Nació el 22 de enero de 1980 en Hahira, Georgia. Era la más joven de tres sibilinas cuyo padre era predicador y cuya madre cantaba góspel en sus misas. "He cantado en la iglesia desde que tenía seis años - fui arrastrada a ello", se ríe Lizz. "Mi hermano, mi hermana y yo solíamos cantar como trío cuando mi padre predicaba. Si no estábamos en casa haciendo los deberes estábamos en el coche con nuestros padres yendo a misa o a reuniones diversas". Con catorce años aprendió sola a tocar el piano "para ayudar a mi padre en la iglesia tocando un poquito".
El Instituto Houston County amplió el horizonte musical de Wright. "Estaba en varios coros", recuerda. "También cantaba en dúos y cuartetos vocales. Ganamos varias medallas regionales y estatales. Yo gané un Premio Nacional Coral en mi último año" Durante este período también descubrió el jazz a través del programa de jazz de la NPR de Marian McPartland.
Después de graduarse en el Instituto se enroló en la Universidad Georgia State en Atlanta. "Mi carrera era interpretación musical; sólo hice un año. Cuando haces una carrera así tienes que hacer demasiados estudios clásicos. No había un programa para voz de jazz y yo no quería aprender clásico, así que empecé a trabajar con pequeños grupos de jazz para poder aprender las bases del estilo. Eso era que quería hacer de verdad".
En el verano de 1998 Lizz se mudó a Macon, 200 millas más al sur. Fue un giro decisivo. "Trabajé durante un tiempo y viví sola. Me di cuenta de lo que quería hacer y por qué quería hacerlo. Muchas noches solía conducir dos horas cada noche para ir a Atlanta y escuchar algo de jazz. Después de un tiempo me encontré siendo parte de las jam sessions". Lizz Wright fue "descubierta" e invitada a unirse al grupo de Atlanta llamado In The Spirit gracias a una jam session de 1999 en el Churchill Grounds. En un año, Creative Loafting, el periódico alternativo de Atlanta, nombró a In The Spirit mejor grupo de jazz de Atlanta y dijo lo siguiente de Lizz Wright: "Wright es realmente una cantante de cantantes. Su tono precioso y su fraseado exquisito... prueban que la señorita Wright podría bien ser la señorita Right (adecuada). Lo tiene todo".
"El descubrimiento de la noche fue Lizz Wright... que ofreció un nivel de espiritualidad que no se encuentra a menudo en los jóvenes músicos de jazz. Wright justificó con soltura la emoción que ha estado generando en el mundo del jazz gracias a sus tiempos tranquilos, interpretaciones sentidas y notas resonantes y graves" - Howard Reich, The Chicago Tribune
Un día puede marcar una gran diferencia. El 11 de julio de 2002, Lizz Wright era otra cantante desconocida en la lista de artistas de un concierto- homenaje a Billie Holiday en el Orchestra Hall de Chicago. 24 horas después nació una estrella gracias a sus interpretaciones de I Cover The Waterfront y Don't Explain. Dejaron al público con lágrimas en los ojos.
Una semana después, en otro homenaje a Holiday en el Hollywood Bowl de Los Ángeles, Wright volvió a adueñarse del espectáculo. "La verdadera sorpresa de la noche", según el veterano crítico de jazz de Los Angeles Times, Don Heckman, fue "Lizz Wright en su debut californiano ofreciendo grandes pruebas de su potencial como nueva estrella y cantante jazz. Esbelta y de ojos oscuros, con un aura de confianza, canta con una madurez articulada que sobrepasa su juventud".
Su debut de 12 canciones para Verve, Salt (2003), fue co-producido por la leyenda de la industria Tommy LaPiuma, el gran batería y compositor Brian Blade y el arreglista Jon Cowherd. La mezcla ecléctica de bases del jazz y el pop, sus propias composiciones (Salt, Blue Rose, Eternity, Fire, Silence) y un tema de Broadway demuestran que tiene un don único marcado por un contralto sólido, fraseado emocionalmente intuitivo y una inclinación por el drama contenido.
Wright muestra ser una intérprete consumada desde su versión de Open Your Eyes de Flora Plum o la rendición espiritual que hace de Soon As I Get Home de The Wiz hasta la belleza acallada de Silence y el big band blues de la canción principal. "Tengo que poder vivir en las canciones", dice Wright. "Vivo con las cosas que escribo; vivo con las cosas que interpreto. No hay motivo alguno por el cual no pueda identificarme con las experiencias de otra persona. Lo escucho todo una y otra vez para ver si mi vida acaba diciéndome lo mismo también. Además, tuve la suerte de trabajar con gente que aportó elementos muy distintos entre sí".
La cabeza pensante tras SALT tiene mucha experiencia: El presidente de Verve Tommy LaPiuma le aporta décadas de producción de jazz y pop ganadora del Grammy (George Benson, Miles Davis, Al Jarreau, Diana Krall). Brian Blade ha grabado dos discos en solitario para Blue Note y actualmente graba y toca en directo con Wayne Shorter. Jon Cowherd es teclista y colaborador habitual de Blade. Kenny Banks (el director musical de Atlanta de Wright) toca el piano, el Fender Rhodes y el órgano Hammond B-3. El resto de los músicos de apoyo (Blade, el pianista Danilo Pérez, el saxofonista Chris Potter y el percusionista Jeff Haynes) son parte de lo mejor de los músicos jóvenes de hoy en día. "Toda esta gente tan espectacular trajo todo lo que tenían que dar lo cual fue una experiencia inspiradora", recuerda Wright. "Es realmente mágico cuando piensas en ello".
Aunque está orgullosa, de todo lo que ha logrado, ella aspira a cosas aún mayores. "La música me da la oportunidad de recordar mi espíritu. Pienso en Billie Holiday y Abbey Lincoln - en lo que significa ser una cantante. Cuando expresas y compartes tu humanidad te acercas realmente a la gente en un sentido universal".
Así en 2005 publica su segundo disco para Verve, Dreaming Wide Awake, un álbum en el que Lizz canta canciones que antes interpretasen Neil Young, Fats Waller, The Beatles, Madonna, Herb Alpert, el inclasificable Joe Henry o Devendra Banhart, compone también temas propios y colabora con otros compositores.