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Bob Dylan

La influencia de Dylan en la música popular contemporánea es incalculable, abarcando varios estilos desde el folk al country, desde el blues al rock. Con su peculiar voz, rompió moldes y desmintió la idea de que un cantante debía tener una voz bonita. Con sus letras, agitó la conciencia de toda una generación, gracias a una poesía urbana en la que latía una clara visión de los problemas sociales. Se convirtió en el portavoz del movimiento inconformista juvenil, en el emblema de la llamada “canción protesta”, en el estandarte de las manifestaciones pacifistas contra la Guerra de Vietnam de los años 60 y en el adalid de los grandes conciertos benéficos de los años 70 y 80 con los que se intentaba socorrer a las víctimas de la Guerra de Bangladesh o de la hambruna que asolaba Etiopía.

En tono de profeta, Dylan anunció que los tiempos estaban cambiando, y vaya si cambiaron. Se anticipó a la revolución musical que venía después. Bruce Springsteen declaró en una ocasión: “Sin Bob, los Beatles no habrían hecho Sgt. Pepper, los Sex Pistols no habrían hecho God Save The Queen y U2 no habrían hecho Pride in the Name of Love”. Muchas de las canciones de Dylan (Blowin’ in the Wind, Like a Rolling Stone, Mr. Tambourine Man, Just Like a Woman) se convirtieron en himnos que todavía hoy tienen vigencia. Y varios de su álbumes aparecen siempre en los primeros lugares de cualquier clasificación que se haga de la historia del rock.

Son muchos los músicos, escritores y filósofos que han glosado la personalidad de Dylan. David Gilmour: “Debo decir que la fuerza del joven Dylan como cantante de protesta (él siempre lo negó, pero lo siento, Bob, eras un cantante de protesta) residía en que tomaba la guitarra, tocaba ante una multitud y su música y sus palabras eran como una flecha”. Joan Baez: “Nunca he visto un carisma como el que tenía Bob en sus actuaciones”. Leonard Cohen: “Bob Dylan es uno de esos personajes que sólo aparecen una vez cada 300 ó 400 años”.

Quizá el más acertado haya sido el director de cine Martin Scorsese hablando de No Direction Home, su reciente película sobre Dylan: “No he pretendido hacer algo donde se desvelen todos los secretos de Dylan, sino rendir un homenaje a uno de los poetas más brillantes del siglo, un hombre que hace que nos miremos a nosotros mismos, que nos emociona y nos hace sentir cosas que no sabríamos transmitir de otra manera”.

Bob Dylan (de verdadero nombre Robert Allen Zimmerman) nació el 24 de mayo de 1941 en Duluth (Minnesota). Cuando tenía 6 años, su familia se trasladó a la cercana Hibbing, donde su padre tenía un negocio de materiales eléctricos. Desde niño le empieza a interesar la música. Se compra una guitarra por correo y escucha mucho la radio, donde descubre a Hank Williams, a los músicos negros y, posteriormente, a los precursores del rock and roll, entre ellos Elvis Presley, Carl Perkins y Jerry Lee Lewis. En 1959, se traslada a Minneapolis para ingresar en la Universidad de Minnesota, donde sus asignaturas favoritas son la historia estadounidense y el idioma español. En esa época escucha mucho country y, sobre todo, a dos músicos que tendrán una enorme influencia en él y a los que luego homenajeará repetidamente en sus canciones: Robert Johnson y Woody Guthrie.

Los que le frecuentaron entonces dicen que hablaba poco, pero leía mucho, sobre todo poesía. Decide empezar a cantar y adopta el nombre artístico de Bob Dylan. Siempre se ha dicho que era su homenaje personal al poeta Dylan Thomas, pero él nunca ha sido demasiado explícito sobre este asunto.

A mediados de 1960, obtiene su primer contrato para cantar en Colorado. Acompaña su inconfundible voz con la guitarra y la armónica y empieza a desarrollar el estilo que le acabará haciendo célebre. Poco después, decide probar fortuna en Nueva York, a donde llega en enero de 1961. Se introduce en el ambiente folk de Greenwich Village, toca regularmente en Gerde’s Folk City y un año después es ya bastante conocido. John Hammond, cazador de talentos de la CBS, le ofrece un contrato de grabación.

El primer disco de Dylan se publica en febrero de 1962 y se llama simplemente Bob Dylan. Sólo dos de sus canciones estaban compuestas por él (Song for Woody, dedicada evidentemente a Woody Guthrie, y Talkin’ New York), pero sirven para demostrar sus posibilidades. Frecuenta además los ambientes intelectuales de Nueva York. Los primeros años 60 fueron un momento de gran auge intelectual y político y se hablaba mucho de la paz, de los derechos de los trabajadores, de una nueva sociedad. La Guerra de Vietnam está justo en sus inicios, pero ya se empieza a registrar una oposición a esa contienda. Compone entonces Blowin’ in the Wind, Masters of War y Talkin’ World War III Blues, que se incluirán en su segundo disco, The Freewheelin’ Bob Dylan, aparecido en mayo de 1963. El éxito es inmediato y las canciones mencionadas se convierten en himnos del naciente movimiento pacifista. Dos meses después, Dylan actúa en el Festival Folk de Newport, donde canta junto a Joan Baez y Pete Seeger Blowin’ in the Wind ante 50.000 personas. Ese mismo año, participa en Washington en la Marcha por los Derechos Civiles, que reivindicaba la igualdad racial y el fin de la discriminación contra los negros.

La consagración definitiva llega en 1964 con el disco The Times They Are A-Changin’ (Los tiempos están cambiando), que le convierte en profeta del movimiento de contestación juvenil. Su popularidad salta de Estados Unidos a Europa y se acrecienta con los dos siguientes discos, Another Side of Bob Dylan (1964) y Bringing It All Back Home (1965), que tenía canciones como Maggie’s Farm, Gates of Eden y Mr. Tambourine Man.

En la primavera de 1965, Dylan viaja a Gran Bretaña para una gira y conoce a los Beatles y a Eric Burdon. El contacto con estos músicos orienta a Dylan hacia el rock y le lleva a adoptar la guitarra eléctrica, algo que los puristas del folk, que ya habían puesto el grito en el cielo con algunas de las canciones de Bringing It All Back Home, no le perdonan. El álbum Highway 61 Revisited (1965) confirma la nueva línea e incluye la rotunda Like a Rolling Stone.

En el Festival de Newport de 1965, Dylan entra en contacto con The Hawks, una banda liderada por el guitarrista Robbie Robertson que poco más tarde cambia de nombre para llamarse simplemente The Band. En los años siguientes, The Band se convertirá en uno de los grupos más carismáticos de la historia musical americana y acompañará a Dylan durante varios años de trayectoria artística. Varios de sus componentes participan ya en Blonde on Blonde (1966), un disco doble que contiene otra de las obras maestras de Dylan, Just Like a Woman, junto a Memphis Blues Again, Sad Eyed Lady of the Lowlands (dedicada a Sara Lowndes, con la que se casó en noviembre de 1965) y otro puñado de destacadas canciones, en lo que muchos críticos consideran uno de los mejores discos de la historia. Dylan se ha convertido ya en un fenómeno de masas y vende los discos a millones.

Poco después, Dylan sufre un accidente de moto (era un apasionado de las motos) y se retira durante un tiempo. No obstante, se reúne en el sótano de su casa con la gente de The Band y siguen componiendo y grabando. Numerosos discos piratas aparecieron con las cintas que recogían supuestamente aquellas grabaciones, hasta que el propio Dylan decidió editarlas en 1975 en el disco The Basement Tapes.

La reaparición de Dylan se produce en enero de 1968 en un concierto de homenaje a Woody Guthrie, muerto tres meses antes, ofrecido junto a The Band en el Carnegie Hall de Nueva York. Además, Dylan publica el disco John Wesley Harding, lleno de referencias country, línea que se confirma en Nashville Skyline (1969), que contiene canciones como Lay Lady Lay y una versión a dúo con Johnny Cash de Girl from the North Country.

Participa en el multitudinario Festival de Wight, graba el disco New Morning (en el que hay una canción de denuncia de la brutalidad represiva, George Jackson), y acepta la invitación de George Harrison para ser la estrella del Concierto por Bangladesh, celebrado en 1971 en el Madison Square Garden de Nueva York y que tenía como objetivo recaudar dinero para las víctimas de la Guerra de Bangladesh. Fue el primero de los grandes conciertos benéficos, que luego tendrían continuidad con el Live Aid de ayuda a África (1985), en el que Dylan también participó.

A continuación aparece, en un papel secundario, en la película de Sam Peckinpah Pat Garrett and Billy The Kid, para la que compone además la banda sonora. Una de las canciones, Knockin’ on Heaven’s Door, se convierte en una de las más conocidas de su repertorio. Graba a continuación Planet Waves, en la que está Forever Young, y emprende una prolongada gira por las principales ciudades de Estados Unidos, acompañado por The Band. Before the Flood (1974), grabado en directo, es el testimonio sonoro de aquella gira. Le sigue Blood on the Tracks, con varias canciones inspiradas, al parecer, por la crisis de su matrimonio con Sara (Tangled Up in Blue, Idiot Wind, Simple Twist of Fate). En 1975 aparece Desire, disco que, al igual que los dos anteriores, se encarama inmediatamente a la cima de las listas de los más vendidos. En él está Hurricane, canción escrita para defender al boxeador Hurricane Carter, acusado de asesinato.

Con estas nuevas canciones, organiza una gran gira americana, titulada “Rolling Thunder Revue”, en la que reúne a viejos amigos como Joan Baez, Roger McGuinn (de los Byrds), Joni Mitchell y otros. Filma todo lo que sucede y, entremezclando escenas de ficción con imágenes reales, realiza la película Renaldo y Clara. Los discos que recogen aquella gira son Hard Rain y The Bootleg Series, Vol. 5.

En 1977, Dylan es el invitado de honor de The Last Waltz, el apoteósico concierto filmado por Martin Scorsese que fue la despedida de The Band y en el que participaron nada menos que Eric Clapton, Ringo Starr, Van Morrison, Neil Young, Dr. John, Paul Butterfield y muchos otros gigantes del rock. En 1978, comienza una nueva etapa artística. Dylan, que había nacido en una familia judía, se acerca al cristianismo y el resultado es una serie de discos con influencia de la música gospel y letras de un cierto misticismo: Street Legal (1978), Slow Train Coming (1979, en el que cuenta con la colaboración de Mark Knopfler, guitarrista de Dire Straits), Saved (1980) y Shot of Love (1981, donde Ron Wood y Ringo Starr participan en la canción Heart of Mine). Antes, en 1978, había salido el doble en directo Live at Budokan, grabado en Japón durante una gira.

Terminada su etapa religiosa, Dylan publica Infidels y Real Live, y a continuación se implica en una serie de conciertos benéficos. En 1985, la iniciativa “USA for Africa” recauda millones de dólares con la canción We Are The World, en la que participa Dylan. Poco después, forma parte de Farm Aid, destinada a ayudar a los agricultores

estadounidenses. En julio de 1985, canta en el concierto de Philadelphia de Live Aid, la campaña mundial lanzada por Bob Geldoff para paliar el hambre en Etiopía. Ese mismo año sale el disco Empire Burlesque.

La CBS celebra los 25 años de carrera discográfica de Dylan con un disco quíntuple, Biograph. En 1986, se publica Knocked Out Loaded, que contiene canciones escritas en colaboración con el actor Sam Shepard y el músico Tom Petty (líder de The Heartbreakers), con el que Dylan hace una gira por Australia y Estados Unidos que queda recogida en un vídeo titulado Hard to Handle.

Down in the Grove, disco publicado en 1988, es una curiosa amalgama de colaboradores, pues en él participan desde leyendas del punk (Steve Jones de Sex Pistols) hasta veteranos de la era sicodélica (Jerry García de Grateful Dead), pasando por estrellas del reggae (Sly Dunbar) y luminarias del rock (Eric Clapton, Ron Wood, Mark Knopfler). Puesto a reunir amigos, su siguiente proyecto es Travelling Wilburys, un grupo en el que están Bob Dylan, George Harrison, Roy Orbison, Tom Petty y Jeff Lynne (ex-Electric Light Orchestra) y que deja dos álbumes para la posteridad.

Los últimos años 80 y primeros 90 son quizá los de menos intensidad creativa en la carrera de Dylan, aunque logra algunos discos notables, como Under the Red Sky (1990). Ese mismo año, recibe la orden de Comendador de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, una más de las muchas distinciones que ha recibido, empezando por el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Princeton (1970). En 1991, Jack Nicholson le entrega el premio Grammy a toda su carrera. En enero de 1993, toca Chimes of Freedom en la ceremonia de toma de posesión de Bill Clinton. En agosto de 1994, actúa en Woodstock junto a Nine Inch Nails, Metallica, Aerosmith, Red Hot Chilli Peppers y Green Day, en un concierto que intentó reverdecer los grandes festivales de los años 70.

En mayo de 1997, Bob Dylan es hospitalizado con histoplasmosis, una infección que le coloca al borde de la muerte. “Pensé que me iba a reunir con Elvis”, declara al salir del hospital. En septiembre, ya repuesto, saluda al Papa Juan Pablo II tras actuar en el Congreso Eucarístico Mundial de Bolonia. Ese mismo mes saca el disco Time Out Of Mind, que supone también la recuperación artística de Dylan. Gana tres premios Grammy y toca Love Sick en la ceremonia de entrega. En julio de 1998, ofrece en Montreux el concierto número 1.000 del “Never Ending Tour”, con el que lleva 15 años de gira con intervalos de varios meses para descansar.

En marzo de 2001 obtiene otro premio importante: el Oscar a la Mejor Canción Original por Things Have Changed, su contribución a la película Wonder Boys (Jóvenes prodigiosos), de Curtis Hanson. Desde entonces, suele llevar la estatuilla en las giras y la coloca encima de uno de los altavoces. En septiembre de ese año, el disco Love And Theft sale precisamente el fatídico 11-S.

En enero de 2003, se estrena en el Festival de Sundance Masked And Anonymous, una película escrita a medias por Dylan y el director, Larry Charles. Dylan interpreta el papel de Jack Fate, una estrella del rock ya entrada en años que intenta un regreso triunfal. En el reparto figuran Penélope Cruz, John Goodman, Val Kilmer y Jeff Bridges.

En octubre de 2004, se publica Chronicles Vol 1, el primero de los tres tomos previstos de las memorias de Dylan. Allí revela su admiración por Public Enemy, NWA y Ice-T, de los que dice que “todos ellos eran poetas y sabían lo que se estaba cociendo”. El segundo tomo ha aparecido recientemente.

Un año después, en septiembre de 2005, la cadena BBC2 emite el documental de Martin Scorsese No Direction Home, en el que se cubre la carrera de Dylan entre 1961 y 1966 y que contiene la primera entrevista completa en veinte años. La banda sonora de la película forma el disco Bootleg Series, Vol. 7. Su colaboración con el cine se ha plasmado también en la banda sonora de North Country, de Niki Caro (2005).

En mayo de 2006, Dylan comienza una serie de programas semanales de una hora en la emisora XM Radio, en los que presenta la música que le gusta con comentarios sobre las canciones y sobre su visión de la vida. En verano llega un nuevo disco de estudio "Modern times".