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Cyrano cartel reducidoCyranoDirigida por Joe Wright
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El director Joe Wright nos envuelve en una sinfonía de emociones, música, romance y belleza en CYRANO, brindándonos su propia visión de la intemporal historia de un desgarrador triángulo amoroso. Adelantado a su tiempo, Cyrano de Bergerac (interpretado por Peter Dinklage) deslumbra en cualquier enfrentamiento tanto con su afilado ingenio verbal como con su punzante espada en un duelo. Pero, convencido de que su apariencia lo hace indigno del amor de su gran amiga, la brillante Roxanne (Haley Bennett), Cyrano no se decide a declararle sus sentimientos... y, mientras, su querida Roxanne se enamora a primera vista de Christian (Kelvin Harrison, Jr.).


Sinopsis larga
Siguiendo la tradición de las clásicas películas de MGM que rinden homenaje al romance lírica y visualmente, el galardonado director Joe Wright (El instante más oscuro, Anna Karenina, Expiación, más allá de la pasión, Orgullo y prejuicio) orquesta un estelar reparto que da vida en la gran pantalla a la épica historia de amor de CYRANO. Esta osada y novedosa adaptación, con guion de Erica Schmidt y rodada en impresionantes localizaciones de Italia, reinventa esta historia intemporal de ingenio, coraje y amor. La banda sonora y las canciones son de Bryce y Aaron Dessner, y de Matt Berninger y Carin Besser, del grupo The National. En el papel protagonista, Peter Dinklage (galardonado en los Emmy por su papel en Juego de tronos) confiere personalidad propia a este emblemático personaje.

Como hombre adelantado a su tiempo, Cyrano de Bergerac (interpretado por Peter Dinklage) deslumbra en cualquier enfrentamiento tanto con su afilado ingenio verbal como con su punzante espada en un duelo. Tan robusto como afable, hace gala de su galantería y siempre está dispuesto a aceptar un desafío. Excepto, eso sí, en asuntos del corazón; solo ahí lo que su amigo y camarada soldado de la venerada Guardia Real, Le Bret (Bashir Salahuddin de Un pequeño favor) describe como el «físico único» de Cyrano consigue inhibirlo.

No se atreve a declarar sus sentimientos por —y a— la luminosa Roxanne (Haley Bennett, de Hillbilly, una elegía rural), amante de la literatura y de agudo intelecto, que ha sido durante años amiga íntima de Cyrano. Lleva enamorado en secreto de ella toda su vida adulta, pero está convencido de que su apariencia lo hace indigno de su amor. Roxanne, a su vez, intenta manifestar un verdadero romance y ser dueña y señora de su futuro, y en su dominante y adinerado pretendiente, el poderoso Duque De Guiche (Ben Mendelsohn, de Capitán Marvel), no ve posibilidad de ninguna de las dos cosas.

Pero cuando Roxanne cruza su mirada con la de Christian (Kelvin Harrison Jr., de El juicio de los 7 de Chicago), un recluta recién llegado a las filas de la Guardia Real, es amor a primera vista. Christian es un tipo apuesto pero lleno de conflictos, brillante pero asolado por las dudas. Roxanne le suplica a Cyrano que le prometa que cuidará de Christian y lo protegerá. Y así lo hace Cyrano, que anima a Christian a cortejar a Roxanne con cartas de amor, descubriendo al instante que el joven necesitará servirse de la apasionada habilidad con la pluma de Cyrano. Prestándole así su ayuda, Cyrano podrá al fin expresar sus verdaderos sentimientos por Roxanne, aunque a través de otra persona; atrapado en un insospechado triángulo amoroso, encuentra su compleja situación tan dolorosamente amena como melancólicamente agridulce. Pero, pese a todo, se entrega a inspirar a Christian y a alentar el amor de Roxanne, mientras los tambores de guerra, hasta entonces distantes, retumban cada vez con más fuerza. Juntos a la par que separados, experimentarán las mieles de la felicidad, las simas de la desesperación y destinos más allá de los que cualquiera de ellos habría podido imaginar para sí, todo ello envolviendo a los espectadores de una sinfonía de palabras, música y belleza en CYRANO.


Voces en palabras y música
El elenco de actores reunido para hacer CYRANO unió fuerzas para lo que prometía ser una optimista y singular interpretación de un clásico, así como una afirmación sólida e inclusiva de la resonancia universal que esta historia tiene.

Pero, ya hubieran interpretado anteriormente la obra de Edmond Rostand o formado parte de las adaptaciones de Erica Schmidt, los intérpretes tuvieron que abrazar la experiencia completamente novedosa de volver a contar esta imperecedera historia en forma de película con música.

El actor Bashir Salahuddin es quien tiene más relación con la historia, y ya conocía de sobra el personaje que interpreta. «Le Bret fue el primer personaje con diálogos que interpreté», desvela. «Cuando empecé a actuar, me tocó este papel en la obra de teatro del instituto. Tener la oportunidad de encarnar a Le Bret en CYRANO quizá ha sido posible gracias a la intervención divina».

Los actores que ya habían trabajado con el director Joe Wright también recibieron la invitación de unirse al rodaje en Italia. Peter Wight había estado en la primera película de Wright, Orgullo y prejuicio; y Ben Mendelsohn es el coprotagonista del mayor éxito de taquilla del director, El instante más oscuro. La relación de Mark Benton con el director se remonta más atrás, pues hace veinte años participó en la miniserie británica Nature Boy, dirigida por Wright. Tal y como rememora Benton, «Joe me llamó y me preguntó: “¿Querrías interpretar a Montfleury?”. Habría dicho que sí incluso sin saber qué papel era».

Como Peter Dinklage y Haley Bennett habían actuado juntos en los talleres teatrales de Schmidt, y luego sobre las tablas como Cyrano y Roxanne respectivamente, ambos poseían lo que Salahuddin vio como «una aguda visión del material, fortalecida por la virtud de haberlo hecho anteriormente».

Bennett comenta que «Cyrano de Bergerac puede leerse como una alegoría acerca de la belleza interior y exterior; la historia cuenta cómo todos tenemos algo, físico o no, que tememos que nos impida ser amados».

«En su interpretación, Erica encarna a Roxanne de una forma que hace que sintamos que es una persona real», afirma el productor Eric Fellner. «CYRANO resulta bastante moderna porque Roxanne no solo quiere casarse o recibir cartas que la cortejen».

El productor se muestra de acuerdo con que Bennet aporta «un aire moderno de fuerza e independencia al papel de Roxanne —quien, en el texto de Erica, no es la clásica “mujer de época”—, pero a la vez es totalmente natural para su tiempo. Haley es una actriz fantástica que habita físicamente los papeles».

Al final, Bennet llevó adelante su caracterización de forma que «Roxanne tuviera una personalidad diferente a otras versiones, y encarna un contrapunto interesante al Cyrano de Peter. Son dos personajes hambrientos de desafíos, que van a contracorriente y contra lo establecido. Así que quieres que estén juntos, y que se amen mutuamente».

«Hale transmite una auténtica presencia en pantalla», se maravilla Salahuddin, «y gracias a los soberbios matices que aporta, los espectadores van a enamorarse de Roxanne y comprender por qué Cyrano la ama; Roxanne es intensa y no tiene miedo, y Le Bret apoya a Cyrano para que esté con ella».

Wright y Bennett trabajaron a partir del guion de Schmidt, quien había dado más peso al personaje de Roxanne que en anteriores versiones. Schmidt había adelantado la idea de que Cyrano y Roxanne «se engañan a sí mismos y también el uno al otro». Actriz y director trabajaron entonces en la siguiente pregunta, como Wright la fórmula: «¿Sabe ella que Cyrano la ama, y es consciente de sus propios sentimientos por Cyrano?».

Tal y como confirma Bennett, «para la película, Joe quería experimentar con la idea —muy sutilmente— de que quizás Roxanne sabe que Cyrano la ama, y que quizás no quiere estropear su amistad».

«Roxanne sabe que no quiere casarse con el duque De Guiche porque la mira como a un objeto, no quiere obedecer ni estar detrás de un hombre, sino estar con un igual».

«Siento que deberíamos respetar la inteligencia de Roxanne, y el ingenio que tiene», añade Wright. «Quisimos asegurarnos de que Roxanne tenía opciones para elegir, y de poder verla tomando decisiones, empoderándola. Y hacer que los espectadores lo entendieran».

Schmidt comenta que, tradicionalmente, tanto el público como los creadores «han tenido dificultades con la idea de que Roxanne no puede ser inteligente si no ve la verdad tras las cartas que recibe. Pero tiene deseos, incluido el de creer en la explicación que se ha creado en su cabeza. Creo que por un lado tienes eso, y por otro que es una mujer fuerte, y creo que ambas cosas pueden darse al mismo tiempo».

Una secuencia crucial en la que Roxanne expresa la anticipación y, a la vez, al intento de oponerse a la inminente llegada del duque De Guiche muestra «la dualidad de sus elecciones», apunta Bennett. «Me encantó interpretar esa escena; es muy viva, y en ella Roxanne tiene que pensar rápido».

Y aunque Roxanne pueda estar viviendo en primera persona la «pobreza —como mujer huérfana en aquella época, está a merced de las fuerzas patriarcales—, es creativa y expresiva, quiere ser autora, no solo de sus escritos, también de su propia vida», explica Bennett. «Joe, Erica y yo no queríamos que esta Roxanne fuera una idealización romántica plana».

Según observa Schmidt, «a Roxanne casi le molestan las palabras “Te amo” porque se las han dicho muchas veces; quiere que se lo digan de forma diferente».

CYRANO es fiel a la introducción de Cyrano de la obra de teatro original, en la que oímos al protagonista antes de verlo. Para Dinklage fue el punto de partida de construcción del personaje, y dejó que la voz liderara el resto del trabajo. El actor comenta que la elocuencia del personaje se materializa «con una voz de bajo que es un instrumento y un arma, ambas cosas. Es algo tras lo que Cyrano se esconde: su voz y su ingenio».

«Es un hombre inteligente, carismático y ocurrente; los hombres lo envidian y las mujeres lo adoran. El único que tiene un problema con Cyrano es él mismo, y ahí está el quid de la historia. En CYRANO, las canciones muestran las verdaderas emociones de los personajes».

Que Dinklage y Bennett fueran compañeros de escena de esta historia —en el pasado y el presente— permitió a los dos intérpretes refinar durante el rodaje el delicado equilibrio en el que se mueven sus personajes. Tal y como desvela Bennett, «algo que me emocionaba era cómo Cyrano y Roxanne se comunican más allá de las palabras, cómo consiguen cierta textura, expresando tantas cosas en gestos como cogerse de la mano. O cuando miro hacia un lado, intentando evitar su mirada. O cuando él me da la espalda, y lo que su cara está diciendo. Hay una tensión no verbalizada respecto a su amistad y su potencial amor, si es que ambos permiten que eso ocurra».

Como Cyrano y Roxanne ya comparten una historia previa en común antes de que la narración progrese, «me alegré mucho de que Haley y yo pudiéramos hacer la obra de teatro antes de la película», comenta Dinklage. «Nos conocíamos mutuamente; eso siempre ayuda y hace que todo sea más fácil, por eso la gente vuelve a trabajar con los mismos directores o los mismos actores. Conoces los ritmos de la otra persona, como una pareja de baile».

«Como conocíamos la obra, sabíamos qué podría hacer que la escena mejorara para ambos. Aunque cuando llegó la hora de filmar, las cosas iban a ser diferentes; en los primeros planos puedes hacer mucho menos. A veces Joe llenaba de extras escenas que originalmente estaban escritas con Haley y yo a solas».

Para su papel, Salahuddin echó mano de recuerdos aún anteriores a cuando interpretó por primera vez a Le Bret. «Tenía un amigo», rememora, «que, como Cyrano, era efervescente, pero dudaba de sí mismo en algunos aspectos. Así, pude verme muy bien reflejado en mi personaje, como amigo de alguien increíble, el mejor, pero también temeroso de ser juzgado».

Salahuddin ve a su personaje, capitán de la Guardia Real, como «el tipo de persona al que la gente le cuenta sus secretos porque sabe escuchar y tiene sentido del humor. Pero Le Bret es estricto con sus tropas porque ha visto de cerca la muerte y sabe lo que es necesario para mantener con vida a sus soldados. Es el mejor amigo de Cyrano, y a su modo probablemente se sienta un poco como un extraño; juntos han vivido una guerra y comparten una amistad forjada a base de reflexiones compartidas. Cyrano es más un rebelde y se ha ganado esa capacidad porque es superior, especialmente en lo relativo a lo militar. Le Bret comprende esto, y Cyrano sabe que lo hace, así que pueden hablarse con sinceridad».

«Había hecho un par de películas de temática militar antes de CYRANO; y en mi vida personal he estado en situaciones en las que era el portavoz en un conflicto y he tenido que tomar decisiones difíciles. Así que ya tenía esa experiencia».

Conversando detrás de las cámaras, Dinklage y Salahuddin descubrieron que ambos habían hecho teatro desde el instituto. «Cuando haces teatro», observa Salahuddin, «puedes disfrutar de las interpretaciones incluso más cerca que el público, y eso he vivido yo con esta película. Ha sido un regalo ver trabajar a Peter y ver todo lo que aportaba cada día de rodaje de CYRANO».

«Joe era el capitán del barco, alguien que no solo sabe qué objetivo usar en cada escena, sino también qué se necesita para encajar apropiadamente a los personajes en la escena».

Wright quiso que el tercero en discordia de este triángulo amoroso, Christian, el recluta de la Guardia Real, no fuera «estúpido. Es inocente, ingenuo. En mi opinión, el papel de Christian se ha entendido mal y se ha subestimado mucho; yo creo en Christian. Cuando se pone frente a alguien que le gusta, se queda completamente mudo. ¡Y vaya si sé de lo que hablo!».

«En la película de Joe», comenta Schmidt, «siento verdadera lástima por Christian. Para mí, este personaje es un joven honesto y luchador, solo que se le dan fatal las mujeres».

«Espero que la gente entienda el punto de partida de los tres personajes; los tres solo desean amor».

Kelvin Harrison Jr. es quien, en el papel de Christian, apuntala el triángulo amoroso de CYRANO mientras profundiza en el conocimiento de las tres personas que lo conforman. Wright no duda en elogiar al actor: «Tiene un gran corazón y es honesto, tanto en la vida como en la pantalla. Está lleno de asombro por la vida, y eso era exactamente lo que quería aportar al papel de Christian».

Fellner apunta que Harrison fue «la primera opción» para interpretar a Christian, aunque el actor leyó el guion sin saber qué papel estaban pensando darle. Enseguida reaccionó positivamente a la adaptación de Schmidt, diciendo de él que «está hecho para el cine, para que las generaciones más jóvenes puedan apreciar la historia de Cyrano en lugar de verla como “otra historia de época”, y explorar cuestiones vitales como “¿Qué miedos nos están impidiendo tener lo que más deseamos, y creer que merecemos ser amados?”».

Consciente de la imperecedera validez dramática de la historia, Harrison reflexiona que «he vivido la vida y he tomado decisiones que me han enseñado a no vivir con miedo en lo relativo al amor y la gente que de verdad te importa; esconderse es algo que da miedo y que todos hemos hecho».

Antes de aceptar el papel, Harrison mantuvo largas conversaciones con Wright, que incluyeron «deshacerse del lenguaje que dice que Christian es “ignorante, tonto”, y darle solidez con la historia de su padre. Como el forastero que llega nuevo a la ciudad, tiene una inocencia y una confianza que regala a todo el mundo, pero la confianza debe ganarse, y Christian pierde su inocencia. Hay factores externos que influyen en su ingenuidad; hay experiencias que aún no ha vivido». Para redoblar la inspiración en busca de esas cualidades, Harrison y Wright volvieron a ver una de sus películas favoritas: la ya clásica Bienvenido, Mr. Chance, protagonizada por Peter Sellers, «para encontrar, en una película y una interpretación que nos encantan, diferentes notas que simplemente ser “un hombre sencillo”».

Así resulta, explica Wright, que «Christian no es un intelectual. Ha recibido una educación militar; su padre también era militar. Escribir poesía y usar palabras rimbombantes no es lo suyo, eso es cosa de Cyrano y Roxanne».

«Christian llega a esta ciudad cosmopolita y se queda alucinado, quiere estar metido en todo, conocer gente. Es un ser humano maravilloso y valiente; lo primero que le dice a Roxanne es “Te quiero”, y sabe que es verdad. Su forma de ser no solo queda reflejada en su relación con Roxanne, también (y esto es importante) en la relación con Cyrano; creo que se quieren el uno al otro».

«Christian está siempre intentando igualar a Cyrano», dice Harrison entre risas. Es una situación muy al estilo de hermano mayor y hermano menor: “Te admiro, ¡haré lo que sea!”. Cyrano puede burlarse y herir los sentimientos de Christian, o halagarlo y hacer que Christian resplandezca de contento. Uno de mis momentos favoritos de CYRANO es cuando Cyrano dice “Te pido disculpas” y Christian responde “Gracias”».

«Básicamente, Cyrano y Christian tienen lo que el otro desea, así que hay algo de malicia, pero ambos crean un espacio seguro, y creo que Pete y yo comprendimos eso juntos. Y en la vida real fue un gran apoyo, aún hoy Pete me escucha y me ofrece consejo».

«Todo lo que diga de Kelvin no le hace justicia, todas las escenas que tuve con él fueron sinceras», cuenta Dinklage. «Es una de las personas más amables y buenas que he conocido, y un actor de inmenso talento».

«Su papel es el más difícil, en realidad. Un montón de gente malinterpreta a Christian al leerlo. Pero es el personaje que llega a la verdad de las cosas».

«Kelvin es un actor muy dinámico», añade Bennett. «Sé por experiencia que es difícil interpretar a personajes que pueden juzgarse como vacíos. Gracias a la colaboración entre Kelvin y Joe, este personaje es diferente a los Christians anteriores, llega más lejos y tiene el coraje de permitir que lo vean».

Wright planeó con mucho cuidado la puesta en escena de las secuencias claves entre Roxanne y Christian; una vez que Bennett y Harrison llegaban al set, ensayaban y exploraban diferentes formas de interpretar la escena. «Hablábamos con Joe y decidíamos la temperatura de la escena, cómo cambiaba y evolucionaba», rememora Harrison. «Era cuestión de aportar vida a la planificación, y tratar de comprender el amor que se expresaba en esa escena, porque los dos tienen secretos y necesidades. ¿En algún momento llega a saber realmente alguno de los dos lo que el otro está pensando? Haley y yo siempre hacíamos un montón de tomas».

Familiarizado con el material original, Salahuddin se quedó impresionado con el enfoque del proyecto respecto a otro personaje, el duque De Guiche. «En otras versiones, el personaje es más cobarde y llorón», reflexiona. «Ben Mendelsohn es una absoluta delicia como persona, y un actor formidable, aporta complejidad al personaje. Ha entregado una interpretación vibrante e inquietante, de forma que no puedes encajonar fácilmente al personaje en la categoría del “malo”. Joe y Ben debatían a cada momento las bases del personaje».

Aunque el duque De Guiche es un antagonista respecto a Cyrano, al principio de CYRANO el protagonista inicia un enfrentamiento con alguien aún más molesto para él: el actor Montfleury. Como Cyrano se siente ofendido personal y estéticamente por el arte de Montfleury, no tiene reparos en hacérselo saber en su mismísimo puesto de trabajo.

«Montfleury es popular, pero arrogante», reconoce Benton de su personaje. «Su estilo interpretativo es muy declamatorio, y —de la misma forma que ocurre hoy con muchos debates teatrales— Cyrano defiende otra forma de actuar. Antes de que la película comience, Cyrano le ha escrito una carta a Montfleury diciéndole que deje de actuar y abandone las tablas. Montfleury lo ignora, y lo siguiente que ocurre es cómico, pero también interesante para mí porque es duro para mi personaje.

«Como actor, Peter te da muchísimo para trabajar; detrás de las cámaras, es un placer conocerlo».

Benton pudo comprender mejor a Montfleury porque, en este caso, el hábito hace al monje. «Joe me envió una foto de lo que el diseñador de vestuario Massimo Cantini Parrini estaba creando», cuenta el actor, «y lo llevaron al siguiente nivel: todo estaba hecho a mano, incluido el sombrero, que lleva campanillas. Me partí de risa cuando me puse el traje por primera vez; siempre es genial ponerse elegante, y me ayudó a meterme en el personaje».

«Rodamos mi primera entrada en torno a las tres de la mañana; yo saliendo al escenario frente a todos esos extras en el teatro. Tuve que rebajar un poco, porque con el maquillaje de Alessandro Bertolazzi, ¡hasta el gesto más pequeño se hacía gigantesco!».

Tanto los movimientos individuales como los grupales estaban vigilados de cerca por el coreógrafo de confianza de Wright, Sidi Larbi Cherkaoui, especialmente en las secuencias cantadas. Aunque algunas son más solitarias, y representan los viajes personales que mueven la historia, otras están llenas de ese entusiasmo colectivo que solo las películas pueden conseguir de forma tan memorable.

Schmidt descubrió que una de sus secuencias favoritas combinaba las estéticas de Cherkaoui y Bertolazzi, en el decorado de la pastelería de Ragueneau, donde «el equipo técnico estaba lleno de harina, observando cómo los actores, cubiertos de harina también, ¡ensayaban “el ballet de la harina”!».

Según la diseñadora de producción Sarah Greenwood, Cherkaoui es «un genio. En el fortín de Siracusa, estábamos en un espacio triangular complicado, y él consiguió hacer realidad un baile asombroso, dando vida al espacio y a la gente que llevaba el vestuario de Massimo».

Tal y como señala Bennett, «en nuestra compañía, Sidi Larbi coreografiaba ¡a 50 personas interpretando 150 papeles!».

Mark Aspinall, director musical de escena, señala que mientras se canta la canción Someone to Say, que contribuye a marcar el carácter del relato, «vemos muchas y diferentes parejas bailando: jóvenes y mayores, heterosexuales y homosexuales, de diferentes razas... Es una celebración del amor. Es una forma maravillosa de contar la historia».

En cuanto a cómo cantar la historia, Wright quería que las interpretaciones de las canciones se hicieran en vivo. Aunque existen precedentes de esto en la historia del cine, no es desde luego lo más común. «Quería crear una sensación de intimidad con las canciones», explica el director. Así, los personajes «no estarían “cantando” a un público, sino expresándose».

Aspinall aclara que esto conllevó «tocar la música en vivo en el set y grabar a los actores cantando en vivo en el set; yo ya lo había hecho así en otros proyectos».

«Lo normal siempre ha sido grabar a los actores cantando en un estudio antes del rodaje. Pero lo que descubres es que llegas al rodaje y los actores han desarrollado a sus personajes, y los comprenden mucho mejor, han estado con los demás actores y hay energías diferentes, así que podrían tener nuevas ideas y otra creatividad. Si ya está todo grabado en piedra en el estudio de sonido, no hay margen para crear. Lo genial de grabar todo en vivo es que los actores tienen la libertad de responder en ese preciso instante, y conmigo tocando el piano en el set, yo también puedo responder a lo que ellos me dan. Si la música necesita tomar forma y extenderse en torno a lo que el actor quiere hacer, es posible llevarlo a cabo».

Aspinall cree que, al final, «la tecnología de hoy permite asegurarnos de que todo lo que se crea en el momento se capta por completo, y mi sensación es que gracias a esto las interpretaciones de los actores son más ricas, tienen más calidez y romance. El estupendo equipo de sonido de CYRANO trabajó codo con codo con otros nosotros en el departamento musical».

Preparado para un estilo de canto y grabación más naturalista, el guion no solo contenía indicaciones con las acciones de los personajes mientras cantaban, también las letras al completo —incluida la nueva canción original Every Letter— como parte del desarrollo de una escena determinada. «Van de la mano», afirma Dinklage.

Aunque la música siempre ha sido un ingrediente vital en las películas de Wright, crearla en vivo delante de la cámara iba a ser un asunto de considerable peso. Con todo, como afirma el propio director, «sentía que era lo natural. No sentí que necesariamente tuviera que adaptarme a esta forma de hacerlo, sino que surgió de lo que ya estaba haciendo. Me resultó emocionante, no vi ninguna separación entre las canciones y el resto de la película. Siempre consideré el sonido de CYRANO como una sola cosa: diálogo, efectos de sonido y música juntos para crear un mundo sonoro amplio y profundo».

El director de fotografía Seamus McGarvey aplaude la estética que formó parte de la presentación desde el principio. «He trabajado en otros proyectos», cuenta, «donde de pronto te encuentras con la actuación musical y de baile, separada de la historia. En CYRANO todo está integrado, y para bien».

«Las canciones y los bailes no afectaron a la forma con la que rodamos la película. Fue divertido entrelazar el diálogo con las canciones; como lo grabábamos en vivo, se integraba también en las interpretaciones de los actores».

«No hay grandes avisos de que una canción vaya a comenzar o acabar», añade Wright. «Quería conseguir una experiencia de diálogo muy fluida que llevara a la canción, y luego fuera de la canción».

Dinklage subraya que este enfoque estaba pensado para contrarrestar «esa sensación rara cuando llegas a “la parte cantada”. Nosotros la abrazamos. Las canciones están entretejidas en la historia, hacen avanzar la trama, especialmente en el caso de Cyrano porque las letras se elevan para ir a su encuentro, o a veces él se eleva para ir al encuentro de las letras».

Aunque ya tenía experiencia cantando canciones sobre un escenario o en escenas de películas, Bennett se entrenó para cantar en vivo en el rodaje. Se preparó con «Mary Hammond, que es una instructora de voz de clase mundial. Mary me enseñó muchísimo acerca de cómo cantar de forma expresiva y con matices».

Una vez que las cámaras se pusieron en marcha, Bennett sintió que «no se trataba necesariamente de cantar a voz en grito o de llegar a una nota determinada. Teníamos libertad para la naturalidad y expresar lo que el personaje está sintiendo, lo que hace avanzar la trama; descubrí que podía expresar mis intenciones respecto a Roxanne y vivir lo que ella estaba viviendo. Fue muy liberador».

«Fue como jugar, y una forma divertida de contar esta historia», dice con entusiasmo Harrison, que ya tenía experiencia cantando en la pantalla. «Lo complicado fue poner nuestras personalidades en las canciones al tiempo que permanecíamos fieles a la época y a la música que Aaron y Bryce Dessner han escrito. ¡Pero fuimos a por ello!».

Dinklage comenta que, paradójicamente, hubo ocasiones en la que «no hacía falta cantar a voz en grito; podías cantar muy bajito porque la cámara estaba justo delante de ti».

El productor Eric Fellner apunta que el público sabe de sobra que Dinklage «es un actor sensacional, pero, excepto aquellos que lo han visto en el teatro, nadie lo ha oído cantar. Cuando lo vi hacerlo, me quedé anonadado de lo buen cantante que es; tiene una voz de barítono suave, evocadora y cautivadora».

Haciendo mención al linaje francés de Cyrano de Bergerac al describir la destreza vocal del actor protagonista, el coordinador de escenas peligrosas Franco Salamon afirma que Peter Dinklage es «un buen chansonnier».

Como todas las canciones de CYRANO son obra de integrantes de un grupo ganador del Premio Grammy que ha dejado su huella musical álbum tras álbum, poder escuchar esas interpretaciones en vivo fue un regalo para los presentes en el rodaje. Tal y como cuenta la diseñadora de peluquería Siân Miller, «antes de abrir el guion vi que en la portada se indicaba su participación, y yo ya era una gran fan de su trabajo, son unas canciones emocionantes». El diseñador de maquillaje Alessandro Bertolazzi se muestra de acuerdo: «siempre he sido fan suyo, ¡y su música para CYRANO es maravillosa!».

«Fue un placer trabajar con ellos», afirma Wright de sus colaboradores musicales.

Salahuddin apunta que «a veces, cuando la gente escribe música para obras importantes de la literatura, caen en la pomposidad. Pero estas canciones son pegadizas; creo que los espectadores van a salir de los cines cantando las canciones de CYRANO, que la música los va a acompañar».

«Son unas canciones tan buenas», añade la decoradora de sets Katie Spencer, «que la gente las escuchaba después del trabajo. Pero escuchar primero la música y leer el guion con las letras escritas influyó en lo que estábamos haciendo».

Aunque la canción original Every Letter se convirtió en el eje de una secuencia clave de la película, no todas las canciones de los ensayos consiguieron aparecer en la película. Los compositores Bryce y Aaron Dessner pasaron un tiempo en Italia haciendo cambios, y, tal y como desvela Fellner, «Bryce construyó un estudio de grabación completamente insonorizado en el escenario del teatro» en Noto, el mismo lugar que anteriormente no había pasado el corte para convertirse en una localización de la película. Este estudio insonorizado permitió al equipo tener toda la música pregrabada «como apoyo, en caso de que hubiera ruidos en mitad de una toma», explica el productor.

Incluso con el rodaje ya en marcha, Matt Berninger y Carin Besser pasaron noches en vela afinando las letras de las canciones; uno trabajaba mientras el otro dormía y viceversa. Este esfuerzo extra validó la idea de que las canciones de CYRANO se tocaran, interpretaran y grabaran en vivo.

«Era genial porque pudimos reinterpretar la música para la película», dice con entusiasmo Bennett; desde sus tiempos de los talleres de teatro, «he vivido durante años con las versiones de las canciones preexistentes, primero en los talleres y luego con la obra de teatro. ¡Para esta “última función”, por así decirlo, conocían bien mi voz!».

«Creo que las canciones suenan fantásticas en la película», afirma Schmidt, «más personales y ricas que noche a noche en el teatro».

«La música resulta moderna, orgánica y nueva», dice Aspinall. «En encuentro de la estética de los compositores y letristas con el vestuario y los escenarios barrocos yuxtapone dos fuerzas. Cuando los personajes cantan con las imágenes de las estatuas y las escalinatas en los planos amplios que muestran la arquitectura, sientes la majestuosidad».

«La primera que escuché las canciones pensé que llevan la historia a otro lugar, que la elevan a otro nivel», afirma Benton.

Por su parte, Salahuddin reflexiona que «cada uno de los personajes canta sobre sí mismo, y todos tienen algo que esconder».

De entre todas las canciones, Aspinall cree que la nueva incorporación, Every Letter, «destaca sobre las demás. Es sensual, burbujeante, sexy. En la canción escuchas cómo los monólogos interiores de Cyrano, Roxanne y Christian se superponen y convergen, de forma que profundizamos en ellos».

Presionado para elegir su momento musical favorito, Harrison admite su favoritismo por la versión de Someone to Say de los soldados, «una gran escena en la que me dejo llevar».

Los temas favoritos de Dinklage de CYRANO son «los que yo no canto: Close My Eyes —la voz de Kelvin es extraordinaria— y Wherever I Fall. Esas dos siempre me emocionaron».

De esta última, Schmidt recuerda cómo ella y el letrista Berninger habían analizado «la historia de las canciones escritas para el ejército. Wherever I Fall me parece preciosa».

Situada en el campo de batalla, Wherever I Fall es, inicialmente, una canción para tres personas. No se trata del trío protagonista de CYRANO, sino tres soldados de la Guardia Real. Los tres hombres se turnan con los versos de la canción antes de que la propia canción lleve esta parte de la película, y la trama en general, a un punto de giro. No se diferencian demasiado de la venerable tradición musical de los coros...

... aunque, siguiendo la tradición cinematográfica, cada miembro de este trío es un notable y reconocido artista por su propio derecho. Los principales intérpretes de Wherever I Fall son, respectivamente, Glen Hansard, Sam Amidon y Scott Folan. En lo que es un guiño de CYRANO a una película musical precedente, los cinéfilos recordarán a Hansard por su papel protagonista en la querida Once (Una vez), por la que compartió un Premio Oscar® a la Mejor Canción Original (Falling Slowly). Amidon es un músico y cantante que ha colaborado previamente con Hansard. Y Folan, el más joven de los tres, es actor y cantautor.

Son «tres voces asombrosas que transmiten una gran autenticidad cuando los escuchas y ves interpretar en una localización auténtica», los elogia Aspinall.

«Fue un auténtico honor, después de seis meses de no poder trabajar con otros intérpretes y sentir su energía, estar junto a tantos cantantes de talento y escuchar a docenas de personas cantar juntas».