Musicalia > Leo Jiménez > Biografía
Destacado: Las 30 canciones favoritas del año 2024 en LaHiguera.net
Leo Jiménez

"Cuando tenía doce años, me pasaba horas y horas sentado en el suelo de mi habitación escuchando música. Al principio oía todo tipo de estilos, pero pronto empecé a interesarme mucho más por el Rock y el Metal principalmente, incluso cuando era mucho más pequeño, ya les daba la lata a mis padres con canciones de Miguel Ríos. También recuerdo perfectamente aquellas navidades en las que mi abuelo (Parte de mí) recorrió media ciudad para comprar una guitarra de juguete que me regaló el día de reyes.

Así empezó todo, con esa guitarra pegando cabezazos frente al televisor cada vez que ponían el video del Final Countdown allá por 1986, yo con siete añitos y una melenilla por detrás de las orejas... Ya con catorce, empecé a tocar la guitarra eléctrica (esta si era de verdad, muy mala, pero de verdad...jeje). Formé mi primera banda junto a mis amigos de siempre Javi Canseco (Cuatro Gatos) y Alex Briceño. éramos malísimos, pero lo pasábamos en grande mientras aprendíamos a tocar. Poco después, Javi y yo nos unimos a mi vecino del noveno Pepe Herrero, que ya por aquellos tiempos tocaba la guitarra eléctrica, el piano, la tuba y todo lo que le pusieras en las manos...¡Siempre fue un máquina! Pepe decía que yo tenía que cantar, que se me daba mejor que la guitarra...ya veis, le hice caso y aquí estoy...

Entre los tres y varios amigos más (Gustavo, Safe, Sebas, María, Jose [Hamelyn] y después Patricio) formamos Krysalida, mi primera banda como cantante y la que pudiera ser el inicio de Stravaganzza. Era un grupo muy parecido en concepto. Utilizábamos orquestaciones y violín real. Nos gustaba crear atmósferas oscuras y ambientes de "banda sonora de peli" y lo mezclábamos todo con Metallica, Sepultura y Helloween que era lo que más nos gustaba. Creamos un estilo muy personal sin saberlo e incluso fuimos de los primeros en utilizar una voz gutural y otra melódica (fórmula que curiosamente se puso muy de moda unos años después).

Con Krysalida conocimos a Patricio Babasasa, personaje que no pasa inadvertido ante nadie. Cuando le conocí lo primero que pensé fue:

-¡Joer! ¡éste si que es black!- y rápidamente iniciamos una gran amistad que dura desde entonces.

Cuando se disolvió Krysalida, Patri y yo decidimos seguir juntos con una nueva banda: Azabel. Contamos con Sebas (el otro cantante gutural de Krysalida) con Miguel (Human Mincer) y Lorena (Hellend) como cantante lírica. Así que en Azabel éramos tres cantantes...¿quién da más?...

En esta banda me centré un poco más en la guitarra y en la composición de los temas, pero mientras, seguía estudiando canto y aprendiendo poco a poco de cualquier estilo. Abrí mi mente a todo tipo de cantantes que sin provenir del Rock, aportaron mucho a mi manera de cantar. Mónica Naranjo, Nino Bravo y Camilo Sesto han sido algunas de estas grandes influencias.

Gracias a Azabel, pudimos conocer a otro pilar fundamental en esta historia; Edu Fernández, con él que al fin tuvimos completada la formación. Por aquel tiempo (teníamos 18 años) estábamos muy influenciados por Dimmu Borgir, Covenant y Cradle of Filth (imaginaos el resultado...). Durante algún tiempo compaginé Azabel con la grabación de mi primer disco como músico de sesión, con el grupo Al Borde, los cuales no tenían cantante y me ofrecieron la posibilidad de grabar para ellos. éste fue mi primer trabajo como músico de estudio. Poco después, me surgió la oportunidad de formar parte de Saratoga. Entonces, me fue imposible compatibilizarlo todo, y tuve que tomar la difícil decisión de dejar Azabel para dedicarme por completo al mundo de la música profesional, que era para lo que me llevaba preparando toda la vida. Mis compañeros y amigos de Azabel lo comprendieron perfectamente y es algo por lo que les estaré eternamente agradecido.

Fue entonces cuando me integré en el proyecto de dos músicos de renombre en el panorama del Rock español: Jero Ramiro (Ñu, Santa) y Niko del Hierro (Barón Rojo, ñu) y gracias a Saratoga también tuve la suerte de conocer a un fuera de serie como es Dani Pérez (Ekcema, Skizoo). Con esta banda grabé seis discos. Entre ellos un directo y tengo el orgullo de poder contar con un DVD de oro en mi vitrina gracias a "Saratoga 1992-2004", el cual tuvo mucha aceptación. El otro DVD "A morir", no tuvo tanto éxito pero también le guardo un especial cariño. A lo largo de todos estos años en Saratoga he conocido a un montón de gente maravillosa y muy importante para mí. Desde personalidades del Rock como Ian Gillan o Ripper Owens, hasta compañeros y grandes amigos como Andy C. "Spears", Ruly o el inolvidable Big Simon. También he tenido la oportunidad de poder tocar para miles de personas en escenarios tan importantes como la plaza de "Las Ventas" o el macro-festival "Viña Rock". Experiencias inolvidables que espero poder repetir próximamente.

En todos estos años también he tenido la suerte de colaborar con muchísimas bandas amigas como Avalanch, Dark Moor, Mago de Öz, Metal Mareny, Dragon Fly y un largo etc. Grupos con los cuales he disfrutado muchísimo y he aprendido un poquito de cada uno ya fuesen conocidos o no.

A principios de 2002 empecé a darme cuenta de que, pese a que estaba bastante a gusto en la banda de Jero y Niko y junto a Dani, me faltaba en mi vida algo más mío, más personal. Entonces me reuní con Pepe y mis amigos músicos de siempre para formar una banda en la que hacer una música especial y desde un punto de vista bastante peculiar...

En un primer momento no teníamos ni tan siquiera un nombre, tan sólo nos reuníamos los amigos para tocar y divertirnos. Aunque la idea partió de Pepe y de mí en una conversación escuchando música en mi casa, poco a poco se fueron sumando todos: Alex Briceño, Paco Cinta (amigo y guitarrista de toda la vida), Anti (quien empezó siendo el teclista y ha terminado siendo nuestro técnico de sonido), y Edu Fernández, en quien confiaba plenamente y éramos íntimos desde Azabel. Comenzamos los ensayos con algún tema de Pepe. Aún recuerdo "Miedo en el alma" tocado por todos ellos...

Poco a poco nos dimos cuenta de que aquello podía convertirse en algo más serio y parte del grupo de colegas decidió apartarse a tiempo del proyecto. Finalmente; Edu, Pepe y yo nos mantuvimos en la formación ya que éramos los que teníamos más influencias e ideas en común. Decidimos buscar un "super batería" para seguir con aquello que prometía convertirse en algo especial. No tardamos en darnos cuenta de que le teníamos ante nuestras narices. Dani Pérez era el perfecto candidato ya que además de tocar como nadie era tan buen amigo como los anteriores componentes de esta banda. Ya estaba todo. Stravaganzza nacía y con él un montón de ilusiones nuevas y ganas de crear.

A día de hoy hemos grabado dos discos de estudio y un maxi single con la versión de "Hijo de la Luna" de Mecano. Hemos girado (no tanto como nos hubiera gustado) por España, también hemos formado parte del cartel del "Viña Rock" por dos años consecutivos, e incluso hemos tocado en el festival "Pop Komm" de Berlín.

Lamentablemente mis amigos Edu y Dani tuvieron que abandonar la banda a principios de 2006. Ha sido un palo muy duro e incluso ha habido momentos en los que Pepe y yo vimos muy difícil el poder continuar con Stravaganzza. Afortunadamente y de una manera casi milagrosa (ya que no era tarea fácil sustituir a Dani y Edu), encontramos a dos sustitutos perfectos en escasamente un mes. Patricio Babasasa y Carlos Expósito han conseguido devolver a Stravaganzza ese aire tan especial que necesitábamos para continuar. Sobre Patricio ya os he hablado hace unas líneas...son muchos años juntos haciendo buena música y pasándolo en grande. Respecto a Carlos sólo puedo decir que he encontrado en él un nuevo amigo y un músico tan brillante, que me hace sentir seguro de cara al futuro de Stravaganzza.

Espero no haberos aburrido con mi historia. Está aún sin terminar ya que espero poder escribir mucho más sobre Stravaganzza y mi música.

Un abrazo. Heavy Metal Forever!!"


En 2013 publica álbum de estudio en solitario, Animal solitario, y en 2015 un directo celebración de dos décadas en la música, 20 años tras el apocalipsis.