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Jojo Rabbit cartel reducidoJojo RabbitDirigida por Taika Waititi
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Jojo Rabbit ofrece una visión desternillante y profundamente conmovedora de la visión de un niño de una sociedad trastornada por la intolerancia. Inspirándose en su ascendencia judía y en los prejuicios que cercaron su infancia y juventud, el guionista y director Taika Waititi (de madre judía y padre maorí) se pronuncia firmemente en contra del odio con esta sátira negra como el carbón de la cultura nazi que fascinó la mentalidad alemana en la cúspide del poder durante la Segunda Guerra Mundial. Waititi conduce una historia casi demasiado espantosa para abordar de forma seria y solemne, la de un niño que, como muchos durante esa época, es adoctrinado en la devoción absoluta y fanática a Hitler. Es entonces cuando comienza a minar una comedia negra e hipnotizante que desenmaraña las ideas tóxicas del antisemitismo y la persecución del otro. Cual funámbulo sobre el alambre de la comedia, Waititi mezcla la furia de la sátira con la persistente esperanza de que es posible vencer el fanatismo y el odio.


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Waititi y su montador, Tom Eagles (Lo que hacemos en las sombras, Hunt for the wilderpeople, a la caza de los ñumanos) colaboraron estrechamente con el compositor ganador del Óscar Michael Giacchino quien, mientras los primeros editaban la película, compuso una banda sonora que encaja perfectamente con el espíritu de la película, fluyendo por todas las distintas emociones de Jojo.

"He sido fan del trabajo de Michael durante mucho, mucho tiempo, en especial de su increíble y conmovedora partitura para Up de Pixar", dice Waititi.

Conocido por crear las partituras reconocibles al instante de siete de las aventuras animadas de Pixar, Giacchino también es uno de los compositores más solicitados de grandes producciones tales como Star Trek: Más allá, Spider-Man:Homecoming y La guerra del planeta de los simios. Pero asegura que puede que su partitura para Jojo Rabbit sea su preferida.

"Me siento orgulloso de ser parte de una película que no tiene miedo de contar su verdad y hacer algo que pueda hacer arquear las cejas a más de uno, pero espero que resulte en buenas conversaciones y que se hablen de cosas importantes", dice el compositor. "Taika ha dado forma a una idea loca y lo ha hecho con gran belleza. Si quieres decir algo verdadero y necesario en este mundo hay que asumir grandes riesgos".

Continua Waititi: "Su trabajo en Jojo Rabbit elevó la película a un nuevo nivel, aumentando la resonancia emocional y uniendo los temas, personajes y el mundo de la película. Trabajar con él ha sido un proceso en el que ha pesado mucho la colaboración y el instinto".

Aunque Giacchino suele evitar leer los guiones cuando compone porque prefiere absorber las emociones de forma más directa mediante la fotografía, en este caso Waititi le pidió que le echara un ojo al guion para que pudieran comentarlo. Giacchino se alegra de haberlo leído. "Me gustó muchísimo", dice el músico, "y conociendo la filmografía de Taika sabía que le aportaría el toque justo. Realmente entiende cómo se entrelazan la comedia y la tragedia. La mejor comedia es la que ha surgido de las situaciones humanas más difíciles y la Alemania Nazi es una de las situaciones más duras de la historia".

Una vez empapado del poder del guion, habló con Waititi sobre el tono. "Los dos coincidimos en que la música fuera directa, pura y verdadera", dice Giacchino. "Taika no necesitaba que la música fuera cómica porque la película ya era muy graciosa. La primera pregunta que siempre hago es: ¿con qué sentimiento quieres que salga el público del cine? Para mí, ese sentimiento era el de Jojo, que parte con una actitud cerrada y ciega hacia el mundo, sufre una transformación de su visión del mundo y empieza a verlo todo con otros ojos. Esa fue mi inspiración".

A Giacchino le resultó evidente que, al igual que la fotografía emana de la inocencia, la intensidad y la ingenuidad de Jojo, también la música fluiría de su carácter emocionalmente cambiante. "Sentí que la música debería acompañarlo en todo momento, por eso, lo primero que hice fue componer una suite reflejando su evolución personal. Aunque hay momentos en los que Rosie o Elsa cambian la música, la partitura mana de las emociones de Jojo. La melodía principal se desarrolla de diferentes formas en el transcurso de la película. Comienza como un desfile, luego se convierte en un adagio durante la batalla cuando el nacionalismo de Jojo empieza a transformarse en otra cosa".

Giacchino también estaba preparado para ser original. El proceso creativo incluyó desde componer canciones con la letrista Elyssa Samsel para una canción que cantan Jojo y sus compatriotas en el campamento de Las Juventudes Hitlerianas, hasta convencer a Paul McCartney a conceder el permiso para que Waititi utilizara la versión alemana del tema I Want To Hold Your Hand de los Beatles para una secuencia que trata la histeria de Hitler.

Con todo y con eso, fue en las influencias clásicas donde erigió el fundamento de su composición. "Sabía que quería una partitura muy europea, algo que, si pasearas por la calle en Alemania en 1939 podrías escuchar sonando por la ventana de cualquier vecino. Chopin, Liszt y Satie fueran algunas de sus influencias. Pero sobre todo lo que más me inspiró fue la constante pregunta: ¿qué me pide la película? Es cuestión de hacer frente a esas emociones duras, difíciles, y sentirlas muy dentro de ti. Ese es el desafío que entraña una película así".

Estas emociones llevaron a la elección de una banda reducida: una orquesta de 22 instrumentos con un cuarteto de cuerdas en el centro, además de un piano, un par de guitarras, algo de vientos y percusión. "Para mí es muy agradable este cambio: trabajar con un grupo reducido e íntimo con estas características", dice Giacchino. "Estoy acostumbrado a trabajar con orquestas de cien músicos, pero personalmente siento que cuanto más se reduce la orquesta, más emocional es su sonido".

Mientras que la película irrumpe con himnos de los Beatles y luego con Bowie (con la versión alemana del tema Heroes, una canción que compuso Bowie sobre el muro de Berlín, que es, según David Buckley,académico experto en Bowie "quizás la declaración más definitiva del pop sobre el triunfo potencial del espíritu humano sobre nuestra adversidad"), la partitura contrasta con estos anacronismos.

"Incluir dentro de una partitura más tradicional momentos Beatles y Bowie la hace más extraña y fuerte", observa Giacchino. "De alguna forma todo encaja y no sé cómo. Tal vez porque las emociones son las adecuadas para cada escena y porque cada sonido proviene de estas emociones. Sí que enfrentamos un gran problema al tener que convencer a estas personas de que nos dejaran usar sus canciones para una historia en torno a Hitler. He tenido la increíble oportunidad de trabajar con Paul McCartney, uno de mis héroes personales, y he sido uno de algunos pocos que le hemos abordado para explicarle que esta película no es lo que pudiera parecer y que es en realidad una contundente declaración en contra del odio. Al final, todo se solucionó y Taika consiguió las canciones que quería".

De hecho, para que Jojo Rabbit tuviera éxito era necesario que suficientes personas creyeran en el proyecto, que se atrevieran. Al final, al igual que Jojo Rabbit pone de relieve las trágicas y absurdas realidades del autoritarismo y el fervor nacionalista, además del salario personal de los prejuicios y el odio, la cinta también nos recuerda nuestra conexión humana y la simple responsabilidad de hacer cada uno lo que esté en nuestra mano... que es tan sencillo como intentar ser amables.

Waititi lo resume de esta manera: "Este me parece un momento adecuado para contar esta historia... porque en este caso no queremos llegar tarde, apremia contarlo ahora".