Tras cinco años de matrimonio, Ben sigue perdidamente enamorado. Hasta que un día descubre en público que su mujer le es infiel: ¡menuda humillación! Abatido y abandonado por sus allegados, a Ben se le hace cuesta arriba remontar hasta que Patrick, un viejo amigo que también está divorciado, se cruza en su camino y le propone irse a vivir con él. A diferencia de Ben, Patrick tiene la intención de aprovechar su recién recuperada soltería y todos los placeres a los que había renunciado al casarse. No tardan en unírseles más divorciados y, juntos, estos fiesteros cuarentones establecen las primeras reglas del "Club de los divorciados".