Tras la última nota de la última canción, que tocaron en un maratón hace unos años, Dan Reynolds, el líder de la banda rockera con base en Las Vegas Imagine Dragons, se dio cuenta de que todo empezaba a cobrar forma. "Estábamos tocando en un sitio llamado O’Sheas que tiene la cerveza más barata de la zona", recuerda Reynolds. "Yo estaba prácticamente encima de la batería, el escenario era muy pequeño. Estábamos tocando la última canción de un repertorio de 6 horas, estaba terminando la canción y me desmayé mientras cantaba. Volví en sí, me levanté, acabé la canción y el público que asistía a la actuación de este pequeño casino de Las Vegas a las tres de la mañana de un día entre semana nos brindó una gran ovación. Algo en ese momento nos unió y nos hizo ser conscientes de que estábamos creando una conexión con gente de todo el país".

Desde entonces esa conexión ha ido in crescendo. Reynolds y sus compañeros – el guitarrista Wayne Sermon, el bajista Ben McKee y el batería Daniel Platzman – editaron de forma independiente tres EPs, actuando de forma ininterrumpida ganándose una base de fieles seguidores. A principios de este año hicieron su debut con un sello discográfico lanzando su EP Continued Silence, que contenía su single rompedor "It’s Time", un tema que se convirtió en un himno representativo del sonido emocional y sin mácula de la banda. La canción que llegó al Nº #3 en la radio Modern Rock y Nº #2 en AAA, le valió al grupo una nominación a los Premios MTV VMA del 2012 en la categoría "Mejor Video Rock". Con la oleada de energía generada por "It’s Time", Imagine Dragons preparan ahora la edición de su primer álbum, Night Visions, que estará disponible en el sello del productor ganador de un Premio Grammy, Alex Da Kid’s (Eminem, Rihanna), KIDinaKORNER. "Este disco nos ha llevado tres años", Reynolds cuenta entusiasmado al poder compartirlo con todo el mundo finalmente. "Sentimos que hemos creado al final algo de lo que nos sentimos profundamente orgullosos, que esperamos pueda inspirar a otros y les ayude a sentirse un poco menos solos. Eso es la música. El mejor comunicador que yo conozco".

La filosofía de Imagine Dragons se centra en el sufrimiento emocional. Desde el principio el grupo se puso como objetivo llevar el dolor que cada uno había sentido en su vida a un proceso centrífugo del que surgiera algo redentor y edificante. Esa transformación – de la emoción del dolor al arte– es lo que les motiva como personas y también les sirvió de inspiración para crear su primer éxito. "Compuse ‘It’s Time’ durante un periodo de cambios en mi vida", recuerda Reynolds. "Parecía que todo iba mal, yo intentaba decidir lo que quería hacer con mi vida, intentaba decidir si iba en serio con la música. Estaba tomando decisiones sobre quién era. Soy muy joven y todavía estoy en ello".

El equilibrio entre seguir adelante con decisión y arriesgarlo todo es el núcleo duro de la tensión del corazón y del sonido de Imagine Dragons, es además su identidad y un reflejo de la ciudad que consideran su casa. "Nuestra banda no existiría sin Las Vegas", dice simplemente Reynolds. "Es un sitio genial para comenzar como artista". Se conoce a Sin City como un estercolero creativo pero extrañamente esto supone una ventaja para los músicos que viven allí. "No está sobresaturado". "Puedes tocar en casinos si eres un grupo nuevo – la mitad versiones y la mitad temas tuyos – y llegas a fin de mes. Pudimos alquilarnos una casa y salir adelante. Comiendo ramen, pero bueno". Sobrevivir como rockero en Las Vegas puede resultar relativamente fácil pero la competencia es criminal porque la ciudad es como un campo de entrenamiento para artistas. Al contrario que en Nueva York o Los Ángeles, donde la preocupación es ser la banda de rock más deseada, en Las Vegas tienes que competir con showgirls, la ruleta y con Cher en el Caesars Palace. "Aprendes a sobresalir porque estas compitiendo para llamar la atención de personas que están sentadas en las máquinas tragaperras", explica Reynolds. "Tienes que darlo todo y aprender lo que llama la atención de la gente y les haga levantar la vista del tablero y decidir que merece la pena acercarse a verte"

Para Imagine Dragons eso es la brutal honestidad y el poder del rock intercalado de ritmos innovadores, líneas de bajo y percusión. "Nos gusta hacer sonidos crudos y naturales y transformarlos en sintéticos sin que pierdan su naturalidad y su crudeza", dice Sermon. "Somos unos locos de las máquinas. Experimentamos mucho con percusión eléctrica y acústica y las solapamos". Todos los miembros del grupo menos Reynolds asistieron a la prestigiosa Universidad de Boston Berklee College of Music y la formación técnica y la precisión que conlleva su formación ha impactado fuertemente en el proceso creativo y en el sonido de la banda. "Soy músico de oído, cuando unes estos dos tipos de personas es cuando aparece la magia", dice Reynolds.

Con la edición de Night Visions, Imagine Dragons optan finalmente a mostrar al mundo como suena la magia. Comenzaron con una gran declaración de principios con el tema Radioactive, una mezcla de ritmo palpitante y delicadas guitarras acústicas que aborda en su letra como afrontar el apocalipsis. "Queríamos que la gente escuchase esa canción y se sintiese llena de fuerza", explica Reynolds. En cambio la delicadeza de canciones como "Demons" equilibra el álbum ampliando su registro con un sentido de intimidad humana. "El título del disco surgió de forma natural", Reynolds revive el tema central que recorre todo el proyecto. "Nos sentamos todos en una habitación y escribimos lo que la banda y nuestro sonido significaba para nosotros. Todos hemos afrontado nuestros demonios y ansiedades y coincidimos en que nada calma más el ánimo que la creatividad. Muchas canciones del álbum las compusimos tarde, de noche, y algunas de las letras están basadas en sueños o incluso pesadillas que he tenido. Así que cuando surgió el título Night Visions nos pareció que encajaba perfectamente. Esperamos que inspire a otros para crear y les ayude a superar sus propias dificultades".