Así fue el Qubo Fucking Fest 2012
Arsenal de bandas contra el frío, encabezado por Corizonas y Triángulo de Amor Bizarro
En la mid-season de los festivales y, antes de que el frío alcarreño se tornara aún más gélido, el pasado fin de semana pudimos disfrutar de una edición más del Qubo Fucking Fest. Este evento, incluido dentro del Festival Panorámico Musical, sobrevive a duras penas con escasos recursos pero con un buen puñado de bandas echándole ganas y resistencia.
Este año se cumplió aquel dicho que reza "para gustos, colores" y los asistentes pudimos disfrutar de shows variopintos repartidos por las instalaciones de la Sala Óxido de Guadalajara, que nos presentaba dos espacios para dj's, un escenario principal, otro sorpresa y un pequeño lugar destinado al videoarte. El local estaba bien aprovechado y era una forma original de seducir al público, que rotaba, subía, bajaba y provocaba mareas, sobre todo a raíz de que Triángulo de Amor Bizarro entrara en escena.
Y es que la banda coruñesa era protagonista, junto con la curiosa fusión corizonera, de una noche de sábado que también fue testigo de las propuestas de pequeños grupos. Tal es el caso de los autóctonos TourmaleT, formación de estética shoegaze que presentaba su primer EP, 'Altimetry'. Con una gran presencia de bajo y batería y una clara influencia de Los Planetas, el grupo hizo gala de la clásica distorsión noventera que no debería faltar en ningún festival que se precie. Quizá era una banda demasiado similar a Triángulo, lo cual podía hacer pensar al respetable que toda la noche iba a estar cortada por el mismo patrón, cosa que no sucedió.
Tras ellos, y como no podía ser de otro modo, apareció un quinteto indie de manual llamado Mirémonos. Las reminiscencias de Maga, Vetusta Morla y Lori Meyers eran claras, así como de otros grupos de la escena patria (teclista femenina a lo Hoy Muero Viernes incluida) Pero como las comparaciones son odiosas, y aunque fuera inevitable equiparar el aspecto de su vocalista con el de Arthur Lee, el resultado final era un compendio diferente, aunque algo irregular, de suaves melodías y otros ritmos más frenéticos al estilo de su single 'Jägermeister', que atrajeron más al respetable, probablemente por su leve parecido con los últimos Delorean.
Antes de los platos fuertes y, entre descanso y descanso, un pequeño escenario sorpresa se levantaba sobre nuestras cabezas, suspendido en un palco. Lo regentaba la banda Rollercoaster Kills, un power-trío madrileño al que será muy recomendable seguir la pista. Su apuesta es directa (al grano, como debe ser), potente y deudora del punk más remember, ya que en ocasiones recuerdan a The Jam. Y no es broma, no: fueron de lo mejorcito del festival.
Llegados a este punto, los rumores apuntaban a que podía esperarse cualquier cosa de los gallegos Triángulo de Amor Bizarro. La noche ya iba con retraso, pero aún así todos sus seguidores esperaron pacientemente y fueron poblando el, hasta entonces, no muy concurrido recinto. Fieles a su mezcla no agitada de oscurantismo, sobriedad e ímpetu a pequeñas pinceladas, no contaron nada nuevo y, desde mi punto de vista, han perdido un poco de la frescura que otrora les caracterizaba. Por otro lado, las letras de esta banda merecen la escucha y así se pudo disfrutar de una humeante "El crimen: cómo ocurre y cómo remediarlo" o de la descarada "De la monarquía a la criptocracia". TAB gustan por esas letras y porque hablan de punk en otro idioma distinto al punk, pero todo esto no es nada que no hayan hecho ya Los Planetas, así que yo esperaría a verlos fuera de un festival 'independiente' (sobre todo a Isa, que está muy loca) y regresaría a alguna pequeña sala donde salga a relucir su lado más 'Pixies'. Que de pop alternativo con voces ininteligibles ya estamos muy sobrados en este país.
El brochazo final lo puso una de las bandas que más está dando que hablar entre los círculos de entendidos, melómanos, nostálgicos y gente de buen comer en general. Y no es para menos: Corizonas no son de este mundo y lo demuestran a cada paso que dan, repleto de personalidad. La formación compuesta por la unión de Los Coronas con Arizona Baby es explosiva, imaginativa, dinámica y un caramelo muy bien envuelto y desenvuelto. Su frontman es aquella pieza que faltaba en el engranaje de los chicos de Fernando Pardo, y es que Javier Vielba es un perfecto Nick Cave preparado para montar un sarao allí donde sea. Acompañado de la magia de todos esos grandes músicos, se diría que su voz, actitud y magnetismo te envuelven en cada uno de sus temas: desde 'Run to the river' hasta 'I Wanna Believe', discurso positivista de regalo apoyado por un certero VJ, pero sobre todo a través de cada una de las versiones de grandes clásicos a las que este combo sabe dar la vuelta y exponer como si se trataran de una bella partenaire a la que disponerse a amar.
Así, desfilaron 'Wish you were here' de los Pink Floyd, Black Sabbath y su 'Supernaut', el 'High Voltage' de los Electric Six (espectacular fin de fiesta que me recordó al Jam 256# de We Are Standard) e incluso un delicioso sabor italiano, el de 'Piangi Con Me' de The Rokes. Sus particulares bailes, su esencia tarantiniana y su, y esto es lo más importante, honestidad y fe en la buena música y en el buen hacer, provocan sudor, sonrisas y mezcal corriendo por las venas de todos los que tuvimos el placer de sentirlos. Nada mejor que su fórmula fronteriza para combatir las bajas temperaturas de Noviembre, en lugar de esos licores alemanes que son más del gusto de los cancilleres indies.
Mirémonos
Triángulo de Amor Bizarro
Fernando Pardo de Corizonas
Javi Vacas de Corizonas
Javi Vielba de Corizonas
Fotos: Mario Lizondo
Gracias por mencionar el videoarte del bunker/live act de Proyector Flüjendorf. Seis horas de instalación visualizando analógicamente sonidos.
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