La cinta, dirigida por Robbert Eggers y protagonizada por Willem Dafoe y Robert Pattinson, obtuvo el premio Fipresci en el pasado Festival de Cannes. Forma parte de la sección PERLAK de la 67 edición del Festival de Cine de San Sebastián.
Sobre la producción
El director y guionista Robert Eggers se afianza como uno de los autores contemporáneos más estimulantes de la industria cinematográfica con su fascinante y fantasmagórico segundo largometraje: THE LIGHTHOUSE. La película, ambientada en una remota isla de la costa de Nueva Inglaterra, muestra la historia de dos fareros (Willem Dafoe y Robert Pattinson) atrapados y aislados debido a una tormenta aparentemente sin fin, que se enzarzan en una creciente escalada de enfrentamientos a medida que se fraguan tensiones entre ambos y unas misteriosas fuerzas, reales o imaginarias) parecen apoderarse de ellos. THE LIGHTHOUSE, un aterrador viaje a lo desconocido, cuenta tras las cámaras con muchos de los talentos que dieron vida a La bruja, como el director de fotografía Jarin Blaschke, el diseñador de producción Craig Lathrop, la diseñadora de vestuario Linda Muir, el compositor Mark Korven y la editora de montaje Louise Ford.
Tras saltar al estrellato con el arrollador éxito de La bruja, Eggers regresa a su Nueva Inglaterra nativa cambiando en esta ocasión la vida rural del siglo XVII por el mundo marítimo de finales del siglo XIX como telón de fondo. Evocando un amplio abanico de influencias, desde clásicos de la literatura de aventuras marinas de Herman Melville y Robert Louis Stevenson a las extrañas leyendas sobrenaturales de H.P. Lovecraft y Algernon Blackwood, el director y guionista nos ofrece una creación totalmente única.
Si La bruja exploraba el arquetipo de este oscuro personaje femenino, THE LIGHTHOUSE examina los tenebrosos impulsos de dos hombres lidiando con una dura vida e implicados en un complejo juego de dinámicas de poder. "Nada bueno puede ocurrir cuando dos hombres se quedan solos en un falo gigante", subraya con humor el propio Eggers.
Como su anterior película, THE LIGHTHOUSE ofrece una experiencia increíblemente oscura y atmosférica, con muchas escenas rodadas al resplandor natural de las velas. Pero esta nueva obra, tal y como sugiere el título, la luz también puede deslumbrarnos. Hasta en las escenas más nebulosas y sombrías, la película arroja un haz de luz arraigado en la narración y en el propio material utilizado para su rodaje. "La luz es un elemento muy poderoso; por algo sienten esa atracción por ella los personajes de Pattinson y Dafoe", explica Eggers. "He elegido deliberadamente mantener el misterio en cuanto a la naturaleza de la luz en esta película; quiero que resulte enigmática y sublime, cautivadora y aterradora".
Nada más comenzar THE LIGHTHOUSE, vemos a dos fareros llegar a un remoto puesto de la costa de Maine para ponerse a los mandos de la torre y realizar el mantenimiento de las instalaciones de la isla. Estas dos personas no podrían ser más diferentes; Thomas Wake (Dafoe) es un vivaz y veterano farero. Quiere controlarlo todo y desafía constantemente a su enigmático subordinado, Efraim Winslow (Pattinson). Winslow, un antiguo leñador tratando de empezar de nuevo y dejar atrás un turbulento pasado, es un hombre de pocas palabras. Básicamente se consagra a realizar las tareas más duras: encalar los muros de ladrillo, arreglar las goteras del tejado, cargar con carbón, limpiar y pulir el latón, vaciar la cisterna y echar queroseno para mantener el faro con el combustible necesario.
"Winslow es intencionadamente misterioso; su historia se desarrolla lentamente. Wake, por otro lado, es el arquetipo de marinero curtido que simplemente disfruta de ser el guardián el faro", explica Eggers. Mientras Winslow trabaja duro en solitario durante el día, dándolo todo en su intento por reinventarse, Wake se retira a la sala principal, en la parte superior del faro, durante su turno de noche, donde se deja embelesar por el cautivador resplandor. Winslow ve este comportamiento como una extraña obsesión casi fantasmal, y él también comienza a sentirse atraído por el poder de la luz.
Según pasan las semanas, la lucha de poder crece y se intensifica entre los dos, mientras una sobrecogedora tormenta azota la isla. Centrándose en la batalla física y psicológica de voluntades entre dos almas que dejan todo su ser al descubierto durante una inolvidable noche oscura y tormentosa, esta electrizante obra con dos únicos protagonistas explora lo que ocurre cuando las verdades más terribles que ocultamos y lo que pensamos de nosotros mismos resurge desde lo más profundo.
"Parte de cualquier buena obra de dos personajes, sea algo de Pinter o True West, de Sam Shepard, es la lucha por el dominio de la escena, quién está por encima del otro, el pulso de la escena o la historia en sí", dice Eggers.
La calma antes de la tempestad
Tras años de intentar sacar adelante La bruja sin conseguirlo, Eggers recurrió a su hermano Max, que había estado escribiendo una historia contemporánea de fantasmas que tenía lugar en un faro. Robert le pidió hincarle el diente al proyecto en 2012, pensando que una historia más contenida, a menor escala, sería más fácil de hacer que La bruja.
Decidido a hacer una película de época, Eggers empezó a investigar sobre faros antiguos y se topó con una tragedia real ocurrida en 1801: dos fareros galeses, ambos de nombre Thomas, se quedaron atrapados en su faro durante una tormenta: el mayor de ellos falleció en un accidente, lo que precipitó a la locura al más joven, creyendo que le echarían la culpa y lo condenarían por la muerte de su compañero.
"No es esa historia la que cuento", dice Eggers. "Sin embargo, la idea de esos dos fareros llamados Thomas, uno más mayor y otro más joven, parecía una buena premisa para una obra de dos personajes sobre la identidad, que pudiera desarrollarse y convertirse en algo extraño, para jugar con la ambigüedad de formas emocionantes".
Escribió 15 páginas, trazando a grandes rasgos la historia y diseñando un plano para la atmósfera de la película, un elemento crucial en cualquier proyecto de Eggers. "Quería que fuese una película sucia, apestosa, táctil, rodada en blanco y negro", explica. "Una de las primeras cosas que escribí en el guion era la estipulación de que teníamos que utilizar película de 35 mm".
Pero THE LIGHTHOUSE quedó en suspenso cuando La bruja finalmente encontró financiación y pasó a producción en 2014. Tras el arrasador debut de La bruja en el Festival de Cine de Sundance de 2015, este clásico instantáneo del cine de terror catapultó a Eggers a la primera fila de los autores más reconocidos de Estados Unidos. Tras ganar el Premio a la Mejor Dirección en Sundance, la película se estrenó despertando críticas entusiastas y el miedo de los espectadores de todo el mundo.
Con el tirón de semejante éxito, Eggers comenzó a desarrollar diversos proyectos, entre ellos un remake del clásico de vampiros Nosferatu. Pero, en último término, acabó regresando a THE LIGHTHOUSE, intrigado por la idea de trabajar en algo con un alcance más preciso, que le permitiese tener un máximo control sobre su visión.
Eggers y su hermano retomaron el guion de THE LIGHTHOUSE, construyéndolo desde ese crudo elemento inspirador de la tragedia del Faro de Smalls para acabar creando una historia atmosférica de dimensiones sobrenaturales y mitológicas, centrándose en la lucha de voluntades entre Winslow y Wake. La producción comenzó en 2018.
El diablo está en los detalles
Tras varios cortos y un largometraje, Eggers es ampliamente conocido por su meticuloso trabajo y su atención al detalle, que se revela en cada una de las escenas de sus obras. Dando absoluta prioridad a la atmósfera en todas sus historias, este antiguo diseñador de sets para teatro llega a límites insospechados para crear autenticidad en pantalla.
La preparación de Eggers para THE LIGHTHOUSE comenzó con la creación del llamado "look book", un dossier con diseños que detalla y destila la estética de la película a través de obras de literatura, pintura y música, además de con documentación histórica, incluyendo fotos de la vida marinera de Nueva Inglaterra a finales del siglo XIX.
En un viaje de investigación al Norte de California con el director de fotografía Jarin Blaschke, los cineastas visitaron Punta Cabrillo, emplazamiento de un faro que data de 1909, con una lente Fresnel en funcionamiento que, gracias a su intensa capacidad de reflejo, permite que la luz sea visible a una gran distancia.
"Esos patrones de luz en espiral que vemos en el rostro de Pattinson en la película son un fenómeno real", dice Eggers. "Nos empeñamos en ver el efecto lumínico con la lente Fresnel y, la verdad, podríamos habernos quedado toda la noche contemplando esa luz".
Como influencias visuales adicionales, Eggers recurrió a las pinturas de Andrew Wyeth, el realista de principios del siglo XX, que retrató los paisajes y la gente de la zona rural de Pennsylvania y Maine. "Ya había recurrido a Wyeth en el pasado. Es arquetípico de Nueva Inglaterra", dice Eggers. También se fijó en pintores simbolistas de finales del XIX y principios del XX como Arnold Böcklin y Jean Delville, entre otros, cuyas temáticas alegóricas y míticas inspiraron alguno de los elementos fantasmagóricos de la película.
Con el fin de inspirarse para los diálogos, Eggers y su hermano Max leyeron las obras de Melville, Stevenson y otros, y consultaron la jerga del siglo XIX y diccionarios náuticos para empaparse del argot conciso. El personaje de Dafoe tiende a dar soliloquios al más puro estilo de Shakespeare y Milton. Para el diálogo naturalista, los hermanos Eggers recurrieron a Sarah Orne Jewett, una poetisa y novelista residente en Maine, conocida por sus obras ambientadas en el litoral de la Coste Este a finales del siglo XIX y principios del XX, comoTales of New England y Strangers and Wayfarers, ambas publicadas en 1890. Como forma de investigar para sus propias obras, Jewett entrevistó en su día a viejos marineros y granjeros y, a menudo, escribía usando su dialecto.
"Al leer la obra de Jewett, ves que los capitanes de barcos hablan distinto que los granjeros del este, cuyo dialecto fue nuestro modelo para Efraim Winslow. Así creamos los diálogos de la película", dice Eggers. "Mi teoría es que existía un dialecto marítimo en el noreste durante este periodo y, por ejemplo, marcaban mucho las erres al final de las palabras. Así es como Thomas Wake habla en la película".
El casting de los fareros
Una vez completado el guion y asegurada la financiación para el proyecto, Eggers se encargó del casting con los únicos dos actores que podía concebir para interpretar a Efraim Winslow y Thomas Wake: Robert Pattinson y Willem Dafoe.
Tras empaparse de la investigación de Eggers sobre la cultura de marineros y leñadores de finales del siglo XIX, que incluía libros, fotografías y documentales, ambos actores comenzaron a dejarse barba y a aprender sus respectivos dialectos antes de llegar al set a principios de 2018 para comenzar el rodaje.
Durante un periodo de ensayo en Nueva Escocia, sobre el que Eggers tenía sus reservas, los dos protagonistas siguieron perfeccionando a sus personajes. "THE LIGHTHOUSE emplea un lenguaje cinemático formal que quiero que sea consistente, así que los actores debían conocer los pormenores de las escenas por adelantado", explica. "Al igual que en La bruja, Jarin y yo teníamos en mente un trabajo de cámara muy específico. Y parte de ello requería la planificación de las escenas".
Además, como hay mucho diálogo, Eggers necesitaba que ambos actores ensayasen juntos para generar un sentido del ritmo. "Pattinson estuvo extraordinario en los ensayos, aunque el proceso le resultaba frustrante", reconoce Eggers.
Dafoe tiene a sus espaldas una larga y sustancial carrera sobre los escenarios, sumada a sus logros cinematográficos. "Se sentía muy cómodo en este ambiente, mientas que Pattinson no tanto", dice Eggers. "Pero lo mismo le sucede al personaje de Rob: no está cómodo en su ambiente. Creo que esa fricción ayudó a Rob a crear esa actuación tan intensa y transformadora. Era increíble verlo retorcerse de agonía y, de pronto, estallar furioso. Trabaja más duro que nadie, y su genialidad procede de su profunda entrega y su precisión física".
"Dafoe tiene una habilidad sorprendente para tomar una dirección increíblemente específica", comenta Eggers. "Si le pedía que dijera la segunda palabra de la tercera línea de la primera frase un poco más rápido, y que bajara todo a un tono media nota más grave, hacía exactamente eso. Y, por supuesto, sabe apropiarse de todos y cada uno de los aspectos de su papel. Es aterrador e hilarante a partes iguales. Es un auténtico maestro. Y punto".
Creando todo de cero
Todas y cada una de las estructuras que vemos en pantalla en THE LIGHTHOUSE también se construyeron de cero, por obra del diseñador de producción Craig Lathrop y su equipo. Para dar vida a la construcción protagonista del film, levantaron un faro a escala real en Cabo Forchu, Nueva Escocia, un afloramiento rocoso único de roca volcánica.
"Hicimos todos los esfuerzos posibles por conferir todas nuestras construcciones del emblemático carácter de Nueva Inglaterra. El estilo del faro es una réplica precisa de un faro de Maine aproximadamente de principios del siglo XX", dice Eggers. "Pero, al igual que en La bruja, quería que la película tuviera lugar en un lugar como de cuento, aislado y desolado, casi como sacado directamente de un libro de ilustraciones".
El complejo del faro, que vemos en un plano largo en una de las primeras escenas de la película, estaba en realidad compuesto de varios sets construidos en diferentes localizaciones: todos los exteriores los construimos en la comunidad pesquera canadiense de Cabo Forchu. Algunos de los interiores también los filmamos allí, pero la mayoría los construimos dentro de escenarios de filmación insonorizados y almacenes a las afueras de Halifax. Ya en la fase de escritura, Eggers y Lathrop tuvieron claro que faltaría espacio para maniobrar con la cámara dentro de la torre del faro, lo que animó a este último a construir el interior en un escenario de filmación insonorizado. Para el exterior, el equipo de construcción llevó a cabo toda una hazaña de ingeniería levantando una torre de más de 20 metros de altura capaz de resistir vientos de 120 km/h en lo más crudo del invierno. "Comenzamos a rodar en marzo en Nueva Escocia en un sitio en mitad de la nada", dice Lathrop. "Queríamos rodar en la época justo después del invierno, pero antes de que la primavera se instalase, cuando todo sigue en estado letárgico, sin despertar a la vida..., y eso implicada que el proceso de construcción fuera en pleno invierno".
Durante la construcción del faro, el equipo tuvo que parar cuando la bruma marina comenzó a azotar el enclave durante una tormenta, dejando la estructura cubierta de hielo. Tres borrascas del noreste pasaron por Cabo Forchu durante diversas etapas de la producción, y el faro aguantó en pie.
"La luz del faro en la película es mucho más brillante que la del quemador de queroseno que hubiera habido realmente a finales del siglo XIX", dice Eggers. "En definitiva, creamos un faro funcional capaz de alumbrar a 25 km de distancia".
Cegados por la luz
Para hacer realidad el preciso estilo visual de la película, Eggers volvió a contar con el director de fotografía Jarin Blaschke, que rodó La bruja con unos memorables tonos oscuros y sombríos. "Evocador" se convirtió en la palabra clave para la estética del film, donde el celuloide en blanco y negro Double X ocupó un lugar privilegiado en la visión de los cineastas para THE LIGHTHOUSE.
Eggers y Blaschke decidieron utilizar una proporción de 1.19:1, un encuadre casi cuadrado que cineastas como Fritz Lang o G.W. Pabst usaban en los primeros años del cine sonoro. Blaschke, experimentado fotógrafo, se sintió cómodo con el formato, que había usado en fotografía.
"En esta película, los espacios están pensados para que resulten cerrados. Es una película más de primeros planos que La bruja, lo cual es una forma estupenda de mostrar en pantalla los increíbles rostros de Robert Pattinson y Willem Dafoe", dice Blaschke. "La idea de la pantalla panorámica surgió en los años 50, y nosotros queríamos llevar a la gente más atrás en el tiempo".
Blaschke rodó con la cámara Panavision Millennium XL2, complementada con antiguas lentes Baltar diseñadas en los años 30, que tienen muchas características únicas. "Si tienes ventanas iluminadas, brillan un montón", explica Blaschke. "Los cielos también brillan mucho, el agua titila más y los tonos de piel se suavizan".
Para realzar la imagen y hacer que se pareciera a las primeras fotografías, Blaschke usó un filtro de color cian personalizado fabricado por Schneider Filters que imita el aspecto y el efecto del celuloide ortocromático de finales del siglo XIX. "Quería esa textura extra, el mismo aspecto de un celuloide que no hemos visto en 100 años", indica Blaschke.
Confeccionando el vestuario
La diseñadora de vestuario Linda Muir creó prendas originales para prácticamente todo el vestuario de la película. Tras consultar las referencias de Eggers, Muir investigó la ropa que llevaban los pescadores y leñadores de finales del siglo XIX, y acudió a los archivos del Servicio de Faro de los Estados Unidos en busca de información sobre los uniformes y la ropa de trabajo que visten en pantalla los personajes de Winslow y Wake.
Para el personaje de Pattinson, la diseñadora creó prendas que siguen el estilo de los leñadores canadienses, como monos vaqueros, abrigos de lana (originalmente hechos a partir de sábanas) y botas de montaña.
Para Tomas Wake, el personaje de Dafoe -un veterano empleado del Servicio de Faro-, Muir creó un uniforme y abrigo de farero, fiel a la época, además de una pieza de ropa interior de cuerpo entero confeccionada a partir de un prototipo eduardiano que encontró en eBay; también pudo hallar en Internet elementos difíciles de encontrar como auténticos botones del Servicio de Faro, que ambos personajes lucen.
El mal tiempo juega un papel muy importante en THE LIGHTHOUSE. Esto empujó a Muir a elaborar para los personajes duraderos jerséis de Guernsey hechos a mano, creados originalmente para los pescadores a partir de hilo grueso que da lugar a prendas duras y reversibles, resistentes al viento y al agua.
Una sinfonía de inquietud
Básica para el evocativo diseño de sonido de THE LIGHTHOUSE es la retumbante sirena de niebla, que se oye al comienzo de la película e instaura el tono para el ominoso e incesante calvario que está por llegar. Para Eggers y el diseñador de sonido Damian Volpe fue fundamental encontrar la sirena de niebla adecuada.
"Nuestra sirena debe enloquecer al público durante la película", asegura Eggers. "El personaje de Dafoe también habla mucho, y hay una tormenta atronando durante gran parte del metraje. Es un delicado equilibro con el diseño de sonido porque no quieres que los espectadores abandonen la narración -o el cine- por sobrecarga sensorial, pero si no tenemos un paisaje de sonidos efectivo, la película no funciona".
Volpe acudió a J. J. Jamieson, un artesano de las islas Shetland (Escocia), que realiza tutoriales en YouTube sobre mantenimiento y uso de sirenas de niebla, para grabar una que fuera fiel a la época. Usando las grabaciones de Jamieson, Volpe manipuló el sonido y creó una sirena que resulta ominosa, inolvidable y única para la película.
Para crear otros efectos de sonido del film -como gaviotas, maquinaria industrial, lluvia, truenos, viento, oleaje, crujidos de suelo de madera, el tictac de un reloj, escapes de vapor, flatulencias y pasos sobre las rocas-, Volpe realizó grabaciones cerca de su casa en la ciudad de Nueva York. Visitó un faro en el Cabo Cod, donde grabó el ambiente y el sonido de pasos, y cavó una tumba para capturar el sonido de las paladas en la tierra. Finalmente, colocó pequeños micrófonos dentro de caracolas para capturar los disonantes sonidos del viento y el mar que dominan el paisaje sonoro de THE LIGHTHOUSE en cada plano.
La banda sonora de la aprensión
Para crear la atonal e intensa música de viento metal para la película, Eggers contó con Mark Korven, colaborador habitual que cambió la chirriante música de cuerdas de La bruja por algo que era más tradicional y experimental al mismo tiempo.
"Buscaba una banda sonora aleatoria que realizara guiños a la música griega antigua", explica Eggers. "Quería quitar énfasis a las cuerdas y centrar la atención en el cristal e instrumentos de viento, como trompas y gaitas. Necesitaba que sonara como el mar. Pero fui demasiado lejos y me di cuenta, gracias a la ayuda de mis colaboradores, que necesitábamos elementos que también recordaran a las bandas sonoras de las películas antiguas, así que hay un guiño a Bernard Herrmann".
Después de ver material en bruto de la película, Korven puso en el centro de su música a los instrumentos de viento metal, acompañados de efectos de frotación, que consiguió arrastrando una maza de madera con una goma en su extremo a lo largo de varias superficies, como madera y cristal.
También están presentes en la banda sonora instrumentos como una armónica de cristal, diseñada para reproducir el sonido que se crea al pasar los dedos mojados sobre copas de cristal, y un waterphone, también llamado arpa oceánica, que consiste en un recipiente de acero inoxidable con varillas de bronce alrededor del borde que produce un sonido vibrante y etéreo cuando se toca con un mazo de fricción.
Luchando contra los elementos
El equipo de THE LIGHTHOUSE rodó durante 32 días en marzo y abril de 2018 al sur de Nueva Escocia, repartiendo el rodaje entre los exteriores en Cabo Forchu y los platós interiores cerca de Halifax. Las frías aguas del Atlántico, el intenso viento y la falta de vegetación que sirviera de protección en Forchu hicieron que actores y equipo técnico estuvieran expuestos a los elementos durante todo el rodaje.
"Era una localización difícil; era un clima extremo y nos helábamos de frío", recuerda Eggers. "Como un día dijo ominosamente nuestro coordinador marítimo, el capitán William Flower, durante la preproducción, golpeando una mesa con las manos: '¡Ha habido gente que ha muerto en Cabo Forchu!'".
Además de tener que lidiar con tormentas de verdad, los intérpretes tuvieron que vérselas con viento y lluvia suplementarios. "No es agradable estar a cero grados centígrados vestidos con pesados chubasqueros y con la lluvia y el viento soplando a través de Cabo Forchu".
"Fue duro para los actores", asegura Eggers. "El papel de Robert era más exigente desde el punto de vista físico, mientras que el de Willem lo era verbalmente. Pero cada uno se llevó su parte de miseria física. Todos lo hicimos".
Tras los 32 días de rodaje, Eggers y un equipo mínimo de técnicos filmaron gaviotas entrenadas, que aparecen en varias escenas clave en la película. "No tenía ni idea de lo listas que son. Son capaces de lleva a cabo muchas acciones complejas en una sola toma –aunque trabajar con animales nunca es fácil", concluye el director. "Puedo enfrentarme de nuevo al mal tiempo. Pero creo que ya he tenido suficiente dando a gaviotas y cabras papeles importantes".