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Vida oculta cartel reducidoVida oculta(A hidden life)
Dirigida por Terrence Malick
¿Qué te parece la película?

VIDA OCULTA (A HIDDEN LIFE) (2019) es el décimo largometraje de Terrence Malick tras Malas Tierras (1973), Días del cielo (1978), La delgada línea roja (1998), El nuevo mundo (2005), El árbol de la vida (2011), To the wonder (2012), Knight of cups (2015), Voyage of time (2016) y Song to song (2017). Dirige al alemán August Dielh (Malditos bastardos) y la austríaca Valerie Pachner (All my loving).


Entrevista August Diehl

P: Tengo entendido que te contrataron después de Valerie. ¿Nos puedes contar como aterrizaste en este proyecto?

R: Había rumores por toda la ciudad sobre un casting para una nueva película de Terrence Malick. Y me dije; "¿Y por qué no yo? ¿Por qué no me llaman?" Seis meses o un año después el director de casting me llamó y a partir de ese momento el proceso de casting se produjo con total normalidad. Conocía al productor Grant Hill y después hice una escena con Valerie.

Así empezó todo. Enviaron la escena a Terry. Unos días después me dieron el papel e inmediatamente después de recibir la noticia, me llamó. Recuerdo que iba caminando por Berlín y llovía a cántaros cuando Terry me llamó por primera vez. Al final, la conversación duró 45 minutos. Quería saberlo todo sobre mí, sobre mi vida privada, dónde había crecido. Ese fue nuestro primer contacto.


P: ¿Qué tipo de investigación hiciste para prepararte? ¿Se basó sobre todo en las cartas?

R: Sí, eso me ayudó mucho porque el material es real. En las cartas te das cuenta que esas personas eran muy sencillas, dicho en el buen sentido. Eran decentes y normales. Además, las cartas también eran muy prácticas. Daba consejos desde la prisión sobre cómo afilar las guadañas y cómo cortar el césped. Me gustaron muchísimo y recomiendo su lectura a todo el mundo.

Pero también había que hacer un trabajo de campo. Antes de empezar a rodar, viajamos a la región montañosa del sur del Tirol. Un grupo de agricultores nos enseñaron cómo se trabajaba la tierra en los años 40, con herramientas y métodos antiguos. Esa fue la otra parte de la preparación.


P: ¿Interpretar a un personaje histórico cambia tu enfoque? ¿Lo estudias de forma diferente a un personaje ficticio?

R: Es una excelente pregunta. Al principio, me centro en los hechos históricos del personaje. Pero luego la cosa cambia totalmente. No me interesa crear una copia de Franz Jägerstätter, sino aportar también mi personalidad y mis propios sentimientos a este personaje. Es una mezcla entre yo mismo y una persona que creo que podría interesar al público. Diría que al 50%.


P: Se trata de una película de Terrence Malick, alguien que tiene una forma muy singular de capturar las escenas y el material. ¿Fue un proceso orgánico? ¿Tuviste mucha libertad para asumir el personaje?

R: Sí. Es lo que sucede cuando trabajas con Terry, te da mucha libertad. Pero eso también conlleva una gran responsabilidad. Él pone su película en tus manos como actor. Por ejemplo, rodamos en 360 grados y solo con luz natural. Así que podíamos trabajar donde quisiéramos. Fue un rodaje muy libre y estuvimos siempre rodeados la belleza natural de la zona. También utilizamos lentes ultra anchas de 18 a 12. Incluso puedo recordar una de 6 en una ocasión. Eso también significa que la cámara está muy cerca de ti todo el tiempo, a veces a un centímetro de tu cara. Era una forma muy singular de hacer una película.


P: ¿Qué te pareció esa forma de trabajar? Porque suena muy diferente a un rodaje tradicional.

R: Bueno, las tomas también eran muy, muy largas. Como media, una toma duraba unos 22 minutos. De esa forma, en los primeros 10 minutos dices tu diálogo y luego puedes improvisar y usar tu imaginación. En los otros 10 minutos, entras en un estado muy diferente y muchas veces no sabes qué hacer. Y esos momentos pueden convertirse en los más interesantes de la escena.

En realidad, estábamos constantemente ante la cámara. Trabajábamos en la granja mientras la cámara nos seguía. Recuerdo que un día estaba durmiendo en el prado porque estaba muy cansado y cuando me desperté la cámara estaba encima de mí. Rodaban todo el tiempo y eso te permite sumergirte por completo en la película en tanto que personaje.


P: Es un proceso muy intenso. ¿Te resultaba difícil salirte del personaje después del día de rodaje o cuando acabó? Suena muy inmersivo.

R: Lo es. Lo cierto es que vivía en la película. El rodaje en sí mismo no fue demasiado largo. Creo que fueron ocho semanas más o menos. Pero estuve totalmente entregado a la película durante esas ocho semanas. Y fue muy agotador, sobre todo la parte que discurre en la prisión. Se necesita mucha fuerza para hacer algo así. Por las noches, estaba muy cansado. Caía rendido y me dormía inmediatamente.


P: ¿Resultó más fácil rodar cronológicamente?

R: Creo que me ayudó a acercarme lentamente a ese punto oscuro del final, en lugar de empezar con él. Pero me gustó mucho ir despacio. Comprendes lo que significa estar en prisión. Echas de menos las montañas. Echas de menos ese maravilloso lugar donde habías estando rodando y también tu casa. Y eso ayuda a interpretar al personaje, porque estás solo en la prisión. Fue muy diferente. Para este personaje me ayudó mucho que el proceso fuera cronológico.


P: ¿Cómo describirías a tu personaje, Franz Jägerstätter?

R: Lo describiría como alguien muy sincero y claro. Casi como un niño: ve que algo está mal y no puede formar parte de ello. Es alguien que se limita a decir: 'no, yo no'. Y esa sencillez le otorga un gran poder porque creo que vivimos en un momento en el que todos decimos 'sí': todos nos subimos al mismo tren sin pensarlo mucho. Y en nuestra sociedad hace falta ese tipo de personas, gente que dice simplemente 'no'.

Imagina un grupo muy pequeño de personas sentadas en una habitación, unas seis personas; todos están de pie y dicen: "¡Venga sí, vamos a hacerlo!" Y solo hay uno se queda quieto y dice: "Pues yo no". Después, todos se vuelven hacia él y le preguntan: "¿Y tú por qué no quieres? Es muy buena idea. Hay que hacerlo". Pero esa persona sigue diciendo: "Pues no, yo no. Creo que está mal". Así que se enfadan con él porque piensan que los están criticando. Eso es lo que le sucede a Franz Jägerstätter y a su "no" en este contexto. Todo el pueblo salta por los aires, su vida salta por los aires. A todos los que le rodean les fastidia su actitud. Así es como yo le veo a él.

Está claro que es alguien que cree firmemente en Dios, en Cristo. Pero no es la razón principal de su negativa. Es algo mucho más sencillo. Todos los niños del mundo saben lo que está bien y lo que está mal. Después, cuando somos adultos, lo olvidamos porque tenemos muchos puntos de vista diferentes sobre un tema; disponemos de tanta información que no podemos ver con claridad. Él lo ve con total claridad. Sabe que eso está mal y que no puede matar a nadie. Así de simple. Eso me fascina. Todavía me estremezco cuando hablo de este tema. Es increíble. La simplicidad de esa idea tiene muchísima fuerza.


P: ¿Conocías su historia antes del rodaje?

R: La verdad es que no. No es muy conocido en Alemania, y solo un poco en Austria. Creo que es mucho más conocido en Estados Unidos porque, de hecho, Muhammad Ali lo citó una vez. Pero no conocía su historia antes de saber que iban a hacer esta película.


P: ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Valerie? ¿Ensayasteis antes de rodar? ¿Fue una interpretación muy orgánica?

R: Sí, mucho. Y reconozco que comprendí mucho mejor a mi personaje gracias a las escenas que hice con ella. Es un lujo tenerla como compañera y además es muy diferente a mí.

Esta pareja es muy importante. A medida que transcurre la historia te das cuenta de que Franz no siempre se comporta como un héroe. Pone en peligro a su familia; abandona a sus hijos. Eso provoca muchas dudas. Y contar con una buena compañera es tremendamente útil. Es lo mejor que te puede pasar porque no ocurre siempre.


P: Además, has trabajado con el desaparecido Bruno Ganz, aunque solo fuera en una escena. ¿Cómo fue trabajar con un actor de esa categoría?

R: Hace mucho que conocía a Bruno. Era amigo de mis padres. Trabajé una vez con él en Viena. Pero había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo había visto y fue genial volver a trabajar con él porque esa escena con el juez es una escena extremadamente importante. Cuando la gente vea la película no podrán olvidar esa escena y es por su interpretación.


P: También está la voz en off, cuando lees las cartas. Es una historia trágica entre un marido y una mujer. ¿Cómo abordaste esa parte de tu trabajo?

R: Es una gran responsabilidad porque son cartas personales. No estaban destinadas a publicarse. Después se publicaron y ahora están en la película y fue muy importante. Pero no solo son las cartas. Terry también añadió otro texto, así que es una mezcla. No todo es original. Después de todo es una película. No es un documental sobre un suceso. De hecho, también hay Salmos.

Terry dirige sus películas de una forma muy peculiar. Lee mucho y tiene muchos textos en su cabeza. Así que en sus películas la gente no habla mucho porque lo que él quiere es convertir las palabras en imágenes. Es un enfoque muy delicado. La voz en off y las letras encajan en esa manera de dirigir. En realidad, es casi musical. Cuando vi la película, a veces se parecía más música que palabras.


P: ¿La primera vez que viste la película fue en Cannes?

R: No, organizaron una proyección privada para mí en una sala de cine de Berlín. Esa fue la primera vez que la vi, pero fue extraño verla solo en un cine oscuro. Después, en Cannes me emocioné. Fue como verla por primera vez, porque tienes que verla con público y sientes como les afecta. Cannes fue una experiencia maravillosa para todos nosotros.


P: Terrence Malick invierte mucho tiempo en el proceso de montaje. ¿Ese tiempo tan largo entre el rodaje y el estreno de la película cambia las cosas?

R: Bueno, la verdad es que participamos en ese proceso. Mientras estuvo montando la película durante dos años íbamos muchas veces al estudio y también para hacer las voces en off. Creo que fui unas 23 veces. También nos mantuvo siempre informados sobre el proceso de montaje.

Cuando haces la voz en off, tienes la sensación de que sigues haciendo la película porque formas parte de lo que se busca en el resultado final. Nos invitaron a asistir a las sesiones todo ese tiempo y fue genial. Así que en realidad no pasó mucho tiempo entre terminar la voz en off y el estreno de la película.


P: Es una manera muy singular de hacer cine. Me da la impresión de que nunca volverás a trabajar de esa manera. ¿Crees que tengo razón?

R: En general, uno de los grandes privilegios de mi profesión es la oportunidad de conocer a tantas personas diferentes e interesantes. Creo que esa fue una de las mejores cosas de esta película. Como has dicho, es muy especial trabajar con Terry porque su manera de hacer cine no se parece a ninguna otra.

Supongo que todos trabajan de manera diferente. Otros directores que conozco también tienen formas muy características de hacer cine. Pero Terrence vive un su propio espacio. Lo que hace es único. Es genial que disponga de libertad de hacer las cosas como él quiere y por eso nos gustan películas. No podría ser de otra manera porque entonces sería una película diferente, y no la película que él quiere hacer.


P: Esta película tiene mucha relevancia política en el momento actual, sobre todo en Europa. Aunque es el relato ficticio de un hecho histórico, tiene mucho que ver con lo que ocurre ahora.

R: Es verdad. La película tiene un cariz muy actual. En toda Europa los partidos de derechas están ganando poder. Cuando rodaba esta película me decía lo rápido que olvidamos la historia. Todo esto sucedió hace tan poco tiempo. Todavía hay personas que vivieron esto y asisten a lo que está sucediendo ahora. Me molesta mucho cuando lo pienso, porque es una locura.


P: ¿Con qué mensaje se quedará el público cuando salga del cine?

R: Creo que trata sobre la simplicidad de ver las cosas tal y como son y elegir conscientemente no formar parte de ellas. Elegir decir 'no' a ciertas cosas. Es con lo que me quedé cuando vi la película. Siento que en nuestra sociedad faltan personas dispuestas a hacer eso. O puede que no las veamos porque, como dice la última cita de la película, viven vidas ocultas.

En eso consiste la película, en estar oculto y decir un 'no' muy sigiloso a ciertas cosas. Un 'no' muy suave. Esa sería la solución para muchas cosas.


Entrevista Valerie Pachner

P: ¿Conocías la historia de Jägerstätter cuando comenzaste el proyecto?

R: Un poco porque es conocido en Austria, aunque nunca ha tenido el estatus de héroe nacional. Pero ahora es mucho más conocido que antes.


P: ¿Cómo reaccionaste al leer las primeras páginas de tu personaje?

R: Lo primero que me impactó fueron las cartas que Terry me envió. Cuando las leí me puse a llorar. Me causaron una impresión muy fuerte. Y lo mismo me pasó con el guión, que se basa en las cartas.

Te das cuenta de cómo vivían. Sientes cómo era su amor. Ves la sencillez de su amor y de su vida y de dónde proviene su decisión. No es un razonamiento intelectual, es algo mucho más sencillo que viene del fondo de sus corazones. Eso fue lo que más me atrajo.


P: ¿Sientes más responsabilidad por interpretar a un personaje real? ¿O menos en libertad a la hora de seguir tu instinto?

R: Desde luego. Siempre siento mucha más responsabilidad cuando interpreto a un personaje que existió de verdad. Me siento obligada a hacerle justicia, como si tuviera que defenderlo.

Lo bueno es que sabía que no tenía que estudiar la forma de moverse o de hablar del personaje. En ese sentido, me sentí bastante libre. Durante todo el rodaje me sentí muy identificada con ella, con la forma de contar su historia y con lo que sentía.

Esta historia estuvo oculta durante mucho tiempo. Mucho después de la muerte de él, ella vivió condenada al ostracismo en su pueblo. Tardó mucho en recuperar su reputación. Por eso quería hacer las cosas bien y luchar por hacerle justicia. Quería que se hubiese sentido satisfecha con mi trabajo si lo hubiera podido ver. Sus hijas vieron la película y dijeron que representé muy bien a su madre y eso fue un gran orgullo para mí.


P: ¿Cómo te preparaste antes de rodar? ¿Hablaste con sus hijas?

R: No hablé con las hijas de antemano porque quería respetar su privacidad, ya que es una historia muy dolorosa para ellas. Me interesaba más descubrir lo que pasaba por dentro en vez de replicar al "verdadero" personaje. ¿Por qué apoyó a su esposo y su decisión? Creo que ese tipo de cosas fueron mucho más importantes para la preparación. Quería averiguar qué te lleva a tomar una decisión así.

Otro tema muy importante fue la parte física. Ella era una agricultora acostumbrada a trabajar en el campo, así que me pareció importante hablar de ello con Terry. Quería que todo pareciera lo más natural posible. Así que fui a una granja y aprendí a ordeñar una vaca y a manejar la guadaña, también cociné más y todo eso me sirvió para meterme en el personaje. Cuando estás en el campo ves el mundo de manera diferente. Mis abuelos eran agricultores, así que estaba acostumbrado a la vida agrícola y quise volver a vivir ese contacto con la naturaleza.

Hay algo en los personajes que no solo radica en sus actos o en su comportamiento, es algo más. Sentí que tenía que integrar cierta espiritualidad o energía a este personaje. Me pareció que formaba parte de ella y de manera natural.


P: ¿Cuánto tiempo tuviste para prepararte?

R: Tuve que audicionar un año antes de que empezáramos a rodar, pero tardé bastante en tenerlo todo claro en mi cabeza. Durante un año leí una y otra vez las cartas y el guión. El trabajo en la granja y en el campo me llevó un mes o seis semanas antes del rodaje. Antes de eso, traté de sumergirme en ese mundo leyendo sobre ellos.

Vi un documental muy bueno sobre ella donde salía en sus últimos años. Tenía unos 90 años y seguía llena de vida, radiante, a pesar de haber vivido experiencias tan terribles. Fue muy importante porque comprendí que no se había rendido. A pesar de todo no se había convertido en una anciana amargada. Vivía con optimismo y fe. Para mí esa fue la clave del personaje.


P: Es bien sabido que a Terrence Malick le gusta hacer muchas tomas. ¿Cuánta libertad tuviste a la hora de actuar en cada escena? ¿Malick y tú hablasteis mucho sobre el personaje?

R: En realidad, apenas hablamos sobre el personaje en sí. Cuando Terry elige el reparto ya sabe muy bien lo que quiere. Y creo que nunca dudó de mis decisiones sobre el personaje.

Te permite pensar con amplitud de miras porque trabajar con él es como estar en un parque infantil, no hay ningún sitio al que no puedas ir. Él crea un mundo en el que puedes sumergirte. También quiere que improvises mucho. Te anima a explorar en las profundidades y conocer lo que hay debajo de la superficie de tu personaje.

Tardé dos semanas en saber cómo iba a contar su historia. Además, hay muchas partes de la película que no tienen guión. Por lo tanto, teníamos que improvisar o aportar nuestras ideas sobre lo que convenía hacer.

Deja que opines sobre los personajes y que aportes tus ideas. Además, quiere que le sorprendas. No tiene una idea estricta previa sobre un personaje o una persona. En realidad, le gusta cuando lo sorprendes con una improvisación. Durante el rodaje, me di cuenta de que las preguntas técnicas que a veces tienes sobre tu personaje desaparecían. Vives y respiras el personaje, y también te das cuenta de que todos llevamos diferencias dentro de nosotros mismos.

No había una única forma de interpretar al personaje. Me obligó a pensar menos en el personaje y más en lo que significaba estar allí.


P: ¿Fue un proceso diferente a todo lo que has hecho antes? Por lo que dices, se parece más al trabajo teatral que del trabajo cinematográfico.

R: Sí, ese es un punto de vista interesante. Está claro que no se parece a cualquier otro trabajo que haya hecho en el cine. Por lo general, las películas están muy planificadas y muy delimitadas. Tienes que ajustarte a ciertos parámetros y dispones de un tiempo limitado en cada escena.

Pero en este caso fue como un proceso continuo. Volvíamos a repetir las escenas una y otra vez. Que las hubieses hecho un día no significaba que no ibas a tener que repetirlas. La semana siguiente podíamos volver a hacer cierta escena. No tenías un día para hacer una escena importante y estar obligado a clavarla ese día. Así que es cierto que se parece al teatro.


P: Entonces, a medida que ruedas tienes más libertad en tu enfoque de cómo se capturan las cosas. ¿Cómo te aferras al personaje y a lo que necesitas lograr?

R: Es gracioso porque en la primera semana más o menos te da la impresión de que puedes descartar el guión. Obviamente hay una historia y no puedes ir demasiado lejos, porque está basada en hechos reales. Pero trabajábamos de forma muy libre y abierta. De repente, trazar una trayectoria fija para el personaje me pareció una tontería. No se puede decir eso de cada proyecto, pero en este parecía una tontería.

Me di cuenta de que tenía que estar abierta a lo que viniera. El propio Terry sabe muy bien lo que quiere y los elementos que quiere ver en la película. El trabajo preliminar está hecho. Además, como director, se ve a sí mismo como un artista, alguien muy libre. Cuando sucedía algo, como ponerse a llover cuando no queríamos que lloviera, a él le encantaba. Decía: "Oh, esto es genial, porque no hay forma de controlar la vida".

Me di cuenta de que eso es el proceso creativo. Por supuesto, debes tener los elementos, pero eso ya estaba muy claro debido a la historia. Así que te puedes permite que ocurra cualquier cosa. Si no hubiera hecho eso, creo que mi personaje habría resultado mucho más religioso de lo que era ella, menos apasionado y mucho más 'buena esposa'. Pero al olvidarme de las ideas que tenía sobre ella, creo que se volvió más fuerte y mucho más apasionada. Más como una verdadera pareja.


P: Luego viene el proceso de montaje. Grabaron mucho más de lo que se ve en la película. Así que al final eligen el momento correcto... ¡y supongo que no utilizó esos momentos en los que yo decía palabrotas! ¡A él le parecía que tenía que ser una buena mujer!

R: Como actor, das mucho y no tienes miedo al fracaso. En esta película no te dices: 'Oh, esto está mal, mi personaje no haría eso'. Esa manera de pensar no existía. Al igual que yo, tampoco soy solo esto o aquello. Hago cosas contradictorias. Hago una cosa un día y otra diferente otro día, pero sigo siendo yo. Fue una sensación muy emocionante para mí como actriz y para mi profesión. Somos mucho más de lo que a veces pensamos.


P: Has estado implicada en este proyecto bastante tiempo ya que el proceso de montaje duró mucho. ¿Cómo reaccionaste al ver la película terminada?

R: Es cierto que duró mucho y reconozco que me impacienté bastante. Pero al final valió la pena porque Terry estaba dejando que la película creciera y no apresuró el proceso y me pareció que es lo que merecía la película.

Así que cuando la vi tuve una sensación extraña. Nunca me había pasado algo así con otra película. Me olvidé de que yo formaba parte de ella, así que fue muy extraño. Me dio la impresión de que tenía su propia razón de ser y que podía vivir mi propia experiencia al verla.

La he visto varias veces en algunos festivales, y cada vez encuentro algo diferente; me sorprende todas las capas que tiene. A veces me fijo en la fuerza de la historia de amor, y lo importante que es amar y no perder un momento sin amor. Y otras veces, siento el potente mensaje político que significa dar un paso adelante para hacer lo que crees que es lo correcto. Es difícil destacar una sola cosa. Habla de la vida y te permite pensar en la vida de una manera muy amplia e intensa. Para mí ha sido una experiencia muy intensa.


P: ¿Cómo fue trabajar con August?

R: Fue genial porque cuando yo ya estaba contratada seguimos buscando al marido durante seis meses. Fue muy difícil encontrarlo y August fue el último en llegar. Se produjo inmediatamente una conexión y una química muy especial. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma onda. No nos sentíamos como extraños y esa fue la base de nuestro trabajo juntos. Todo discurrió de forma muy natural. No había miedo.

Así que fue fácil, pero también un reto porque vivimos muchas cosas juntos. Pero fue maravilloso y ahora nos vemos muy a menudo. Fue una experiencia única en la vida y tenemos nuestros propios chistes privados. Hemos pasado por esto juntos y es una experiencia que nos ha unido, de eso no hay duda.


P: En la película, uno de los momentos más conmovedores son las voces en off cuando se leen las cartas. ¿Cómo te sentiste al leerlas?

R: Como dije antes, las cartas fue lo primero que leí, así que fueron lo más importante de todo. Las voces en off las hicimos después del rodaje en los dos años siguientes. Las revisábamos durante horas y de hecho leo mucho más de lo que se oye en la película. Fue una experiencia fascinante. Cada vez que iba al estudio volvía a conectar con toda la historia, con el talento de Terry y con su manera de ver el mundo.

Resulta conmovedor cuánto se puede decir con palabras muy sencillas. Me recordó que las decisiones importantes no surgen de pensamientos o palabras rebuscadas, sino de un lugar muy simple. Eran agricultores, no eran intelectuales viviendo en la ciudad. Tomaron una decisión muy sencilla y humilde muy acorde con el tipo de vida sencilla y humilde que llevaban. Eso se pone de manifiesto en las cartas y en la forma en que hablaban entre ellos. Es muy importante porque demuestra que ese tipo de decisiones no surgen exclusivamente en cierta élite de personas, sino que es algo a lo que todos tenemos derecho.


Fox Searchlight Pictures presenta VIDA OCULTA (HIDDEN LIFE), una Producción de Elizabeth Bay en Asociación con Aceway y Studio Babelsberg. Escrita y dirigida por Terrence Malick, la película está protagonizada por August Diehl, Valerie Pachner, Maria Simon, Tobias Moretti, Bruno Ganz, Matthias Schoenaerts, Karin Neuhäuser y Ulrich Matthes. Los productores son Grant Hill, p.g.a., Dario Bergesio, Josh Jeter y Elisabeth Bentley. Los productores ejecutivos son Marcus Loges y Adam Morgan. El equipo de rodaje incluye al director de fotografía Joerg Widmer, el diseñador de producción Sebastian Krawinkel, a los montadores Rehman Nizar Ali, Joe Gleason y Sebastian Jones, música de James Newton Howard y la diseñadora de vestuario Lisy Christl.

"...que el bien siga creciendo en el mundo depende en parte de actos no históricos; y que las cosas no vayan tan mal entre nosotros como podría haber sido se debe en parte a aquellos que vivieron fielmente una vida oculta y descansan en tumbas que nadie visita". - George Eliot


Orígenes
VIDA OCULTA (HIDDEN LIFE) se basa en la historia real de Franz Jägerstätter, un agricultor austríaco (August Diehl) que se negó a prestar juramento a Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, sacrificándolo todo, incluida su vida, en lugar de luchar con los nazis.

Jägerstätter nace y crece en el pequeño pueblo de St. Radegund y cuando estalla la guerra está cultivando sus tierras. Casado con Franziska (Fani) (Valerie Pachner), la pareja es un miembro importante de una comunidad rural muy unida. Viven una vida sencilla en los fértiles valles y montañas de la Alta Austria y el paso de los años se ve marcado con la llegada de tres hijas.

Llaman a Franz para que realice un entrenamiento militar básico y vive lejos de su amada esposa y sus hijas durante meses. Al final, cuando Francia se rinde y parece que la guerra podría terminar pronto, vuelven a llamarle al entrenamiento. Su madre y su cuñada Resie se vienen a vivir con ellos y durante un tiempo las cosas recobran la normalidad.

En lugar de retroceder, la guerra se intensifica, y Franz y el resto de los hombres de la aldea son llamados a filas. El primer requisito de un nuevo soldado es jurar lealtad a Adolf Hitler y al Tercer Reich. A pesar de las súplicas de sus vecinos, sus compañeros soldados y los oficiales al mando, Franz se niega a realizar el juramento, oponiéndose a Hitler y al régimen nazi. Con su silencioso acto de resistencia, formula la siguiente pregunta: "si los líderes son malvados, ¿qué puede hacer uno?" Franz se niega por un sentido de responsabilidad personal y por no poder hacer algo que él cree que está mal.

Mientras tanto, Fani tiene que lidiar con las consecuencias de su decisión. Ahora no solo debe encargarse de la granja familiar y de sus tres hijas pequeñas, además el pueblo expulsa a Fani de la comunidad. El miedo a Hitler obliga a los vecinos a dar la espalda a la familia Jägerstätter.

Aunque es consciente de que su decisión significará el arresto e incluso la muerte, Franz encuentra fuerzas en el amor y el apoyo de Fani. Le encarcelan, primero en Enns, luego en Berlín, y debe esperar meses para ser juzgado. Durante el tiempo que pasa en prisión, él y Fani se escriben cartas para darse fuerzas.

Después de meses de encarcelamiento en condiciones terribles, su caso llega al tribunal. Es declarado culpable y condenado a muerte. La fe de Franz lo lleva a negarse a prestar juramento a Hitler y los representantes de instituciones religiosas, cívicas, gubernamentales y militares le suplican que deje de lado sus creencias y jure lealtad, aunque sea falsa, para salvar su vida. Franz sigue defendiendo sus creencias y el Tercer Reich lo ejecuta en agosto de 1943. Su esposa y sus tres hijas sobreviven.

La relación entre Franz y su esposa Fani resiste esta terrible prueba. La película cuenta la profundidad de su vínculo y del compromiso de Franz con su causa. Fani siempre está ahí para Franz. Se muestra fuerte, inquebrantable y apoya incansablemente a su marido mientras cría a sus hijas y dirige la granja sola, con la posterior ayuda de su suegra y su hermana.

La película de Terrence Malick se basa en las cartas reales que intercambiaron Franz y Fani mientras Jägerstätter estaba en prisión. Erna Pultz editó la colección y Orbis Books la publicó en inglés. Se han añadido algunas líneas a las cartas y, a veces, las cartas están parafraseadas.

La historia era poco conocida fuera de St. Radegund, y podría haber permanecido oculta si no la hubiera descubierto el estadounidense Gordon Zahn durante su investigación y que llevó a visitar el pueblo en la década de 1970.

El productor Grant Hill ya había trabajado en varias películas de Malick, incluyendo La delgada linea roja. Grant señala que Malick se identificó con los temas de Vida oculta (Hidden Life): "Es una extraordinaria historia de amor imperecedera que investiga las reacciones y motivaciones humanas y hasta dónde puede llegar la gente para defender sus creencias y ser fiel a su conciencia. Hace preguntas difíciles: ¿tienes derecho a sacrificar a las personas que amas por un bien superior? En definitiva, se trata de una historia intemporal de entrega, amor y perdón en toda su extensión. Creo que esos aspectos atrajeron mucho a Terry", dice Hill

Vida oculta (Hidden Life) difiere de las películas anteriores del director en que es su primera película biográfica basada en personas reales cuyos descendientes siguen vivos. "La familia había sufrido muchísimo, y Terry quería que las hijas de Franz se implicaran y dieran su aprobación. Nos reunimos con ellas a través de intermediarios para encontrar la forma de que Terry pudiera contar la historia que hiciera justicia a lo que pasó en realidad y con la que sintieran a gusto. Al final, confiaron a Terry el legado de Franz, y trabajamos con ellas durante toda la producción", explica Hill.


Elaboración del reparto
En los primeros días del proyecto, Terrence Malick decidió contar solo con actores austriacos y alemanes para preservar la autenticidad de la historia. El productor ejecutivo Marcus Loges presentó a Malick y Hill a la directora de casting Anja Dihrberg (El Capitán) para que encontrara la alquimia correcta de los personajes. Hill comenta: "Aunque ya había estado en Alemania y conocía a muchos actores, me sorprendió encontrar a tantísima gente con talento".

Para elegir a los actores que interpretan a Franz y Fani, era evidente que debía producirse una relación natural entre ambos papeles. Valerie Pachner (El suelo bajo mis pies) surgió primero y consiguió el papel de Fani. "Cuando entra en una habitación, Valerie la ilumina. Es muy fuerte porque ha crecido en esa zona. Sabía exactamente cómo tenía que ser ese personaje", dijo Hill.

Ahora necesitaban encontrar a un Franz que fuera la pareja perfecta de la Fani de Valerie. Cuando el proceso de casting llegaba a su fin llegó August Diehl (Malditos bastardos). Hill lo recuerda: "Terry había hablado con August varias veces, pero estaba ocupado y no podía contar con él. En la que iba a ser nuestra última sesión, Anja llamó a última hora y dijo que August estaba en la ciudad y que podía estar en la oficina en media hora; entró y leyó las páginas con Valerie. Y la magia se produjo en esa primera lectura. Se acompasaban y juntos daban muestras de vulnerabilidad y fuerza al mismo tiempo".

Al referirse al proceso de casting, August Diehl dice: "Recuerdo que la primera vez que leí el guión tuve muchas conversaciones con Terrence. Él sentía curiosidad por mi persona y con quién iba a trabajar. Recuerdo que hablamos de la vida y de cómo veíamos las cosas", dice Diehl. "Crecí en Francia en una granja sin electricidad. Sentía curiosidad por todo esto, cómo vivía y cuáles fueron mis experiencias".

Diehl afirma que trató las cartas entre el marido y la mujer casi como si fuera otro guión además del de Malick.

Valerie Pachner mantuvo las primeras conversaciones con Malick por teléfono. "Cuando me llamó por primera vez hablamos bastante rato. Nos pusimos a hablar enseguida sobre el mundo y la vida y en ese momento comprendí que quería hacer esa película".

Pachner, que creció en Austria, se sentía muy identificada con la historia. "Las personas confiaban las unas en las otras, y eso también significaba que no se podía romper con las tradiciones y ser diferente. Tenías que seguir la línea. Por eso esta historia es tan diferente".

Malick le envió un libro sobre mujeres que trabajaron en las granjas durante la Primera Guerra Mundial cuando los hombres estaban luchando. Ella también recibió un regalo de un amigo: un libro sobre cómo se siega con una guadaña.

Diehl cuenta que trabajar con Pachner es muy especial: "En realidad, los dos nos entregamos a fondo a los papeles porque tiene mucho que ver con la confianza", dice el actor. "Hay que confiar mucho en alguien para hacer esta película y nos arriesgamos mucho. Y desde el primer momento, tuve la impresión de que Valerie estaba dispuesta a hacer lo mismo, a correr los mismos riesgos".

Por su parte, Pachner describe que trabajar con Diehl fue muy intenso. "Las primeras cinco o seis semanas estábamos siempre juntos y trabajando constantemente", dice ella.

Hill atribuye la conexión entre los actores a la directora de casting Anja Dihrberg, "Ella desempeñó un papel extraordinario. Hizo un trabajo maravilloso de forma muy personal".


Día de trabajo
El director de fotografía Joerg Widmer lleva mucho tiempo colaborando con Malick y gracias a esta experiencia ya tenían un lenguaje común como punto de partida.

"Terry suele evitar las convenciones y encuentra nuevas formas de contar historias y da a los actores una gran libertad para experimentar. Así que el equipo de cámaras también debe estar abierto a las posibilidades creativas", dice Widmer. "Terry y yo tenemos una larga historia juntos y, como operador de cámara y Steadicam en las cinco películas anteriores, estaba familiarizado con el enfoque de Terry. Así que me resulta comprender su forma de encuadrar y los movimientos de cámara y cómo adoptar la luz natural.

August Diehl conocía el trabajo de Malick, pero nunca imaginó que trabajaría con él en una película, y menos aún como protagonista. "Fue muy especial. Nunca he rodado una película como ésta, estamos casi constantemente en el proceso de rodaje", dice Diehl, al describir el método de Malick para filmar tomas largas sin interrupciones.

Valerie Pachner añade que se sintió muy segura por el estilo de dirigir de Malick. "Nos animaba mucho a crear y tenía la sensación de que Terry confiaba en mí. Estábamos constantemente preguntándonos si teníamos que hacer algo más. Siempre tuve la sensación de que estábamos haciendo esta película juntos. Y eso se debe a su confianza en nosotros. Él confía en las personas que trabajan con él".

Pachner describe a Malick como "muy respetuoso, muy humilde y amable y también radical. Radical en la forma en que se atiene siempre a su manera de pensar y a su forma de ver las cosas".

Pachner no quería que terminara el rodaje. "Este tipo de cooperación y colaboración tan bonita es algo que me hace realmente feliz y me siento muy orgullosa de haber formado parte de ella".


Luz y oscuridad
Al principio, Malick y Widmer decidieron rodar sobre todo con luz natural, recurriendo a la iluminación artificial en raras ocasiones. Al estar a la merced de la naturaleza, Widmer y su equipo tuvieron que ser muy flexibles.

"El cambio de las condiciones de iluminación exigía una atención continua para hacer frente a los cambios y garantizar una exposición adecuada", explica el director de fotografía Widmer.

Para el resto de los sets, incluidas las celdas de la prisión, el equipo trabajó con el sol, ajustando el horario a la hora apropiada del día hasta que la luz natural desaparecía.

"Se filmó en los graneros cuando las compuertas de los edificios dejaban pasar la luz del sol o al menos brillo", dice Widmer.

El equipo solo tuvo que cambiar el horario de rodaje una vez: cuando los meteorólogos dijeron que no iba a hacer sol el día que habían planificado rodar en el interior del molino de agua.

La película se filmó digitalmente con el sistema de cámaras Red Epic Dragon. La cámara se eligió por su capacidad para manejar el fuerte contraste que existía en una escena, preservando los detalles tanto en los reflejos como en las sombras de la imagen, pero siempre manteniendo un color realista.

"Nos preparamos para que el equipo de cámaras fuera reducido", dice Widmer. "El equipo de iluminación consistía principalmente en tablas negras y para reflejar la luz".


Localizaciones
Los Jägerstätter vivían en St. Radegund, un pequeño pueblo de 500 habitantes situado en la Alta Austria, cerca de Salzburgo y de la frontera alemana, en la misma provincia en la que Hitler nació y pasó su primera juventud, no lejos de Berchtesgaden, su refugio de montaña durante sus años como jefe del estado alemán.

La producción pasó 24 días en Tirol del Sur, la provincia más septentrional de Italia y después se trasladó a Austria donde rodó unos días en St. Radegund. Para las escenas en la prisión, el equipo pasó los últimos 14 días en Alemania, en Zittau (7 días) y en Berlín (7 días).

El supervisor de dirección de arte Steve Summersgill dice que las localizaciones se seleccionaron por su textura, autenticidad y sus posibilidades visuales.

"Lo más importante que aprendimos es que los niveles de la luz natural eran una parte muy importante del proceso de toma de decisiones en el momento de elegir qué localización funcionaría mejor", afirma Summersgill.

La película se rodó en iglesias y catedrales, granjas con ganado real, huertos, montañas, campos y caminos rurales. "La naturaleza y el entorno natural formaban parte del subtexto y las localizaciones nos proporcionaron un excelente punto de partida", dice Summersgill.

El diseñador de producción Sebastian Krawinkel llevó a cabo un trabajo de documentación sobre Franz Jägerstätter y los lugares importantes de su vida, consultando cartas y materiales de archivo.

"Exploramos algunos lugares juntos un año antes para verlos en la estación adecuada", dice Krawinkel. "Durante casi un año mantuve una conversación semanal con Terry sobre los sets que necesitaría y qué localizaciones y referencias le gustaban".

El equipo de la película se preparó en primavera y rodó en verano. Se filmaron dos estaciones con una pequeña unidad que regresó más tarde a esos mismos lugares, a las órdenes del director de fotografía Joerg Widmer.

Hill añade que filmar en algunas localizaciones remotas y difíciles también era importante para dotar de autenticidad a la película. "Nuestros actores estudiaron y practicaron la forma de manejar la guadaña tal como lo hacían los agricultores de la zona en esa época. Rodar en el entorno real era muy importante para él y la decisión ha sido excelente para los actores y la historia", dice Hill.
El trasfondo histórico de la historia exigía que se evitara filmar edificios modernos y signos de la vida contemporánea.

"Tuvimos la suerte de poder rodar dentro de un molino en funcionamiento, una herrería en funcionamiento y varias cárceles de verdad", señala Krawinkel.

Una de las cárceles utilizadas fue Hoheneck, la famosa prisión de la Stasi cerca de Dresde, conocida por sus condiciones infrahumanas.

Otra toma muestra el exterior de la prisión de Tegel tal y como era en los tiempos de Jägerstätter. Es una prisión que sigue funcionando así que el equipo vio obligado a filmar los interiores de Tegel en otros lugares.

Se rodaron algunas escenas en localizaciones de St. Radegund donde tuvieron lugar los acontecimientos que se cuentan, incluidos ciertos interiores de la casa de los Jägerstätter, que a lo largo de los años se ha convertido en un lugar de peregrinación, así como junto al río Salzach cerca de St. Radegund y en el bosque que hay a los pies de la casa.

El reloj que se ve en la pared de la sala de estar de los Jägerstätter es el que estaba escuchando Fani cuando, a las 4 de la tarde del 9 de agosto de 1943, justo a la hora de la ejecución de Franz, recordó haber sentido la presencia de su esposo.

El dormitorio es él de ellos y no ha cambiado de aspecto. Sus bordados siguen colgados en las paredes. Las tres hijas de Franz y Fani, Maria, Rosalia y Aloisa, viven en St. Radegund o en sus alrededores. Fani falleció en 2013, a los 100 años.

Valerie Pachner, la actriz que interpreta a Fani, creció en la misma provincia, a 65 kilómetros.

Algunas escenas se desarrollaron en la granja de Eckinger, un amigo y vecino de Jägerstätter.

Hoy, los campos alrededor de St. Radegund están cubiertos de maíz, un cereal que no se cultivaba en aquella época, hay cables eléctricos y casas modernas, algunas inmediatamente adyacentes a la de Jägerstätter. Como resultado, el equipo de la película se vio obligado a subir más arriba de donde se encuentra el pueblo.

También rodaron la escena del juicio del tribunal del Tercer Reich en Schoenberg en el edificio del Kammergericht (Tribunal Superior de Justicia) de infausto recuerdo. "Fue aterrador estar en la sala real donde los nazis habían condenado a muerte a tantas personas", señala Krawinkel.


Diseño de vestuario
Además de su trabajo como agricultor, Franz Jägerstätter era sacristán en la iglesia local. Limpiaba, tocaba la campana y preparaba las bodas y los funerales, sin recibir nada a cambio además de realizar sus tareas de granjero. Las distintas actividades de la familia exigían un vestuario que reflejara no solo a lo que se dedicaban sino también su situación económica, y la diseñadora de vestuario Lisy Christl quiso reflejarlo con la máxima autenticidad.

"La imaginación siempre entra en juego a la hora de crear el vestuario. Pero en este caso, la parte más importante era pegarse lo más posible a la realidad", explica Christl. Christl, que es de Baviera, el sur de Alemania, recorrió infinidad de pequeños museos en los pueblos de montaña que le proporcionaron buenos materiales para documentarse. "Elaboramos trajes a medida para los personajes, pero otros muchos son originales. Era importante encontrar prendas bonitas, gastadas y antiguas".

"Tengo muchos libros sobre esa época. Todavía puedes encontrar fotos originales en los mercadillos", dice Christl. "Cuando empezamos a trabajar en el Tirol del Sur, encontré un libro fantástico sobre la gente que vive en las montañas de esos valles rurales. Me sirvió de inspiración y también los rostros reales de la gente que trabaja en los campos".

El excelente ojo de Christl supo capturar muchos detalles pequeños pero fundamentales. Por ejemplo, el uniforme del ejército alemán de la Wehrmacht que usaban los reclutas austriacos tenía una diferencia.

"Los ribetes de lo parte de los hombros eran de color azul claro para diferenciar estas unidades especiales (del ejército alemán). Es muy importante hacerlo bien, pero es lo que siempre hago en mi vida profesional".


Música
El compositor de la película James Newton Howard encontró el estilo que quería darle a la película de forma menos tradicional. Grant Hill lo recuerda: "Dudábamos entre contar con un compositor o aprovechar la música existente. Terry ya había experimentado con alguna música de James en otras películas y se puso en contacto con él. Todo ocurrió muy deprisa".

Howard dice que poner música a la película fue un proceso de colaboración. "Una de las primeras ideas que me dio Terry fue incorporar los sonidos que había grabado durante el rodaje, como las campanas de las iglesias de las aldeas, los cencerros de las vacas y las ovejas, el aserradero, los sonidos de la prisión y las guadañas en los campos", dice Howard. "Tomé muchos de esos sonidos y los procesé convirtiéndolos en elementos musicales que están entretejidos a lo largo de la banda sonora".

Howard empezó a trabajar después de que Malick le enviara una serie de clips de la película sin ningún sonido o música.

"Escribí con total libertad, pero logramos establecer el material temático clave y la identidad sonora de la música de la película. A medida que avanzábamos, elegimos trabajar escena a escena. Yo componía algo y él opinaba y después solía adaptar el montaje a lo que yo había hecho", explica Howard.

Aunque la película se desarrolla en un contexto histórico de enorme importancia, la película es en esencia una historia humana. "Elegí centrarme en los viajes emocionales y en las crisis de conciencia de los personajes, es decir escribir música que reflejara sus historias".

Howard empezó a trabajar durante el montaje de la película. "Después de reunirme con Terry en mi estudio de Los Ángeles, volé a Austin y me reuní con su equipo para ver un montaje de la película", dice. "Trabajamos sobre todo entre marzo y mayo de 2018 y grabamos todo a principios de junio en los Estudios Abbey Road de Londres.

"Me di cuenta de que una orquesta era lo mejor para reflejar las vistas de St. Radegund. El solo de violín que suena en toda la película representa la conexión entre nuestros dos protagonistas, y está interpretado por el violinista James Ehnes".