Tras sus últimos fracasos cinematográficos, el productor hollywoodiense Max Barber (Robert De Niro) está en deuda con Reggie Fontain (Morgan Freeman), el jefe de la mafia.
Desesperado y con su vida en juego, Max decide producir una nueva película con escenas de acción de alto riesgo con el fin de provocar la muerte del protagonista y cobrar así el seguro. El actor elegido es Duke Montana (Tommy Lee Jones), una vieja estrella deprimida con problemas con la bebida: el blanco perfecto para los planes de Max.
Los días pasan y, a pesar de todos sus intentos para acabar con Duke, Max no logra su propósito. Escena tras escena éste sobrevive y, sin quererlo, está rodando la mejor película de toda su carrera.