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Josef Salvat

Como un confesado perfeccionista, Josef Salvat se ha puesto a funcionar a toda máquina. Existen cuestiones menores como poner los toques finales a su álbum debut, para empezar. No importa la capacidad del cantante australiano para la vacilación, que es tan poderosa como la confianza artística y y determinación que conforman su manera de componer. Así y todo, como el propio Josef reconoce, con su característica risa irónica, sin esa compleja mezcla, no sería capaz de crear su música.

La idea de distanciamiento, de alteridad en la música de Josef, inmediatamente tocó la fibra sensible de los oyentes cuando publicó las canciones This life, Hustler y Every night en 2014. Pequeñas sinfonías de electro-soul tardío, con letras que hablan de amor, lujuria, obsesión y traición, parecen ocupar su propio espacio, y estar infundidas por una suerte de mundo nocturno de sombras, donde el amor es un juego en el que hay pocos ganadores. Musicalmente, surgen de versos dispersos y sencillos que no dan el menor indicio del drama que se avecina. El contraste es tan apasionante como desconcertante. "Sinceramente creo que contención está subestimada en el pop", dice Josef. "Y mi tendencia natural es exagerar, siempre. Así que esa es otra batalla. Que claramente disfruto, supongo".

El pasado musical de Josef podría explicar esa alteridad. De niño, casi no escuchaba música pop, sumergiéndose en cambio, en la música clásica. "Durante los 10 primeros años de mi vida", dice "la única música no-clásica que escuchaba era The Art of Noise, un álbum de grandes éxitos de Bruce Springsteen, además de Nina Simone y Billie Holiday, y la banda australiana afincada en Londres Big Pig. Más tarde, añadí a Coldplay, Spice girls y Aqua. Pero aparte de eso, el resto era música clásica. Mi madre era más bien rara, una persona que llevó a su hijo de año y medio a la Ópera de Sydney. Así es como me inició en la cultura".

Han existido otras paradas, poco convencionales, en el viaje de Josef hacia la música que está haciendo en la actualidad. Habiendo dado la espalda a la música clásica, estudió Derecho, completando el último año de carrera en Barcelona, donde también hizo un curso de ingeniería de audio. "La familia de mi padre es de esa parte del mundo, así que mi idea era re-conectar con todo eso, terminar la carrera y estar un poco más cerca de Londres, que era mi objetivo principal. Todas las personas a mi alrededor perdían sus trabajos y los negocios acababan en bancarrota, así que era imposible encontrar un trabajo. Acabé llevando un B&B de manera ilegal en el piso en el que estaba viviendo, vendí algunas cosas y trabajé de traductor para sobrevivir. Fue difícil pero tenía el sol, la playa y las cosas eran baratas". Lo más impactante en el año que Josef vivió en España, dice, fue la lección de vida que aprendió allí. "Toda aquella experiencia me enseñó cómo sobrevivir – que no era algo con lo que tuviese que enfrentarme en mi país de origen – y esa vida es al 100% lo que tú hagas con ella. No es justa o injusta, simplemente 'es' – algo que era aterrador y liberador a partes iguales".

Josef pasó muchos meses trabajando con el productor Rich Cooper, a quien le presentó su mánager. Antes de establecerse en Londres, Josef estuvo viajando entre España y el Reino Unido, trabajando con Rich en este último, y terminando su carrera en Barcelona. Sobre la preparación de su álbum debut: "Las canciones son una auténtica mezcla, algunas de ellas fueron escritas el año pasado o el año anterior, pero hay algunas que son de hace ocho años. Estás constantemente intentando escribir por las razones adecuadas, por ti, pero no puedes evitar empezar a pensar, '¿Podría escuchar esto en la radio?' Es el tira y afloja perpetuo. A la vez, estarías loco si lo ignoraras, porque la música se hace para que la disfruten otras personas. Y definitivamente hay una parte de mi que piensa, 'Sólo tengo una canción si a la gente le gusta'. Siempre he intentado hacer buena música pop, música interesante que me guste a mi. Pero soy muy consciente en este momento de que tengo que seguir centrándote en el arte".

Además de los singles introductorios de 2014, los temas que va creando sólo profundizan la idea de un talento singular, explotando su propia veta. La temática negra-como-la-noche coexiste con las melodías pop efervescentes, y la combinación, la dualidad, es cautivante. La resplandeciente, tocada al piano In the audience encuentra a Josef dirigiéndose a su amante, que está entre la multitud de asiduos a sus conciertos pero que felizmente ignora el hecho de que, en el escenario, Josef canta sobre su decisión de terminar esa relación. "Es una historia real", confesa Josef, "aunque estoy seguro de que la persona en cuestión todavía no se ha dado cuenta de qué va la canción". La quejumbrosa Punch line encuentra a Josef analizando las ruinas de un romance condenado, mientras el pasea por las habitaciones de un piso que ahora sólo está lleno de recuerdos y fantasmas. The days es el reconocimiento, poniendo las cartas sobre la mesa, del fracaso y el alejamiento emocional, sus versos dispersos explotan en un estribillo cuyo candor y belleza melódica resultan estremecedoras. La melancólica, salpicada con el sonido de las cuerdas, Shoot & run vibra amenazante, con la voz de Josef tan cerca que casi puedes sentir su aliento en el cuello. Til I found you, por el contrario, es una sentida pero musicalmente alegre historia marcada por el ritmo sobre la violencia emocional y el amor no correspondido.

Esta es una música de profunda honestidad, complejidad y originalidad. "La razón por la que hago este tipo de música", dice para despedirse, "es simplemente porque me gusta. Así de sencillo. Comparada con otras cosas en mi vida, la música es algo en lo que no tengo que pensar mucho, porque es instintivo, y relativamente instantáneo. Y cuando estoy haciendo música, no me importa nada; sólo quiero hacer lo que hago".