Uno de los grupos que más pasiones ha levantado en el panorama del rock nacional tiene una historia labrada con la fuerza de cuatro discos de estudio, tres de directo, uno de rarezas y dos recopilatorios y el coraje de sus conciertos, conciertos que no fueron otra cosa que la oportunidad de representar en público las canciones que crearon. Fue en 1985 cuando empezaron a rodar en firme Héroes del Silencio, antes habían pululado por otros grupos zaragozanos, con sonidos y ambiciones diferentes. En el 86 despuntaron en las fiestas del Pilar (Zaragoza), un año más tarde firmaron su contrato discográfico, muchos ya se habían fijado en ellos, el aura del éxito y la sorpresa había ido armando los primeros pasos de su biografía local, a comienzos del año 88 publicaron su primer disco Héroe de leyenda, un mini elepé con canciones elásticas fruncidas para el triunfo rápido, eran tan sencillas y efectivas sus músicas como incipientemente complejas sus letras. La fuerza de su ejecución ya se perfilaba como su principal arma, sin embargo pronto empezaron un viaje hacia el rock más eléctrico y abultado, curtiendo sus canciones y explorando paisajes crípticos que se han convertido en su marca, fue su señal de identidad y el principal valor para los miles de seguidores que, primero en España y luego en Europa, han conseguido a lo largo de su carrera. Trazando un mínimo hilo argumental histórico deberíamos aclarar que Héroes del Silencio surgieron en el momento preciso y en el lugar adecuado: a mediados de los años 80 el rock necesitaba nuevos ídolos que sustituyeran desde la contemporaneidad a las gastadas estrellas de los años 60 y 70; que renovaran el paisaje tras la hecatombe artística y la consiguiente domesticación de la generación postpunk. En España las cosas no estaban mucho mejor: a los supervivientes de La Movida la inspiración comenzaba a flojearles y la mayoría quemaba las últimas naves antes de la debacle definitiva de los años 90. En el horizonte se vislumbraba un páramo para el rock. Pero Héroes del Silencio estaban preparados para el futuro. Creían en él y en ellos mismos.
El primer larga duración, El mar no cesa, se publicó en 1989 y los situó en la esfera de ganadores, entre el rock más reputado y el más comercial, una fórmula perfectamente ambigua que sumó siempre en su favor por ambos lados, el directo continuó siendo su principal catalizador, una manera muy particular de poner en vivo las canciones, de interpretarlas con fuerza y sin rubor en giras que continuaron aumentando el número de sus citas con los escenarios.
Después de la aparición de este primer larga duración, se puso a la venta un minielepé que llevaba el genérico nombre de En directo en 1989 y que incluía 5 temas grabados en vivo durante la gira de presentación de su primer álbum. Parece ser que la banda no había quedado del todo complacida con el sonido conseguido por los productores del primer disco y una buena forma de resarcirse de dicho sonido y demostrar lo que ellos eran capaces de hacer encima del escenario, fue poner a la venta dicho disco, del cual, solamente se fabricaron 5.000 unidades numeradas y nunca llego a estar publicado en formato cd.
En 1991, el grupo se encontró con la horma de su zapato, un productor reputado, con pose histórica, que renunciaba a los artilugios gratuitos, les reclamó para la grabación de su siguiente disco y para implantar en el mismo la fuerza de la interpretación que tan buen resultado les daba en sus conciertos. Phil Manzanera se topó con la música de Héroes y la impulsó a base de ahuyentar todo lo superfluo para hacer valer más las propias canciones. Así se grabó Senderos de traición: con el sentimiento profundo de un equipo formado por el grupo y el productor, cuando el disco salió, la banda zaragozana se había encumbrado al podio del triunfo cuantificable, más de medio millón de copias vendidas del álbum, su ciudad se erigía como cuna de numerosas bandas de rock y en medio del esplendor ellos estaban dispuestos a corretear por el mundo movidos por una furgoneta y las ganas de tocar encima de un escenario ante un público que hablase español o cualquier otro idioma. Decenas de conciertos en Alemania, Bélgica, Italia...y centenares de miles de discos vendidos en esos países dieron prueba de ello.
Todos esos conciertos quedaron inmortalizados tras la publicación en 1991 de otro nuevo disco en directo grabado durante toda la gira y que llevaba como título el sugerente Senda 91. Otro disco que demostraba todo el poderío instrumental y vocal de los zaragozanos encima de las tablas.
Este disco también ha estado descatalogado desde el año 2.000 y también ha llegado a convertirse, junto al minielepé En directo en una auténtica pieza de coleccionista.
Ya más cercano en el tiempo, El espíritu del vino (1993), nos llevó al lado más experimentado de Héroes del Silencio, el discurrir del tiempo les benefició, cambios vitales en quienes componen el grupo afloran en las canciones, más fuertes y explícitas que las anteriores, también algo más positivas que su espíritu, desde luego menos góticas y , por supuesto, bastante menos ambiguas.
Los cuatro -Enrique Bunbury, Pedro Andreu, Joaquín Cardiel y Juan Valdivia- gozaban de un buen momento. En el año 1995 marchan a Inglaterra para comenzar su álbum Avalancha.En abril de este mismo año empezaron a grabar en Los Ángeles con Bob Erzin (Pink Floyd, Peter Gabriel, Kiss etc) como productor. La gira de tres meses de duración y más de 60 conciertos les llevó a Italia, Hungría, Austria, Holanda, Inglaterra, Finlandia, Suecia, Dinamarca etc, y tras un merecido descanso emprendieron su viaje por Sudamérica (México, Argentina, Chile..).
Tras la gira de Avalancha en el 96 lo siguiente fue un disco en directo Parasiempre, con los mejores momentos de su última gira. HDS es una de las bandas que más pasión de coleccionista ha despertado en nuestro país, y no sólo por el material promocional discos pensados para la radio que no circulan comercialmente y que se revalorizan asombrosamente- también piratas y documentos con toda la iconografía, camisetas, fotos, portadas, posters,...que afloraron alrededor de un grupo ciertamente singular que pasaba por un momento esplendoroso de su carrera. Recorrieron varios países europeos tocando en directo, abriéndose camino con la fuerza de su música, no con una campaña de promoción privada o institucional. Tocaron en festivales de gran audiencia sin renunciar un ápice ni a su música ni a sus letras. Aparecieron en los programas de las principales televisiones europeas, y en las portadas de las revistas musicales grandes y pequeñas. Para la crítica no son material inerte y no han pasado indiferentes: unos se emplearon a fondo en desacreditarles mientras otros se deshicieron en elogios, quienes participaron de la emoción de sus canciones y conciertos son, como siempre, quien más partido sacaron.