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Cyrano cartel reducidoCyranoDirigida por Joe Wright
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Musical de Joe Wright (Orgullo y prejuicio, Anna Karenina) basado en la obra teatral de Erica Schmidt, creada a partir de «Cyrano de Bergerac» de Edmond Rostand. La película narra la emotiva historia de un triángulo amoroso protagonizado por Peter Dinklage, Haley Bennett y Kelvin Harrison Jr.


Unas palabras del director (por Joe Wright)
Llevábamos confinados casi cuatro meses cuando, el 28 de junio de 2020, recibí el último borrador de una película musical que llevaba desarrollando los últimos dos años, llamada CYRANO. Más tarde aquel día, llamé a Eric Fellner de Working Title y le dije: «Está lista. Tenemos que hacerla ya».

Tenía una idea muy clara de cómo hacer la película. Sabía dónde y cómo, y el aspecto que debía tener. Sabía de qué trataba. Podía verla. Estaba muy emocionado. Íbamos a crear nuestra propia burbuja en la isla de Sicilia. Los primeros tres actos de la estructura de cinco se rodaría en una ciudad barroca de finales del siglo XVII llamada Noto. Usaríamos cada rincón de aquel increíble lugar y, si no fuera allí, no lo rodaríamos. La película sería una fantasía de época, en algún punto entre 1640 y 1712. El vestuario sería una interpretación moderna de vestidos de época, con toques de Alexander McQueen y Jean-Antoine Watteau. La cámara destilaría una sensación de libertad, una fluidez mucho menos formal que en cualquiera de mis obras recientes. Se trataría de una película anárquica, una celebración irreverente de la vida y una carta de amor al romance. Transportaríamos a nuestro público a un lugar donde la vida volvería a ser bonita. Y de ahí pasaríamos al monte Etna, un volcán activo, y rodaríamos la secuencia de guerra a casi 5000 metros sobre el nivel del mar (sin duda, la elección que más desafíos me ha planteado de mi carrera). Por último, el último acto de la película quedaría reducido a un estilo casi minimalista, un sencillo «te quiero». Una especie de paraíso.

También sabía cómo quería que sonara. Todas las canciones se interpretarían en vivo. Sería íntimo, quería que se oyese la respiración, las pequeñas imperfecciones que pudieran rompernos el corazón. No habría fanfarria antes de una canción. Los actores, sin recobrar el aliento, pasarían de hablar a cantar y viceversa. La música siempre ha sido una parte enorme de mi vida y de mi arte; ahora, le daría rienda suelta.

Ni qué decir tiene que Eric pensó que estaba mal de la cabeza. No creía que nadie fuera a financiar algo así en ese momento. Nadie estaba haciendo nada. El mundo se había parado. Y así comenzó la producción más inusual de mi carrera.

Pero, en tiempos de crisis, como narradores, tenemos la responsabilidad de reunir a nuestra comunidad, grande o pequeña, alrededor de una fogata proverbial e intentar ayudarla a sanar. Lo hacemos usando el poder de nuestra imaginación para contar historias con verdades emocionales. Para ofrecerles luz cuando el mundo parece impenetrablemente oscuro. Para ofrecer un lugar donde conectar con sus emociones y un conducto para expresarlos. Un lugar de belleza, quizá belleza en un mundo feo. Un lugar sin cinismo ni ironía. Un lugar de amor y compasión.
Siempre he adorado el drama. Todas mis películas plantean la misma cuestión central: «¿Cómo conecto con otros y por qué a menudo no lo consigo?». El drama, para mí, es un intento por conectar con los demás y, al mismo tiempo, una expresión de lo difícil que resulta.

Aquel día de junio de 2020, sentados en pleno aislamiento, me parecía que necesitábamos más que nunca una sencilla conexión humana. CYRANO tenía que convertirse en realidad. Los tres protagonistas se esfuerzan en conectar sin conseguirlo. Los tres están enamorados, pero se sienten indignos del amor que buscan. Su percepción de sí mismos se interpone en su camino. Sin embargo, el intento lo es todo.

Que todos podáis hallar a vuestra persona amada y se lo hagáis saber.


Juntos en la vida y el amor
El director cinematográfico Joe Wright sintió que había llegado el momento de celebrar la vida y el amor. Tenía una historia profunda que quería contar... y una historia clásica que reimaginar de un modo nuevo y vigorizante. Si era capaz de reunir un reparto y un equipo técnico, el proceso de hacer una película sería en sí mismo una afirmación de la vida; la película acabada sería un regalo para los espectadores, que la recibirían todos juntos sintiéndose más fuertes.

Wright llevaba el último par de años tratando que su siguiente película fuera una nueva versión cinematográfica de Cyrano de Bergerac, la historia intemporal de ingenio, coraje y amor; la obra de Edmond Rostand es una de las exploraciones más famosas e imperecederas del romance jamás contadas. Erica Schmidt había adaptado y dirigido una nueva versión teatral de la obra, que se había representado en diferentes producciones en Estados Unidos.

Conoció por primera vez al legendario personaje en la última gran producción para la gran pantalla, la película de 1990 Cyrano de Bergerac. Wright reflexiona: «La vi cuando era un adolescente lleno de ansiedades y esa historia sobre sentirse indigno de amor tuvo un profundo efecto en mí. Sin embargo, no me veía haciendo una nueva versión porque no podía ver más allá de “la nariz”». Esa especificación de la obra original de que Cyrano era increíblemente narigudo siempre se había respetado a lo largo de las décadas, tanto en teatro como en pantalla... hasta hace unos cuantos años.

Wright fue a ver la representación de Schmidt en el Goodspeed Theater de Connecticut, Estados Unidos: «Al ver a Peter Dinklage interpretar a Cyrano junto a Haley Bennett en el papel de Roxanne, me sentí increíblemente conmovido. Creo que, con cualquier otra versión, daba la sensación de que el actor, por convincente que resultara, podía, al final del día, sentarse en su silla de maquillaje y quitarse esa nariz de su rostro. Peter aportaba una verdad inherente y una honestidad al personaje de Cyrano que me resultaron profundamente emotivas».

Wright, «inmediatamente conquistado», visualizó una expansión alegre y musical de la producción de Schmidt en una película que, además, redescubriría «el núcleo real y descarnado de cómo conecta la gente».

La representación de Schmidt de su nueva versión era la culminación de años de desarrollo teatral. Cuenta que Michael Gennaro, por aquel entonces en el The Paper Mill Playhouse de Nueva Jersey, le encargó adaptar Cyrano de Bergerac y convertir la obra en musical en 2005. «Siempre me ha encantado la obra de Rostand: su historia, su carácter épico, el mundo en el que se desarrolla... Y el personaje de Roxanne me decía mucho. Además, Cyrano está intentando embaucar a Roxanne (con cartas de amor escritas bajo otro nombre) y eso me animó a querer buscar otra perspectiva. El final de la obra, su tragedia, fue mi puerta de acceso. Por eso, cuando Michael me preguntó con qué quería trabajar, eso estaba en lo alto de mi lista».

Incluso antes de que Dinklage llegara al papel, Schmidt había reconcebido las nociones más enraizadas de la obra. Nos cuenta: «En mi versión teatral, siempre fue un Cyrano sin una gran nariz. Normalmente, en las representaciones de la obra de Rostand, vemos a un actor muy refinado y, normalmente, muy atractivo con una nariz falsa desproporcionada, hablando de lo horrible que es ese rasgo de su rostro. Yo quería llegar a algo real, más profundo; una inseguridad que solo sintiera el personaje. Sentí que había una verdad universal en aquello, que todos nos lo hacemos a nosotros mismos y a la gente que queremos; todos tenemos “una nariz” que imaginamos que el resto del mundo detesta, o algo a lo que culpamos por no recibir amor, atención o comprensión».

En 2016 llegó un momento revelador, cuando Schmidt escuchó por primera vez leer la obra en alto a Peter. Supe al instante que su innato humor evasivo (protector, defensivo, escéptico) combinado con su desprecio y su desconfianza hacia su persona, era justo lo que el personaje de Cyrano necesitaba.

«Era como si Peter conociera a Cyrano antes de interpretarlo, y nunca había leído ni visto ninguna versión de la obra».

«Me colé totalmente en la producción, ¿no?», dice riéndose Dinklage, que está casado con Schmidt. «Erica llevaba un tiempo trabajando en ello. Yo me quedé al margen; pero luego, cuando escuché la música que habían compuesto pedí leer para el papel».

«Muchas veces se escucha música muy buena en el tráiler de maquillaje y, en los primeros días de rodaje de la serie Juego de tronos escuché la canción Terrible Love del grupo The National. Sabía que me encantaría su música y, a partir de ese día, me dediqué a devorar todo lo que habían publicado».

Varios miembros de la popular banda se habían unido al proyecto de Schmidt; los hermanos Bryce y Aaron Dessner componían la música, y el matrimonio formado por Matt Berninger y Carin Besser escribían las letras. Dinklage se dio cuenta de que su propio instrumento, su voz, sería elemental. «Por suerte, tengo un registro barítono similar al de Matt», reflexiona el actor. «Tiene una de las mejores voces del mundo del rock, y descubrí que me veía capaz de cantar esos temas. Mi truco era no imitarlo, porque cuando estás en la ducha imitas mucho a tus cantantes favoritos; yo quería conferirles a las canciones mi propia personalidad».

Tras ello se sucedieron dos años de talleres de teatro, seguidos de la dirección de Schmidt de los actores participantes, incluidos Dinklage y Haley Bennett, en esos enclaves, así como en el Goodspeed, donde Gennaro se había trasladado.

Aunque la música fuera el punto de entrada, Dinklage y Schmidt siguieron trabajando para cuantificar el personaje de Cyrano. Nos cuenta: «Sobre las tablas, dejaba en manos de las suposiciones del público y las letras de Matt y Crin, claro, enfocar las inseguridades del personaje sin referirnos abiertamente a la estatura de Peter. Él lo interpretaba de un modo muy crudo y real, sin florituras».

Tras ver el espectáculo en 2018, Wright telefoneó a Schmidt y le dijo que quería hacer una adaptación cinematográfica protagonizada por Peter y Haley, dirigida por él y de cuyo guion se encargara la propia Schmidt.

«Nunca había trabajado en cine y no creía posible que fuera a pasar». Sin embargo, la senda de las tablas a la gran pantalla demostraría ser más rápida de lo esperado en más de un aspecto.

Wright ya había hecho una llamada a Working Title Films, la principal productora de Europa, con la que había trabajado en varios títulos desde su primer largometraje, la película de 2005 nominada a varios Oscar® Orgullo y prejuicio. Los productores de Working Title Tim Bevan y Eric Fellner, nominados personalmente a los Oscar® por las películas de Wright Expiación, más allá de la pasión y El instante más oscuro, siempre han apoyado incondicionalmente la visión del director. Fellner recuerda: «Recibí una llamada de Joe diciendo: “¿Hay alguna posibilidad de que vengas a Connecticut a ver esta producción?”. En ese momento, yo andaba sumido en el rodaje de otra película. Le pedí a Ali Loewy, presidenta de Working Title in Los Ángeles, que se subiera a un avión de inmediato y volara allí para verla. Ali volvió y dijo: “¡Deberíamos darle una oportunidad, sin duda!”. Basándonos en su recomendación y en la pasión de Joe, Working Title se hizo con los derechos de la obra de Erica y de la música de Aaron, Bryce, Matt y Carin».

Fellner acudió a una representación posterior del espectáculo, que confirmó su sensación de que la interpretación era «una pieza fabulosa con música extraordinaria».

Las conversaciones de Schmidt con Wright siguieron adelante, y Working Title le encargó escribir la adaptación del guion. Comenzó a trabajar en el guion de la película «entre proyectos teatrales», que incluían otra representación de su producción; el proceso de desarrollo de la película siguió rápidamente para que CYRANO, según lo acordado, fuera el siguiente proyecto de Wright como director.

Dinklage siente que «las películas son una expresión de arte de su director, y las que Joe ha hecho tienen un hilo romántico en común: son cinemáticas, pero Wright también pone una gran dosis de ingredientes teatrales en sus obras. Se enamoró de nuestro espectáculo sobre el amor.

«Todas las cartas que se escriben en la película son en esencia igual que los mensajes que se escriben por el móvil hoy en día; actualmente, todos somos Cyranos que queremos presentarnos en Internet y en sitios de citas como una versión quiénes somos. La gente lee un perfil y luego, al conocer a la persona en cuestión, se decepciona; o también pasa que desaparece la fase de descubrimiento si ya lo sabes todo de una persona por lo que has leído online. Son correlaciones que existen entre el mundo de hoy y esta obra, que sigue vigente cientos de años después por algo; es relevante porque trata del amor y de la pérdida. Seas un adolescente con los sentimientos más desgarradores que hayas tenido o crees que nunca tendrás, o más mayor con otro enfoque ya del amor, todo el mundo puede entenderlo».

Según Wright se iba metiendo más y más en el triángulo de amor de la historia, profundizó en su propia interpretación de la historia. Señala: «Sentí que me identificaba con los tres, que los personajes de Christian y Cyrano son dos facetas del mismo hombre, y que Roxanne andaba en busca de la perfección».

Para 2020 «ya estábamos trabajando en ello en serio», dice Schmidt. Dado que uno de los temas eternos y universales de la historia es aprovechar el momento porque el mañana es incierto, la motivación del equipo fue: si no es ahora, ¿cuándo?

Wright recurrió a colaboradores fieles de la mayoría de sus películas. Eran los artesanos con los que había afrontado todo tipo de desafíos en anteriores películas, desde secuencias de guerra imposibles convertidas en realidad a sustituciones de actores de última hora, pasando por una total recalibración de todo el concepto de rodaje de una producción.

«Joe me llamó por teléfono», recuerda la diseñadora de producción Sarah Greenwood, cuyas anteriores colaboraciones con Wright le habían aportado múltiples nominaciones los Oscar®. «Me dijo: “Vámonos a Italia a rodar CYRANO“. Dos años antes, le había mostrado una foto de una localización en Italia y me había dicho que si hacíamos la película sería allí».

Parte fundamental del plan para hacer la película era contar con el regreso de las estrellas de la producción teatral de Schmidt; Dinklage volvería a enfundarse su emblemático papel de Cyrano frente a Bennet en su famoso papel de Roxanne, para la gran pantalla. «Es maravillosamente idiosincrático en el sentido de que, cuando interpreta un papel, ya no puedes imaginarte a ninguna otra persona haciéndolo», comenta Fellner sobre el actor.

Además de incluirse los títulos y las letras en el guion de Schmidt, como ya se había hecho en su texto para la versión teatral, aquellos que estaban considerando participar pudieron escuchar sin problemas la música. Compuesta explícitamente para CYRANO por los hermanos Dessner, con letras de Berninger y Besser, Every Letter se integró como una canción original para cantar en pantalla por las estrellas protagonistas.

«El trabajo que han realizado es una pieza fundamental de por qué este esfuerzo es una realidad. En cuanto le poníamos las canciones a cualquiera, fueran posibles distribuidores, financiadores o socios creativos, todo el mundo se enamoraba de ellas», dice Fellner. «Dice mucho del talento de Aaron, Bryce, Matt y Carin que estos temas no solo encajen en la narrativa emocional, sino que también presenten la naturaleza de la época de una forma moderna».

Wright y Bennett habían estado con su familia en Reino Unido durante los meses siguientes al comienzo de la pandemia por COVID. Sintiendo que él y sus colegas de más confianza necesitaban comunicarse no solo por videoconferencia, sino también en persona, Wright invitó a colaboradores clave a Reino Unido, siempre observando los protocolos necesarios de seguridad, viaje y cuarentena para todos los afectados, incluidos miembros de la familia.

Así fue cómo el director de fotografía Seamus McGarvey, nominado al Oscar® por su trabajo en la película de Wright Expiación, más allá de la pasión y Anna Karenina, se reunió de buen grado con su amigo de toda la vida y colega para pasar «un tiempo muy agradable, sentados junto a una taza de té. Pasamos una semana trabajando sólidamente en el storyboard de toda la película y hablando sobre cada escena».

Estas discusiones «de cocina» permitieron a Wright y McGarvey «discutir todos los aspectos visuales de CYRANO. Con Sarah, hablamos de la paleta de colores de la película; la génesis de nuestras películas juntos nace de la colaboración de Joe con Sarah».

Greenwood también estaba invitada en la casa, y «la primera música del proyecto que escuché la cantaba Haley. Fue sobrecogedor».

El plan de Wright era hacer la película ese mismo otoño, mientras que Fellner, que ya estaba peleando con desafíos derivados de la pandemia que afrontaban otras producciones de Working Title, pensaba más bien que habría que esperar años para llevar a cabo el proyecto; en la línea de 2022, 2023, 2024. «Por primera vez, me encontré siendo el aguafiestas oficial; normalmente, soy como una animadora que no para de decir: “¡Sí, lo vamos a hacer realidad!”».

«Joe tenía ya las imágenes en su mente, y una fuerza de voluntad inmensa; es muy seductor y persuasivo, y no dejaba de importunarme. De un modo lento pero seguro, conseguí convencer a mi equipo, entre ellos a Sarah, Jane Robinson, que dirige la producción física, y el creativo ejecutivo Lucas Webb. Pero ¿alguien del estudio cinematográfico se arriesgaría a permitirnos ir a filmar a Italia?

En Metro Goldwyn Mayer Pictures, el director del grupo cinematográfico Michael De Luca y la presidenta Pamela Abdy se comprometieron con CYRANO. «No podríamos haber pedido mejor socio que MGM; nos apoyaron en todo. Mike y Pam dijeron: “Queremos hacer esta película y nos apetece que sea ahora. Os respaldamos al 100%”», nos cuenta Fellner. Michele Imperato, la recién contratada presidenta de producción física del estudio, se convirtió en una persona clave a la hora de coordinar el rodaje italiano con su homólogo de Working Title Robinson y el coproductor Cass Marks.

Italia había pasado ya mucho desde el comienzo de la pandemia. «Estaban comenzando a dar la bienvenida a hacer películas allí», observa Fellner, cuyo progreso en proyectos simultáneos de Working Title había apuntalado la «confianza de que era posible hacer una película de una forma segura, con el foco principal puesto en seguir los protocolos sanitarios y salvaguardando la salud de todos. Fue un rodaje muy, muy complejo de organizar, pero lo logramos».

En agosto, se reservaron vuelos, se exploraron localizaciones en persona por parte de Wright y sus colegas, se realizaron llamadas a los actores y CYRANO comenzó a «armarse».

El director musical en escena Mark Aspinall reflexiona: «Todo mi trabajo es en teatro, y toda esa industria estaba totalmente paralizada. Tras meses de trabajar en mi estudio casero, cuando me brindaron la oportunidad de volver a trabajar con gente... me sentí muy afortunado».

Cuando la fecha de inicio de octubre de 2020 del plan de rodaje de 12 semanas fue concretándose, «formábamos un equipo entre reparto y equipo técnico de 350 italianos, británicos, americanos, belgas, daneses, franceses, alemanes, canadienses y australianos», nos cuenta el productor Guy Heeley, colaborador desde hace muchos años de Wright, que partió rumbo a Italia como parte del equipo de reconocimiento.

Heeley nos cuenta, maravillado: «Joe Wright nos estaba liderando a través de un viaje extraordinario».


Otoño y después en Italia
El enclave de Italia que la diseñadora de producción Sarah Greenwood le había mostrado al director Joe Wright en 2018 era la ciudad de Noto, en la isla de Sicilia, al sur de Italia. Nos cuenta, echando la vista atrás: «Estaba en Sicilia explorando para otro proyecto y fuimos a Noto por sus cannoli, que me los habían recomendado. Los cannoli eran una maravilla y descubrimos un lugar increíblemente barroco».

«En Noto, cuando el sol se pone, un tono asombrosamente rosa lo inunda todo. Es como si estuvieras en un lugar de fantasía, solo que es completamente real».

La decoradora de sets Katie Spencer, cuyas múltiples nominaciones de la Academia siempre han sido en tándem con Greenwood por su trabajo juntas, fue la primera en sumarse para reunirse con ella para Wright. Aclimatándose al enclave, Spencer descubrió que «con un lugar tan exquisito como Noto, tienes que saber cuándo no abusar de ello como ingrediente y, en ocasiones, no meterlo en absoluto».

«Todo el trabajo que hemos hecho juntas para Joe muestra profundidad y detalles, y una apertura a ser colaborativos, que es algo que siempre marca la experiencia con Sarah».

Greenwood reflexiona: «Como tenemos un trato muy cercano y confiamos mucho la una en la otra, siempre estamos intentando forzar nuestros límites y los del equipo, así como los del presupuesto».

Cuando la producción comenzó con sus labores de preparación en Noto y alrededores, Spencer se dio cuenta de que «todos nos enamoramos de Sicilia y su pureza, su esplendor. Debido a la pandemia mundial, las calles estaban vacías y sentí que estábamos en la Italia de hace años».

Al mismo tiempo, la vida había continuado para los habitantes de Noto que se habían guarecido en su población y que ahora daban la bienvenida al reparto y al equipo técnico. «Los negocios y los restaurantes estaban cerrados, pero parecía importante para los lugareños conocer a sus vecinos, saber quién es todo el mundo en el vecindario», señala Bashir Salahuddin, que interpreta al capitán de la Guardia Real Le Bret. Al llegar, quedó inmediatamente impactado por «los callejones empedrados y las calles, tan estrechas; sentí que todos debíamos ir en motos Vespa, pero, de algún modo, nuestro equipo de transporte consiguió moverse en camiones».

«La arquitectura antigua es maravillosa. Cuando estaba en una habitación, me daba cuenta de que allí podía haber estado otra persona hace 200 o 300 años, mirando la misma mampostería».

El director de fotografía Seamus McGarvey añade que «el color de la piedra en Noto fue uno de los elementos que nos guiaba en aquellas localizaciones. Yo vivo en Italia, así que fue un placer poder trabajar allí».

«Joe es un director muy visual, así que siempre hemos mantenido una colaboración fabulosa. Las primeras conversaciones que tenemos son en gran medida una democracia de ideas; hay comunicación desde el principio entre todos los departamentos».

Se intercambiaron ideas entre Wright, McGarvey, Greenwood y Spencer, y los nuevos socios creativos de dichos colaboradores veteranos —el oscarizado diseñador de maquillaje Alessandro Bertolazzi (de El Escuadrón Suicida), la diseñadora de peluquería Siân Miller (Eternals) y el diseñador de vestuario nominado a los Oscar® Massimo Cantini Parrini (Pinocho)— se unieron al colectivo para el proyecto. «Son conversaciones que tenemos entre todos sobre los periodos de tiempo de la película, y los aspectos visuales y las texturas», dice McGarvey. «Sicilia llevó a Massimo y a Sarah a decantarse por ciertas tonalidades, y desde luego, aquello afectó también a mi fotografía».

El productor Eric Fellner nos cuenta que Parrini vino recomendado al proyecto por un amigo y colega productor, Jeremy Thomas, que «había trabajado con Massimo en la película nominada al Oscar® Pinocho y me dijo: “Te va a entusiasmar”. Pero se equivocó: decir que nos entusiasmó es quedarse muy corto».

Cuando Miller recibió la llamada invitándola a unirse al equipo creativo de CYRANO, quiso enseguida apuntarse porque «para mí, Joe Wright es un gran director y alguien a quien siempre he admirado. El concepto del guion de Erica Schmidt de meter esta famosa historia poética en un contexto de música y canciones era muy emocionante, y el centro de todo es el significado del amor».

De un modo comparable, a Bertolazzi le impactó que «es una historia de amor sin límites; tras leer el guion, el proyecto me emocionaba aún más».

«Descubrí una gran química en CYRANO. El trabajo de Massimo es asombroso. Es increíble estar en un lugar como Noto, donde da la sensación de haber viajado al pasado; eso inspiró e influyó en mi trabajo en esta película».

El responsable de producción de unidad Guido Cerasuolo señala: «Joe Wright me pidió que intentáramos salirnos de lo habitual e ir a lugares extraordinarios que ofreciesen algo; sabemos que la historia es una obra maestra, pero Joe quería que emanara un aire nuevo. Al cabo de una semana, habíamos dado quizá con el 90 por ciento de las localizaciones que verá el público en la película. La gente de Noto y su alcalde nos brindaron toda la flexibilidad necesaria».

«Contamos con una amplia gama de localizaciones. Nos dieron la llave de la ciudad», confirma Fellner. «El alcalde, el embajador cultural, el jefe de Policía y la comunidad nos abrieron todas las puertas». Muchos lugareños pudieron trabajar en CYRANO como extras.

Otro habitante de Noto encontró un nuevo hogar con la guionista Erica Schmidt y el actor protagonista Peter Dinklage, que adoptaron a un cachorrito sin hogar de un mes de vida que estaba bajo un arbusto de la calle en la que se alojaban, tal y como nos cuenta Schmidt. Tras los correspondientes chequeos veterinarios, la pareja le puso de nombre Roxanne (como la protagonista femenina de la historia) y, una vez completada la producción, se la llevaron a vivir a Estados Unidos junto con otros perros callejeros que tienen adoptados.

Otros recursos naturales que ofrecía el lugar eran sus edificios o su luz. El Palazzo Castelluccio, del siglo XVIII, actualmente propiedad del cineasta Jean-Louis Remilleux, que se encargó de su restauración, ofrecía «la combinación perfecta de hogar y palacio», dice Cerasuolo. «La restauración se llevó a cabo con mucho gusto personal, algo de lo que adolecen otros palacios porque no han contado con una restauración así o porque lo han hecho más para parecer un hotel o un museo».

«Jean-Louis nos dio acceso y fue allí donde rodamos a Roxanne [interpretada por Haley Bennett] en casa en sus aposentos», relata Greenwood.

Aunque una población vecina nos ofrecía lo que parecía ser la calle perfecta para la residencia de Roxanne, la avenida de Trigona en Noto estuvo a la altura para los primeros planos.

Lo que no se pudo aprovechar, irónicamente, fue un espacio teatral que ya había. Greenwood nos lo explica: «Hay un teatro precioso en Noto enclavado en un teatro del siglo XVIII, construido un siglo después, pero nos pareció demasiado restrictivo; ¡Joe no pensaba que pudiera ofrecer suficiente sonoridad!».

Wright ofrece más detalles: «Lo que quería desesperadamente conseguir era esa sensación de alegría que transmite un grupo grande de personas compartiendo una experiencia; lo echaba de menos, y sabía que todos lo echábamos de menos».

Bennet desvela: «Nuestra producción fue innovadora organizando básicamente una compañía teatral. No fue solo por la preocupación por la COVID o por intentar astutamente ajustar los gastos; como cualquier compañía teatral, usas los mismos intérpretes de fondo para bailar y cantar en diferentes escenas».

El teatro que vemos en pantalla se construyó al aire libre de cero en un patio local, y la secuencia se rodó en noviembre. El enclave fue bautizado como The Nicolaci, en honor a una familia local.

Otros lugares emblemáticos que sí aparecieron en CYRANO incluían la catedral de San Franceso, de 300 años de antigüedad, una iglesia en honor del santo San Francisco de Asís.

Cerca de Noto está Siracusa, un nombre que acabó adoptando siglos después una población de Nueva York, Syracuse. Siracusa cuenta con un castillo fortificado, Castello Maniace, que se convirtió en el fortín de CYRANO donde los soldados de la Guardia Real pasan la noche y entrenan. Greenwood señala: «Lleva ahí desde el siglo X y las últimas ornamentaciones eran probablemente de la era napoleónica. Destila solidez y grandiosidad; cuenta con ese color tan bonito de la piedra en Noto, pero ahí presenta otro carácter».

Aunque no se hizo enteramente en secuencia de escena a escena, CYRANO se filmó en tres ambientaciones distintas e independientes, tanto en rodaje como en el orden narrativo. El plan de rodaje de 11 semanas preveía cambiar de Noto a otras zonas de Sicilia; el fortín es el primero de varios enclaves que dramatiza cinematográficamente el progreso de los principales personajes de la historia. «Se convierte en un contraste muy dramático», comenta Cerasuolo. «Vamos del barroco y de la parte principal de tonos dorados de la película a un lugar más oscuro más adelante».

Conceptualmente, teníamos pensado que el esquema de colores fuera tendiendo al negro, una vez que la guerra lleva a los personajes a un campo de batalla en tierra de nadie. La producción partió rumbo al monte Etna, el volcán activo de Sicilia, y su perímetro. Spencer nos cuenta, maravillada: «El monte Etna es brutal y precioso, crudo e impresionante. Primero construimos el campamento principal, el regimiento de Cyrano, en lo alto; nuestro fantástico equipo de atrezo de sets colocó tiendas sobre rocas de lava».

Llegados a finales de 2020, los 300 integrantes del reparto y el equipo técnico estaban ya bien preparados para rodar lo que serían las escenas más intensas físicamente. «Habíamos creado un vínculo especial con Sicilia», dice Greenwood. «Había sido un rodaje duro, pero todo el mundo estaba preparado».

La naturaleza, en cambio, tenía otros planes. «Tuvimos que ir descendiendo por la montaña», relata Greenwood. «De la cima a la falda y más tarde a los pies».

¿La causa? «Llovía y nevaba tanto que hubo que trasladar los sets ladera abajo», cuenta suspirando el productor Guy Heeley. Mientras que el elemento de la ceniza y los humos habían sido tomado en cuenta en la planificación, y desde luego para el descarnado esquema de colores, las excesivas precipitaciones fueron totalmente inesperadas. «Nos aseguraron que ahí arriba no nevaba, quizá meses después, en febrero, y que seguramente tendríamos un tiempo aceptable», dice Wright, recordándolo aún con incredulidad. «Una semana antes de cuando íbamos a empezar a rodar, cayó la mayor nevada en 20 años en la zona».

Heeley relata: «La lluvia era tan torrencial que tuvimos que trasladar la unidad a nuestra localización a resguardo, que era en el valle. Luego heló tanto, con un viento gélido de menos 15 grados, que no podíamos acceder a la carretera, así que hubo que conseguir camiones especiales para llevarnos la unidad de allí. Los sets quedaron arrasados y cubiertos de nieve».

Como guinda, el volcán entró en erupción y la nieve pronto se mezcló con la ceniza. En palabras de Wright: «Es caso como si el propio Etna estuviera intentando echarnos. ¡Pero la victoria fue nuestra!».

«Nuestro equipo de atrezo de sets tuvo que desenterrarlo todo», dice Spencer. «Las tiendas se pudrieron, y algunas cosas desaparecieron. Hubo que rehacer el campamento más abajo, aunque aún estábamos a bastante altitud, y todo ello abriendo nuestros propios caminos para acceder al lugar, forjando una senda para rodar».

Greenwood señala: «A nuestro parecer, era muy potente toda aquella visión de tonos negros para el campamento y el campo de batalla. Pero el concepto del negro tuvo que transformarse en negro y luego en gris, y Joe y Seamus tenían que mostrarse conformes».
«Decidimos apostar por ello», añade McGarvey. «La tenue luz invernal era extraordinaria, donde normalmente puede ser implacable».

A pesar de aquellas condiciones climatológicas sin precedentes, el actor Kelvin Harrison Jr. (que interpreta a Christian) asegura que «el monte Etna me pareció la mejor localización del mundo, con sus vistas... y nuestras peleas de bolas de nieve, en la que pude entrenar mi forma de lanzar. Vivíamos y comíamos juntos; fue como vivir una aventura».

«Nuestros extras estuvieron increíbles a lo largo de todo el proceso», asegura Heeley. «Y nuestros actores interpretaron y cantaron sus escenas de un modo asombroso. Cuando nos reunimos todos el último día, nos sentimos bendecidos». «Va a ser extraordinariamente conmovedor», dice Spencer de las secuencias bélicas.


Preparando las escenas
«¿A quién no le gusta una obra de época de Joe Wright?» dice el actor Kelvin Harrison Jr., que interpreta a Christian en CYRANO. Como en películas anteriores, sin embargo, el director ya se había ocupado de alentar y fomentar a sus colaboradores a superar las limitaciones de una «película de época».

La diseñadora de peluquería Siân Miller nos cuenta que Wright «quería que CYRANO destilara un cierto aire “añejo”, pero sin circunscribirnos a una fecha concreta. No es un documental. Íbamos a coger elementos de diferentes eras, inspirarnos en un espectro más amplio».

No es un enfoque muy distinto del de la obra original de Edmond Rostand que, aunque fue escrita e interpretada por primera vez a finales del siglo XIX, estaba ambientada 200 años antes en un pasado idealizado.

La decoradora de sets Katie Spencer detalla: «En CYRANO, tomamos ciertos elementos y los forzamos un poco. No decimos dónde estamos (geográficamente, en la historia) ni la fecha particular».

«¿Anacrónica?», reflexiona la diseñadora de producción Sarah Greenwood, antes de reevaluar que «según fue cobrando vida la película, era más bien sincrónica».

El director de fotografía Seamus McGarvey señala que el director «filtra todas las ideas que se nos ocurren para crear innegablemente una película de Joe Wright».

Spencer revela: «La investigación, para mí, consiste en adentrarme en los personajes. Hay libros que hablan de “la silla correcta” o de “la blusa correcta”, y también pueden ser interesantes. Nosotros tenemos que ser como urracas, en plan, “quizá esto no funcione aquí, pero vendrá bien en algún momento”, y así vamos teniendo elementos de cosas que ya hayamos visto».

«¡Lo maravilloso de CYRANO es la enorme cantidad de cosas que pudimos usar! Hace mucho tiempo, estando en el Museo de Carruajes de Lisboa, pensé que nunca había visto un carro como aquellos. Hemos conseguido adaptar uno así para esta película».

El productor Eric Fellner nos cuenta que el diseñador de vestuario Massimo Cantini Parrini «y su equipo dirigieron un inmenso departamento de vestuario que tenía que crear o hacer prácticamente todo; podíamos ver todos los diseños y los detalles, y se notaba una obsesión por la labor artesana en cada uno de los trajes».

«Durante la secuencia de teatro al comienzo de la película, puedes fijarte en cualquier persona en escena y todos y cada uno de ellos luce un modelo increíble».

Yendo más allá de la supervisión de todo el conjunto como diseñadora de vestuario, Miller se ocupó personalmente, en calidad de estilista, de todos los integrantes del triángulo amoroso; Peter Dinklage, Haley Bennett y Harrison. Adoptando una visión global, explica que «Joe me habló del artista Jean- Antoine Watteau, y de cómo sus trabajos del siglo XVIII fueron una gran inspiración para el aspecto de los personajes».

Y la inspiración siguió llegando de diversas eras y creaciones. Un día en localización, el coordinador de escenas peligrosas Franco Salamon (de las películas de James Bond) estuvo coordinando una pareja de baile en tándem con los pasos preparados por el coreógrafo Sidi Larbi Cherkaoui (de los vídeos de Beyoncé y Jay- Z The Carters: Apes—t y en su tercera película con Wright). Salamon recuerda: «Hubo que enganchar a uno de los dos hombres para que volase con mi cableado. Joe me contó que le gustaría replicar un cuadro del artista del siglo XX Marc Chagall. ¡Miré el cuadro y me emocioné porque nunca había intentado nada así antes, y lo hicimos!».

El diseñador de maquillaje Alessandro Bertolazzi opina: «Intentamos ir más allá de la realidad posible. En muchas películas hay contaminación con la “realidad” de un periodo; no puede ser exacto. Si andas buscando referencias visuales del siglo XVIII, tienes cuadros; no es que sea falso, pero ¿el cuadro representa la realidad de aquel momento?».

«La película de Stanley Kubrick Barry Lyndon hizo un gran trabajo en ese sentido, y eso se convirtió en mi mayor inspiración para CYRANO. Llevar maquillaje y peluca era un símbolo de estatus, incluso en casa, para los hombres. Para la burguesía, los aristócratas, llevar la cara empolvada era lo prevalente, posiblemente para ocultar problemas cutáneos». Así es como el público conoce por primera vez al rico y arrogante duque De Guiche, interpretado por Ben Mendelsohn, presentando esa imagen a Roxanne en particular y a la sociedad en conjunto.

Aunque la residencia de Roxanne ya estaba establecida en el Palazzo Castelluccio, Greenwood y Spencer vieron potencial para lo visual y la ornamentación temática. «Para la restauración de la casa, una estancia tenía las paredes vestidas de seda azul», recuerda Greenwood. «Extendimos esa misma seda a otros espacios. Katie creó la mejor cama del mundo para Roxanne.... ¡basada en un cuento de hadas!».

Spencer lo confirma: «Está hecho para que Roxanne sea como La princesa del guisante; su inmensa cama tiene ocho o nueve colchones. Teníamos un cabecero esculpido al que dimos una tonalidad azul; con la seda, Roxanne está en un entorno completamente envolvente del que surge cual mariposa. Haley [que interpreta a Roxanne] realiza movimientos exquisitos; ella opinaba que el dormitorio tenía que parecer el cuarto desordenador de una adolescente, así que le dimos un aspecto caótico, con ropa por todas partes».

Greenwood señala: «La habitación sigue siendo muy bonita, pero, si bien en su día su familia había tenido dinero y había sido propietaria de todo el palacio, ahora ella había acabado con solo un apartamento en el mismo».

Spencer nos explica: «El escritorio de Roxanne pertenecía realmente al Palazzo Castelluccio, y es un mueble barroco único. La idea es que los padres de Roxanne han muerto y ella ha tenido que ir vendiendo muebles; para pagar las facturas, tiene que vender otra silla, pero le gusta tanto escribir y leer que se queda el escritorio. De haberme podido llevar a casa una pieza de CYRANO, habría sido probablemente ese escritorio».

Además de sus emotivos personajes, Cyrano de Bergerac es conocido por el set de su apasionada y surrealista escena central: el balcón de Roxanne y sus inmediaciones. «Como en el caso de Romeo y Julieta, tiene un estatus emblemático», dice Greenwood. «Pero no queríamos una visión demasiado romantizada del mismo; aunque el Palazzo Castellucio es impresionante, mostramos que el balcón está donde la entrada trasera y da a un patio. A Joe le pareció que el arco que había allí funcionaba a las mil maravillas, porque tenía ya idea de cómo se desarrollaría la escena».

Dinklage nos cuenta: «La escena destila un tipo de comedia casi chiflada, con Cyrano y Christian haciendo de las suyas para compensar el imperturbable romanticismo».

«Es una de las escenas más famosas del mundo del teatro, así que sentía cierta presión para representarla bien», recuerda Wright.

En consecuencia, el plan de rodaje se confeccionó de forma que hubiera dos días completos para su filmación. «Joe nos decía que era la escena más famosa... cada día», bromea Harrison. «No intentamos forzarla en un sentido u otro. Le dimos el toque de comedia física, y luego el lado realista con Roxanne».

«Mi momento favorito fue ver a Peter perderse en la poesía y el amor de Cyrano por Roxanne; el anhelo en su mirada... Estaba ensimismado, cosa que me abrumó».

«Es una escena muy emocionante de interpretar para un actor; encontrar el amor, el humor y el dolor», apunta Bennett. «Cyrano y Christian están engañando a Roxanne, pero ¿está ella oyendo lo que quiere oír y creyendo lo que quiere creer?».

«Quería profundizar en el subtexto de lo que ocurre en la escena», confirma Wright. «Pero espero que el público no se dé cuenta de todo ese esfuerzo».

Este escenario tan crucial «no fue tanto una labor de montaje de set, sino más bien una construcción», recuerda Spencer. «Se instalaron nuevas barandillas. Era importante tener ahí a Roxanne sin nada más; pusimos algunas pequeñas plantas, colocamos romero y flores silvestres muy delicadas. También volvimos a poner romero más adelante, con la trama más avanzada».

Este detalle es solo un ejemplo de cómo los cineastas tenían en mente el desarrollo de la historia y las trayectorias profundamente personales de sus protagonistas, de forma que no solo los actores vivieran el momento, sino que también lo transmitieran los decorados. «Se trataba de vincular cosas de un set a otro, a través de los personajes y su viaje», explica Spencer.

«El entorno en el que la gente vive cuenta una historia de forma muy efectiva», añade Greenwood.

Lo narrativo juega un papel central en una historia en la que los textos escritos por Cyrano ponen en juego el destino y las emociones de los personajes... y del público. Según explica Spencer, «Haley Bennett nos inspiró, dijo que cuando Roxanne recibe una carta es como si fuera a una cita. En nuestro departamento gráfico hicimos lo que llamamos “cartas de amor en desarrollo”, teniendo en mente lo que Haley o Peter podrían hacer con ellas».

«Cuando Cyrano escribe sus primeras cartas a Roxanne de parte de Christian, está frente a su escritorio en el fortín. Sabíamos que debía haber algún detalle distintivo, ¿qué tipo de plumas tendría? Fabricamos para él una pluma negra de cuervo porque es “el jefe”, y también hicimos lapiceros especiales y un kit de viaje. En el fortín, su escritorio es muy detallado. Pero arriba en la montaña, en el campo de batalla, Cyrano cuenta con muy pocas cosas. Más tarde, está sentado en el suelo, y queríamos transmitir que todo lo que tiene es el papel en el que se gasta todo su dinero. Es un gran cambio respecto a la primera vez que le vemos».

Al comienzo de la historia, la larga sombra del despliegue del regimiento de la Guardia Real se siente a través de varios personajes; el estatus y el orgullo del regimiento está presente a lo largo de la región, y el pueblo lo reconoce. El panadero y poeta Ragueneau (interpretado por Peter Wight) apoya a las tropas, representadas en su establecimiento a través de los soldados de pan de jengibre. «Los hicimos parecidos a los actores que interpretan a los militares, con los mismos “uniformes”», observa Spencer. «Los creamos nosotros mismos, con la masa y todo. Llevó un tiempo conseguir que salieran bien; al principio algunos se parecían al muñeco de Michelin...».

«Conseguido eso, continuamos cocinando para el teatro, donde también hay una carretilla de cerveza, que hicimos con hojalata y a la que pusimos luces alrededor, y también naranjas», algo de lo que Bennett hace uso.

En cuanto al propio teatro, Spencer no salía de su asombro. «Sarah construyó un set magnífico. Como iluminación, pusimos un foco, aunque técnicamente no existían en esa época, pero ese detalle formaba parte de nuestra postura de no estar atados en exceso a una película de época “normal”. También me encantó tener lámparas de araña que subían y bajaban, y la pintura de los bancos».

Greenwood añade que «gracias al fenomenal trabajo que los pintores hicieron en Italia, parece que el proscenio tiene molduras, cuando en realidad es plano. Joe quería que hubiera gente encima, y lo llamaba el proscenio escalable».

Ya se tratara de escalar o de luchar, la preparación era lo más importante para Salamon y su equipo de dobles de escenas peligrosas. «Teníamos que estar listos siempre», afirma. «Los dobles de escenas peligrosas entrenaron muchísimo, en el gimnasio y en mi propia granja, donde ajustábamos e inventábamos movimientos. Nunca había hecho una película así, con baile, esgrima, lucha, música... ¡Todo junto!».

Las indicaciones de Wright para Harrison en relación con su personaje de Christian eran «no ser tan refinado como Cyrano; él es más un luchador que un esgrimista». Con todo, el actor necesitó meses de entrenamiento de esgrima, que continuaron con ejercicios y rutinas junto a un instructor una vez que comenzó el rodaje.

Por contra, según cuenta Salamon, para Cyrano la idea era que «para las escenas de acción, queríamos transmitir la sensación de que es un hombre sin miedo y un espadachín absolutamente ejemplar. Peter es un buen esgrimista, muy poderoso. Tratamos de hacer algo diferente, y estoy muy contento con el resultado».

Cyrano finta y golpea con entusiasmo durante lo que Salamon llama «la pelea de los 10 hombres, que es tan complicada que todo el mundo debe saltar con precisión, y caer en un espacio de 160 centímetros para que podamos ver la coreografía de la pelea». En esta escena, vemos a Dinklage golpear y bloquear a diestro y siniestro en una toma larga y sin cortes que recuerda a una escena de acción que Wright ya creó en Hanna, con el reto añadido del empedrado y las espadas.

En CYRANO, esa secuencia suponía un poco un subidón para el protagonista, el actor, y también el director. «Me encantan las películas de espadachines como Los tres mosqueteros», dice con entusiasmo Wright. «Siempre han despertado mi imaginación».

«Como espectador», reflexiona Dinklage, «adoro ver esas secuencias ininterrumpidas. Como actor, ser parte de una te da más control para vivir la experiencia; es algo muy físico, y no es algo que pueda “pulirse más tarde” en el montaje».

Aunque esta escena ha jugado un papel capital en la historia de Cyrano desde la obra de teatro original, esta ejecución y expansión exigió más preparativos que anteriores versiones. Dinklage se entrenó en el Reino Unido mucho antes de continuar su preparación en Sicilia «porque te lo tienes que saber incluso sin tener que pensar, como la memoria muscular. Por las noches me iba a la cama repasando la secuencia entera en mi cabeza. No puedes estar aprendiéndotela el día del rodaje».

«Pero fue muy divertido y, gracias al trabajo de nuestros dobles de escenas peligrosas, nadie salió herido. Rodamos toda la noche y la hicimos unas 15 veces, paramos cuando salió el sol».

«Es una gran forma de entrar al resto de la película», indica McGarvey. Como director de fotografía, se esforzó en mantener la cámara «en una especie de baile en torno a Cyrano. El ímpetu y la fuerza del personaje hacen girar la cámara.

«La forma en la que filmamos a Cyrano, en especial cuando aparece por primera vez en el teatro, es manteniendo la cámara baja para que él ascienda dentro del plano. Tiene una estatura heroica, y transmitimos eso con los ángulos».

El actor Bashir Salahuddin, que interpreta al capitán Le Bret, encontró que «a la hora de rodar, el estilo era muy fluido, y la cámara tenía mucha libertad. Había mucho movimiento; no estábamos en un estudio, estábamos en un lugar del que te sentías parte».

Como siempre, la relación de McGarvey con Wright fue muy buena. Como cuenta el director de fotografía, «Joe es tan hábil y versado con la cámara porque tiene el ritmo de la película en la cabeza».

«Para Seamus y Joe, todo trata de contar la historia con una cámara móvil, y de contar la historia desde el punto de vista del director», afirma Fellner.

McGarvey explica que la progresión de la historia, trabajada cuidadosamente con los otros departamentos para realzar las interpretaciones de los actores, llevó a que él y Wright decidieran que «la primera parte de CYRANO se rodaría con la imagen difusa, así que recurrimos a un viejo truco que ya hemos empleado unas cuantas veces: las medias n.º 10 Denier de Christian Dior. Funcionan muy bien cuando rodamos en gran formato con lentes Leica, son lentes muy nítidas de por sí, así que las suavizamos un poco para crear más romance».

«Así, cuando llegamos a la guerra, donde todo es vívido y contrastado, rodamos con las lentes tal cual. Cerca del final de la película, volvemos a añadir un poquito de difusión para dejarnos llevar por la historia, y hay un trabajo de cámara ligeramente diferente: mientras en el resto de la película había fluidez, ahora todo está más anclado».

El montador Valerio Bonelli, en su cuarto proyecto consecutivo con Wright, trabajó con el director para ralentizar el ritmo de ciertas escenas y acercar al público a las reflexiones más profundas de los personajes. Ya sea con diálogo hablado o cantado, esos momentos intermedios son vitales.

A mitad de rodaje, Fellner confirmó que el impulso artístico —y, a veces, emocional— para hacer CYRANO había unido a unos responsables de departamento y trabajadores orgullosos de encarnar «lo mejor de dos países, Reino Unido e Italia, que llevan la historia del cine en su ADN. Iban cada día a trabajar sabiéndose cada escena y cada línea de diálogo».

Una secuencia exigía que la cámara, unida a una grúa telescópica de casi 23 metros llamada Supertechno 75, se moviera hacia delante mientras mostraba cuidadosamente el interior de un edificio. Una vez conseguido el plano, Fellner observó a los miembros del equipo técnico exultantes por el logro, «comportándose como nunca había visto hacer a ningún tramoyista o electricista».

«Fui testigo de esa emoción y creatividad en todos los departamentos; es un amor que se traslada a la pantalla. No puedo halagar lo suficiente a todos y cada uno de los miembros del equipo que ha hecho esta película con nosotros».

Spencer cree que CYRANO «ha hecho que todos vayan a una, desde la fotografía al vestuario, pasando por el diseño, la dirección y la interpretación».

«Nuestra película tiene esa onda de una noche de cita», afirma Harrison: «incluye peleas chulas, vestidos bonitos, cartas que caen del cielo, sensualidad y ¡unas canciones que no te puedes sacar de la cabeza!».


Una carta de amor al amor
«No esperaba la cantidad de humor que iba a haber en CYRANO», comenta la decoradora de sets Katie Spencer. «Pero igual que fluimos suavemente hacia las canciones, el humor surge de lo que es una historia emocional, una que puede hacerte llorar».

«La dinámica entre el triunvirato de nuestros Cyrano, Roxanne y Christian hacen que esta sea una historia apasionada y potente», añade la diseñadora de producción Sarah Greenwood.

Tal y como observa el actor Kelvin Harrison Jr., «escribimos o hablamos sobre el amor, pero los actos son más elocuentes que las palabras. Por cómo está el mundo ahora mismo, CYRANO tiene un mensaje que aún hoy es cierto».

«Espero que la película le dé a la gente la oportunidad de perderse en un mundo en el que nunca han estado, y que puedan experimentar la alegría y el amor de una forma que han echado de menos», cuenta el productor Eric Fellner.

«CYRANO sumerge a los espectadores en una experiencia deliciosa y cautivadora, una historia de amor épica», dice la actriz Haley Bennett. «También es una historia cercana sobre personas —con defectos— que quieren ser escuchadas y tenidas en cuenta».

Sobre estos últimos impulsos, la guionista Erica Schmidt cree que «cantar sobre amor y desamor con un gran deseo romántico sigue siendo relevante mientras el mundo sigue cambiando».

«El amor no ha cambiado nada», nos recuerda el actor Peter Dinklage. «El amor puede meterte en problemas, pero siempre debería ser tu guía. CYRANO trata de decirte que qué es el amor sino honestidad, ser honesto con alguien; se lo debes si realmente lo amas».

El director Joe Wright espera que los espectadores, que viven en un mundo alterado por una pandemia, respondan a la «alegría, amabilidad y ternura» con la que su equipo artístico y técnico transmiten la historia, «y las profundas verdades emocionales que se transmiten de generación en generación».

«Espero que el espectador reciba mi amor a través de esta película; he intentado hacer una película vacía de cinismo o ironía. CYRANO es una carta de amor al amor».