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Candyman cartel reducidoCandymanDirigida por Nia DaCosta
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El ganador de un Oscar® Jordan Peele despierta nuestros miedos más instintivos con CANDYMAN, una novedosa visión de una de las leyendas urbanas más estremecedoras de todos los tiempos. La cineasta NIA DACOSTA (Little Woods, el próximo estreno The Marvels) dirige esta reinterpretación contemporánea del clásico de culto.

Desde hace años, los residentes de las viviendas de protección social del barrio de Cabrini-Green (Chicago) han vivido aterrorizados por una fantasmagórica historia que se ha ido transmitiendo de generación en generación: la leyenda de un sobrenatural asesino con un garfio a modo de mano, que se aparece con solo repetir su nombre cinco veces frente a un espejo. Una década después de la demolición de la última torre de Cabrini, el artista Anthony McCoy (YAHYA ABDUL-MATEEN II, de la serie de HBO Watchmen y la película Nosotros) y su pareja, la galerista Brianna Cartwright (TEYONAH PARRIS, de El blues de Beale Street y Bruja Escarlata y Visión), se han mudado a un lujoso loft de la zona, gentrificada con el paso de los años y habitada ahora por jóvenes adinerados.

Con la carrera pictórica de Anthony en pleno bache creativo, un encuentro fortuito con un vecino del barrio de toda la vida (COLMAN DOMINGO, de Zola, La madre del blues, El blues de Beale Street) expone a Anthony a la trágica y espantosa naturaleza de la verdadera historia que dio origen a Candyman. Ansioso por conservar su estatus en la élite artística de Chicago y espoleado por su marchante blanco, Anthony comienza a investigar los macabros entresijos de los mitos que rodean a Candyman como inspiración para su obra. De esta manera, y sin ser consciente de ello, Anthony comienza a abrir la puerta de un mundo que amenazará su propia cordura y desatará una aterradora ola de violencia.

CANDYMAN también cuenta en su reparto con NATHAN STEWART-JARRETT (la serie de HBO Generation, El niño que pudo ser rey) como el hermano de Brianna, Troy Cartwright; BRIAN KING (Viudas) en el papel del galerista Clive Privler; CARL CLEMONS-HOPKINS (la serie de HBO Hacks) en el papel del artista conceptual Jameson; REBECCA SPENCE (la serie de Amazon Utopia) interpretando al crítico Finley Stephens; KYLE KAMINSKY (DriverX) como el novio de Troy, Grady Greenberg; y, de la película Candyman de 1992, VANESSA ESTELLE WILLIAMS dando vida a Anne-Marie McCoy y TONY TODD en el papel de Daniel Robitaille.


Los personajes

Anthony McCoy - Yahya Abdul-Mateen II
El ganador de un Emmy Yahya Abdul-Mateen II protagoniza la película en el papel de Anthony McCoy, un artista de Chicago cuya carrera se encuentra en un momento difícil cuando se muda al antiguo barrio de las viviendas sociales de Cabrini-Green con su novia Brianna Cartwright (Teyonah Parris). Desesperado por recuperar su posición artística y volver a gozar de un perfil más elevado en la competitiva escena artística, va en busca de inspiración a las antiguas construcciones para los más desfavorecidos en las zonas de la comunidad a las que aún no ha llegado la gentrificación. Cuando conoce a William Burke (Colman Domingo) y escucha la leyenda de Candyman, su interés en la historia comienza lentamente a tornarse en obsesión, a medida que pierde el control de su mente y su cuerpo. «Cuando conocemos por primera vez a Anthony, no está precisamente en su mejor momento», dice Yahya Abdul-Mateen II. «Ha gozado de un momento de gloria como artista nuevo y rompedor, pero esa atención generada ahora se ha enfriado».

La leyenda de Candyman lleva su visión artística en una dirección mucho más oscura y política que su trabajo anterior. «Anthony crea una pieza llamada Di mi nombre de la que está muy orgulloso», dice Abdul-Mateen. «Ha encontrado una pieza de arte que le entusiasma por primera vez en mucho tiempo porque tiene algo que contar. A través de la obra, mira a la brutalidad policial, al trauma histórico, al drama de las víctimas y la opresión. Está emocionado porque ha creado una obra que obliga a la gente a mirarse al espejo, les obliga a afrontar la brutalidad policial y los temas de su arte. Se siente muy optimista al respecto y tiene muchas ganas de compartirla con el mundo».

Para interpretar a Anthony, Abdul-Mateen se inspiró en la muerte, en 2014, de Eric Garner, un hombre que murió después de que un policía municipal de Nueva York lo mantuviese agarrado por el cuello durante una detención en Staten Island por vender cigarrillos sueltos. La frase que repitió una y otra vez, «No puedo respirar», se convirtió en una consigna para el movimiento por los derechos civiles contra la brutalidad policial y el uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes de la ley.

«El caso de Eric Garner demostró que las víctimas acaban convertidas en algo que no son, que una víctima puede ser convertida en un monstruo», nos cuenta Abdul-Mateen. «Él fue una víctima y su nombre acabó siendo un arma, de algún modo. Se convirtió en parte de una cultura, parte de una movilización que convirtió su condición de víctima en un movimiento antipolicial».

La película supone el segundo proyecto de Abdul-Mateen con Jordan Peele tras su papel secundario en la película que el cineasta estrenó en 2019, Nosotros. «Surgió la oportunidad de Nosotros, y trabajé con el equipo rondando durante un par de días», dice Abdul-Mateen. «En esta ocasión, Jordan andaba buscando a alguien que interpretara el papel de Anthony, y creo que fue justamente conocer ya a Jordan, Ian Cooper y el equipo de Monkeypaw lo que me brindó la ocasión de aceptar el reto. Me reuní con Nia DaCosta y fue maravillosa. Había visto su película Little Woods y me pareció que sabía muy bien cómo sacar buenas actuaciones de los actores».

En Abdul-Mateen, DaCosta y el equipo de Monkeypaw encontraron a un actor capaz de añadir capas de profundidad y complejidad a un personaje sin dejar entrever el trabajo ni las costuras. «Yahya tiene una gran capacidad camaleónica y, a la vez, cuenta con una cualidad estelar y una singularidad propias de él», asegura Peele. «Es uno de esos tipos que puede imprimir sutilezas que ni siquiera te esperabas».

El papel de Anthony requería de un actor que pudiese ser abierto a la par que cercano, y tener la capacidad de sumirse en peligrosos estados emocionales. «Yahya es muy dinámico», asegura Win Rosenfeld. «Es capaz de expresar montones de emociones diferentes al mismo tiempo de un modo muy genuino. No me parece ni medio normal ser tan atractivo y a la vez tan accesible. Puede mostrarse reflexivo, taciturno, entendido y carismático, todo en la misma película. No es poco decir, y es que Yahya tiene un talento único en ese sentido».

Nia DaCosta coincide totalmente. «Elegir a Yahya no fue nada difícil», dice DaCosta. «Recuerdo verlo en Nosotros y ya pensar que era un actor con mucho atractivo. Yahya puede interpretar cualquier papel, por pequeño que sea, y convertirlo en un personaje totalmente desarrollado. Es un actor extraordinario a quien, una vez que tuvimos unas cuantas conversaciones para estar en sintonía respecto a Anthony, pude dejarle que se ocupara él solo de todo».

Para el papel, Abdul-Mateen conectó con puntos profundamente personales y encontró sus lazos con el personaje. «Sentía a Anthony muy dentro», explica Abdul-Mateen. «Yo también soy artista. Soy sensible, ambicioso y sé lo que es estar en la cima en un momento y luego que se olviden de ti, y trabajar por volver a la cresta de la ola en tu siguiente papel. Y también sé lo que supone ser un recién llegado en busca de inspiración. Me apoyé en esos aspectos de mí mismo. Todo eso se asemeja mucho a mi propia personalidad, mi propia naturaleza, así que fue divertido explorar en mi interior y dejar que mi lado más suave, más sensible y curioso se expresara delante de las cámaras».

El viaje de Anthony en la película toca ideas universales sobre cómo nadie de nosotros podemos escapar de nuestras historias o traumas, por mucho que queramos. «Anthony es un forastero en Cabrini-Green cuando decide saltar la valla para ver qué hay al otro lado, por decirlo de algún modo», cuenta Abdul-Mateen. «Lo vemos buscando algo con lo que no sabe que ya comparte una conexión. Es un tipo caminando hacia atrás en pos de su propio destino. La narrativa de Anthony es que no puedes escapar a tu propio pasado. Hay una valiosa lección que aprender: te vas de casa, vuelves y encuentras tu hogar. ¿Qué significa “hogar” y cuánto podemos alejarnos realmente de él?».

A lo largo de la película, la persona en la vida de Anthony más consciente de lo que ocurre y más alarmada por el viaje que emprende es su compañera vital desde hace años, Brianna (Teyonah Parris.) «Anthony Y Brianna tienen una relación muy especial», dice Abdul-Mateen. «Anthony es un artista brillante. Es optimista y espontáneo. Brianna es más la líder/mujer de negocios de la relación. Se complementan y se motivan el uno al otro para sacarse lo mejor de ellos. Anthony sabe que Brianna quiere llegar lo más lejos posible como conservadora de arte. Y Brianna sabe que Anthony necesita ser capaz de soñar a gran escala para ser creativo y no sentirse reprimido. Necesita volar. Se animan y apoyan mucho mutuamente».

Brianna Cartwright - Teyonah Parris
Interpretada por Teyonah Parris, Brianna Cartwright es una exitosa conservadora de arte y la compañera vital de Anthony McCoy, la persona que lo conoce mejor que nadie. Defensora de su arte y pensadora estratega, lo apoya y lo alienta, pero cuando el arte de Anthony, inspirado en la leyenda de Candyman, toma derroteros más oscuros y su salud física y mental comienza a deteriorarse, Brianna se muestra cada vez más preocupada.

«Brianna es una joven extremadamente inteligente que trabaja en una galería de arte, donde está tratando de forjarse un nombre en el espacio artístico», explica Teyonah Parris- «Trabaja para uno de esos espacios de arte a la última, propiedad de un blanco, y la vemos usando su voz y sus conocimientos para expandir ese espacio e incluir propuestas de artistas de color. Uno de los grandes sueños de Brianna es tener su propio espacio y ser una voz en la comunidad para exponer obras inteligentes, nuevas y frescas».

Brianna y Anthony ven el mundo desde diferentes perspectivas. «No fue fácil para ella empezar a salir con Anthony, porque ella procede de un entorno de dinero, de un mundo en el que cualquier cosa es posible», dice Parris. «Anthony, sin embargo, no es de un entorno con esos privilegios, no es de un mundo en el que todo está a tu disposición. Eso sí, con el éxito que disfruta en un principio saborea esas mieles».

Al comienzo de la película, Anthony está pasando una mala racha y tratando de recobrar el reconocimiento profesional que había conseguido en cierto momento, buscando inspiración para avanzar con su obra. «Es la versión pictórica del bloqueo del escritor», explica Parris. «Le está costando mucho crear. Su relación con Brianna está pasando por momentos muy tensos mientras tratan de vislumbrar qué les depara el futuro. A Brianna le encantaría que Anthony asumiera su legítima posición en el mundo del arte como innovador y voz renovadora».
También anima a Anthony a mantener relación con su madre, Anne-Marie, de la que vive distanciado. La propia Brianna tiene una historia dolorosa con su padre, un artista que se vio aquejado por una enfermedad mental. Cuando Anthony comienza a perder la cordura, se reactiva su miedo a que la historia se repita.

«Brianna era una niña de papá», asegura Parris. «Adoraba a su padre, Gil, con todas sus fuerzas. Gil se convirtió en un artista torturado, y, de hecho, existe una conexión entre Gil y Anthony, según vamos descubriendo a lo largo de la película. Brianna siente atracción por esa clase de artistas torturados. ¿Qué significa para ella? ¿Qué intenta demostrar y qué ve en Anthony que también veía en su padre? Esas son las cuestiones que tuve que plantearme al examinar el personaje».

Parris fue elegida para el papel por Nia DaCosta antes de que la actriz supiera siquiera de la existencia del personaje. «Nia me había visto en una obra de teatro», nos cuenta Parris. «Después de la función, se me acercó como si nada y me dijo que iba a dirigir una película y que le gustaría que participase. Nos tomamos un café y me habló de todo meses antes de que comenzase el rodaje. A mí me interesaba mucho trabajar con ella, sabiendo que acababa de hacer Little Woods con Tessa Thompson, con quien yo ya había trabajado antes. No tuve duda alguna: quería trabajar con ella y con Monkeypaw».

En Parris, DaCosta había visto una energía y una fuerza que quería para el personaje de Brianna. «Teyonah es una intérprete muy potente y supe desde el principio que la quería para interpretar a Brianna», dice DaCosta. «Cuando hice mi presentación de la película, dije: “Y Teyonah Parris debería ser Brianna”. Por suerte, todo el equipo de Monkeypaw se mostró a favor. Ha aportado mucha humanidad y autoridad al personaje». Los cineastas no se sintieron defraudados. «Teyonah es una actriz fabulosa y superprofesional», asegura Jordan Peele. «Viéndola en el set, borda todas y cada una de sus escenas. Hizo del personaje de Brianna alguien a quien el público puede entender y con quien se puede identificar».

Para Parris, trabajar con DaCosta fue muy emocionante. «Adoro a Nia», confiesa. «Poder trabajar con una joven negra tan inteligente que sabe lo que quiere y que mantiene ese control armonioso sobre el set y sobre el modo en que se comunicaba con los actores, fue una experiencia única. Conseguía transmitir sus ideas visuales a los cineastas y también era capaz de hablar de los personajes y de las cosas que son importantes para nosotros, los actores. Me sentí muy agradecida de vivir algo así con ella. Es una verdadera fuerza de la naturaleza».

Troy Cartwright - Nathan Stewart-Jarrett
A Troy, el sofisticado hermano de Brianna Cartwright, lo interpreta Nathan Stewart-Jarrett. Gay y algo esnob, Troy idolatra a su hermana mayor y cree que Anthony no es digno de ella. Además, no está muy conforme con su nuevo loft en Cabrini-Green. «Troy conoce muy bien a Brianna y opina que Anthony no es precisamente el novio perfecto para ella», cuenta Nathan Stewart-Jarrett. Cuando la carrera de Anthony se estanca, Troy demuestra aún más reticencias. «En cuanto Anthony deja de pintar y de producir en general, sea creativa o financieramente, Troy comienza a mirarlo mal».

Conocemos a Troy en las primeras escenas de la película, asistiendo a una fiesta de inauguración en el loft nuevo de Brianna y Anthony, acompañado por su novio, Grady (Kyle Kaminsky). En el transcurso de la velada, Troy les cuenta a Brianna y Anthony la historia de una estudiante universitaria, Helen Lyle, y lo que pasó en Cabrini-Green 30 años atrás. En la versión de Troy, Helen era una loca que aterrorizó y asesinó a residentes antes de intentar sacrificar a un niño en una hoguera. «Troy cuenta la historia por el morbo y la emoción», dice Stewart-Jarrett. «La cuenta un poco por asustarlos. No se le ocurre que Anthony se vaya a poner a investigarlo». Y lo que no puede prever es que Anthony se encontrará más adelante con William Burke, que le desvelará la leyenda de Candyman. Cuando Anthony acaba convirtiendo esa historia en arte, Troy se siente un poco traicionado. «Troy siente que Anthony ha usado su historia para lucrarse», explica Stewart-Jarrett. «Además, la obra en sí tampoco le hace mucho tilín».

Pero, pese a sus críticas a Anthony, Troy es enteramente leal a su hermana, a quien adora. «Son realmente uña y carne», dice Teyonah Parris. «Brianna es más tranquila, centrada y práctica, y Troy es una persona muy animada, colorida y llena de amor. Creo que transmiten muy bien el amor que se profesan, y los recuerdos de su infancia y de su padre y su madre. Siendo el hermano pequeño, Troy no creció del mismo modo que Brianna, y experimentó alguna tragedia o problema familiar que Brianna no. Ahí es donde vemos la brecha entre ambos».

William Burke - Colman Domingo
William Burke, interpretado por la aclamada estrella de Fear the Walking Dead Colman Domingo, podría no ser lo que aparenta. Residente desde hace tiempo de Cabrini-Green, ahora está presenciando la gentrificación de la zona. Cuando Anthony McCoy (Yahya Abdul-Mateen II) conoce a Burke, este parece un vecino simpático con ganas de compartir la historia del lugar con el joven artista negro. Es un narrador del pasado que conecta a Anthony con su propio legado y lo encamina a una senda aterradora. «La relación de Anthony con William Burke comienza cuando Anthony se adentra indebidamente en Cabrini-Green, un lugar al que no pertenece», asegura Yahya Abdul-Mateen II. «Se convierte en un forastero en el momento en que se encuentran. Burke es de allí, de Cabrini-Green, y nunca se ha ido del barrio. Burke agarra a Anthony y le increpa cuando lo ve haciendo fotos. En apariencia, es así como empieza su relación. Más adelante, nos enteramos de que ahí hay más de lo que su interacción inicial parecía sugerir».

Aunque Anthony oye hablar por primera vez de la leyenda de Helen Lyle por boca de Troy, el hermano de su novia, Brianna, en los primeros compases de la película, William Burke se convierte en el guía personal de Anthony y le muestra lo que queda de Cabrini-Green, tendiéndole un puente a una historia que tocó la vida de ambos décadas atrás.

Burke es, en más de un modo, el depositario de los traumas de la comunidad negra en la zona. «Nos encontramos con Burke dos veces en la película», dice Colman Domingo. «La primera vez cuando es un crío, Billy Burke, que sufre un inmenso trauma cuando su hermana es asesinada por Candyman. Es un dolor que nunca ha superado. Cuando lo conocemos de adulto, como William Burke, es una persona cálida pero extraña que regenta una lavandería en Hudson Street, el antiguo barrio de las viviendas sociales de Cabrini. Burke conoce secretos del barrio sobre los que Anthony tiene preguntas. Y le facilita más y más respuestas a la leyenda de Candyman, y a cómo esta ha impregnado Cabrini-Green. Burke soporta sobre sus hombros el legado de todos los traumas de la comunidad negra».

Domingo conoció a Jordan Peele el 5 de marzo de 2018. Recuerda la fecha exacta porque fue justo el día después de que Peele se alzase con el Oscar® por Déjame salir, haciendo historia en la industria como el primer negro en ganar un Oscar® al Mejor Guion Original. Habían programado su encuentro antes de que esto ocurriese, así que Domingo esperaba que Peele le llamase para cambiar la reunión de fecha y poder celebrar su triunfo unos cuantos días. Para su sorpresa, Peele mantuvo la reunión tal y como la habían acordado.

«Tuvimos una agradable reunión en la que hablamos y nos conocimos mutuamente», dice Domingo. «Hablamos de arte. Hablamos de activismo. Hablamos de ser negros. Hablamos de géneros, y la cosa siguió y siguió. En definitiva, tuvimos la oportunidad de conocernos mejor». Un año o así más tarde, el productor Ian Cooper se puso en contacto con Domingo para contarle que Peele estaba pensando en él como intérprete de un personaje que estaba escribiendo para un guion de Candyman.

«Eso fue suficiente para mí», dice Domingo. “Nada más leer el guion, Burke me encandiló. Entendí perfectamente lo que carga sobre sus hombros. Me interesan mucho las historias sobre traumas de la comunidad negra y cómo nos afectan. Que la víctima se convierta en el monstruo es el modo en que se nos percibe como afroamericanos en Estados Unidos. Simplemente caminando por la calle, ya te miran como a un monstruo. La película representa eso, y es una verdad que todos nosotros podemos entender».

Burke ha vivido ese trauma y está decidido a asegurarse de que los nombres de los negros que murieron a manos de blancos violentos no sean nunca olvidados, casi cueste lo que cueste.

«Burke lleva mucho tiempo esperando esta oportunidad de decir: “No puedes olvidar los nombres de aquellos a quienes has matado”. Tienes que recordar a esa gente para seguir avanzando».

Para ayudar a construir a Burke, Domingo encontró su inspiración cerca de casa. «Burke me recuerda a mi hermano Rick, que es un pintor con mucho talento que, en su día, trabajó como basurero en Filadelfia», dice Domingo. «Es muy noble, un buen hermano con un gran corazón. Cuando hablas con él, tiene algo de filósofo. Está muy interesado en la comunidad, y es padre. Tiene una risa maravillosa, una gran pasión y un gran potencial. Pero, debido a las circunstancias, realiza un trabajo muy sencillo en el mundo. Ese fue mi modo de acceder a Burke».

Anne-Marie McCoy - Vanessa Estelle Williams
Recuperando su papel en la película de 1992, Vanessa Estelle Williams interpreta a la madre de Anthony McCoy, Anne-Marie McCoy. «Candyman, el dominio de la mente ocupa un lugar muy especial en mi carrera», afirma la actriz. «Fue la primera película que hice tras mudarme a Los Ángeles, y mi segunda película en total. Cuando oí que Candyman iba a volver, esperaba poder tener algo que ver. Y, 27 años después de la película, recibí la llamada. Cuando descubrí que el hijo de Anne-Marie, Anthony, iba a ser el protagonista, pensé: “Hmmm, van a necesitar un poco de amor de madre ahí”», dice Williams riéndose. «Estaba entusiasmada con la oportunidad de volver».

En la película original, Anne-Marie era una enfermera que vivía en Cabrini-Green con su hijo pequeño. Candyman, tras asesinar al vecino del apartamento de al lado, empieza a aparecer en el de ella antes de secuestrar a su hijo Anthony. Aunque recuperó a su hijo, Anne-Marie nunca superó el trauma.

«Algo tan horrible y aterrador como que tu hijo desaparezca nunca te abandona», afirma Williams. «Esa experiencia traumática aún acompaña a Anne-Marie. Cómo se ha movido por ese espacio, su forma de criar a su hijo, su visión del mundo, su sensación de seguridad... todo eso ha estado marcado por aquella experiencia».

Ahora, su relación con su hijo ya adulto es tensa. Ella nunca le contó a Anthony lo que ocurrió. Cuando, en una potente escena entre Williams y Yahya Abdul-Mateen II, Anthony por fin le pregunta sobre ello, el pasado regresa con toda su fuerza. Cuando él le pregunta «¿Quién soy?», ella responde: «A veces, la verdad es lo más peligroso que hay».

Los dos intérpretes sintieron el impacto de la escena. «Ella ha estado ocultando algo para proteger a su hijo», dice Williams. «Lo ha estado ocultando porque nunca quiso ni pensó que tendría que contárselo. Prefiere guardárselo para sí y llevar esa carga ella sola. Pero se da cuenta de que algo no va bien con Anthony. Alguien no ha respetado el pacto. No se sabe cómo, Candyman ha vuelto a sus vidas».

Para Abdul-Mateen, ese momento tiene resonancias con las experiencias de padres e hijos negros de todas las generaciones por todo EE. UU. «Refleja las conversaciones que están teniendo lugar en este país, ahora mismo, en las casas de los jóvenes afroamericanos», afirma Abdul-Mateen. «La brutalidad policial es un ejemplo de este tipo de conversaciones. ¿Cómo pueden los padres proteger a sus hijos de cosas que la sociedad quizá considere inevitables? ¿Por qué unos padres habrían de desarraigar sus hogares, trasladarse a barrios diferentes y no querer mirar atrás? Todo gira en torno a ofrecer un futuro mejor. Pero junto a eso llega la desconexión. En realidad, nunca podemos huir de nuestro pasado».