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Craig David

Después de revolucionar el concepto que el mundo tenía de la música urbana y de convertirse en uno de los artistas británicos más innovadores en años, Craig David, 24 años, ha vuelto para demostrar que la historia de su éxito no ha hecho más que empezar. David ha vendido ya la increíble cifra de 13 millones de discos, ha tocado en conciertos donde se agotaban las entradas en todo el mundo, y ha conseguido contar entre sus fans a gente como P. Diddy, Missy Elliott y Bono. Y por el camino, ha conseguido dos nominaciones a los Grammy, dos premios MTV, y nada menos que seis premios MOBO y seis Ivor Novello, entre ellos al mejor compositor del año. Desafiando los tradicionales límites establecidos entre géneros musicales, ha logrado que escuchemos música de una forma nueva. Hoy, cinco años después de la publicación de su revolucionario álbum de debut, Craig David publica un disco emocionante, su tercer álbum, The Story Goes....

Para Craig es un sueño hecho realidad. Educado en Holyrood Estate, en Southampton, Craig pasaba horas viendo ensayar a su padre, que era bajista en un grupo de reggae, y empezó a pedirle a su madre que le regalara sus primeros platos a la tierna edad de 13 años. "Conseguirlos era importantísimo para mi, aunque ella compró lo que pensó que se llevaba, en vez de los platos que yo le pedía," recuerda Craig ahora. "Es como cuando pides unas Nike Air Max y tu madre viene con unas bambas. Pero en realidad dio buen resultado, porque tuve que trabajar más todavía para que aquellos platos sonasen lo mejor posible, mientras ahorraba para comprarme los que quería y empezaba a hacer mezclas como es debido." Sin dejarse desanimar, pronto empezó a vender sus CDs en las barberías del barrio y en cualquier sitio donde se los comprasen, colando alguna de sus canciones dentro de las mezclas. "Los vendía por 10 libras, en efectivo, y me costaba una libra y media hacerlos. ¡Si ahora me dieran 8.50 libras por disco me partiría de risa!" bromea Craig.

Mientras tocaba en clubs locales y radios piratas, Craig coescribió el gran éxito de Artful Dodger 'Rewind (The Crowd Say Bo Selecta)', y cantó también con ellos, convirtiéndose de la noche a la mañana en el rostro más reconocible del floreciente sonido garage británico. "'Rewind' no sólo me abrió el camino a mí, sino a muchos otros artistas", explica Craig. "Por primera vez había un artista al que la gente podía tomar en serio y entonces, cuando publiqué 'Fill Me In', la gente comprobó que lo estábamos haciendo bien y que una compañía de discos había invertido en ello". El single, publicado en marzo de 2000, convirtió a Craig en el artista británico más joven de la historia que conseguía un número uno, preparando así el lanzamiento de su álbum de debut, Born To Do It, que se publicaría poco tiempo después, en el mismo año. "Sin darme cuenta, todo estaba ocurriendo. El disco fue número uno y se agotaba en las tiendas. Viajar por el mundo entero con un solo álbum fue una locura. Fue una época alucinante". Con un álbum premiado, que fue platino o multiplatino en más de 20 países en el mundo entero, Craig se dispuso a hechizar también a América. "Era una cosa rara. Me fui allí sin saber qué esperar y todo fue saliendo casi sin esfuerzo en muchos aspectos. Fue un trabajo duro conseguir que entendieran el disco, pero cuando empezó, ya no paró. Me sorprendió la segregación musical que hay en América y la división política entre música blanca y música negra en la radio. Incluso me sugirieron que echara a mi guitarrista blanco, Fraser T Smith, para sustituirlo por un músico negro. Afortunadamente, las radios negras pusieron mis discos y Fraser continuó tocando la guitarra conmigo, pero aquello me abrió los ojos y fue un gran aprendizaje para mí".

Durante una incansable gira de 18 meses por los Estados Unidos, Craig se ganó el respeto de los más difíciles de impresionar, sus compañeros de profesión. Gente como Usher, Quincy Jones y Beyonce se declararon fans suyos, y P. Diddy se acercó a saludarle una noche en un restaurante de Miami. "Me dió su número y me dijo: tenemos que hacer algo juntos", recuerda Craig. "Creces tocando la música de una persona y de pronto ese mismo tipo te da una palmada en la espalda. ¡No me entendáis mal, todavía me parece un poco raro! Una de las cosas más halagadoras fue escuchar a Jennifer López decir en una entrevista que escuchaba mis canciones en su habitación. Entonces piensas, ¡déjame entrar en tu habitación, te hago una actuación privada! Eso me demuestra, sin embargo, que sea cual sea tu origen, la gente es capaz de apreciar tu música. Eso te da confianza para seguir escribiendo y haciéndolo lo mejor posible".

El segundo álbum de Craig, Slicker Than Your Average, fue igualmente bien recibido. Enfrentándose a la presión de mantenerse a la altura del monumental éxito de Born To Do It, empezó a experimentar un poco más con el sonido, superando las expectativas del público. Trabajó con su productor de siempre, Mark Hill, y también con gente como Ignorants, productores del norte de Londres, y el equipo noruego formado por Soulshock & Karlin. El tema principal del álbum, un sorprendente dúo con Sting, demostró la versatilidad de la voz de Craig y la variedad de sus influencias. Consiguió otro número uno y el tema fue considerado "la colaboración más potente del año" por el diario The Times. El éxito le catapultó a otro año más de gira, con conciertos a reventar por el mundo entero y una actuación en el famoso Festival de Jazz de Montreux. "No esperaba que pasara todo esto", reconoce Craig. "No pasa un solo día sin que me diga: vaya, esto es absolutamente increíble. Realmente me deja alucinado".

En 2004, Craig tuvo por fin la oportunidad de hacer inventario y revisar su vida. Se compró una casa en Londres, disfrutó a fondo decorándola y por fin se estableció en un lugar el tiempo suficiente para poder salir de nuevo con sus amigos. Para él fue como una revelación. Después de trabajar duro durante casi cuatro años, Craig podía volver a concentrarse en componer y tomarse su tiempo para hacerlo bien. "Siempre hay un buen momento para publicar un nuevo disco, pero para mí era muy importante ahora no precipitarme con el siguiente. El segundo disco salió pegado al primero y tuve que volver al estudio y ponerme a trabajar a toda velocidad. El siguiente trabajo es el resultado de un poco de relajación para ver qué es lo que ha pasado".

Cuando llegó el momento de ponerse a escribir canciones en serio, Craig volvió al estudio junto a su colaborador de siempre, Mark Hill, y juntos se dieron cuenta de que lo que importaba esta vez era crear grandes canciones. "Tenemos mucho por demostrar", admite Craig, "y nuestro enfoque con este álbum se parece mucho al del primer disco en muchos aspectos. Ha pasado tanto tiempo entre los discos que todo parecía natural. Cuando Mark y yo trabajamos, la producción es solamente la guinda del pastel. Hay gente que se esfuerza mucho en la producción, pero no tienen detrás una buena canción que sostenga esa producción. Trato de evitar eso. Me he tomado mi tiempo para asegurarme de que las canciones son lo mejor".

El resultado es un disco sorprendentemente honesto y emocionante en el que la personalidad de Craig y sus experiencias se convierten en el centro del disco. Al tomarse tiempo para si mismo, ha vuelto a descubrir lo que le conmueve, qué es lo que le hace salir a la pista de baile y cómo se ha ido formando la persona que hoy es, y todo eso lo ha trasladado a un álbum profundamente conmovedor, con el acertado título de The Story Goes.... "He madurado en el aspecto vocal y ahora conozco mis puntos fuertes y mis debilidades y ahora puedo ponerme a ello y consigo aprovechar al máximo el conocimiento que tengo sobre mí mismo y mi forma de trabajar. Este disco tiene mucho material muy personal, cosas que antes no hubiera sido capaz de decir, porque no tenía la suficiente confianza para hacerlo. A veces una canción habla de una etapa de tu vida o de un tiempo y un espacio determinados y entonces tocas temas con los que también la gente puede sentirse identificada, y eso es lo que hace atractivo un álbum".