Imagina que tienes 19 años y que te han echado de un trabajo sin futuro lavando furgonetas. Eso fue lo que le sucedió después de nueve meses agotadores y de una pelea con su jefe porque tuvo la audacia de llegar diez minutos tarde. Su familia estaba en la ruina, de modo que no podían ayudarle. "Tengo 19 años y vivo la vida de un hombre de 40", se queja James Morrison.
James Morrison es el propietario de una de las voces soul más carismáticas de un inglés blanco. Tiene esa sustancia que encaja con su estilo. Sus letras poseen emotividad. Tenía muchos momentos oscuros en los que inspirarse. Una familia fracturada; pesadas cargas de deudas; pocas posibilidades de futuro; amigos de la infancia que se habían convertido en drogadictos. También ha habido amor, romance, calidez y alegría cosas por las que ha pasado durante unos años muy duros.
James nació en Rugby a mediados de los 80, es el segundo de tres hermanos. Papá era un bala perdida y los dejó cuando James era pequeño. A mamá se la comían las deudas, la depresión y el estrés de tres niños, trasladarse de casa se convirtió en algo habitual una serie de diferentes nuevos comienzos que nunca fueron tales. "La razón principal por la que nos trasladábamos cada vez era porque teníamos muchas deudas. Nos iban a echar de la casa, así que nos íbamos".
Se sentaba a escuchar a Otis Redding, Marvin Gaye, Stevie Wonder. "Me encanta la crudeza de ese tipo de música la emoción. Eso es lo que yo quería aprender, como ofrecer emoción". Grabó su voz, al principio copiando, y luego desarrollando su propio sonido. "Es decir, cualquier hombre blanco ingles que intente cantar exactamente como Otis Redding va a parecer estúpido. De modo que yo necesitaba encontrar mi propia forma de transmitir sentimiento".
Su primer disco Undiscovered llega al nº1 en Reino Unido, vendiendo allí durante 2006 más de 500.000 de copias y en el resto del mundo más de 1.000.000.