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Clifford, el gran perro rojo cartel reducido finalClifford, el gran perro rojo(Clifford the big red dog)
Dirigida por Walt Becker
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CLIFFORD EL GRAN PERRO ROJO cuenta con un reparto estelar encabezado por Darby Camp en el papel de Emily Elizabeth. El elenco también está formado por Jack Whitehall, el nominado al Oscar®- John Cleese, Sienna Guillory, Tony Hale, Izaac Wang, Horatio Sanz, Paul Rodriguez, Keith Ewell, Bear Allen Blaine, Tovah Feldshuh, Jessica Keenan Wynn, Alex Moffat y Russell Wong. Walt Becker (Alvin y las ardillas: Fiesta sobre ruedas, Dos canguros muy maduros, Cerdos salvajes, con un par... de ruedas) se encarga de dirigir un guion escrito por Jay Scherick, David Ronn y Blaise Hemingway. Jordan Kerner y Iole Lucchese son los productores.


Acerca de la película
La escuela secundaria nunca es fácil, pero Emily Elizabeth Howard (Darby Camp) lo tiene más difícil que la mayoría. No sólo es la nueva en el elitista colegio privado al que asiste gracias a una beca, sino que además las abusonas que la acosan a la mínima ocasión le han puesto el mote de “Cartilla de racionamiento”. Aun así, se las apaña para pasar por alto los insultos, aunque no siempre lo consiga, y para mantener una actitud positiva mientras vive con su atareada madre soltera (Sienna Guillory) en su coqueto apartamento de Harlem. Pero las obligaciones laborales obligan a su madre a viajar a Chicago, y la niña queda al cuidado de su tío Casey (Jack Whitehall), tan bienintencionado como cabeza de chorlito. Es como si Casey, artista gráfico en paro, tuviese un don para conseguir que la pareja acabe siempre metida en un lío de uno u otro tipo.

Como no podía ser de otra manera, una mañana, mientras Casey lleva a Emily Elizabeth al colegio, los dos acaban fisgoneando en una carpa de tipo circense levantada en el parque, en la que ofrecen mascotas para la adopción. Aunque Casey advierte a su sobrina de que no pueden, en ninguna circunstancia, sin excepción alguna, llevar a casa una mascota, le deja ir a ver los animalitos. La fauna que les saluda al llegar es asombrosamente variopinta. Hay conejos, conejitos de indias, gatos, hámsteres, una boa constrictora, un acuario, incluso un perezoso. Está claro desde el principio que este inusual emporio, que tiene unas dimensiones muy superiores a lo que parece desde fuera, dista mucho de ser algo normal.

La apariencia del propietario, Mr. Bridwell (John Cleese) no hace sino reforzar esa idea. Extravagante, a la vez que exquisitamente educado, parece tener el animal que Emily Elizabeth necesita desesperadamente, del tamaño de un diminuto cachorro, aunque ella todavía no se haya dado cuenta de que en su vida hay una ausencia. Mr. Bridwell acompaña a Emily Elizabeth a la trastienda, de la que sale un pequeño cachorro rojo, y entre ambos surge el amor a primera vista. Le pregunta a Mr. Bridwell que cuánto es probable que vaya a crecer el perrito, y el anciano le responde, con un guiño, que “Depende de cuánto amor le des”. Consciente de que la mamá de la niña no lo aprobaría, Casey insiste en que dejen el cachorro en la carpa y sigan a lo suyo.

No obstante, el pequeño perrito consigue colarse de rondón en la mochila de Emily Elizabeth. Después de un día especialmente complicado en el colegio, Emily Elizabeth descubre al polizón, y su tío le da permiso para quedarse con el perrito una sola noche, hasta que al día siguiente se lo devuelvan a Mr. Bridwell. Emily Elizabeth le pone Clifford de nombre, y mientras le acuna en sus brazos, expresa su deseo de que fuesen grandes y fuertes, para que nadie en el mundo pudiese hacerles daño.

Cuando se despierta al día siguiente, su deseo se ha hecho realidad. Su nuevo amiguito peludo ha crecido -considerablemente- y ahora tiene tres metros de altura. Eso prepara la escena para inimaginables correrías con Emily Elizabeth y Casey tratando de ocuparse del descomunal canino. Tienen que mantenerlo fuera de la vista del supervisor del edificio de apartamentos, que no permite que los inquilinos tengan mascotas, y también tienen que mantener a raya al director de la empresa de biotecnología LyfeGrow, que está conchabado con el supervisor para encontrar el secreto que permitiría hacer animales de un tamaño mayor que el establecido por la naturaleza.

Su tarea no es moco de pavo, puesto que hasta en la ciudad de Nueva York un perro rojo descomunal puede llamar poderosamente la atención.

Clifford el gran perro rojo ha captado la atención de lectores y se ha granjeado el afecto de los niños y familias de todo el mundo desde que Scholastic publicó la primera historia en la que aparecía el personaje, allá por 1963. Antes de su fallecimiento en 2014, el dibujante y autor de Clifford, Norman Bridwell, había escrito o elaborado los conceptos para 60 libros (de hecho, el personaje de Emily Elizabeth comparte nombre con su hija). Scholastic ha publicado aproximadamente 500 versiones de los libros de Clifford a lo largo de los últimos 58 años. Los lectores de China, Australia, Canadá, el Reino Unido, Nueva Zelanda, India y Estados Unidos comparten un inmarcesible amor por Clifford.

“Clifford representa al niño que todos llevamos dentro”, dice la productora Iole Lucchese, que también es Presidenta de Consejo de Administración, Vicepresidenta ejecutiva, Directora de Estrategia y Presidenta de Scholastic Entertainment. “Es el amigo que todos aspiramos encontrar, fiel y amable y que siempre está dispuesto a echarte una mano. A los niños les gusta porque no escatima esfuerzos para poner orden en el mundo y ser un buen amigo y resolver los problemas, a la vez que se divierten. Es muy infantil, un poquito grandullón y puede echarte una manita, si te hace falta.”

Todo ese afecto y buenos sentimientos fueron uno de los motivos por los que Lucchese se asoció con el veterano productor Jordan Kerner, entre cuyos numerosos trabajos cabe mencionar sus películas para toda la familia como la saga Somos los mejores, George de la jungla, La telaraña de Carlota y la saga de Los pitufos, para producir CLIFFORD EL GRAN PERRO ROJO, el nuevo largometraje protagonizado por el adorado perro.

Consciente del amplio y atemporal atractivo de la creación de Bridwell, Kerner había estado interesado en hacer una película con Clifford durante buena parte de las dos últimas décadas. “Es algo que ocupa un lugar en el corazón de muchas personas”, afirma Kerner. “Ahora, una generación de personas que se enamoraron de estos personajes, leyéndolos o viéndolos como historias animadas cuando eran jóvenes, querrán compartirlos con sus propios hijos. Y los niños los descubrirán por su cuenta, porque son una serie maravillosa de libros.”

Para adaptar las historias de Bridwell a la pantalla, Kerner recurrió a los guionistas Jay Scherick y David Ronn, con quienes había trabajado en Los pitufos y en Los pitufos 2, junto con Blaise Hemingway (Playmobil: La película) “El motor de la película es la relación entre Emily y Clifford, que es lo que todo el mundo recuerda de los libros”, dice Ronn. “Por eso quieres ir a ver la película, la dulzura que existe entre ellos y el amor incondicional que recibes de un animal, en particular de este animal, que es tan especial. Esperemos que esta relación sea lo que el público reciba desde la pantalla.”

La relación entre Emily Elizabeth y Clifford era algo de lo que el director Walt Becker quería asegurarse a toda costa que fuese el centro de atención a lo largo de toda la película. Becker, entre cuyos trabajos anteriores cabe mencionar Cerdos salvajes, con un par... de ruedas, Dos canguros muy maduros y Alvin y las ardillas: Fiesta sobre ruedas, tenía la impresión de que la estrecha relación que surge entre la pequeña y su no tan pequeña mascota comparte magia con los más alabados largometrajes familiares.

“Desde el primer minuto, siempre he visto que esta historia es muy similar a E.T. El extraterrestre,” dice Becker. “Hay un protagonista que tiene problemas, y que se siente solo en el mundo, y ese joven protagonista se hace amigo de una criatura mágica que también se siente sola. Hay muchos paralelismos entre aquella película y esta. Comparte esos rasgos propios de Amblin que hicieron que aquella película fuese tan especial.”

Y de una forma muy similar a la del clásico familiar de Steven Spielberg, CLIFFORD EL GRAN PERRO ROJO fue escrita, dirigida y producida para que atrajese a públicos de todas las edades. “El amor que los seres humanos sienten por sus mascotas y viceversa supera todas las fronteras de la edad”, dice Becker. “Lo que nos propusimos hacer fue una película que pareciese que estaba hecha para adultos y que los niños pudiesen disfrutar. Es una película para público de todas las edades y de todos los grupos demográficos, y no necesariamente lo que cabría esperar de una película basada en Clifford,”

Con sus vivencias de escuela secundaria con las que resulta extraordinariamente sencillo conectar, una ambientación en exteriores reales de la ciudad de Nueva York y un reparto de personajes memorables, la película parece auténtica y relevante para públicos modernos, y, no obstante, mantiene todas las características que han hecho que los libros de Clifford de Norman Bridwell hayan sido tan universalmente apreciados y queridos por el público a lo largo de las décadas.

“Lo que queríamos retener de los libros era la sensación de que Clifford representa el amor incondicional”, dice Becker. “Si lees los libros, se trata de un personaje que simplemente ama a Emily y ama a los demás. Aunque de vez en cuando se meta en apuros, siempre lo hace desde una postura de amor. Simplemente queríamos actualizarlo y darle una apariencia nueva, así que nos esforzamos por mantener un barniz de realidad a lo largo de toda la película, para que el público disfrutase de una nueva forma de enfocar un concepto con el que había crecido desde la infancia.”


Acerca del reparto
En las historias de Norman Bridwell, Emily Elizabeth es una chica inteligente de sexto o séptimo que siempre sufre toda suerte de desventuras con su descomunal perro, Clifford. En CLIFFORD EL GRAN PERRO ROJO, Emily Elizabeth sigue siendo relativamente pequeña para su edad, aunque es una preadolescente que tiene que hacer frente a un abanico algo más maduro de problemas. Sus padres están divorciados y raramente ve a su papá; su madre tiene un trabajo muy exigente que hace que tenga que viajar frecuentemente; y acaba de llegar a un nuevo colegio lleno de alumnos ricos y privilegiados que no titubean a la hora de excluir a las novatas.

Aunque Emily Elizabeth trata de poner buena cara al mal tiempo, eso no resulta siempre sencillo cuando te sientes como un paria. “Emily se encuentra en lo que me parece que es la edad más difícil de todas, que es cuando empiezas en la enseñanza media en un colegio nuevo en el que no tienes precisamente muchos amigos”, dice Becker. “La acosan porque no está hecha de la misma pasta que los otros alumnos del colegio de niños bien del Upper East Side”.

Su vida cambia radicalmente, por supuesto, cuando encuentra a un diminuto cachorro que parece ser tan inadaptado como ella. Para interpretar a la brillante e inquebrantable adolescente, los cineastas seleccionaron a la actriz Darby Camp, que había tenido actuaciones estelares tanto en Crónicas de Navidad como en Crónicas de Navidad 2” dando réplica a Kurt Russell, y en la aclamada miniserie Big Little Lies.

“Cuando recibí el guion por primera vez, pensé que era impresionante”, dice Camp. “Es similar a los libros, pero a la vez es muy diferente. A lo largo de toda la película, Emily Elizabeth está junto a Clifford, sin parar de hacer cosas para salvarlo. Me encanta que la historia nos diga que el hecho de que Clifford sea grande y rojo no significa necesariamente que haya que tenerle miedo. Lo que importa es lo que lleva en el interior.

Desde el principio, a la joven actriz le resultó muy sencillo comprender el vínculo que se forma entre Emily Elizabeth y Clifford, que son, en muchos aspectos, dos caras de la misma moneda. “Clifford es simplemente un perrito que tiene un tamaño descomunal por fuera”, dice Camp. “Emily es realmente pequeña por fuera, pero lleva un corazón enorme en su interior. Clifford consigue que sea más grande y más fuerte por dentro.”

Y a la hora de adentrarse en la mentalidad de Emily Elizabeth, Camp tenía una ventaja especial: tiene dos perros, un Shih Tzu llamado Marty McFly y un cachorro que llevó al plató de CLIFFORD, llamado Stan Lee. “Lo adoptamos en un refugio, y es muy cariñoso. Puede llegar a ser muy revoltoso. ¡Es una pila de energía! “

Los cineastas quedaron impresionados por su talento y profesionalidad. “Darby ha venido para quedarse... durante mucho tiempo”, dice Becker. “Tiene una gran naturalidad a la hora de interpretar, y además es graciosísima y muy inteligente. Tiene una personalidad tan adorable que estarías dándole abrazos todo el rato. Te pasas la película deseando que todo le salga bien.”

“Darby Camp es una de las mejores actrices jóvenes de su generación”, añade el productor Jordan Kerner. “Tiene la capacidad de cambiar de registro en un segundo, pasando de la aflicción y la voz rota al tratar de contener la emoción, a la alegría y las bromas con su tío”.

El legendario cómico W.C. Fields dijo una vez que los actores nunca deberían trabajar con niños o animales, porque eran capaces de robarle la escena con facilidad hasta al más dotado intérprete. Sin embargo, en el papel de Tío Casey de Emily Elizabeth, el actor inglés Jack Whitehall asumió con deportividad ese reto. Conocido por su trabajo en televisión, en series y programas como Jack Whitehall: Travels with My Father y la comedia británica Bad Education, así como por su papel en la película de Disney Jungle Cruise, Whitehall tuvo la impresión de que CLIFFORD EL GRAN PERRO ROJO tenía el mismo espíritu ganador que las películas para toda la familia que había visto durante su juventud, películas como Solo en casa, Beethoven y la película encabezada por John Candy, Solos con nuestro tío.

“Recuerdo que me entusiasmaban ese tipo de películas mientras crecía, y la idea de participar en algo como esto realmente me emociona, porque son las películas que tuvieron un enorme impacto en mí cuando era niño, películas en las que había grandes dosis de humor para adultos, a la vez que historias adorables para los pequeños.”

Al inicio de la película, Casey tiene que madurar mucho. Podría decirse que es un desgarramantas que sobrevive de milagro en el mundo adulto. “Es un poco desgalichado”, dice Whitehall con una risotada. “Al principio de la película vive en la parte de atrás de un camión de mudanzas. Su vida está patas arriba. Llega tarde a todas partes. Es una calamidad, pero tiene muy buenas intenciones, es amable y gracioso. Es el tipo de persona que todo lo entiende al revés, pero que te encantaría que fuese capaz de organizarse.”

Whitehall resultó ser la elección ideal para el personaje, y estableció rápidamente una gran relación con su joven compañera de pantalla. “En última instancia, Jack me parece una combinación de James Stewart y Tom Hanks”, dice Kerner. “En el futuro le veo perfectamente interpretando los tipos de papeles que hicieron esos actores. Tiene la misma bondad en su interior, así como la capacidad de transmitir comedia y verdadera emoción.”

Para Whitehall, la oportunidad de trabajar con John Cleese, el icónico actor británico que fue miembro fundador de la compañía de comedia Monty Python, fue un premio adicional. “John Cleese es uno de mis héroes favoritos de todos los tiempos”, dice Whitehall. “Más que cualquier otro, él es probablemente el motivo de que yo haya deseado trabajar en comedia y convertirme en un cómico y subir al escenario.”

El legendario intérprete fue seleccionado para interpretar al propietario de la carpa de animales que presenta a Emily Elizabeth al pequeño perrito que cambiará su vida de una forma tan radical. “Mr. Bridwell es una figura muy enigmática que parece que rescata mascotas y personas a la vez”, afirma Becker. “Es un excéntrico casamentero que sabe cómo unir a mascotas y personas.”

Con un nombre que pretende ser un homenaje a Norman Bridwell, el personaje ha sido creado para la pantalla, puesto que nunca apareció en ninguno de los libros de Clifford. “La película, en su núcleo, tiene gran cantidad de magia, y John es un ser humano mágico”, dice Kerner que previamente había trabajado con Cleese en George de la jungla, George de la jungla 2 y La telaraña de Carlota “Su capacidad de interpretación es como si fuese capaz de cambiar el destino del mundo simplemente provocando una carcajada y haciendo que se mire a sí mismo de una forma diferente. Y eso es realmente lo que Bridwell debe conseguir en la película.”

Cleese consideró que sus escenas eran “muy ingeniosas”, añadiendo, “Cuando recibes un guion que tiene frases que te hacen sonreír, piensas ‘¡Vaya! Me gustaría hacer esto’“.

Cleese es uno de los muchos avezados actores de comedia que componen el excepcional elenco de secundarios de CLIFFORD EL GRAN PERRO ROJO. “Es un variado compendio de titanes de la comedia”, dice Whitehall sobre el elenco de la película. “Es como el “Los Vengadores” de Marvel de la comedia”. El actor ganador de un premio Emmy® Tony Hale (Arrested Development, Veep) interpreta al implacable Zack Tieran, presidente y consejero delegado de LyfeGrow, la firma de biotecnología que estaba supuestamente desarrollando un plan para alimentar a todo el mundo usando la ingeniería genética para producir carne y criar animales de mayor tamaño. “La verdad es que me da igual alimentar al mundo”, dice Hale sobre su personaje. “No me gusta la gente. No me gustan los animales. Lo único que quiero es ganar mucho dinero y hacerme muy famoso”.

A Tieran raramente se le ve sin sus fieles ayudantes, Albert (Alex Moffat, del programa Saturday Night Live) y Collette (Jessica Keenan Wynn). “Somos un trío verdaderamente demoníaco”, dice Hale. “Es muy divertido interpretar a los malos. No tengo muchas ocasiones de interpretar personajes malvados. Normalmente soy el secundario atontolinado, que se cree todo lo que le dicen y que va por la vida con ojos como platos, recibiendo palos por todas partes. Ir por ahí sembrando el terror es un buen cambio.”

Después de que se viralice un video de Clifford paseando por las calles de Nueva York, Tieran decide que tiene que echarle la zarpa a ese patatierna, con la esperanza de secuenciar su ADN. Hará lo que sea necesario para alcanzar su objetivo. “Empieza a decir mentiras, afirmando que es el dueño de Clifford”, dice Hale.

Sin embargo, Tieran no es la única persona de la que tiene que estar pendiente Emily Elizabeth. También está Packard, el suspicaz supervisor del edificio de apartamentos en donde vive, interpretado por David Alan Grier (In Living Color). Tiene una estricta política contra las mascotas, y puedes apostar lo que quieras a que definitivamente no le parecería bien que el mastodóntico perro rojo entrase en su edificio en ninguna circunstancia. “Habiendo vivido en Nueva York más de diez años, he tratado de representar en el personaje toda la desatención taciturna, gruñona y desconfiada de todos los supervisores de edificio con los que he tenido que lidiar durante ese tiempo”, dice Grier. “Es un homenaje a todos ellos.”

Afortunadamente, la chica y su tío también tienen unos maravillosos aliados, muchos de ellos, vecinos y miembros de la comunidad, que sienten debilidad por Emily Elizabeth y Clifford. La actriz nominada a los premios Emmy® y Tony, Tova Feldshuh interpreta a su excéntrica vecina Mrs. Crullerman, mientras que el admirado comediante Russell Peters interpreta a Malik, un mago en formación que también reside en el edificio. El famoso monologuista y actor Paul Rodriguez, y el miembro del elenco de Saturday Night Live Horatio Sanz interpretan a los hermanos Sanchez, propietarios del bar de barrio. En lo que respecta a los asuntos judiciales, Emily Elizabeth puede recurrir a los abogados Mr. y Mrs. Jarvis, interpretados por Keith Ewell y Bear Allen Blaine.

“Después de conseguir a Darby Camp, que nos parece que es la Emily Elizabeth más maravillosa, fue todo un éxito rodearla con un talento cómico y unos actores espléndidos”, dice Becker. “Está Jack Whitehall, que es un cómico británico maravilloso. También tenemos al legendario John Cleese para interpretar a Bridwell. Y después para el barrio tenemos un elenco que parece la lista de mis actores favoritos de la infancia; David Alan Grier es el supervisor del edificio. Tony Hale es el villano de nuestra obra. Alex Moffat... es como si tuviésemos a todo el elenco de Saturday Night Live. Keenan Thompson, el miembro más veterano del elenco de SNL, interpreta al veterinario. Thompson también trabajó con el productor Kerner en dos de las películas de Somos los mejores y en Los pitufos. Rosie Pérez, que interpreta a Lucille, la recepcionista, vino a trabajar un día. Así que, al ver la película, siempre hay un gran talento cómico conocido por el público que está interactuando con los personajes principales a lo largo de
todo el metraje.” Para Camp, trabajar con un reparto tan sólido y con tanto talento también fue uno de los aspectos más destacables de la producción. “Jack Whitehall es un cómico y es tremendamente divertido en el plató”, nos dice. “Y trabajar con John Cleese ha sido super impresionante. Es un actor icónico con un gran talento.

En cuanto a los amigos de una edad parecida a la suya, el compañero de clase de Emily Elizabeth, Owen Yu, interpretado por Izaac Wang, de 13 años de edad, ocupa el primer lugar de la lista. “Los otros niños abusan de ella, así que Owen trata de consolarla”, dice Wang, que recientemente dio voz al personaje de Boun en Raya y el último dragón. “Owen está totalmente colgado por ella, así que está siempre pendiente de lo que hace y se esfuerza por simular indiferencia, aunque fracasa estrepitosamente en su intento. En esencia, es el chico tímido tremendamente introvertido que no sabe socializar.” Su padre, interpretado por Russell Wong, (La Momia, Romeo debe morir) es un padre atractivo y amable que tiene que ocuparse de sus múltiples negocios.

Tanto Becker como Kerner quedaron encantados ante la habilidad como intérprete del joven actor y su facilidad de trato con Camp. “Izaac Wang desborda energía”, dice Kerner. “Consiguió que Walt y yo nos partiésemos de risa desde el momento en el que entró en el plató. Es un cómico joven desenfrenado, y en cierta medida, es el contrapunto perfecto para Darby. Emily Elizabeth es más reservada, y Owen hace muchas bromas con su personaje, está constantemente animándola a ir más allá. Tienen una relación fantástica. Como personas en la vida real, tienen una conexión tremenda.”

Owen se mantiene imperturbablemente al lado de Emily a lo largo de toda la desquiciada aventura, en la que nuestros héroes tratan desesperadamente de evitar que Clifford caiga en manos de Tieran, a la vez que se esfuerzan por conseguir que el perro recupere su tamaño normal. Una vez que Bridwell se desvanece de la faz de la tierra, Emily Elizabeth y Casey deciden llevar al cachorro a la consulta del veterinario Dr. Russ Tyler, pero la visita no tiene exactamente los resultados que esperaban. (El Dr. Tyler está interpretado por otra famosa estrella del programa SNL, Kenan Thompson, y la actriz Rosie Pérez interpreta a la recepcionista de la clínica).

Las carcajadas prosiguen a medida que Tieran estrecha su cerco sobre Clifford, pero para Emily Elizabeth no hay nada más serio que encontrar la manera de proteger a Clifford. En su esfuerzo para salvar a toda costa a su perro, se sorprende al descubrir en su interior una madurez y una resolución que no se imaginaba que estuviesen ahí.

“Me pareció que era trascendental que narrásemos una historia sobre el empoderamiento de los jóvenes”, dice Becker. “Afortunadamente, esta generación, más que cualquier otra generación, posiblemente, está dándose cuenta de que pueden tener voz, y que pueden marcar la diferencia, incluso con once o doce años de edad. Esa es la travesía que recorre Emily Elizabeth. Al principio de la película, tiene doce años de edad y no se siente poderosa. Pero con la ayuda de este enorme perro rojo que le quiere tanto, se da cuenta de que tiene voz, de que tiene poder y de que puede dejar huella.”


Acerca de la producción
CLIFFORD EL GRAN PERRO ROJO se rodó en exteriores en la ciudad de Nueva York, aprovechando al máximo la amplia variedad de vecindarios de Manhattan y alrededores, para mostrar un variado y vivaz retrato del entorno en el que vive Emily Elizabeth. “Estamos en Harlem y el Central Park y en Staten Island”, dice el productor Kerner. “Estamos en Queens y estamos en el puente de Manhattan. Tratamos de utilizar exteriores que el público no haya visto muchas veces, exteriores gloriosos de Nueva York.”

Rodar en las calles de la ciudad no sólo dota de cierto realismo a la película, bonito contraste con los elementos más fantasiosos del guion, sino que también ayuda a subrayar el elemento cómico inherente que subyace a la historia. Después de todo, ¿en qué lugar, salvo en Nueva York, habría tantos residentes que ni se inmutan ante la visión de un enorme perro rojo?

“Los neoyorquinos podrían pasar al lado de un perro de 3 m de altura sin darse cuenta de que está ahí”, dice Kerner. “Hemos jugado con ese concepto al principio de la película. Para mí, ha sido muy divertido, porque realmente mostraba a los neoyorquinos como neoyorquinos, personas tremendamente competitivas, que tienen esa fantástica ética laboral estadounidense, y que, simplemente, no siempre son capaces de apreciar la belleza del mundo que les rodea, porque Nueva York es una ciudad excepcionalmente bella.”

Para el director Becker, la ciudad y todo lo que ha llegado a representar encajaba con exactitud con el mensaje que es el corazón de la película. “Nueva York representa el crisol de Estados Unidos, y uno de los hilos conductores de esta historia es el de que hay que aceptar a los demás”, dice Becker. “Puede que sean grandes, puede que sean rojos, puede que sean pequeños, pero todos debemos unirnos y dar valor a esas diferencias.”

La diseñadora de producción Naomi Shohan, en cuya amplia panoplia de trabajos destacan el largometraje de 2018 Un pliegue en el tiempo, el de 2001 Training day (Día de entrenamiento), y el de 1999 American Beauty, basó la filmación en cinco escenarios esenciales: el apartamento de Emily Elizabeth, la carpa de Mr. Bridwell, la sede central del LyfeGrow, el lujoso ático al que Owen llama hogar, y la furgoneta que sirve de casa a Casey. Cada uno refleja una estética muy diferente, y sin embargo en combinación “describen un mundo vívido”, dice.

Para el edificio de apartamentos de Emily Elizabeth “descubrimos una bonita, evocativa, poética y maravillosa calle en Harlem, una de esas calles encantadoras que salen en las novelas, con un edificio de apartamentos y casas preciosas”, dice Shohan. El apartamento de Emily Elizabeth estaba en el piso superior, y está decorado para que refleje la modesta situación financiera de la familia, y a la vez capte el amor y el cariño que existe entre la madre y la hija.

La carpa a rayas verdes y blancas en la que Mr. Bridwell cuida de sus animales perdidos también era agradable y cómoda, un lugar acogedor en el que las reglas de la física no siempre son aplicables. “Esta carpa tiene un cierto aire circense”, dice Shohan. “Quería que fuese una especie de laberinto. Tengo un cerebro auténticamente analítico, por lo que estaba pensando en el subconsciente y en un laberinto que describiese de qué manera buscas algo… Un sendero con meandros y lleno de sorpresas, así quería que fuese esta carpa.”

También quería que el espacio estuviese bañado de luz. “Había estado observando imágenes de los baños bizantinos en los que la luz se introduce a través de un gran número de pequeñas perforaciones en el techo, y es de una belleza arrebatadora”, afirma la diseñadora de producción. “Pero toda la luz entra en la misma dirección. Yo quería que la luz proviniese de muchas direcciones diferentes, como en un caleidoscopio, para recrear la experiencia interna de búsqueda y hallazgo”.

Si la casa de Emily Elizabeth y la carpa de Bridwell son hogareñas y acogedoras, el edificio de LyfeGrow es la antítesis de todo eso. El laboratorio y su entorno son fríos y clínicos, y no tienen nada del encanto de los otros escenarios. La producción rodó las escenas de LyfeGrow en el nuevo y ultramoderno campus de la Cornell Tech en Roosevelt Island, en donde Shohan pudo aprovechar el diseño y la paleta de colores existentes de la instalación.

“El techo está lleno de tuberías y cables, y todo es nuevo y limpio”, afirma. “Decidimos que lo convertiríamos en algo acorde con ese espacio, siguiendo las líneas que nos marcaba el propio espacio. Todo es azul y gris y blanco, y no hemos usado esos colores en ningún otro momento de la película, salvo en el laboratorio.”

También diseñó algunos de los productos agrícolas descomunales que los científicos de Tieran estaban desarrollando, muchos de los cuales se muestran en grandes recipientes de vidrio. “El tomate gigante es mi favorito”, dice Shohan.

Para el apartamento en el que Owen vive con su acaudalado padre Mr. Yu (Russell Wong), Shohan desarrolló una residencia elegante y moderna basada en un piso que había visto en el famoso rascacielos de 57 plantas de Leonard Street, conocido coloquialmente como el Edificio del Juego Jenga. Aunque los cineastas consideraron brevemente la posibilidad de rodar en el propio edificio, acabaron por construir el apartamento de Owen en un plató de rodaje, para tener más control sobre la forma en que podrían preparar el rodaje de la escabechina que provoca Clifford inadvertidamente durante su breve visita.

Por último, está la furgoneta móvil, que en la historia sirve de escondrijo, de vehículo para fugas y, por supuesto, de guarida de Casey. El artista gráfico sin empleo estaba utilizando la furgoneta para mudarse de su vieja casa, pero al final no alquiló el otro apartamento, dice la diseñadora de producción. “Decidió que estaba cómodo allí y pensó, ‘¿Para qué voy a irme de la furgoneta?’ dice. “Hasta que consiga un trabajo, es un lugar perfectamente válido para vivir. Es aceptable, y uno de estos días tendrá un apartamento de verdad.”

En general, Shohan quería diseñar la producción de modo que la película estuviese asentada en nuestra era moderna, con unas leves y contenidas pinceladas de fantasía. “El universo de la película está diseñado para que presente la realidad con un pequeño plus añadido”, dice Shohan. “Está un poquito acentuado y un poquito idealizado en todas las direcciones que sigue. Así que cada escena es un poquito más exagerada. Es la combinación de todas ellas la que crea el tejido de la historia.”

Como CLIFFORD EL GRAN PERRO ROJO tiene lugar en el marco de unos pocos días, la diseñadora de vestuarios Susan Lyall fue consciente de que tendría que crear estilos representativos que captasen de verdad la esencia de cada uno de los personajes principales.

Para Emily Elizabeth, Lyall quería destacar que provenía de un hogar lleno de amor en el que no siempre había dinero para comprar playeras y mochilas caras. El personaje comienza la película vestido con su uniforme escolar, pero durante la mayor parte de la historia lleva una sencilla sudadera con capucha. “Tiene la apariencia de una chica normal”, dice Lyall, cuyos anteriores trabajos han aparecido en la pantalla en películas como El juicio de los 7 de Chicago, Molly’s Game y Money Monster.

El vestuario de Owen, sin embargo, era mucho más elegante. “Su padre siente un gran afecto por él, y suele llevar ropa cara de estilo deportivo”, dice Lyall.

El estilo de Casey, por descontado, era informal... algunos podrían decir que un poco demasiado informal. Habitualmente iba vestido por capas... que incluían la camiseta con la que había dormido la noche anterior. “Siempre tenía que levantarse en medio de la mañana y ponerse a toda prisa los vaqueros”, dice Lyall, destacando que el desaliñado personaje seguía siendo bastante atractivo, pese a todo. “Realmente tenía que mostrarse descuidadamente encantador todo el tiempo”.

En cuanto al vestuario de Mr. Bridwell, Lyall se inspiró en una fuente difícil de imaginar, al combinar la magia de la novela con el estilismo de sastrería del actor Bill Murray. “Es el papel de John Cleese, así que sabes que va a ser encantador y que va a haber destellos de ingenio”, dice la diseñadora de vestuario. “En el guion indica que viste de traje, pero yo no quería utilizar un traje tradicional. Acabé decidiendo que tres piezas separadas, que en conjunto fuesen un traje, estaría bien. Entonces recordé a Bill Murray cuando acude a estrenos y otros eventos, que siempre lleva una chaqueta burdeos y un chaleco amarillo con una camisa de flores y algún tipo de corbata de lazo, con un sombrero. Y tiene un estilazo fantástico. Bill Murray fue la fuente de inspiración para Mr. Bridwell.”

Al elegir la paleta de colores de los tejidos que se iban a usar para hacer los vestidos, Lyall siempre tuvo en cuenta el enorme tamaño que Clifford tendría en la pantalla; se marcó el objetivo de elegir tonalidades que no chocasen con la peluda estrella de la película. “Lo más importante que había que recordar en todo momento era que el 50 por ciento de la pantalla podía ser de color rojo”, dice Lyall. “Al observar los storyboards, se ve que se usan colores que complementan y contrastan con el rojo. Por mi parte, he intentado utilizar esos colores todo lo que he podido.”

Aunque Clifford ocupa gran parte del espacio de la pantalla, en forma de imagen generada por ordenador fotorrealista, elaborada con efectos visuales de vanguardia, está claro que no podía interactuar con los actores en el rodaje. No obstante, el director Becker tenía la impresión de que era importante que hubiese algún tipo de representación tangible de Clifford a la que pudiesen responder los actores durante la filmación. Por lo tanto, recurrió a los marionetistas Rowan Magee, miembro de la Phantom Limb Company y comisario del Object Movement Festival, y Jon Riddleberger, actor con sede en Nueva York y marionetista que había actuado por todo el mundo con la Handspring Puppet Company en Il Ritorno d’Ulisse y War Horse.

En colaboración, manejaron una enorme marioneta de Clifford que sirvió de valiosa referencia para los profesionales de efectos visuales de animación en MPC, la casa de efectos visuales que dio vida al Clifford generado por ordenador durante la postproducción. “Como Clifford no existe, querían un elemento físico en el rodaje que pudiese actuar en las escenas con los actores”, dice Riddleberger. “Además, como Clifford es tan grande, tenían que asegurarse de que entraba en las habitaciones, en los encuadres, en lo que necesitasen.”

“Lo que hemos estado haciendo es actuar para los otros actores”, dice Riddleberger. “Estábamos allí para recordarles que había un enorme perro rojo en la habitación que tal vez les iba a empujar un poco más fuerte de lo que esperaban… O que podía ponerse a dar vueltas como un loco.”

A la estrella Darby Camp la presencia de los marionetistas le pareció increíblemente útil. “Cuando estoy haciendo todas las escenas emotivas, siento como si fuese un perro”, dice Camp.

“Para nosotros uno de los desafíos más importantes fue determinar el tamaño exacto del perro en el mundo de la acción real”, añade Becker. “Porque cuando estás haciendo acción real hay cosas reales, como pasillos y espacios interiores por los que va a tener que pasar.” Para crear el tipo de daños que Clifford causa al mover exuberantemente la cola, o al acurrucarse en la cama para dormir, el equipo de efectos especiales de producción actuaba casi como una cuadrilla de demolición. “Hemos tenido a Clifford aplastando mesas”, dice Becker. “Hemos hecho que sofás saliesen catapultados por el aire. Hemos puesto un camión sobre bolsas de aire para zarandearlo de extremo a extremo. Han añadido todo un estrato de realismo a la película.”

De todas formas, una de las secuencias más memorables y emocionantes de la película es una que no se podía crear en la realidad. En medio de una arriesgada fuga desde la sede central de LyfeGrow, Emily Elizabeth va montada a horcajadas sobre la peluda espalda de Clifford por las calles de Nueva York, mientras la niña y el perro se abren camino hacia el parque del puente de Manhattan. Los cineastas pensaron que era una secuencia importante que se tenía que incluir, puesto que hacía referencia directa a una de las historias clásicas de Clifford de Norman Bridwell. “Es un sueño hecho realidad a gran escala”, dice Becker. “Escuchamos una entrevista con el autor, Norman Bridwell, en la que decía que la visión de Clifford había tenido su origen en que él siempre había querido montar un perro como si fuese un caballo, así que dibujó el perro de un tamaño parecido al de un caballo. Ese es el modelo que seguimos al dar forma a nuestro perro, que tiene aproximadamente tres metros de altura.”

Cuando la pequeña niña y su gran perro llegan al parque, Emily Elizabeth hace una apasionada súplica, rogando a la enorme multitud de observadores, tanto humanos como caninos, que acepten a su querida mascota y a cualquiera que resulte ser un poco diferente. Si se observa con atención a la multitud, es posible apreciar a varios “influencers caninos” conocidos, como Crusoe el perro salchicha, Maxine, el esponjoso corgi gales, Mervin el Chihuahua, Tuna el Chiweenie y Louboutina el perro que da abrazos, que participaron en la escena.

Encontrar el tono adecuado para las escenas era imperativo. Sin la interpretación adecuada, la reivindicación de la niña podría haber parecido empalagosa y meliflua. Sin embargo, la magistral interpretación de Camp toca todas las cuerdas simultáneamente y da lugar precisamente a lo que toda fábula necesita, un final absolutamente feliz.

“La escena final era un verdadero reto para cualquier joven actor, por supuesto”, dice Becker. “El discurso era muy emotivo y había que pronunciarlo delante de toda una multitud. Lo que queríamos era que diese la impresión de que era un debate entre personas acerca de valorar la diferencia en vez de castigar la diferencia o tener miedo a las cosas que son diferentes. Darby Camp hizo un trabajo magnífico.”

Narrada con abundante humor y amabilidad, CLIFFORD EL GRAN PERRO ROJO representa todas las cualidades que han deleitado a generaciones de lectores. Con sus inteligentes payasadas cómicas y arrolladoras interpretaciones, es seguro que atraerá también a los espectadores de cine contemporáneos; es una de esas infrecuentes películas clásicas que te hacen sentir bien y que son realmente capaces de gustar a toda la familia.

“Walt Becker ha realizado una película de gran presupuesto con lo que hace más de cincuenta años comenzó siendo un cuadernillo de historietas en blanco y negro con el añadido del color rojo, dice la productora Iole Lucchese. “Me resulta sorprendente pensar hasta donde hemos hecho llegar el universo de Clifford. Nos ha llevado a una aventura cargada de emociones que arranca con una o dos lágrimas provocadas por unas niñas malas y una pelea familiar y concluye con unos barrios unidos para hacer lo que hay que hacer. Es un largometraje al principio pequeño, que acaba a lo grande, algo parecido a lo que pasa con Clifford.”

“Creo que es importante creer un poco en la magia”, dice Becker. “Creo que la magia, para nosotros, representaba la posibilidad. Creo que cuando la gente tiene la impresión de que las cosas son posibles, como comunidad, eso lleva a que la comunidad se una y se eleve. Dar ese tipo de barniz mágico representa precisamente el tipo de milagros que son posibles cuando la gente se siente unida y cargada de amor.” Para Camp, la magia de Clifford era también una de las principales lecciones de la película. “Creo que es importante creer en la magia, porque te hace ver el mundo desde una perspectiva completamente diferente y, se mire por donde se mire… todo es simplemente más positivo.”

Becker concluye: “Espero que el público se ría mucho, espero que llore un poco, y espero que salga del cine sintiéndose mejor que cuando entró. Tengo la esperanza de que perciban dos cosas: que el amor entre los seres humanos y sus mascotas es real, a la vez que asombroso y mágico, y que si podemos captar ese amor y extenderlo por todo el mundo, creo que habremos avanzado mucho para encontrarnos en un lugar mejor.


5 datos divertidos sobre Clifford
- El gran tamaño de Clifford viene acompañado de un gran apetito: come 18.1 kgs. de comida de perros cada día.

- ¡Impoluto! A veces Clifford se da una ducha con la manguera contra incendios.

- ¡Atrápale si puedes! ¡Puede correr a 115kms/hora!.

- ¡GUAU! Cuando ladra ¡se le puede oír a 16kms!.

- ¡Es un cachorro de ciudad! Le encanta la ciudad y puede dormirse hasta con el ruido del metro.