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La llamada

Cantautor

Fecha de publicación del disco: 7 de octubre de 2014

1.Apenas se nada de la vida
2.Candombe para olvidar
3.Pequeña bachata mediterránea
4.El día de la ira
5.Rebelión en Hamelín
6.Éramos tan jóvenes
7.Quisiera
8.Mi problema
9.La casa y el lobo
10.Absoluto
11.Te vi
12.Ahora que te encuentro
13.La llamada

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Ismael Serrano: La llamada - portada mediana
Un nuevo sonido que mira al sur
El disco te parece que es:

Ismael Serrano se estrena con Sony Music con La llamada, su noveno álbum de estudio. Se anuncia como "algo más que un simple cambio de escudería, es el inicio de la búsqueda de un son que remueva el alma y las conciencias, sin abandonar el vuelo poético que siempre ha presidido su música". Producido por Ismael Serrano y Jacob Sureda.

De Mario Benedetti toma el espíritu de este trabajo. "Que no se olviden de tu alegría", canta en la canción que da título al disco, para –tal y como pedía el poeta uruguayo– defender la felicidad frente al desastre que nos toca vivir.

La llamada es una colección de 13 canciones en las que "la lucha adquiere carácter de celebración, el desamor se cura al ritmo del candombe y se retrata la épica del desahuciado a golpe de bombo lleno de esperanza. Es una conjura de la ira para vestir de abril plazas y bulevares. Basta de lamentos: es hora de levantar la mirada, grita el cantautor. Como en las tradicionales llamadas del carnaval uruguayo, que convocan al encuentro a golpe de tambor, Ismael nos cita para celebrar que estamos vivos y rebeldes. Lo hace a través del batá y del bongó, del pandeiro y del güiro, de los tambores y de los bombos, y por supuesto de la guitarra y de su serena voz de siempre".

Además de candombe, en La llamada hay bachatas traídas al mediterráneo, son del Caribe, samba para pedir un deseo y casi reggaetón para convertir la tristeza en esperanza. El disco mira al sur más que ningún otro. Al fin y al cabo, según el propio Serrano, Madrid, con su "puerto de mar y el rumor de sus olas", no deja de ser un malecón latinoamericano.


Canciones para una recién nacida - El documental
En 5 capítulos el cantautor explica el proceso de composición y grabación de las canciones del disco. Entre la confidencia, los versos, y la charla entre familiares y amigos Serrano revela los secretos que se esconden tras el origen de este nuevo álbum.

"El año en que tú nacías empezaba todo", concluye Ismael en la primera de las piezas, dirigiéndose a su hija recién nacida. Ante la adversidad, un recién llegado nos renueva la mirada y nos hace entender que no todo está perdido. La vida fue un ensayo hasta ahora, canta Serrano en La llamada.

Conversaciones con Rodolfo Serrano, padre del artista, periodista y poeta, autor de una de las canciones de este disco (en la que colabora la cantante mexicana Natalia Lafourcade), brindis con amigos de toda la vida, repaso de los viajes que hicieron nuestros ancestros, cuentos para despertar a niños con sueños, noticias del periódico, todo ello se sucede en este making of diferente y sentimental.


Presentación del disco por Dani Mateo
Hay pocas cosas peores para un cómico que ser fan de Ismael Serrano. Bueno sí… Hay algo peor. Ser fan de Ismael Serrano y decirlo. Perdón. Hay algo peor aún: ser fan de Ismael Serrano, decirlo y hacerse amigo suyo. Porque cuando uno le conoce, automáticamente, tiene que tirar a la basura todos los chistes de cantautores tristes de su repertorio. ¡Precisamente los que más celebra el público! Así que aprovecho este espacio que tan amablemente me cede – encima es generoso – para decirle: ¡Vete a la mierda, Ismael Serrano!

Porque digo yo… ¿Qué le costaría a él ceñirse escuetamente a lo que se pide a un cantautor? A saber: bufanda, guitarra ajada – a poder ser con un símbolo de la paz grabado a navaja –, mucha paja mental, mucho porro, otro poco de tópicos, una cucharadita de nostalgia rancia y unos dientes amarillos a modo de tarjeta de visita. Y, ante todo, ego. Tanto ego que haga imposible sentir la más mínima empatía hacia él. ¿Cómo hacerlo con un llorón de boca azul que cierra los ojos para no ver al de enfrente y le dedica las canciones a su ombligo?

Esas eran las reglas. El cantautor a sus penas y los cómicos a nuestros chistes de cantautores. Todo correcto. La rueda gira. Pues no... Resulta que Ismael Serrano se empeña en seguir contando cosas que nos resuenan en el pecho. Historias en las que te sientes protagonista y no espectador. Y además, va el tío y las actualiza. Y así en este disco encontrarás canciones que hablan del 15M y las Mareas ("El día de la ira"), del desconcierto de acercarse a los 40 con la mochila vacía ("Apenas sé nada de la vida"), de cuentos sobre la manipulación mediática y los desahucios (Rebelión en Hamelín, "La casa y el lobo"), de lo tierna y estúpida que se ve la adolescencia desde aquí ("Éramos tan jóvenes") o de la terca, necesaria y eterna invitación de la vida a ser feliz, aunque haya que intentarlo a golpe de rabia y de pancarta… ("La llamada").

Por eso, aunque me cueste las risas del gremio, debo reconocer que sigo siendo fan de este tío. Entre otras cosas, porque le canta a lo que yo escondo. Porque escucharle es prestar atención a la parte de mí con la que casi no hablo. A la que protejo con esa máscara que todos nos ponemos para salir al mundo y que Ismael se empeña en arrancarnos. Qué cabrón. Qué necesario. ¿Qué os puedo decir? Una vez más… Acudiré a su llamada.


El disco
Estamos ante un disco luminoso. La llamada tiene aire de fiesta, textos donde abunda una poesía de la felicidad que reconforta. Son canciones para un tiempo nuevo. Alegría de vivir en medio de la tempestad.

"La vida fue un ensayo hasta ahora/ Sal a la calle/ Salta las olas", reclama Ismael Serrano.

Pero ¿a qué suena La llamada?

Suena a Ismael Serrano (por supuesto) pero hay más. Hay sonidos de América Latina, la épica de cierto rock de combate, pop en el mejor sentido de la palabra, canción romántica, candombe, bachata e himno de cancha.

Es canción de autor para el siglo XXI.

En este disco se menciona a Kurt Cobain, se cita a Silvio Rodríguez y en uno de los temas junto a Ismael Serrano canta Natalia Lafourcade, una de las más bellas voces del joven pop mexicano.

Y además de todo eso: ¿a qué suena La llamada?

A América.

En el principio fue el folclore. O el folk, si se prefiere. Todo músico no hace sino reinventar el folclore, cantar otra vez sobre esos viejos sonidos que hechizaban alrededor de la hoguera en la noche de los tiempos. Algunos músicos lo saben, otros (pobres de ellos) lo ignoran. El folclore está en el origen del rock, del punk, de la música electrónica… Ismael Serrano lo sabe. Conoce perfectamente que en el principio fue el folclore y que a los ritmos de cierto folclore hay que regresar de cuando en cuando.

E Ismael Serrano actualiza el candombe y lleva a su terreno la bachata y convierte los sonidos de carnaval del Uruguay en un himno global titulado La llamada.

Pero no sólo eso. Ismael Serrano igual bebe del pop y el rock, de las baladas de Damien Rice y otros cantautores británicos, de los violines celtas y de cierto tono insurreccional del punk.

Y La llamada es un himno. A todo artista le gustaría componer un himno. Bob Dylan hubiera matado por haber sido el inventor La Marsellesa. Bueno, eso es una boutade. Dylan escribió Blowin’ in the wind que es un himno. Ismael Serrano también construye himnos. Lo fue Papá, cuéntame otra vez. Y lo es La llamada.


Las canciones
La llamada es una canción para la historia, épica en estado puro, uno de esos temas que a la primera escucha se percibe como incontestable hit.

La llamada captura a la perfección el espíritu convulso de la época que nos ha tocado vivir. Lo nuevo está naciendo y lo viejo no acaba de morir.

Hayas sido partidario o detractor de Ismael Serrano hasta ahora, después de escuchar La llamada, como poco, habrás de presentar tus respetos a un cantautor que se ha hecho adulto sin ceder un milímetro en su juvenil energía.

Batá, bongó, pandeiro, güiro, tambores, bombos y una aproximación musical a las llamadas uruguayas, composiciones de origen africano para la fiesta del carnaval. Eso es La llamada.

Música con ganas de pelea como El día de la ira, pieza que arranca remitiéndonos a Radiohead y al universo electrónico y contiene legítima ira punk. Aunque al final siempre la esperanza venza a toda oscuridad: "Somos la alegría que regresa/ el día de la furia en primavera".

Y el amor (siempre). Uno de los asuntos principales de Ismael Serrano (y de cualquier artista que relate buenas historias). Especialmente emocionante resulta Mi problema, tema en el que la mexicana Natalia Lafourcade acompaña a Ismael Serrano. Todo un clásico instantáneo, pieza maestra, uno de los dúos más potentes que se han escuchado en los últimos años en la canción popular en español.

Una canción tan perfecta que pueden apropiársela de inmediato las orquestas que tocan en las fiestas de los pueblos, los borrachos, las colegialas enamoradas, los coros de camaradas que atruenan las barras de los bares.

Aires mexicanos a medio camino del pop y de Chavela Vargas. Letra de Rodolfo Serrano.

Siempre los sentimientos desatados. Como en Quisiera, exaltación feliz del amor, pura y simplemente una canción alegre para un viernes por la noche. La gente de Franz Ferdinand decía que su objetivo era escribir canciones con las que disfrutar antes de salir de marcha a echar unos tragos. Este es el caso.

Y los cuentos para niños, con gran presencia en este trabajo.

Rebelión en Hamelín (el segundo single) suena a trova cubana, a Compay Segundo trazando un Chan Chan y las fábulas musicadas de Silvio Rodríguez.

La casa y el lobo o la reinterpretación del cuento tradicional al modo del poeta Goytisolo (“Érase una vez/ un lobito bueno”) pero esta vez con los tres cerditos desahuciados de su casa.

Y el paso del tiempo.

Recordando a Kurt Cobain y Éramos tan jóvenes como una continuación de Ahora y Vértigo o el tiempo acelerando el paso y, al final, no era para tanto.

"¿Dónde estaremos los dos cuando cumplamos cuarenta?", canta Ismael Serrano. En otro lugar, tal vez, pero con las mismas zozobras.

Y el talento desaforado que tiene Ismael para el drama: Ahora que te encuentro, con ese clímax emocional a mitad de la canción, ese ascenso súbito como en otras grandes obras maestras suyas (Vine del norte, Cien días…) cuando de repente estalla todo en un puñetazo lírico resultante del choque entre un brutal alarde de voz y un fogonazo orquestal de los que obligan al que escucha a levantarse del asiento.

Candombe para olvidar y Bachata mediterránea evidencian el interés de Ismael Serrano por explorar todo tipo de territorios musicales.

Absoluto contiene un piano al inicio tan brit pop aunque luego vuele a otros lugares y Te vi suena celta y es una bella miniatura en forma de poema de amor.

La llamada contiene las mejores canciones de Ismael Serrano y, por encima de todas, La llamada, llamada a convertirse en clásico. Palabras mayores.



Teaser


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