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Crónica de una tormenta cartel reducidoCrónica de una tormentaDirigida por Mariana Barassi
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Sección Oficial del 23º Festival de Málaga (2020).

Crónica de una tormenta, el debut en el largometraje de Mariana Barassi está basada en el éxito teatral Testosterona, de Sabina Berman, y protagonizada por Clara Lago y Ernesto Alterio.

En palabras de su directora, la película "habla de las relaciones laborales, del poder de los medios de comunicación, el envejecimiento profesional, la madurez como saber y como marginación social, el rol de la mujer en los entornos de poder, el sexo, la familia, la maternidad, los sueños no cumplidos, las promesas rotas. Busca explorar los límites de las personas en una situación límite y responder hasta dónde somos capaces de llegar para alcanzar el poder y dónde queda la ética en ese camino".

Crónica de una tormenta es una producción de Tornasol, Urkulu Producciones Cinematográficas A.I.E. y Hernández y Fernández Producciones Cinematográficas A.I.E., en coproducción con Haddock Films y Aleph Media con el apoyo del ICAA.


Memoria de dirección
"CRÓNICA DE UNA TORMENTA" busca explorar los límites de las personas en una situación límite y responder hasta dónde somos capaces de llegar para alcanzar el poder y dónde queda la ética en ese camino.

Los dos personajes principales de esta historia son Antonio y Maca, mentor y discípula de un importante periódico, quienes al quedarse encerrados durante toda una noche llegan a relacionarse como nunca lo habían hecho. A lo largo de las horas que pasan encerrados, los roles de poder se intercambian, dejando de ser un enfrentamiento entre géneros, y derribando las barreras que nos ponemos a nosotros mismos en un determinado contexto.

"CRÓNICA DE UNA TORMENTA" habla de las relaciones laborales, del poder de los medios de comunicación, el envejecimiento profesional, la madurez como saber y como marginación social, el rol de la mujer en los entornos de poder, el sexo, la familia, la maternidad, los sueños no cumplidos, las promesas rotas.

Formalmente se inscribe dentro del género de películas que transcurren "en tiempo real" y en un único espacio. Aunque nuestros personajes recorrerán diferentes espacios del periódico, pero con la excepcionalidad de estar completamente vacíos ya que el 25 de diciembre es uno de los dos días del año que no hay prensa. Este ambiente laboral y colectivo, se transforma en personal e íntimo durante las horas de encierro de los dos personajes. La privacidad que los rodea los ayuda a abordar temas y explorar sensaciones que no han tenido la oportunidad en veinte años de convivencia laboral.

La decisión de encerrar a estos personajes, lejos de responder a una construcción psicológica de claustrofobia, es para crear justamente el efecto contrario de liberación, una suerte de claustrofobia motivadora.

La soledad y la imposibilidad de escapar a algún otro sitio los libera y hace que ambos actúen y se relacionen entre sí de una manera excepcional, opuesta al modo en el que se mueven en el entorno cotidiano laboral. Los libera de sus obligaciones con su familia, con sus responsabilidades laborales, con los sentimientos que tienen el uno del otro.

También es únicamente dentro de esta singularidad donde ellos pueden moverse y permitirse poner a prueba los límites, tanto en lo profesional como en lo sentimental. Los diálogos entre jefe y subalterna se van desarrollando entre confesiones de aspectos de sus respectivas vidas personales que nunca compartieron a lo largo de veinte años de trabajo conjunto, coqueteos, insinuaciones y, finalmente, un encuentro sexual.

Uno de los temas principales que se abordan en "CRÓNICA DE UNA TORMENTA" es el del poder masculino sobre el femenino en los entornos laborales, principalmente en los periódicos (a nivel mundial, hoy en día el porcentaje de que una mujer ocupe la dirección de un periódico o un holding de comunicación es inferior al 5%). Y las preguntas que se desprenden de esta premisa: ¿Hasta dónde la lucha por ocupar puestos directivos de alto nivel exige la masculinización de las mujeres? ¿Es la femineidad una contraindicación para la obtención del poder? Ahonda en las dificultades que tiene la mujer en el terreno profesional, a dónde ha llegado a finales del siglo XX, y donde tiene un camino muy difícil y tortuoso que recorrer aunque su tenacidad, su sensibilidad y su inteligencia son herramientas suficientes para saber de antemano que llegará a igualar y hasta a superar al hombre. Pero, es inevitable, debe saber que tendrá que pagar un precio.


Ritmo y acción interna
Las escenas son obligatoriamente de relación de personajes, intercambio de diálogos y suelen ser de naturaleza extensas a la vez que obligan a permanecer por largo tiempo en un mismo escenario. La intensidad dramática de los conflictos y la complejidad de los personajes es la base donde descansa la construcción de una trama como esta.

La intención es que cada escena marque un ritmo perfecto en sus ataques e inflexiones, sus movimientos internos -concebidos y marcados- y aun así las escenas se desarrollen con naturalidad, como si no respondieran a estructuras cuidadosamente armadas. Para ello fue necesario un gran trabajo con el equipo de actores y mucho diálogo.

En cada escena, a su vez, se jugará con los movimientos internos, el tránsito de un espacio a otro, los cambios de tema, cómo la acción dominante pasa de un personaje a otro (de quién a quién y cómo) y cómo se alternan los papeles de activos y pasivos o se observa la competencia por dominar.


Atmósfera y tono
"CRÓNICA DE UNA TORMENTA" bascula entre el tono íntimo de la relación entre los dos protagonistas, bebiendo de referencias como "Una jornada parIcular" (Ezore Scola), "Secretos de un matrimonio" (Ingmar Bergman), "Un dios salvaje" (Roman Polanski) o la trilogía de Linklater; y el tono más agresivo entorno a la lucha por el poder de películas como "Glengarry Glen Ross" (David Mamet), "El método" (Marcelo Piñeyro), o "Sola contra el poder" (John Madden).


Entrevista Mariana Barassi

¿De qué trata "Crónica de una Tormenta"? Una breve sinopsis.
"Crónica de una tormenta" es la historia de dos personajes, Antonio y Maca, director y subdirectora de un periódico importante, que quedan atrapados durante Nochebuena, el 24 de diciembre, en el periódico por una tormenta que hay afuera. Esta tormenta, como metáfora del encierro, lejos de encerrarlos a ellos, realmente lo que les hace es liberarse. Y esta liberación se ve durante toda esa noche en la que ellos van trabajando juntos, cómo han llegado a dónde están, las luchas de poder internas dentro del propio periódico, las rivalidades entre los compañeros, el rol de la mujer dentro de una estructura de poder, la familia, el amor, los desengaños... Muchas promesas que no se pudieron cumplir y muchos sueños que se quedaron en el camino. Para poder destruir estas barreras invisibles de las que no se habla, pero están ahí a veces hay que dar un salto al vacío. Hay que tomar decisiones que uno a priori pensaría que no tomaría.

¿Cómo surgió la idea de hacer esta película?
El disparador de la adaptación de esta obra de teatro llamada "Testosterona" de la autora mexicana Sabina Berman viene a partir de que Gerardo Herrero, el productor de la película, un día me cuenta que había ido a ver la obra aquí en Madrid y me envía a verla a ver si me parecía que había una película detrás. Me gustó mucho, pero hubo algo que sucedió después de la función cuando estaba en la cafetería y escuchaba las conversaciones de la gente que había salido de la obra y estaba tomándose algo. Había una continuidad del diálogo que se había iniciado entre los dos personajes. De repente te encontrabas a matrimonios o amigos que seguían discutiendo sobre el rol de los personajes. Una pareja estaba discutiendo bastante acalorada y te dabas cuenta de que por más que tengamos presente la necesidad de romper con los roles tradicionales de la mujer, de la familia, de cómo conciliar con el trabajo, etc., al final sigue habiendo desencuentros. No es tan blanco y negro el asunto.

¿Puedes describir a los personajes principales y decirnos cuáles son sus similitudes y diferencias?
El personaje de Antonio es un periodista de raza, de toda la vida. Viene de la antigua escuela del periodismo, lleva muchos años en la dirección del periódico y esto también le ha pervertido en muchas maneras de proceder y de lidiar con el poder. Los directores de los periódicos básicamente ni escriben, puede haber notas del director una vez a la semana, una vez cada quince días... Pero en general, no están con la noticia, están lidiando con el poder. Fue un gran referente el libro de David Jiménez "El Director", que leímos casi todo el equipo antes de iniciar el rodaje.

Maca es una periodista joven, que ya desde la carrera de periodismo, donde conoce a Antonio, empieza a trabajar de la mano de él como becaria y, desde entonces, ha ido subiendo escalones hasta convertirse en su subdirectora, pero siempre bajo su ala, de la mano de él. Siempre ha tenido esa relación de padre mentor y personaje al cual idolatra, en más de un sentido. Es muy leal, trabaja todo lo que puede. Es la primera en llegar, la última en irse, no tiene familia, no tiene pareja, no tiene hijos, no tiene nada que la ate fuera del trabajo. De hecho, es lo que muchos llaman una workaholic. Pero es una "adicción" llena de pasión y respeto.

Y el personaje de Vargas es un poco como el alter ego de Antonio. Son contemporáneos, han pasado la juventud periodística juntos como corresponsales, pero en el momento en el que a Antonio le dan la dirección del periódico, lo que sucede es que Vargas queda de alguna manera relegado. Es un personaje muy manipulador y también es la mano ejecutora con la que cuenta Antonio para hacer determinados movimientos un poco fraudulentos. Porque esa complicidad y ese compañerismo Antonio también lo utiliza para poder tenerlo cerca pero siempre un poquito más abajo, subyugado. Un poco como un dtere, una extensión de él mismo.

Creo que lo que comparten los tres personajes es la ambición. La ambición que tienen cada uno por diferentes cosas: por el poder, por la verdad, por mantener determinados modos del periodismo, sobre todo. Y lo que los diferencia claramente es la manera de poder llegar a cumplir esa ambición.

¿Cómo ha sido el proceso de preparar la película junto a Ernesto Alterio y Clara Lago?
El trabajo con Ernesto Alterio y Clara Lago fue un placer. Realmente no hay un adjetivo que le pueda atribuir, fue muy gratificante trabajar con ellos dos. Venían los dos de mucho trabajo, de muchos compromisos y el texto era dihcil. Había que trabajarlo mucho para que cada uno lo pudiera llevar a su lugar y los dos han tenido una generosidad enorme.

El proceso de preparación de la película fue un poco como todo en la película, a veces predominaban los tiempos largos de espera y de repente todo se aceleraba. Podríamos haber estado ensayando toda la vida realmente, porque son actores que pueden discurrir sobre lo que figura en el texto, en el guión, de manera profunda, sin arnés. Toda la preparación de la película se centro en los ensayos con ellos, en hablar, hablar y hablar sin parar. Desmenuzar los personajes hasta el tuétano. A mí me preguntaron tantas cosas, nunca en mi vida me habían interrogado tanto, pero estaba feliz porque ese "acorralamiento" me sirvió mucho para tener más claro cómo hacer la película, hacia dónde dirigirla, dónde poner énfasis, dónde, de repente, tomar un poco más de distancia... Fue una reescritura constante, desde que empezamos a ensayar hasta que rodamos, creo que reescribimos dos veces el guión de arriba a abajo y eso también es parte de la generosidad de Clara y Ernesto. Me permitieron convertir el proceso de creación en un juego fantástico y placentero. Todo eso, el juego, la indagación de quienes son Maca y Antonio, la rapidez y la cercanía que permite la reescritura sirvieron, creo, para que el resultado fuera el que es.

¿Cuál ha sido el mayor desaao de la película?
El mayor desaho, no ya del rodaje sino de la película y del proyecto creo que es adaptar una obra de teatro al cine en la cual lo que sucede es lo que se dice. Al ser una película completamente dialogada, toda la acción va en la palabra y todo el ritmo va entre las pausas y las tensiones que se aceleran y se aflojan entre los dos personajes. Realmente ese fue el mayor desaho y lo sigue siendo en montaje. Hasta que no terminó el primer corte no tenía ni idea de si aquello que yo tenía en la cabeza, que estaba puesto en el guión y que tanto había trabajado justamente para que tuviese un ritmo que el espectador pudiera acompañar, era real. Si funcionaba el ritmo bamboleante entre distancias suave y aceleraciones repentinas. Y bueno, el resultado está siendo bastante fiel a lo que esperaba.

El rodaje fue en el Diario de Navarra, ¿qué tal ha sido la experiencia de rodar en un decorado real?
El rodaje fue mitad en el Diario de Navarra y mitad en un estudio y la verdad que rodar en el Diario de Navarra fue un regalo. Siempre me han gustado mucho las películas de periodismo, siempre me han gustado mucho las máquinas. Con lo cual, en el momento en el que entramos en la redacción y vimos las rotativas, todas las empaquetadoras y todos esos tentáculos por los que van todos los periódicos... Bueno, el propio olor de la tinta es muy atrapante. Además, rodamos de noche, que es cuando se imprimen los periódicos. Hay una actividad nocturna súper fuerte. Me acuerdo de estar hablando con uno de los empaquetadores que están ahí con la tinta, manipulando los periódicos que sirven... Eran las 4:30 de la mañana. La próxima vez que me levante a las 4:30, esa hora tan solitaria, me voy a sentir un poco acompañada acordándome de la vida en el Diario de Navarra, de todas esas máquinas funcionando a tope, de esa actividad y trabajadores... Es muy mágico el universo de un periódico y la verdad es que todos los trabajadores del Diario de Navarra estuvieron fantásticos.

Para el rodaje, en la escena que transcurre con toda la redacción presente, teníamos que contratar figurantes para poder rodar ese momento antes de que todo el mundo vaya a sus casas y el periódico se quede absolutamente solitario, es Nochebuena, en Navidad no hay periódico. De repente vienen de producción y me dicen, "te tenemos que hablar de los extras". Yo ya asustada pensando se han ido, se han caído, no llegan... Lo que sea. Y dicen "no, no, es que los redactores del propio Diario de Navarra quieren formar parte de la película y quieren actuar ellos". Y yo pensando, pero ¿cuántos son? Son 50. Bueno si quieren todos que se queden todos. Y se quedaron todos. Fue fantástico. Son ellos los que habitan esa redacción y creo que se nota y, además estuvimos hablando un montón, fue un día de rodaje dihcil de olvidar. Después se quedaron muchas veces, estábamos rodando en la redacción y se quedaban como espectadores mirando las escenas. Íbamos consultándoles si se utilizaban ciertas palabras o no para la jerga periodística y discudan entre ellos, a veces no se ponían de acuerdo. Era fantástico, la verdad es que tengo que confesar que me encantan los periódicos.

En la película se tocan temas muy actuales como las relaciones de poder entre hombres y mujeres en el ámbito laboral, ¿qué nos puedes contar sobre eso?
Creo que resalta mucho en la película el "gran tema" hoy en boca de todos pero que lleva muchos años con nosotros: el rol de la mujer dentro de las esferas de poder, los techos de cristal, estas barreras invisibles de las que hablábamos antes. Por más que lo tengamos muy asumido todavía hay muchas cosas que hablar y, sobre todo, muchas cosas que cambiar dentro de las estructuras de igualdad. Yo vengo de una familia de todas mujeres, una viuda con tres hijas, para mí hablar de la diferencia entre hombres y mujeres, y la diferencia de acceso laboral entre un hombre y una mujer es el pan de cada día. Es algo que yo vengo hablando desde que tengo uso de razón y sigue siendo muy triste la situación actual. Y concretamente la desigualdad de género en los ámbitos de poder, lo que es evidente.

Sin ir más lejos, las mujeres directoras de periódicos están contadas con una sola mano realmente y, en España, creo que hasta hace muy poquito no había ninguna de un periódico importante. Ese es uno de los temas principales que se aborda realmente. No desde un lugar de poner las cosas en blanco y negro sino, justamente, dejar que también el espectador sea quien continue dialogando consigo mismo y con los suyos dónde se posicionan ante determinadas estructuras y temas que giran alrededor de la diferencia del hombre y la mujer en el poder.

También se intenta retratar los límites a los que uno está dispuesto a llegar para romper esa brecha, ese cristal. Si vale la pena perder convicciones o jugar a juegos no propios para conseguirlo. Se intenta reflejar cómo la ambición también nos pone en situaciones en las que reaccionamos de manera que no imaginábamos que fuésemos capaces, cómo podemos llegar a ser otro al estar acorralados y tener necesidad de llegar a ostentar poder. Se plantea esa disyuntiva, la de pegar un salto al vacío ético y moral o poder optar por la destrucción de los métodos y vías que te proponen para desde esa misma destrucción poder reconstruir, construir algo con lo que uno pueda convivir, respirar.