Este filme dirigido por George Gallo (Mi novio es un ladrón, Bigger), es un remake de la película homónima de Harry Hurwitz de 1982. La película nunca llegó a estrenarse y Gallo fue una de las pocas personas que pudo verla.
Con el paso del tiempo, diferentes personas afirmaban poseer los derechos. Gallo continuó haciendo películas y después del éxito de Dos tipos geniales (1986) o Huida a medianoche (1988), obsesionado con la película, comenzó a buscar los derechos.
Esta nueva versión está protagonizada por el ganador de dos Oscars Robert De Niro (El irlandés), los ganadores de un Oscar Tommy Lee Jones (Deuda de honor, Men in black) y Morgan Freeman (Objetivo: Washington D.C., Million Dollar Baby), Zach Braff (Algo en común, Scrubs), Eddie Griffin (Ha nacido una estrella) y Emile Hirsch (Érase una vez en... Hollywood).
Nota del director (George Gallo)
"En la primavera de 1974, varios amigos y yo decidimos saltarnos una clase para asistir a una convención de cómics en Nueva York. Al no estar tan metido en el mundo de los superhéroes como algunos de mis compañeros, opté por explorar otras partes del hotel donde se celebraba el evento. Escuché el soniquete de un proyector de 16 mm. proveniente de una de las habitaciones del vestíbulo y encontré a varias personas viendo el copión de una película sin terminar llamada The Comeback Trail. En algunos momentos era divertida y en otros una completa tortura, pero recuerdo haber pensado que tenía una gran premisa. La idea de asegurar a un actor con la esperanza de que muriera en una maniobra peligrosa era algo de pura genialidad cómica. Solo tenía 18 años y vivía en Port Chester, Nueva York. Estaba lo más lejos posible que se podía llegar desde Hollywood. Ser cineasta era mi sueño y hacer un remake de esta película se convirtió en mi principal objetivo. Comencé a escribir guiones, recibí la pila habitual de cartas de rechazo, pero finalmente logré meter la cabeza en el mundo del séptimo arte.
Después del éxito de Dos tipos geniales (1986) o Huida a medianoche (1988), comencé a buscar los derechos de The Comeback Trail, y descubrí que adquirirlos era prácticamente imposible. La película nunca llegó a estrenarse y yo era una de las pocas personas que la había visto. Con el paso del tiempo, diferentes personas afirmaban poseer los derechos. Seguí haciendo películas, pero no logré dejar de lado la idea de que tarde o temprano terminaría haciendo The Comeback Trail.
Años después, me pidieron que hablara en una proyección de Huida a medianoche. Allí conocí a una mujer llamada Joy Hurwitz, que resultó ser la viuda de Harry Hurwitz, el director de la película original. Cuando pregunté a Joy por The Comeback Trail, película de la que ella tenía los derechos, se sorprendió de que yo hubiera oído hablar de ella. Automáticamente nos hicimos amigos y esa misma noche decidimos hacernos socios. Josh Posner, mi compañero de escritura, y yo escribimos varios borradores y salimos a buscar financiación. Aunque estuvimos cerca de obtener financiación en varias ocasiones, nunca la conseguimos.
En un encuentro con Robert De Niro me dijo que, después de haber interpretado un personaje tan oscuro en El irlandés, quería hacer algo divertido, y ese fue el punto de partida de la película. Productores como, Richard Salvatore, Dave Ornston, Phillip Kim, Patrick Hibler, Joy Hurwitz y mi productora favorita, mi esposa, Julie Lott Gallo, salieron a buscar financiación y rápidamente consiguieron la financiación para poder hacer la película.
Cuando has deseado hacer algo durante tanto tiempo, y por fin llega el momento de hacerlo realidad, esperas poder hacerle justicia. Tuve la enorme fortuna de poder trabajar con grandes actores como Robert De Niro, Tommy Lee Jones y Morgan Freeman. A pesar de ser auténticos íconos, todos ellos se entregaron completamente a la causa e hicieron que nos divirtiéramos mucho todos los días. Zach Braff, Emile Hirsch y Eddie Griffin colaboraron con su entusiasmo. Ver como todo esto cobraba vida fue un punto culminante en mi vida. A pesar de que la película es una comedia, no quería que tuviera el aspecto demasiado iluminado ni muy colorido que tienen muchas comedias. Por muy divertida que sea la historia, no hay que olvidar que su premisa es organizar un asesinato. Tanto al director de fotografía Lukasz Bielan como a mí se nos ocurrió un motivo visual más oscuro y realista para contar la historia. Utilizamos cámaras de mano para dar a las escenas un aspecto más visceral. A todo esto, contribuyeron Stephen Lineweaver y Joe Lemmon, los diseñadores de producción. La idea era crear un entorno creíble y oprimido para los personajes principales y evitar un aspecto demasiado elegante en las escenas.
En muchos sentidos, La última gran estafa es dos películas. Es la historia del fraude orquestado para cobrar el seguro de Max Barber, pero también se trata de la película que se propusieron hacer. Puedes notar como la película se vuelve sutilmente más colorida cuando comienza el rodaje de The Oldest Gun in The West. Aquí intentamos hacer un enfoque más grandioso de John Ford. Duke Montana representa el viejo mito de Hollywood del oeste americano. En estas películas antiguas hay muchos clichés visuales y aquí los tomamos todos prestados. Esas películas se hacían de manera diferente, ya que utilizaban el movimiento de la cámara y la puesta en escena para crear energía en contraposición al enfoque más moderno creado a través de la unión de diferentes planos.
La película se diseñó con ese enfoque más clásico en mente y el editor John Vitale y yo trabajamos para hacer que el corte pareciera natural. Por último, respecto a la banda sonora siempre pensé en una partitura de la vieja escuela. Esto se perdido en la mayoría de las películas de hoy. Al recordar los viejos clásicos, también te vienen a la mente sus partituras. Actualmente no hay tantos compositores que se centren en temas clásicos, pero al compositor Aldo Shlakuu le encanta escribirlos. Su trabajo resultaba abrumador en el sentido de que la música que escribía tenía que sentirse nacida en un western con matices cómicos, pero no una parodia.
En general, la realización de la película fue una experiencia estupenda. Todos los que participamos en ella, aún seguimos en contacto. Mi esperanza es que esta película haga reír a la gente. Actualmente nos encontramos en tiempos oscuros e inciertos. La risa es algo bueno."
Nota del productor (David E. Ornston)
"Fui seleccionado de un gran equipo de productores para escribir algunas de mis experiencias en La última gran estafa. ¡Qué espectáculo! La última gran estafa es definitivamente la película más divertida en la que he trabajado. Partimos con un gran guion, pero día a día fue mejorando. George Gallo y Josh Posner hicieron un trabajo increíble escribiendo la historia de tal forma que nos permitió llamar la atención de actores increíbles que querían participar en esta película.
George Gallo también era el director. Estábamos ante una película independiente con la locura propia del mundo indie. Pero George afrontó todos los obstáculos que encontramos, hizo ajustes muy rápidos, mantuvo a todo el elenco comprometido y consiguió hacer realidad este increíble proyecto.
Trabajar con todos estos actores en una película era un sueño hecho realidad. Era mi particular dream team. Comencé mi carrera, a principios de los 80, en los escenarios de Nueva York. Por aquel entonces, Robert De Niro ya era una leyenda y el actor en el que todos los actores jóvenes querían convertirse. Ver trabajar a Bob, interpretando el papel de Max Barber, era como asistir todos los días a una clase magistral. Siempre llegaba pronto y estaba completamente listo para afrontar cualquier escena. Jugaba constantemente con los otros actores, hacía pequeños ajustes y conseguía que cada toma resultara fresca y nueva. Era como ver un hermoso diamante que relucía y brillaba sin importar desde qué ángulo lo mirases.
Tommy Lee Jones y Morgan Freeman eran, simplemente, auténticos profesionales. Tommy Lee estuvo perfecto en su interpretación de Duke Montana. Clavó cada matiz del personaje con desánimo, encanto y sentido del humor. Para mí, esta era la segunda vez que tenía el enorme placer de trabajar con Morgan Freeman. La facilidad, la gracia y la fluidez de Morgan como actor solo eran superadas por el hombre excepcional que es... ¡Una auténtica maravilla!.
Zach Braff aportó un gran sentido del humor y patetismo al papel de Walter Creason.
Interpretó maravillosamente a Bob como la contraparte perfecta e inconsciente del productor indie obsesivamente mentiroso y patológico de Bob... He conocido a uno o dos de ellos en mi época.
Emile Hirsch realizó un excelente trabajo como director del estudio de cine, James Moore, aportando mucho humor y el cinismo necesario al personaje. Y Eddie Griffin resultó hilarante como mano derecha de Morgan.
Kate Katzman brilla intensamente tanto dentro como fuera de la pantalla.
¡Espero que todos disfruten tanto viendo esta película como hicimos nosotros mientras la rodábamos!."