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Pablo López

Pablo López nació en Fuengirola, el 11 de marzo de 1984.

Sería un error considerar a Pablo López como un cantante de pop melódico más. A él mismo le gusta bromear con su sonido diferente: "Sí, es pop con toques románticos", dice, "pero como si se estuviese tocando en un bar a altas horas de la madrugada".

Lo poco que hasta ahora se sabía de este malagueño es que quedó segundo en la edición de Operación Triunfo de 2008. Aunque no conviene quedarse en la superficie: hay mucho más por descubrir …

Ahora ha llegado el momento de adelantarse en la fila y ponerse en primera línea. Lo hace con su nuevo y primer disco, donde combina el pop español melódico de toda la vida, heredero de Alejandro Sanz, con la pulsión pianística de Billy Joel, Elton John o los mismísimos Queen. "Tengo la tendencia armónica británica y la lírica más española". ¿Extraña mezcla verdad? Pues sigan leyendo que aquí hay una buena historia.

Nacido en Málaga en 1984 y fuengiroleño de corazón, sus padres no tienen nada que ver con la música. "Ni un primo lejano", puntualiza. "Mi madre trabaja en un hotel así que todo fue por mi cuenta. Ella me compró mi primera guitarra española cuando yo tenía cuatro años. La música ha sido una obsesión en mi vida desde pequeño. Investigaba y me grababa con un casete viejo". Lo que era un juego se convirtió en una válvula de escape. "Si tenía un problema: me refugiaba en la música".

Y el piano: "Yo empecé tocando la guitarra. El piano asustaba. Pero cuando lo conocí mi mente se abrió armónicamente. Luego fue el instrumento que estudié y ahora es una extensión de mí en los directos. Es mi idioma".

Desde entonces Pablo no recuerda haber vivido sin ella. A los 17 años empezó a tocar en los hoteles de la Costa del Sol. "Es una buena manera de ganarse la vida", recuerda con cariño. Aunque su primer sueldo lo ganó en Londres, donde trabajaba en un pub poniendo cervezas. A Pablo le da un ataque de sinceridad cuando recuerda esos meses: "Pasé hambre", reconoce. "Pero aquella experiencia me enseñó muchísimo. Incluso alguna vez, no sin cierta vergüenza, me arranqué a tocar en el metro de Londres mis canciones".

Pablo tiene formación de música clásica: armonía, solfeo, música de cámara y hasta sexto grado de piano. En total diez años de conservatorio. "Tengo la suerte o la desgracia para no servir para otra cosa", continúa. "Sólo había una carrera universitaria que me interesaba: Periodismo. Pero me dijeron: ‘hombre, te vas a morir de hambre", bromea.

"No fue hasta mi época televisiva cuando empiezo realmente a componer en serio", explica. "Al principio quería hacer canciones como las que escuchaba de jovencito: una mezcla de cantautores como Silvio Rodríguez, Serrat, Sabina, mezclado con rock británico de los setenta, Supertramp, Queen, Pink Floyd… y sobre todo Los Beatles".

Allí, en durante su estancia en OT en 2008 firmó Agua, a medias con el productor Kike Santander, que se convirtió en la canción oficial del programa y de la Exposición Universal de Zaragoza de ese mismo año dedicada al agua. "No tengo nada en contra de OT", asegura. "Aunque según para qué cosas de puede convertirse en un lastre. Yo lo recuerdo con mucho cariño, porque lo pasé muy bien". Fue una etapa más en su vida, ni más ni menos importante que otras que había vivido antes y las que le quedan por vivir.

Porque Pablo siempre tuvo los pies en la tierra. Sabía que tocar ante 15.000 personas en la gira del concurso televisivo no era una realidad completa. Por eso nunca perdió la perspectiva de sus comienzos. Y si había que volver al pisito, de Fuengirola, donde debutó por primera vez ante pocas personas, lo haría sin problemas.

Pero ha llegado su momento. "Me enfrento a él con mucha responsabilidad, pero con la sensación de haber hecho los deberes". En 2013 se publica su primer disco en solitario: Once historias y un piano.