de Daniel Craig formara un conjunto. Quantum of Solace (2008) recogió la historia de Casino Royale (2006), donde se describían los comienzos de James Bond como agente secreto de clase doble cero. Skyfall (2012) encajó a la perfección revelando importantes aspectos de la vida anterior de Bond. Ahora, la vigésima quinta entrega de la serie producida por EON, SIN TIEMPO PARA MORIR, empieza donde acabó Spectre (2015), cuando vimos a Bond (Daniel Craig) y a Madeleine Swann (Léa Seydoux) alejarse en el Aston Martin DB5.
Bond aparece por primera vez en SIN TIEMPO PARA MORIR con Madeleine en Matera, una ciudad italiana encaramada en una rocosa colina. Según el productor Michael G. Wilson, la historia siempre seguiría con la relación entre Bond y Madeleine. "La pregunta era cuándo", dice.
En palabras de la productora Barbara Broccoli: "La cuestión era cómo seguir contando la historia de amor y, a la vez, explorar los temas clave de las películas de Daniel Craig".
"SIN TIEMPO PARA MORIR debía finalizar una historia potente, atar todos los cabos sueltos", añade Daniel Craig. "Creo que hemos conseguido contar la historia y no dejar nada pendiente".
Temas relativos a los secretos, la traición y la confianza recorrieron las últimas cuatro películas para impulsar la historia hacia una electrizante conclusión en SIN TIEMPO PARA MORIR. Después del dolor que le produjo la pérdida de Vesper Lynd (Eva Green) en Casino Royale, de los altibajos en su relación con M y el MI6, y el sufrimiento causado por las revelaciones de Blofeld (Christoph Waltz), Bond vuelve a arriesgarse y baja la guardia, dispuesto a amar otra vez.
"Si Bond se atreve a entregarse a otra relación, significará un tremendo reto emocional para él", sigue diciendo Barbara Broccoli. "Por lo tanto, la confianza es el tema principal de la película. Comprometerse emocionalmente con alguien es muy difícil debido a sus relaciones amorosas del pasado y a la traición que acompañó a muchos de ellos".
Se entrega a la relación con Madeleine, pero SIN TIEMPO PARA MORIR empieza con Bond habiendo roto con la relación más duradera de su vida, su trabajo con el MI6. El productor asociado Gregg Wilson comenta que la jubilación anticipada de Bond abría la puerta a una nueva realidad para los productores.
"Que Bond se jubilara era algo nuevo", dice. "Podíamos imaginar cómo sería este hombre sin su trabajo. Si entregas tu vida al servicio de tu país, como hizo Bond, ¿qué legado dejas?"
Para contar esta nueva historia, los productores se pusieron en contacto con Cary Joji Fukunaga (Jane Eyre, Sin nombre, la serie "True Detective") después de que Danny Boyle tomara otro camino. Hacía tiempo que Michael G. Wilson y Barbara Broccoli admiraban el trabajo de Fukunaga como guionista y director. Le conocieron en Nueva York, poco después del estreno de Spectre.
"Cuando nos conocimos, Cary dijo que le encantaría rodar una película Bond en algún momento", recuerda la productora. "Así que cuando Danny Boyle dejó el proyecto, buscábamos a un nuevo director y pensamos en él. Lo asombroso es que estuviera disponible. Su entusiasmo y sus dotes como guionista ayudaron mucho, realmente ha sido milagroso".
Cary Joji Fukunaga es el primer estadounidense que dirige una película Bond. "Personalmente creo que todas las películas de Cary son increíbles y que puede trabajar con cualquier tipo de género", explica Michael G. Wilson, "además de ser un guionista fantástico".
"Hace maravillas con los personajes y los actores. Aporta un nivel de complejidad superior a todo lo que hace", sigue diciendo. "Es una persona muy internacional, habla varios idiomas, ha viajado muchísimo, y también es una especie de precursor. Es joven, entusiasta y visualmente extraordinario. Cary consigue que cosas complicadas sean comprensibles, y esta cualidad encajaba con lo que deseábamos hacer con esta historia".
Cary Joji Fukunaga descubrió a James Bond cuando en 1985 vio la última entrega protagonizada por Roger Moore, Panorama para matar, en el cine de su barrio. "Recuerdo que me encantó el final en el puente Golden Gate", dice. "Tuve la impresión de que Bond había venido a mi mundo. Era una película genial con Roger Moore repartiendo a diestro y siniestro".
Su carrera como guionista, productor y director despegó, pero nunca olvidó esa primera experiencia y no perdió la esperanza de tener la oportunidad de dirigir una película Bond en algún momento. Al igual que los productores, le gustaba el recorrido emocional de Bond en las cuatro entregas anteriores. "Después de ver Casino, Quantum, Skyfall y Spectre, queda bastante claro lo que ha vivido el personaje de Bond", dice.
"Esta película transcurre cinco años después de Spectre", sigue diciendo. "El mundo ha cambiado desde entonces y hablamos mucho de cómo conseguir que no solo se notara el paso del tiempo en la película, sino también de que se conociera más el universo de Bond, que no pertenece realmente a ningún momento temporal. Fue parte de la primera conversación con los productores y con Daniel. También quería aportar algo nuevo a la historia y homenajear a todas las películas anteriores de Bond en cuanto a leitmotiv y expectativas".
Las mayores expectativas siempre giran en torno a la aventura y a los peligros que conlleva. "Hay peligro en todas las películas Bond", explica el director. "Basta con imaginar los mayores peligros para la salud mundial para poner a Bond delante e impedir que ocurra. Lo interesante del trabajo de Daniel es la complejidad que ha dado al personaje".
"En la película están la complejidad, el dolor y la vulnerabilidad que ha escondido desde la primera entrega, después de la muerte de Vesper Lynd. Sus decisiones son interesantes porque a veces es ingenuo y nada perfecto. Su historia siempre me ha parecido muy interesante", concluye.
La historia cobró forma bajo la guía de Cary Joji Fukunaga y de los dos guionistas habituales de la saga, Neal Purvis y Robert Wade, pero los productores y Daniel Craig también invitaron a la guionista y actriz Phoebe Waller-Bridge (Fleabag, Killing Eve) a que contribuyera con ideas para el personaje y la historia, sin por eso perder lo que Barbara Broccoli describe como "la identidad británica de Bond".
"Phoebe tuvo un fuerte impacto en el guion y nos encantó trabajar con ella", dice Barbara Broccoli. "Los guionistas hicieron importantes contribuciones y Cary se esforzó en incorporar lo máximo posible del trabajo de todos. La historia es muy complicada, pero se cuenta de una forma muy comprensible. Y las revelaciones son fascinantes".
"El desarrollo de los personajes va muy lejos, las relaciones son complicadas, interesantes y emotivas. En mi opinión, acabamos con un guion genial", añade la productora.
Ya que SIN TIEMPO PARA MORIR empieza donde acaba Spectre, Fukunaga dice que durante la primera parte de la película "se sigue la luna de miel entre Madeleine Swann y Bond después de que este se jubile".
Pero las cosas no siempre ocurren como se espera. "Se separan", sigue diciendo. "Le reencontramos cinco años después. El mundo ha cambiado, ha seguido su camino. El paisaje político ya no es el mismo".
"Se prepara una amenaza relacionada con SPECTRE y otros elementos nefastos, y a Bond no le queda más remedio que ayudar al MI6 a impedir que un arma diabólica se esparza por el mundo. Es una historia fascinante, con personajes brillantes, tanto los de siempre como los nuevos".
La acción
El enfoque de Cary Joji Fukunaga rodando secuencias de acción es muy específico al haber dirigido personalmente la segunda unidad en películas anteriores. Se aseguró de que cada secuencia de SIN TIEMPO PARA MORIR impulsara la historia con momentos emotivos claves y mucha tensión.
"Siempre se debe colocar a Bond en situaciones imposibles de las que consigue salir", dice el cineasta. "Pero la acción no puede limitarse a ir desde el punto A al punto B, tiene que ocurrir algo más en la secuencia".
"Soy capaz de aburrirme viendo secuencias de acción si la historia no nos lleva a alguna parte. En Italia, por ejemplo, pasa algo más durante la persecución en coche", sigue diciendo. "Ocurre en todas las secuencias de acción. Tampoco estoy diciendo que hayamos reinventado el cine, pero sí hemos llevado a Bond a situaciones emocionales a las que no había tenido que enfrentarse en anteriores momentos de acción".
El director encontró un espíritu afín en el director de fotografía, el oscarizado Linus Sandgren.
"Linus prefiere tomas más largas, con marcajes más complicados y esto también afecta a la acción", explica el director. "Una secuencia de acción puede ser modular con una toma general desde un helicóptero, a la que se suma un toma desde el volante y otra desde el punto de impacto, por ejemplo, pero queríamos que todas las tomas encajaran – tomas A, B y C – en una toma general. Y no solo en las secuencias de acción, sino también en las dramáticas".
Aston Martin DB5
Una secuencia de acción, dramática y de gran intensidad se desarrolla desde el principio de SIN TIEMPO PARA MORIR con el tan esperado regreso del icónico Aston Martin DB5. De hecho, el papel del vehículo en la escena final de Spectre permitió una transición impecable a SIN TIEMPO PARA MORIR, ya que la historia se reanuda con Bond y Madeleine conduciendo por la costa de Italia.
A continuación, el coche es el centro de una memorable persecución por las estrechas y laberínticas calles de Matera, en el sur de Italia.
"Me alegré mucho de volver a estar de nuevo al volante del DB5", dice Daniel Craig. "La historia cuenta que fue reconstruido después de Skyfall, regresó en Spectre y ahora está en perfectas condiciones". Y añade, con una sonrisa: "Incluso tiene unos cuantos extras".
"La película arranca con una persecución en moto, un aperitivo antes del plato principal que viene a continuación: una persecución con Bond al volante del DB5", die. "Hace todo lo que el DB5 de Bond debe hacer y todo transcurre delante del increíble telón de fondo de Matera".
Para rodar la secuencia de Matera, se usaron dos DB5 clásicos e idénticos. En la mayoría de primeros planos en los que Bond y Madeleine suben y bajan del coche, se utilizó el vehículo propiedad de EON que ya se había visto en GoldenEye, El mañana nunca muere, Skyfall y Spectre. Todo el trabajo con los especialistas se rodó con ocho réplicas del DB5 construidas específicamente para el rodaje por los ingenieros de Aston Martin.
Dos de los ocho modelos se prepararon para incluir artefactos como cortina de humo, distribuidor de minas y ametralladoras. En otros dos se instalaron mecanismos que permiten a los conductores controlar el coche estando sentados en el techo. Solo así se puede rodar a los actores sentados dentro del vehículo y yendo a gran velocidad.
Para el diseño de los artefactos de la secuencia, el supervisor de efectos especiales, Chris Corbould, trabajó primero con Fukunaga y los productores Wilson y Broccoli para asegurarse de qué era lo que querían exactamente en la película. "Cary quería una secuencia dura", explica Chris Corbould, "pero tampoco quería que nos pasásemos. La secuencia siguió cambiando hasta el mismo día que rodamos en Matera".
"Es una secuencia interesante por muchas razones", añade. "Primero está el pueblo de Matera, un magnífico decorado natural con mucha historia realmente asombroso. A eso le añadimos el coche, que no había hecho nada tan grande desde Goldfinger en 1964. Apareció en Skyfall, pero la última gran secuencia con el DB5 fue en Goldfinger. Ahora vuelve con todos los honores en una escena espectacular que hará disfrutar a los espectadores".
Hay otros tres Aston Martin en la película, entre los que destacaremos el clásico Aston Martin V8 que en 1987 condujo Timothy Dalton como Bond en 007: Alta tensión. También está uno de los ultimísimos modelos de Aston Martin, el Valhalla. Lo vemos en el túnel de viento en el laboratorio de Q cuando M recibe una llamada de Bond.
Nomi se pone al volante de un Aston Martin, el vehículo que le asigna el MI, y los cineastas optaron por el último DBS Superleggera, un V12 de 8 velocidades y 700 caballos. El coche es una versión actualizada del que se usó en Casino Royale y Quantum of Solace. Según el productor asociado Gregg Wilson, es la opción perfecta: "Nos pareció que Nomi debía conducir un coche elegante y distinguido y el DBS Superleggera era ideal para ella".
Más acción y trucos
La secuencia de Matera está repleta de acción e incluso incluye un alucinante salto en moto, rodado en el mismo pueblo. En la historia, el motorista es Bond pero el salto en sí lo realizó el especialista Paul Edmondson usando un antiguo arco como rampa para propulsarse.
La productora Barbara Broccoli cree que este salto puede ser uno de los momentos más memorables de la película. Otra de sus secuencias favoritas es la pelea en las escaleras de la guarida de Safin: "La pelea en la escalera es impactante. Gran parte de la secuencia la realizó Daniel".
Para el equipo de especialistas, el mayor reto en las escenas de lucha de una película Bond es equilibrar la acción cuando se involucra a varios personajes de importancia. El coordinador de especialistas Olivier Schneider escoge una secuencia en Cuba como ejemplo: "Cuba es el perfecto ejemplo de una secuencia enorme que requirió un cuidadoso diseño y mucho ensayo. Incluye saltos, peleas e intercambio de disparos. Plasmar el recorrido de tantos personajes y contar la historia de Bond al mismo tiempo necesitó una larga preparación".
Además de aumentar la tensión, Cary Joji Fukunaga y los productores también querían que las secuencias fueran realistas. Daniel Craig siempre intenta hacer lo máximo posible antes de recurrir a un doble. "El hecho de que Daniel realice una enorme parte de la acción él mismo, tiene mucho que ver con el diseño y la creación de la misma", explica Barbara Broccoli.
"Quiere que las secuencias de acción se diseñen para poder hacer lo máximo posible. Tuvimos la mala suerte de que se dañó un tobillo muy al principio del rodaje en Jamaica, lo que nos obligó a posponer gran parte de la acción para el final, mientras él se sometía a una durísima rehabilitación para conseguirlo. Es increíble ver de lo que es capaz".
En opinión de la productora, la disposición de Daniel Craig a arriesgarse físicamente añade mucho a su personaje: "Gracias a Daniel es realmente creíble que Bond está en peligro y que puede acabar muy mal parado porque se hace daño y se nota".
En otra parte de la película hay una escena muy peligrosa y tensa en un arrastrero a punto de naufragar. El barco vuelca y empieza a hundirse. "Una vez que supimos cómo iba a hundirse, hubo que crear un mecanismo que lo hiciera volcar", dice Chris Corbould.
El mecanismo se construyó en la enorme piscina de los estudios Pinewood con un giro de 90 grados para que la escalera y la sala de motores acabaran en una posición muy poco habitual. "A continuación inyectamos grandes cantidades de aire comprimido en el interior para que diera la impresión de estar hundiéndose", explica el supervisor.
"Los actores estuvieron geniales nadando e intentando salir de allí", sigue diciendo. "Fue agotador para ellos. Es una secuencia muy larga y dramática, sumamente importante dentro de la historia".
Al coordinador de especialistas Lee Morrison le impresionó el mecanismo del barco. "Chris es un auténtico genio, y lo que ha construido para las películas de Bond es alucinante, pero este mecanismo era realmente especial", dice. Chris Corbould también diseñó el mecanismo para el ascensor que se hunde en el canal durante la secuencia de la muerte de Vesper al final de Casino Royale, que se rodó en el mismo plató.
Otra de las grandes especialidades de Chris Corbould son los explosivos. La secuencia en que la guarida del malo salta por los aires en Spectre está incluida en el Libro Guinness como la mayor explosión jamás realizada en un largometraje. También hay dos importantes explosiones en SIN TIEMPO PARA MORIR. La primera ocurre en el laboratorio de Valdo.
Para conseguir la explosión ideal, el equipo de efectos especiales unió una serie de cartuchos de butano y utilizó detonadores controlados por ordenador. "Cary insistió para que el espacio temporal entre cada explosión fuera muy corto y tuviera un cierto ritmo. Eso nos obligó a ser muy específicos diseñando la explosión", explica Chris Corbould.
La mayor explosión de toda la película corresponde al momento cumbre y tiene lugar en los terrenos del Ministerio de Defensa ubicados en la llanura de Salisbury. "Hubo que realizar tres explosiones en una sola toma", recuerda. "Son tres enormes grutas saltando por los aires, y cada explosión se acerca más a la cámara".
"La primera explosión ocurre a 230 metros de la cámara, la segunda a 130 metros, y la tercera solo a 30 metros. En una hay 40 kilos de explosivos y entre 120 y 160 litros de combustible. Solo eran tres explosiones, pero muy grandes".
Las explosiones se diseñaron para imitar una bomba antibúnker disparada desde un buque de guerra de la Marina Real Inglesa. "Creo que funciona bastante bien", dice Chris Corbould. "Hay un segundo de diferencia entre las tres explosiones mientras las bombas antibúnker buscan cada gruta".
Después de conseguir un récord mundial en Spectre, el equipo de efectos especiales tiene la esperanza de batir otro con SIN TIEMPO PARA MORIR. "Hasta ahora, el record correspondiente a la mayor cantidad de explosivos usada en una sola toma es de 135,4 kilos", dice el supervisor. "Por eso tengo la esperanza de que nos lo den. No estaría mal batir un récord con cada película Bond".
El vestuario
Desde el día en que Ian Fleming le vistió con un traje azul marino de chaqueta recta y una corbata de nudo simple, James Bond reinventó la imagen del espía. Antes de 007, el arquetipo del agente secreto llevaba una gabardina larga y un sombrero de ala ancha. Pero Bond lo cambió todo, según afirma la diseñadora de vestuario Suttirat Anne Larlarb: "Puedo decir que vestir a Bond no es tan fácil como parece".
Ser la diseñadora de vestuario de la franquicia de mayor duración de la historia del cine es un reto logístico de enormes proporciones debido a la cantidad de personajes importantes y a sus múltiples cambios de ropa, además de la necesidad de tener cientos de prendas repetidas.
Suttirat Anne Larlarb sabe que la clave del éxito reside en la colaboración. "Todo el mundo espera que el personaje de James Bond sea el hombre más elegante del planeta, y esto se consigue con ciertas marcas", explica. "Aquí es donde empiezan las colaboraciones".
Pero la primera colaboración y más importante es la del director y los actores. El vestuario es una extensión del personaje, y los que mejor entienden a los personajes son los actores que los encarnan. Según Lashana Lynch, que da vida a la agente doble cero Nomi, Suttirat Anne Larlarb apoya plenamente esta idea.
"Lo más asombroso de Suttirat es que siempre ofrece colaboración", dice la actriz. "La primera vez que la vi, nos sentamos y hablamos de quién es Nomi y de cómo podríamos comunicar su dureza a través del vestuario cuando está en una misión".
"¿Qué la representaría realmente tal como es? ¿Qué prendas le pueden hacer sentir cómoda, pueden representar que está a cargo de la misión y hacer que además se sienta atractiva? Suttirat te sonsaca información muy rápidamente. Lee a la gente con facilidad y trabajó con todo mi cuerpo".
Léa Seydoux está de acuerdo: "El trabajo de Suttirat es maravilloso. Para Madeleine buscamos algo atemporal y, a la vez, sencillo, femenino y sofisticado, pero sin pasarse. Algo con lo que el público femenino pudiera identificarse. Suttirat lo entendió a la perfección".
La diseñadora presta una enorme atención a los detalles. Tomemos como ejemplo las conversaciones que mantuvo con Ralph Fiennes acerca de cómo se abrocharía M el cuello de la chaqueta. "La mayor parte de la ropa de M puede parecer tradicional", dice, "pero en este caso hablamos mucho de cómo hacer una nueva versión de M".
Además de los protagonistas, Suttirat Anne Larlarb debe tener en cuenta a los malos, y muy especialmente a Safin, el último enemigo de Bond. Según ella, el vestuario del malo puede ser más exótico ya que antes no se le ha visto.
"La ropa de Safin es la más inventada de todo el vestuario porque partimos desde cero. Empezamos con dibujos, documentándonos, haciendo prototipos y acabamos vistiendo a Safin y a todos sus esbirros".
Para conseguirlo, la diseñadora estudió los estilos y enfoques usados para vestir otros malos en las películas de Bond. "Se han convertido en personajes icónicos e incluso imitados en ocasiones", dice. "Todos ellos tienen algo en común. Quería homenajear este estilo".
La ropa del malo de Bond se define a menudo por su sencillez con un toque exótico o misterioso, algo que incluyó en el primer traje que diseñó para Safin. Aparece con ropa de cazador y con una máscara del teatro Nō japonés.
"La máscara Nō carece de expresión", explica Suttirat Anne Larlarb", pero dependiendo de los movimientos del actor o de iluminación, comunica emociones muy diferentes. Puede ser aterradora, serena o agresiva. Los tres rasgos de carácter que definen a Safin".
De todas las colaboraciones, la más importante es la de Daniel Craig. "Hablamos mucho para asegurarnos de que Bond sentía que iba hacia delante, pero que retenía bastantes rasgos de sus anteriores encarnaciones. Es decir, nos apoyábamos en el legado general de Bond yendo hacia el futuro".
James Bond se ha retirado a Jamaica y uno de los retos de la diseñadora fue cómo vestirle ahora que no trabaja para el Servicio Secreto de Su Majestad.
"Los dos estábamos de acuerdo en que debía ser un Bond totalmente diferente", explica Suttirat Anne Larlarb, "un Bond irreconocible sin los trajes impecables a los que nos tiene acostumbrados. Está más relajado, se ha adaptado a su nuevo entorno, pero también debía destacar. Eran dos fuerzas opuestas".
"Afortunadamente, todo lo que se pone Daniel le queda de maravilla. O sea que nos bastó con buscar prendas que Bond no llevaría normalmente en su vida londinense o en sus aventuras internacionales", añade.
El secreto, según la diseñadora, era seguir el instinto del personaje: "Queríamos que toda su ropa pareciera espontánea", dice. "Su sentido del estilo es innato, intuitivo, no se lo piensa, sencillamente lo lleva dentro".
"Nos gustó la idea de una silueta sin que distraigan estampados, formas o detalles", sigue diciendo. "Al estar en clima tropical, llevaría ropa algo más suelta, pero no tanto como para esconder su magnífico físico".
La prenda más llamativa del vestuario de Bond es, sin lugar a dudas, el esmoquin diseñado por Tom Ford, que llevó el comandante Bond por primera vez en 2012 en Skyfall. "Es muy posible que la prenda más icónica de James Bond sea el esmoquin", reconoce la diseñadora. "Revisé todo lo que había llevado Bond por la noche, pero acabé fijándome sobre todo en lo que Daniel se había puesto en las películas anteriores".
"Desde el principio tuvimos claro que no queríamos repetir algo de otras películas y espero que esto sea algo especial", concluye la diseñadora.
Los decorados
Los decorados son un componente fundamental en todas las películas de Bond; reflejan el humor y el tono de la narración, además de llevar a los espectadores a lugares maravillosos, aterradores y exóticos de todo el mundo. Según el supervisor de localizaciones Charlie Hayes, tanto Cary Joji Fukunaga como Mark Tildesley tenían las ideas muy claras acerca de los decorados.
"Los decorados deben encajar siempre con la historia, además de ser perfectos para el desarrollo de la acción", explica Charlie Hayes. "Mark Tildesley, el diseñador de producción, tenía un tablón asombroso en la pared de su despacho en el que estaban recogidas todas las emociones de cada escena de la película y los colores correspondientes a dichas escenas".
Charlie Hayes y el jefe de localizaciones, Ben Plitz, trabajaron con Cary Joji Fukunaga, Ben Tildesley y los productores para encontrar unos decorados que encajaran con sus ideas. Empezaron en Noruega, el primer decorado que se ve en la película, para la secuencia anterior a los títulos de crédito.
Noruega
"La idea de Escandinavia surgió muy al principio", dice Barbara Broccoli, "porque Mr. White, el padre de Madeleine, era escandinavo. Aquí se escondía la familia. Es un sitio inaccesible, bastante alejado de todo".
El pueblo de Altaussee, en Austria, donde Bond encuentra a White en Spectre, sirvió de inspiración visual, así como el periodo que el director estuvo en Noruega antes de unirse a la producción.
"Todas las localizaciones surgieron de un modo natural", explica Cary Joji Fukunaga. "Yo había estado en Noruega y me enamoré del paisaje. El actor que encarna a Mr. White [Jesper Christensen] es danés, Léa es francesa, y pensamos que Madeleine podía ser noruega".
Empezaron a buscar una casa aislada de arquitectura tradicional. "Lo primordial era la sensación de aislamiento", explica Charlie Hayes. "El Sr. White y su familia vivían escondidos, alejados del mundo, y eso hace que la secuencia de arranque sea aún más sorprendente y aterradora".
Escogieron un bosque a las afueras de Oslo donde se construyó la casa en un gran lago. "Construimos la casa en el lago y no en la orilla", especifica el supervisor. "No encontramos una estructura, en cuanto a ubicación y entorno, que encajara exactamente con la escena que Cary tenía en mente".
Edificar la casa en el lago presentaba serias dificultades. "El equipo noruego con el que trabajamos se quedó algo sorprendido con nuestra petición", recuerda Charlie Hayes, riendo. "Y cuando empezamos a rodar, subió la temperatura y el hielo empezó a derretirse ligeramente. Estábamos seguros, pero aun así, fue una sensación curiosa".
Parte de la secuencia que transcurre en Noruega, y que también incluye otra persecución en coche y en moto, se rodó en el parque nacional de los montes de Cairngorms, en Escocia, y en el Gran Parque de Windsor. "Una parte de la persecución en coche tiene lugar en la increíble carretera Atlántica que bordea el mar en Noruega", explica el supervisor, "y luego en una zona boscosa que rodamos en Escocia".
"La última parte de la secuencia se rodó en el bosque Buttersteep, que forma parte del bosque público del Gran Parque de Windsor. Las escenas noruegas se rodó en varias localizaciones", acaba diciendo.
Italia
Del helado y duro paisaje noruego en invierno, la película pasa a la cálida luz del sur de Italia. Las películas Bond incluyen muchos decorados del país mediterráneo, sobre todo durante la era Daniel Craig, en la que varias escenas de Casino Royale, Quantum of Solace y Spectre transcurren allí.
"Italia era el decorado perfecto", recalca Cary Joji Fukunaga. "Al final de Spectre se alejan hacia el sol poniente, ¿y qué país puede ser más romántico que Italia? El pueblo de Matera es único, teníamos que rodar allí".
Se escogió Matera para rodar la emocionante secuencia de la persecución en coche. "Italia es un país con una multitud de decorados muy variados", dice Michael G. Wilson. "Estamos enamorados de Italia. Bond está enamorado de Italia. Matera es un pueblo visualmente único y el lugar perfecto para una persecución".
El pueblo de Matera es muy antiguo y a menudo sirve como decorado bíblico o de la antigüedad, pero los habitantes estaban entusiasmados con la idea de ser los anfitriones de una trepidante persecución. Bond está llevando a cabo una misión personal en Matera cuando le atacan y empieza una persecución por las estrechas calles del pueblo.
"Las calles son muy estrechas, cortas, con giros bruscos y, a primera vista no parece el lugar ideal para una persecución de coches", dice Charlie Hayes. "Pero gran parte del éxito de la secuencia se debe a que transcurre en un entorno totalmente inesperado".
Otra importante escena que tiene lugar en Italia se desarrolla en la estación de tren de la pequeña ciudad de Sapri, en el suroeste del país. La producción está muy agradecida a Trenitalia, el principal operador ferroviario de Italia, por la ayuda que prestó.
"Rodar en cualquier estación de tren del mundo es difícil", explica el supervisor. "No se puede cambiar el horario de los trenes. Necesitábamos un lugar donde no estorbásemos a pasajeros y trenes, pero donde pudiéramos mover nuestro tren, el Frecciarossa, arriba y abajo, y capturar las tomas que nos interesaban".
"Trenitalia se entusiasmó con el proyecto y nos prestó la ayuda necesaria. Se aseguraron de que todo estuviera calculado y de que cuadrara perfectamente".
Jamaica
Después de esta primera secuencia, Bond se retira a su hogar espiritual en Jamaica. Además del vínculo con el autor Ian Fleming y su casa en GoldenEye, en la orilla norte de la isla, otras películas de James Bond, concretamente Dr. No (1962) y Vive y dejar morir (1973), contienen escenas clave rodadas en Jamaica.
"Viajé a Jamaica para el quincuagésimo aniversario de la saga y me hospedé en la casa de Ian Fleming; fue una revelación", dice Barbara Broccoli. "Bond siempre salva al mundo. Pero de pronto me di cuenta, mientras estaba en el lugar donde escribió los libros, de que mientras Fleming decía que Bond salvaba al mundo, él contemplaba la belleza natural del mundo".
"No tiene nada que ver con el mundo cosmopolita al que estamos acostumbrados, sino con la increíble energía de un mundo natural, la barrera de coral, las flores, los animales, las aves", sigue diciendo. "A Ian Fleming le encantaba la belleza de ese mundo y nos propusimos que fuera parte de la historia de Bond en esta película".
Para el decorado de la casa jamaicana de Bond se escogió un lugar algo aislado donde podría disfrutar de una vida sencilla, salir a pescar en su barco y conectar con la naturaleza que le rodea. La casa se construyó en la costa norte de la isla, cerca de Port Antonio".
"Siempre se supo que iríamos a Jamaica", explica Charlie Hayes. "Cuando Bond anuncia que se retira del servicio activo, solo había un sitio al que podía ir y era Jamaica".
Rodar en un paraje natural era de vital importancia, por lo que fue necesaria la ayuda del Ministerio de Cultura y Turismo, así como de la Film Commission Jampro. "No es fácil conseguir una buena réplica de Jamaica", sigue diciendo. "Es un sitio casi mítico dentro del folclore Bond. Nunca se consigue una copia realista, por eso preferimos desplazarnos para capturar los olores y los sabores. Creo que aporta mucho a las escenas".
Jamaica también hizo las veces de Cuba. "Escogimos Cuba para una sección muy concreta de la película", dice Michael G. Wilson. "Necesitábamos un país al que Bond llegara sin dificultad con su barco. Cuba era el lugar ideal porque los estadounidenses lo tienen vetado. Si SPECTRE iba a celebrar una reunión en el hemisferio occidental, sería en un lugar donde pudieran trabajar sin ser molestados".
Aunque gran parte del decorado de Cuba se construyó en los estudios Pinewood, una importante escena exterior transcurre en una zona portuaria. Se rodó en la terminal de carga KFTL de Kingston Harbour, el séptimo mayor puerto natural del mundo.
La empresa portuaria es CMA CGM, una compañía francesa de transportes y contenedores. La empresa no solo permitió que la producción accediera libremente a los muelles sino que también prestó uno de sus enormes contenedores para la escena en que Bond es rescatado en el mar. "CMA CGM fue un auténtico colaborador en esta película", dice Gregg Wilson.
Londres
La capital del Reino Unido es el decorado que no puede faltar en las películas de James Bond. "Londres fue el escenario de mucha acción en las dos últimas entregas", dice Charlie Hayes. "Tanto en Skyfall como en Spectre hubo persecuciones espectaculares en las calles de Londres y alrededores".
Pero el papel de Londres es muy diferente en SIN TIEMPO PARA MORIR, ya que todas las secuencias de acción transcurren en el extranjero. "Casi tienen que arrastrar a Bond a Londres cuando decide retirarse", sigue explicando el supervisor. "Es la primera vez que Bond está casi enfadado con Londres".
"Ya no se siente tan cómodo y seguro como antes en la ciudad. Le vemos abrir la puerta de su piso y quitar el polvo de los objetos. Vuelve a su lugar de trabajo, pero no le prestan mucha atención. No tiene acceso a todas las zonas como antes. En esta película, el papel de Londres es único".
El puente de Hammersmith, el primer puente colgante que cruzo el Támesis, sirve de telón de fondo para una reunión secreta entre Bond y M. "Es un paisaje londinense inmediatamente reconocible", dice el supervisor de localizaciones, "pero no es el tradicional punto de referencia".
Otra escena incluye Whitehall, un escenario más clásico. La producción obtuvo permiso para rodar el exterior del Ministerio de Defensa, que aparece cuando Bond vuelve al Reino Unido.
"Es el decorado perfecto dado el tema de la película", comenta Charlie Hayes. "El Ministerio de Defensa fue muy generoso con esta película y no les importó que filmáramos la fachada como la nueva sede del MI6".
"Fue genial rodar allí. Pero siempre hay mucha actividad alrededor de Whitehall cualquier día de la semana, así que escogimos la fecha con mucho tiempo de antelación e intentamos no estorbar a nadie", añade.
En un momento de la película se ve a Madeleine cruzar el Mall hacia su despacho en Carlton House Terrace, en el momento en que entra la tropa de la Caballería Real. "Es una escena maravillosa. Sorprendentemente, la idea de trabajar con nosotros entusiasmó a la Caballería Real", explica.
Otro decorado importante son los terrenos propiedad del Ministerio de Defensa en la llanura de Salisbury, donde Chris Corbould y el equipo de efectos especiales escenificaron una enorme explosión para simular la destrucción de la guarida de Safin. "Cuando buscábamos dónde rodar esto, lo primero que pensamos fue en los terrenos de entrenamiento del Ministerio de Defensa en la llanura de Salisbury, que ocupan una enorme área equivalente a casi 400 kilómetros cuadrados".
"Allí se entrenaron los soldados para la invasión de Normandía", sigue diciendo. "Es un lugar histórico y nos pidieron que fuéramos cuidadosos con los restos arqueológicos y las plantas. Está muy cerca de Stonehenge y es muy posible que haya más yacimientos sin descubrir en la zona, por lo que nos acompañaron algunos arqueólogos para asegurarse de que no dañábamos nada".
Las islas Feroe
La guarida del malo suele ser algo asombroso en las películas de Bond. Los productores y el director decidieron crear una isla para Safin en SIN TIEMPO PARA MORIR.
Los exteriores de la isla se rodaron en las islas Feroe, un archipiélago del Atlántico Norte perteneciente al Reino de Dinamarca. "Allí se filmaron una serie de tomas de paisaje que luego se unieron para crear la guarida de Safin", explica Charlie Hayes. Luego se completaron en posproducción.
"Es un lugar absolutamente espectacular", sigue diciendo. "Visualmente, aporta mucho a la película, pero no es fácil llevar un equipo allí. Permiten la entrada a muy pocas personas. Todas las que participaron debían ir equipadas correctamente y también debía haber personal de salvamento por si pasaba algo".
El diseño de Bond
El diseñador de producción Mark Tildesley no solo se ciñó al presente en SIN TIEMPO PARA MORIR, sino que también exploró el pasado, decidido a honrar la larga tradición de innovación en el diseño de las películas Bond.
"Las películas Bond siempre han sido muy imaginativas, incluso innovadoras en algunos aspectos, por las ideas, los colores y la escala", dice. "Mi trabajo consistía en apreciar lo que es una película Bond y lo que puede llegar a ser. Me pareció que debía entender todas las entregas anteriores y ver cómo esta película, la vigésimo quinta, podía reflejarlas mejor".
"Visualizamos los mejores momentos de las películas Bond y luego estudiamos cómo unirlos para la última película de Daniel", sigue diciendo.
El mejor punto de partida, en muchos aspectos, era estudiar el trabajo del famoso sir Ken Adam, el abuelo del diseño de producción de Bond. "Nos gustó mucho su atrevimiento con los espacios", comenta el diseñador. "Iba por delante, sus ideas eran osadas y muy imaginativas".
"Sus diseños parecen teatrales, a menudo incluyen piezas que operan con mecanismos", dice. "Pensamos en Ken Adam e intentamos reproducir estas sensaciones. Ojalá hayamos sido capaces de recrear la arquitectura y la escala adecuadas para una película Bond".
Además del trabajo de Ken Adam, el diseñador también se inspiró en la arquitectura brutalista y prestó especial atención a las obras del arquitecto japonés Tadao Ando.
"Intentamos ser atrevidos en cuanto al tamaño, la escala y las formas", dice Mark Tildesley, "para que haya espacio en las imágenes. Redujimos algunos decorados a un mundo minimalista a partir de referencias brutalistas y teniendo siempre en cuenta a la naturaleza".
La guarida de Safin
Este estilo de fue especialmente eficaz en el diseño de la guarida del malo. "En la isla hay varios silos gigantes y al abrir las compuertas de estos silos se descubre una enorme fábrica debajo de la planta", explica Mark Tildesley. "Aprovechamos la oportunidad para construir un gran decorado al estilo de Ken Adam".
Decididos a rendir homenaje al épico diseñador, construyeron lo que Mark Tildesley describe como "una puerta circular al estilo Ken Adam" que hace de entrada a la fábrica subterránea.
"La estructura debía ser sencilla, funcional y muy atrevida", dice. "El concepto nos permitía construir gigantescas columnas, pero hablamos con el director de fotografía para que fueran como una escultura entre luces y sombras".
"Además de esta enorme cavidad, también hay amplios pasillos en los que Bond se pierde en la oscuridad. Son estructuras gigantescas y basta con muy poca luz para crear un lenguaje gráfico con formas limpias y sencillas".
El retiro jamaicano de Bond
Cuando Bond deja el servicio secreto, solo piensa en retirarse a su casa de Jamaica, construida para la ocasión en un enclave de gran belleza natural cercano a Port Antonio, en la costa norte de la isla. "Bond vive en una ensenada espectacular, de una belleza natural sin par, con aguas cristalinas, rodeado de plantas tropicales, el canto de las aves y maravillosos cielos azules", dice Mark Tildesley.
Para el decorado de la casa se dejaron guiar por el hecho de que Bond está bastante desconcertado. "Es como un pez fuera del agua", explica el diseñador. "Está hecho para la acción".
"En la casa de Bond en Jamaica todo hace pensar en que va a subir a su barco y zarpará para no volver", añade. "Se dedica a pescar, explora un poco, pero parece que está planeando escapar de un momento a otro. Hay muchos mapas y libros acerca de lugares donde podría ir a retarse a sí mismo".
Decidieron que la casa sería de estilo jamaicano, aunque tiene un tejado a cuatro aguas. "Lo pasamos bien construyendo la casa", sigue diciendo. "Para construir una casa en Jamaica, muy a menudo íbamos al bosque, cortábamos unos cuantos árboles y volvíamos con el material".
"La madera no estaba curada, era fresca, tenía nudos, no era recta. Tuvimos que olvidarnos de que fuera perfecta y muy pronto se convirtió en una casa jamaicana. Se nota que está construida por gente del lugar", acaba diciendo.
El acontecimiento SPECTRE en Cuba
Cuando Bond debe volver a la acción, recorre unos pocos cientos de kilómetros hasta Cuba, donde se cuela en un lujoso baile organizado por SPECTRE. Cary Joji Fukunaga quería crear una fiesta fantástica poblada de gente extraordinaria y Mark Tildesley supervisó la construcción de un viejo teatro cubano, estilo Art Deco, con una imponente escalera.
"El diseño está muy condensado porque intentamos crear algo con mucho sabor", explica. "Nos apoderamos de las mejores ideas que encontramos. Viajé a Cuba para buscar referencias. Es exótico y extraordinario, pero las partes más bonitas están muy repartidas. Intentamos reunirlas de nuevo".
Hay arcos clásicos en varios puntos del teatro. "Duplicamos columnas, bloques de piedra y escaleras de caracol", reconoce. "También utilizamos motivos Art Deco".
Mark Tildesley quería comunicar la impresión de una grandiosidad marchita. "Antaño, Cuba fue el patio de recreo de Estados Unidos, era un lugar exótico al que iban personas adineradas, pero ahora todo esto se pierde y cae en ruinas. Sin embargo, hay una gran belleza en lo que queda".
MI6
El despacho de M es un elemento fijo de la saga, y tanto los productores como el director querían mantener todos los elementos habituales con pocas innovaciones.
"Me lo paso muy bien con los decorados clásicos de las películas Bond, como los despachos de M y de Moneypenny", dice Mark Tildesley. "Algunos detalles, como la puerta de cuero del despacho de M, son icónicos dentro del universo Bond. Los decorados han evolucionado con el tiempo, de película en película, pero tengo la impresión de que la mesa de despacho y el cuadro que hay detrás son los mismos desde hace mucho tiempo".
El equipo de diseño optó por realizar cambios muy sutiles, como el color de la puerta de cuero de M. "Luego está el despacho de Moneypenny delante del de M, pero es mejor no tocarlo mucho, no se puede cambiar de idioma aquí", dice.
Al igual que para el despacho de M, el diseñador quiso mantener una continuidad en el laboratorio de Q. "Tuvimos que añadir un ala, una extensión para que cupiera un túnel de viento donde prueba el aerodinamismo de varios vehículos", explica el diseñador.
La casa de Q
El laboratorio aparece en cada entrega, pero nunca se había visto la casa de Q. El director y los productores querían que reflejara la personalidad del genio de la técnica.
"Decidimos que viviría cerca de la estación de Waterloo para que pudiera ir a trabajar en bicicleta", explica el diseñador de producción. "Es la típica casita victoriana, muy cómoda y recogida, un poco como Q. Vive solo con un gato al que adora".
"Cuando le imaginamos en su casa, pensamos que era muy normal y casero, no un científico loco, y por eso decidimos que estaría cocinando", sigue diciendo.
"Es muy preciso y mide cada ingrediente al miligramo mientras prepara una cena para dos personas. También aprovecha el tiempo en su casa para trabajar. Se ve el modelo de un planeador en su impresora 3D que más tarde volverá a aparecer en la película".
El entorno de Madeleine
Otra casa particular con un importante papel en la película es el hogar familiar de Madeleine en Noruega, un lugar marcado por la tristeza, según Mark Tildesley.
"Imaginamos la casa familiar como un lugar bastante triste", dice el diseñador. "La madre de Madeleine tiene algo de alma en pena y le cuesta comunicarse con su marido, Mr. White, que viaja mucho. La madre bebe, y Madeleine cuida de ella a pesar de ser muy joven. Debíamos recrear una imagen triste".
Para subrayar esa sensación, la casa se construyó en un "paisaje extraordinario", comenta el diseñador. "Un lugar aislado, frío y algo aterrador. Es una casa noruega muy sencilla con una buhardilla debajo del tejado donde duerme Madeleine".
Cuando la historia nos lleva de vuelta a la casa, Madeleine la ha remodelado. "La segunda vez es mucho más moderna", dice.
Tenemos otra perspectiva de la vida de Madeleine al descubrir el gabinete psicológico donde ejerce su profesión en Londres. "El edificio es de estilo georgiano e parte, aunque los pisos superiores son eduardianos con unas ventanas extraordinarias", explica Mark Tildesley.
"Queríamos que su despacho fuera moderno, actual, así que remodelamos el decorado. Quitamos los paneles de madera para que fuera más sencillo, de un solo color, más adecuado a su estilo", termina diciendo.
El ministerio de Defensa
El director y los productores contaron con la ayuda del Ministerio de Defensa durante el rodaje de SIN TIEMPO PARA MORIR. Las Reales Fuerzas Aéreas y la Real Marina les permitieron acceder a lugares clave y utilizar a su personal. El Ejército de Tierra, por su parte, suministró tropas de la Caballería Real.
No es la primera vez que las Fuerzas Armadas cooperan en el rodaje de una película Bond, recuerda el supervisor de localizaciones Charlie Hayes: "Bond fue comandante de la Real Marina, y en esta película hemos trabajado con los tres Ejércitos. Mantenemos una relación muy especial con los tres".
En una escena de la película, Madeleine Swann cruza el Mall camino de su gabinete en Carlton House Terrace. "Es un momento importante", dice Hayes. "Nos indica quién es y dónde trabaja".
La Real Guardia Montada es parte de los Blues y los Royals, los dos regimientos más antiguos del Ejército Británico, que en su conjunto forman la Caballería Real. Se prestaron para rodar esta escena en un mal momento para ellos, justo antes del cambio de la guardia en el palacio de Buckingham.
La Real Fuerza Aérea permitió que la producción rodara en su mayor base aérea, la RAF Brize Norton en Oxfordshire, que hizo las veces de la base de la OTAN en Noruega, donde Bond y Nomi se unen a los aliados del MI6 a bordo de un C-17 Globemaster.
El C-17 Globemaster es un avión de carga diseñado para recorrer largas distancias y operar en zonas de combate, así como en misiones pacíficas y humanitarias. La escena en el interior del C-17 es el clásico momento en que Q entrega varios artefactos a Bond y a Nomi para ayudarles a superar la misión que les han encomendado. Mientras Bond y Nomi bajan a tierra, Q se queda en la nave estudiando documentos del objetivo con el fin de darles más información y guiarles cuando lo ataquen.
La Real Marina también permitió que la segunda unidad filmara a bordo del HMS Dragon, un destructor antiaéreo Type 45, uno de los buques de guerra técnicamente más avanzados del mundo, que tiene un papel crucial en SIN TIEMPO PARA MORIR.
"La Real Marina fue muy generosa", dice la productora Barbara Broccoli. "Nos dejaron mandar a la segunda unidad para que rodara a bordo del barco".
"Siempre hemos contado con la cooperación de las Fuerzas Armadas británicas", añade. "La Real Fuerza Aérea fue de gran ayuda al permitirnos rodar en su base aérea y concedernos acceso al avión. También estamos muy agradecidos a la Real Marina y al Ejército. El Ministerio de Defensa siempre ha apoyado las películas de Bond".
La música
Ninguna saga puede vanagloriarse de tener tantos temas musicales como James Bond, y con la vigésimo quinta entrega producida por EON y también el último capítulo protagonizado por Daniel Craig, SIN TIEMPO PARA MORIR, los productores eran conscientes de que necesitaban a un compositor excepcional. No dudaron en hablar con Hans Zimmer, premiado por la Academia y con cuatro Grammy.
El compositor, al que siempre han gustado las partituras de las películas Bond, no iba a dejar pasar la oportunidad de trabajar con Wilson y Broccoli. "No suele ocurrir que los productores se conozcan tan bien el material", dice. "De hecho, es imposible, no hay nadie en este mundo que haya vivido con este material como lo han hecho ellos".
"Basta con mirarles de reojo y ver cómo reaccionan para saber si vamos en la buena dirección", añade.
Hans Zimmer también era consciente de la importancia de esta película para su protagonista. "Después de haber compuesto la música de las tres películas de Batman, siempre decía: ‘Para ustedes solo son tres películas, para mí son 12 años de mi vida’. Para Daniel es lo mismo; Bond significa 15 años de su vida, y merece ser tratado con respeto y humildad".
Además de apetecerle trabajar con Michael G. Wilson, Barbara Broccoli y Daniel Craig, otro aliciente era el tipo de narración empleado en la película. "Hay una sensibilidad muy madura en esta entrega que me gusta mucho", dice. "La historia empieza con una sensación trágica. Denme algo oscuro y soy feliz, me inspira".
La inspiración del músico fue aún mayor al contar con la ayuda de Steve Mazzaro, con quien ya había trabajado en numerosas ocasiones, y con la de Johnny Marr, otro viejo amigo y colega, el legendario guitarrista y cocompositor de The Smiths, con el que trabajó por primera vez en Origen el año 2010.
"Hans me llamó y me dijo: ‘James Bond, ¿te apetece?’", recuerda el guitarrista. "Y le contesté: ‘¿Por qué has tardado tanto?’ Fue un privilegio y un honor participar en esta banda sonora. Además, siempre he asociado al personaje de Bond con la guitarra".
Hans Zimmer alentó a su amigo a que hiciera suyo el tema y que no se dejara influir por los acordes que él había incluido. "La guitarra aparece con la acción", explica Johnny Marr. "Cuando está a punto de entrar en modo Bond, con una persecución en coche u otra heroicidad, entonces se oye la guitarra. Pero el sonido también contiene intriga, y esto se lo debemos a John Barry".
John Barry compuso la música de once entregas de la saga y su brillante sombra sigue siendo muy alargada. Hans Zimmer comenta que fue Cary Joji Fukunaga quien alentó a los compositores a alejarse de dicha sombra y a confiar en su instinto.
"Cary tenía toda la razón porque al principio éramos muy John Barry", explica Hans Zimmer. "Y dijo con voz muy queda: ‘Creo que me gustaría un poco más de Zimmer en todo esto’, aunque tampoco sé exactamente a qué se refería".
Según Johnny Marr, "un poco más de Zimmer" significa "ser respetuosos con lo que James Bond significa históricamente, pero ante todo ser correctos con la película actual. El respeto no significa perder tu propia voz. Ahora, cuando escucho los temas sin la guitarra, oigo claramente a Hans y a Steve".
"Pero a pesar de eso, sigue siendo Bond", añade Steve Mazzaro. "En cierto modo, sigue siendo el idioma que creó John Barry".
El innovador enfoque de John Barry, una combinación de pop, jazz y estilos clásicos, dio pie a un nuevo tipo de música cinematográfica. Colabora habitualmente con cantantes y bandas de moda como Shirley Bassey y Duran Duran. Los productores de Bond siempre han mantenido la tradición, invitando a cada entrega a un o una icónico/a vocalista a participar en la pista de los emblemáticos títulos de crédito.
En esta ocasión se decantaron por Billie Eilish, ganadora de cinco Grammy. "Me dieron una canción compuesta por ella y su hermano, Finneas O’Connell. Solo era una maqueta, pero enseguida dije: ‘No quiero nada más, la tenemos’", explica Hans Zimmer. "No conocían la historia, pero su canción era una historia. Es relevante y está cantada por alguien muy joven que parece poseer un corazón muy sabio".
Johnny Marr está de acuerdo: "Es muy moderna, desde luego, y aquí podemos decir que menos es más porque es una canción sumamente intensa. En cierto modo, su fragilidad la radicaliza y su fuerza surge del aspecto minimalista".
"Me llegó a través del tiempo", añade Hans Zimmer. "Mi reacción fue: ‘Que suban a un avión, traedles enseguida".
Billie Eilish y Finneas O’Connell llegaron al estudio de Hans Zimmer. "Nunca imaginé que interpretaríamos una canción Bond", reconoce la cantante. "Siempre nos gustó la idea, y hablábamos de ello. Decíamos que si surgía la oportunidad de hacer algo en una película de Bond, no lo dudaríamos… Y ahora somos parte de la última película Bond de Daniel, es de locos".
El fin de una era
SIN TIEMPO PARA MORIR no solo es una película fundamental para EON por tratarse de la vigésimo quinta producción Bond, también es el último capítulo de la era Daniel Craig y, en palabras de Barbara Broccoli, representa una intensa historia personal.
"Creo que es la historia más personal de Bond, junto a 007 al servicio de Su Majestad y Casino Royale", dice. "Es una conclusión emocionalmente satisfactoria que está a la altura de la era con Daniel Craig encarnando a Bond".
No es sorprendente que SIN TIEMPO PARA MORIR fuese un proyecto muy emotivo para todos los que participaron en él, sobre todo para Daniel Craig: "Si me paro a pensar en lo que hemos conseguido con estas cinco películas, me emociono. Han sido quince años de mi vida".
"En SIN TIEMPO PARA MORIR sabía que debíamos acabar la historia, atar los cabos sueltos, y creo que lo hemos conseguido. Me siento muy orgulloso del gran esfuerzo colectivo requerido para la producción de una película Bond. Ser una pequeña parte de este esfuerzo es un gran honor", añade.
El momento emotivo llegó con las últimas escenas de Daniel Craig que, apropiadamente, se rodaron en los estudios Pinewood, el hogar de las películas Bond. Michael G. Wilson recuerda la sensación que se vivió en el plató: "Ya era bastante tarde; normalmente, una vez acabado el rodaje, todo el mundo se va a casa corriendo. Pero esa noche aparecieron todos en el plató. No puede decirse que fuera un ambiente de fiesta, pero sí un momento muy especial y todo el mundo quería estar".
"Cuando dijeron ‘Se acabó’, todos estaban ahí. Daniel dijo unas palabras muy bonitas, se nos llenaron los ojos de lágrimas y hubo muchos abrazos. Nos dolió ver el fin de esta era, fue muy emotivo para todo el equipo".
Los productores se sienten muy orgullosos de lo que se ha conseguido en estas últimas cinco películas: "Daniel ha sabido aportar mucha humanidad a Bond en las últimas entregas, ha desarrollado un personaje de carne y hueso", concluye Michael G. Wilson. "Desde el principio es lo que quiso dar a las películas. Siguió desarrollando el personaje gracias a su tenacidad, comprensión y enorme talento. Daniel Craig ha creado una versión única de James Bond".