De purísima y oro

Antonio Carmona canta a Joaquín Sabina en la canción Y sin embargo, el primer single del álbum De purísima y oro (Los flamencos cantan a Sabina). El título del álbum es una de las canciones del repertorio de Joaquín Sabina y también el título de un disco en el que artistas fundamentales del mundo del flamenco interpretan y hacen suyas composiciones del artista de Úbeda.

"Y sin embargo" a cargo de Antonio Carmona, se envuelve en una rumba-salsa dinámica y bailable. Junto a Carmona, otros artistas que están en el álbum son Cañizares (Como un dolor de muelas), India Martínez (Amor se llama el juego), José el Francés (Quién me ha robado el mes de abril), Arcángel (Calle Melancolía), Joana Jiménez (Una canción para la Magdalena), Martirio (Noche de boda), Niña Pastori (Contigo), Sandra Carrasco (Por el bulevar de los sueños rotos), Carmen Linares (Pongamos que hablo de Madrid), Negri (Como un explorador), Pitingo (19 días y 500 noches) y José Mercé.

Han colaborado productores como Javier Limón (que se hace cargo de los temas que cantan Carmen Linares, José Mercé y Sandra Carrasco), Raúl Rodríguez (que produce la canción de Martirio), Ricardo Rivera y David Santisteban (India Martínez), José Luis Garrido (José El Francés), Diego Franco (Joana Jiménez) y Julio Jiménez "Chaboli" (Niña Pastori), mientras los demás artistas (Antonio Carmona, Pitingo, Arcángel, Negri y Cañizares) se autoproducen.


Así presentan las canciones
El disco se abre con el primer single "Y sin embargo", con Antonio Carmona transportando la canción de Joaquín Sabina a su mundo, envolviéndola en una rumba-salsa dinámica, bailable y original. Un estupendo y diferente acercamiento, con esa dosis de sorpresa que recorre el álbum. Después, la gran Carmen Linares pone los pelos de punta con Pongamos que hablo de Madrid en una versión sutil, elegante y recogida al principio, que se transforma a mitad de canción acercándose a la bulería y ganando en desgarro.

Pitingo con 19 días y 500 noches mantiene ese aroma latinoamericano original de la canción aunque menos fronterizo con un balance rítmico más acentuado pasado por rumba suave y sutil y con unos coros muy logrados. Tras ese trío de ases formado por Antonio Carmona, Carmen Linares y Pitingo, las nuevas generaciones llegan con India Martínez que cuida con mimo Amor se llama el juego, una de las grandes canciones "escondidas" de Sabina, y demuestra que está a la altura de los grandes por su manera de lanzarse al vacío cuando interpreta, aunque sea a ritmo de rumbita ligera.

Y más artistas cumbre. José Mercé llega para dar sentido vertical y jondo a Puntos suspensivos, en el que Javier Limón y Mercé han musicado el poema homónimo de Sabina para conseguir el tema quizá más cercano al flamenco puro del álbum, y Arcángel ha elegido Calle Melancolía para dar la vuelta con refinamiento y hondura a la emblemática canción. Después, Martirio dicta otra clase magistral con Noche de boda, en la versión más íntima del disco llevada a ranchera lenta con percusión flamenca y donde cada nota de la voz y de la guitarra valen su peso en oro. Una maravilla.

José el Francés, otro emblema del flamenco renovado, se atreve con Quién me ha robado el mes de abril y, a ritmo de tango-rumba, hace una recreación antológica del clásico de Sabina para demostrar lo injusto de su alejamiento del primer plano de la música actual. José el Francés es un grande y su voz mantiene esa capacidad de emocionar y de adentrarse por los laberintos del corazón para que nos duela y nos alegre al mismo tiempo. Excepcional, como Enrique Heredia "Negri" que se hace cargo de Como un explorador con una original y ágil versión con aromas brasileños.

También raya a gran altura Sandra Carrasco (artista avalada por Anoushka Shankar y Avishai Cohen), otra novísima que acaba de lanzar su primer álbum pero con mucho escenario detrás, que convierte Por el bulevar de los sueños rotos (firmada por Joaquín Sabina y Álvaro Urquijo) en otra joya. Sandra tiene una voz suave y gentil, luminosa y sensual que te envuelve sin querer y te captura como quien no quiere la cosa. Joana Jiménez es otra que tal, una voz arrebatada, racial, que inyecta dramatismo a Una canción para la Magdalena ofreciendo una demostración de poderío. Al final, Niña Pastori interpreta Contigo en otra interpretación emocionante y emocionada, y da paso a Cañizares, que borda una versión instrumental de Como un dolor de muelas para cerrar el álbum por todo lo alto y de manera diferente, con preciosismo y sentimiento.