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Llenos de Gracia cartel reducidoLlenos de GraciaDirigida por Roberto Bueso
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Carmen Machi protagoniza la comedia LLENOS DE GRACIA, una película dirigida por Roberto Bueso (“La Banda”). Le acompañan Paula Usero, Pablo Chiapella, Nuria González, Anis Doroftei y Manolo Solo, junto con un grupo de jóvenes intérpretes de entre 9 y 14 años seleccionados entre más de 2 mil candidatos procedentes de más de 60 colegios y clubes deportivos de los alrededores de Valencia.

El rodaje se desarrolla en localizaciones de la Comunitat Valenciana (Carcaixent, Burjassot, San Antonio de Benagéber, Quesa, Paterna, La Eliana y Gandía).

Carmen Machi da vida a la Hermana Marina: "Esta es una película con un guion maravilloso, muy bien escrito, en el que los niños son quienes van escribiendo la historia. Para mí están siendo unos compañeros estupendos, de los que se aprende muchísimo".

Tras su reciente nominación al Goya, Paula Usero ha reconocido su felicidad por rodar en su tierra y ha destacado "el feeling que se establece entre mi personaje y el de Carmen, una actriz a quien siempre he admirado muchísimo y que para mí es un ejemplo a seguir".

Por su parte, el director Roberto Bueso afirma que "Volver a trabajar con el mismo equipo de profesionales que me acompañó en mi primera película es toda una garantía, y te proporciona una tranquilidad que evidentemente no tienes con una ópera prima". El cineasta también ha destacado el exhaustivo trabajo de búsqueda de los protagonistas, escogidos entre más de 2.000 aspirantes. "Todos ellos son chicos especiales, muy trabajadores, y que han formado su particular familia".

Finalmente, el productor Fernando Bovaira, quien ya respaldó el debut de Bueso con La Banda y para quien Llenos de Gracia es "una historia sobre la importancia de la educación y la transmisión de valores", ha resaltado las posibilidades que actualmente tiene la industria cinematográfica autóctona: "Es el momento idóneo para que las instituciones valencianas den un paso adelante y apuesten, desde la defensa de la cultura propia pero sin planteamientos excluyentes, por desarrollar la industria local y dar oportunidades a los magníficos equipos técnicos y artísticos valencianos".

LLENOS DE GRACIA es una producción de Misent Producciones, MOD Producciones y The Nun Producciones AIE, y cuenta con la participación de RTVE, Movistar+, À Punt Mèdia y el apoyo del IVC (Institut Valencià de Cultura).


Notas del director (Roberto Bueso)
Poco después de terminar La banda, mi primera película, los productores Fernando Bovaira y Guillem Vidal-Folch me hablaron por primera vez de El Parral, un colegio en el que a mediados de los noventa una revolucionaria monja llamada Marina creó, tras superar un sinfín de obstáculos, un equipo de fútbol que acabaría transformando las vidas de los conflictivos chicos sin hogar que vivían allí. Me sentí cautivado de inmediato por la premisa. Llevaba un tiempo queriendo contar una historia de iniciación, de paso a la vida adulta, pero quería situarla en la etapa que considero más crítica e interesante: la pubertad, justo la edad que tenían aquellos chicos. Pero la historia real aún guardaba un as en la manga; unos años más tarde, Valdo, un futbolista que jugó más de veinte años en la élite del fútbol español, celebraba un gol levantando su camiseta y mostrando un mensaje: "Gracias por todo, hermana Marina". Valdo fue uno de esos niños que vivieron en el Parral.

Óscar Díaz Cruz -mi compañero de guion- y yo sentíamos que esta historia debía buscar la verdad desde la emoción y el humor, género que siempre ha sido mi predilección y al que quería acercarme ahora con más fuerza. Más aún al conocer a los personajes reales. La hermana Marina es una mujer con un sentido del humor ácido e irreverente que hace que te olvides por completo de que estás delante de una monja. También ha sido emocionante escuchar de boca de Valdo cómo fue su infancia en el Parral; o cómo Marina se las ingenió sin apenas recursos para convertir un descampado lleno de parras en un inverosímil campo de fútbol; cómo se buscó la vida para salir con los chavales cada domingo en una destartalada furgoneta; y, en fin, cómo esta mujer aguantó estoicamente las miradas de todos aquellos que la veían como un pez fuera del agua.

Pero más allá de toda la comedia, lo que para mí la hace verdaderamente especial es la astucia y el coraje con la que esta mujer fue capaz de inyectar ilusión a estos chavales y transmitirles valores. Para mí esta película habla de la verdadera pedagogía, aquella que es perseverante y que entiende que un niño siempre merece otra oportunidad. También es una historia que habla del concepto de "hogar", y de la necesidad de conquistar una verdadera familia. Éste es el corazón de esta historia y hacia él debíamos acercarnos con elegancia y responsabilidad.

Nos centramos entonces en ese grupo de chavales, que debían componer una pandilla pintoresca y carismática. Nos los imaginábamos fugándose a la mínima oportunidad, o aprovechando su picaresca y malas artes para amedrentar a los equipos rivales en un intento desesperado por equilibrar la balanza.

A medida que fuimos avanzando en la escritura me di cuenta de que estaba sucediendo algo extraño. Calladamente, el mundo de la ficción iba entrelazándose con mis propios recuerdos. Asaltándome imágenes, sonidos y sabores de una época que tenía dormida en la memoria, me convertí poco a poco en un acompañante virtual de las peripecias de esos chicos. Era ya una cuestión personal y casi fetichista querer verlos perdidos en una feria de barrio; hacerles escapar en las noches de verano; tener los primeros, torpes y fugaces encuentros sentimentales; asombrarse con los novedosos videoclips y videojuegos que parecían conquistar ya definitivamente el futuro; intentar hacer daño poniendo motes con precisión quirúrgica a gente que quieres; el drama de ser el primero en tener "mostacho" y el último en vello púbico; inventar relatos cuasi mágicos acerca del sexo propiciados por la imagen codificada del Canal Plus... En definitiva, quería recuperar mi niñez y aquella sensación de distancia infinita con el ajeno, bobo y previsible mundo de los adultos.

Con el mismo espíritu empezamos a preparar el rodaje. El proceso de casting fue arduo y extenso. Entre clubes de fútbol, colegios y asociaciones, entrevistamos a más de dos mil chicos hasta dar con los once que integrarían la pandilla de El Parral. Todavía me asombro de la suerte que hemos tenido; todos, sin excepción, son seres especiales. Recuerdo la primera vez que pude verlos en conjunto: aquella estampa me relajó y sentí que acariciábamos la película. Ninguno de ellos -salvo Dairon, que había hecho algún pequeño cameo- se había puesto delante de una cámara de cine. Mi prioridad en los ensayos fue transmitirles una noción de lo que resulta natural y se siente como verdadero ante la cámara. Es admirable comprobar lo bien que interpretaron esa consigna y cómo han conseguido plasmar en pantalla la frescura y la picaresca que demuestran en la vida real. Sin duda, conocerlos y alimentar a los personajes con sus caracteres ha sido para mí una de las cosas más estimulantes al realizar esta película.

He tenido la inmensa suerte de contar con Carmen Machi para interpretar a la hermana Marina. Solo ella habría sido capaz de complementar la ironía, la ternura y la inteligencia que necesitaba el personaje. A veces, lo mejor que puede hacer un director es asegurarse de no estorbar, y con Carmen esa ha sido mi tarea en numerosas ocasiones. Creo que recordaré siempre nuestras conversaciones antes de cada secuencia; la sensación de estar buscando lo mismo y construir entre ambos el tono adecuado para cada momento; encontrar la mejor réplica, la mejor reacción. Asistir a su capacidad de trabajo, su generosidad y buen hacer con los niños, su intuición y sentido del humor, pero sobre todo su interés por el aspecto humano de la historia ha sido para mí un honor inmenso.

Creo que el principal comentario acerca del rodaje de esta película es que nos lo hemos pasado muy bien haciéndola. Nos hemos reído mucho, pero, puesto que todo el mundo tenía claro qué es lo que estábamos contando, también hemos sabido identificar los momentos de la historia en los que la sonrisa debía dar paso a la ternura o a la emoción. Bregar entre ambos estados, intentando mantener el equilibrio, ha sido mi principal cometido. Y también mi deleite.

La película, en el sentido más valioso de lo que implica hacer cine, ya no nos pertenece. Ahora llega a su verdadero destinatario, el público, y a nosotros sólo nos queda aspirar a que se encuentre al verla con todo el esfuerzo, el humor y el cariño que hemos intentado depositar en ella.


Nota del productor (Fernando Bovaira)
Nuestra relación con Roberto Bueso se inicia con su primera película, La Banda, en la que daba muestras sobradas de su personalidad como director. Su interés por los relatos corales y cercanos, su sentido del humor valiente y un poco canalla y su gran capacidad de dotar de corazón a sus personajes, ya apuntaban con fuerza el nacimiento de una nueva voz en nuestra cinematografía. Sin dudarlo un instante, desde Mod, le mostramos nuestro firme compromiso de producir también su siguiente película.

A tal efecto, a finales de 2019, Guillem Vidal-Folch, compañero productor de Llenos de Gracia, rescató una pequeña anécdota de un libro que nos llamó poderosamente la atención. Era la historia real de Marina, una monja irreverente y vital que, a mediados de los años noventa, ayudó a salir adelante a un grupo de chavales huérfanos a través del fútbol. Uno de ellos, Valdo, se convirtió años más tarde en jugador del Real Madrid y de otros equipos de Primera División. Nos pareció una historia única, divertida y emocionante y la compartimos con Roberto.

Tras la primera conversación con Roberto, decidimos ir a conocer a los personajes reales y ofrecer el papel protagonista a Carmen Machi, con quien habíamos trabajado recientemente en otra película. Carmen se enamoró del personaje y se sumó al proyecto al momento.

Roberto y Oscar Díaz Cruz, empezaron entonces a escribir juntos el guion. Construyeron un relato propio, sobre once chicos sin familia de 9 a 14 años. Inspirándose en la historia real del Colegio El Parral, pero con una parte fundamental creada y ficcionada por los guionistas, Llenos de Gracia se fue convirtiendo en una comedia coral, una historia con corazón para toda la familia.

En la primavera de 2021, al mismo tiempo que avanzábamos en la financiación del proyecto, la cuarta ola de Covid amenazaba con cerrar las puertas de los colegios y clubes de fútbol de los alrededores de Valencia, allí donde debíamos encontrar a los 11 chicos que iban a formar el grupo del orfanato. Se había tomado la decisión de trabajar con chicos no actores, y gracias al equipo de casting liderado por Eva Leira y Yolanda Serrano, pese a las dificultades, se consiguieron concertar más de 2.000 entrevistas. En unos meses, y después de un arduo proceso de selección, se formó el grupo de chicos. El entusiasmo, compañerismo y gamberrismo del grupo van más allá de la pantalla. Se han convertido en una familia. También les fueron acompañando los nombres de Paula Usero, Pablo Chiapella, Manolo Solo, Nuria González y Anis Doroftei en el reparto adulto.

Finalmente, en verano de 2021, rodamos la película. El compromiso del equipo técnico, en su gran mayoría valenciano y que ya había trabajado con Roberto en La Banda, nos ha permitido trabajar con la flexibilidad que requiere un largometraje con menores, pero con la impronta de calidad que queremos mantener en todos nuestros proyectos.

Llenos de Gracia es una apuesta fuerte y decidida por la comedia y por las emociones que surgen de la verdad, y queremos que, desde su rodaje en la Comunitat Valenciana, llegue a todas las pantallas españolas para hacernos disfrutar con una historia y unos personajes realmente únicos y divertidos.


Roberto Bueso
Valencia, 1986. Tras cursar estudios de Filosofía en la Universidad de Valencia, realiza en 2007 el Máster Iberoamericano de Guion de Cine (FIA), donde aúna dos de sus pasiones: la escritura y las películas.

Más tarde, estudia Dirección en la ECAM y recibe el Premio Extraordinario de fin de carrera con el cortometraje La noche de las ponchongas, premiado en festivales como Aguilar de Campoo, Alcine o el concurso de cortometrajes de Versión Española (RTVE).

En 2019 estrena su opera prima, La banda, que participa en la Sección Oficial del Festival de Málaga.

Llenos de gracia es su segundo largometraje.