Hubo un antes con intercambio de músicos, otros grupos, horas en el local de ensayo y muchos sueños, pero en realidad, la historia de Miranda Warning, tal y como es hoy esta banda originaria de Elche, comenzó el día en que Lucía Martínez Ochoa, recién licenciada en filología, decidió "pasar" de una beca en Estados Unidos, anuló el billete de avión, mandó a "tomar vientos" el doctorado y aceptó ser la cantante de un grupo formado por sus amigos Josué García López y Antonio Javier Romero Rodríguez (guitarras), Alberto Martínez Jover (bajo), y Roberto Ropero Ropero (batería y programaciones).
El grupo pasó a llamarse Miranda Warning, nombre técnico que recibe la obligación por parte de los agentes de policía de comunicar al detenido su derecho a permanecer en silencio.
Firmó un contrato con MuXXIc y al poco tiempo el quinteto se encontró en los estudios Trak de Madrid grabando su primer álbum con Javier Monforte y Gonzalo Benavides como productores, que estuvo en la calle en el año 2000. En ese disco había canciones como "Despierta", su primer single, que fueron bien acogidas por el público y que permitieron al grupo disfrutar de un verano cargado de actuaciones; al principio ante audiencias reducidas, que paulatinamente fueron creciendo hasta culminar en el Estadio Olímpico de Sevilla, como grupo invitado de Maná, y en las fiestas de Elche, lugares donde se dieron lo que popularmente se conoce como un baño de masas.
Para registrar su segundo disco, Escena Segunda, los componentes de Miranda Warning volvieron a confiar en la producción de Javier Monforte, pero en esta ocasión decidieron cambiar el método de grabación (en realidad, no tan inusual en otros países y en la historia del pop). Todos estaban de acuerdo: Lucía canta mejor en casa que en el estudio, así que hasta Elche se fue Javier Monforte con los micros, y se montó "una chabola" con mantas en la que la cocina era la cabina y el dormitorio la sala de grabación. Allí se grabaron las voces, las guitarras y las programaciones; dejando para los estudios Trak de Madrid el bajo, los coros, alguna guitarra más y las mezclas. El resultado un disco pop de melodías bonitas acompañadas por la susurrante y personalísima voz de Lucía, que transita por la misma onda que el álbum de debú, aunque con matices y propuestas nuevas, como las programaciones de batería, que enriquecen el sonido de Miranda Warning sin desvirtuarlo; porque los arreglos son sólo un traje que viste a la melodía y no la ocultan, pero sin olvidar que una buena canción es aquella que "aguanta" con una voz y una guitarra.
En 2005 firman con SonyBMG para publicar su tercer disco, Los lugares que esperan. "Estos años de silencio no han sido fáciles, pero hemos aguantado los tiempos duros y continuamos juntos", afirma el grupo.