"Cuando vamos a algún sitio nuevo, somos como niños en una enorme casa vacía. Queremos explorar todos esos grandes espacios, subir al ático y jugar entre las cajas y bajarnos al sótano y descubrir esas cosas que se guardan allí. Para nosotros el mundo nunca será lo suficientemente grande" - Gary Lightbody.
Ese mismo sentido de la aventura es el que se palpa en Final Straw, el tercer álbum de Snow Patrol. Una banda que ya está establecida y considerada como una aplastante mezcla entre el retorcido rock británico y el pop de guitarras más alternativo de Estados Unidos. Run el single, entró directamente al número 5 de las listas. Para una banda cuya falta de pretensión no les permite ni siquiera pensar en la grandeza, este éxito fue la cosa más extraña que les podía ocurrir, fue para ellos como un hechizo, pero sólo hasta que salió el álbum, que se colocó en el número tres.
La historia de Snow Patrol comenzó en la Universidad de Dundee en 1994, cuando Lightbody tropezó con el guitarrista Mark McClelland (Apodado: Maps. "Porque se orienta muy bien por la ciudad.") "Nuestras miradas se encontraron en la concurrida pista de baile" dice Lightbody. "Sabía que era la persona que necesitaba. Encajábamos musicalmente y a ambos nos gustaban las mismas bandas, de modo que pensamos "¿por qué no formamos nuestra propia banda?" Ese fue el inicio de Snow Patrol".
Bueno, no del todo. El primer nombre que eligieron para la banda fue Polar Bear, nombre que también había usado el ex bajista de Jane's Addiction, Eric Avery. Cuando surgió la amenaza de un pleito legal, Lightbody y McClelland tuvieron que ponerse a pensar de nuevo y se decidieron por el igualmente invernal nombre de Snow Patrol. Fueron ellos quienes rieron los últimos, y después de cantar para Scotland's Jeepster Records (Belle and Sebastian, entre otros), por entonces la banda ya la formaban tres miembros, el batería Johnny Quinn ya había ocupado su lugar (apodado: Thunderclap. "Porque toca la batería con mucha fuerza"), publicaron su álbum de debut en 1998, descaradamente titulado Songs For Polar Bears.
Las variadas influencias del trío se dejaban sentir en este álbum, que luego sería aclamado por la crítica y considerado como una algarada de pop punk infeccioso, con una inclinación por los estallidos distorsionados. "Básicamente habíamos recurrido a nuestras bandas favoritas y en esos momentos estábamos bajo la influencia del rock americano - the Pixies, Dinosaur Jr, Soundgarden - pero además escuchábamos a My Bloody Valentine y también el primer disco de Super Furry Animals".
Cuando se fue pasando ese estado de ansiedad, la banda decidió seguir con su nombre original (Lightbody: "Lo último que queríamos hacer, era cambiarnos el nombre y seguir tocando canciones de Snow Patrol") y empezaron a escribir Final Straw. Mientras tanto, Lightbody grabó un álbum en solitario, The Reindeer Section, que incluía a luminarias escocesas como Idlewild, Arab Strap y Norman Blake de Teenage Fanclub.
La confianza en sí mismos pronto les trajo la recompensa, con las demos de The Final Straw en circulación, la banda rápidamente fue fichada por el sello Polydor, imprint Fiction y se metieron en el estudio con Garret Lee, alias Jacknife Lee, un genio del sonido. Por entonces ya tenían un guitarrista extra, antes trabajador en HMV, Nathan Connolly (apodado: Handsome. "Alguien por la calle le llamó así un día y se le quedó.") Había sido presentado a la banda, pero Connolly no lo tenía claro, hasta que por fin, a regañadientes, se decidió a unirse a ellos. "Mi madre creía que me iban a secuestrar unas estrellas del rock" señala.
El álbum resultante es un precipitado ataque de guitarras distorsionadas, baterías efervescentes y vertiginosos himnos pop, todo ello aderezado con la suficiente angustia como para llenar un océano. No faltan los temas sobre el amor perdido y el horror real del conflicto de Irak, que influyen poderosamente en las letras de Lightbody, The Final Strawes es la reencarnación de la cruda emoción.
"Creo que es la primera vez que he escrito algo que no sean mis propios problemas" dice Lightbody. "Era un momento realmente espeluznante y la guerra se ha dejado sentir en el disco. También están los temas de las relaciones, pero esos siempre han estado en los discos de Snow Patrol. Nunca escribo sobre los momentos hermosos que se dan al comienzo de las relaciones, prefiero escribir sobre el caos del final".