Paul McCartney, Ringo Starr y los herederos de George Harrison y John Lennon tienen previsto demandar a las discográficas EMI y Capitol Records por un presunto fraude millonario, según informa la BBC. Reclaman a ambas discográficas un total de más de 25 millones de dólares.
Las acusan de haber ocultado los beneficios reales obtenidos por las ventas de los discos, alegando que estas eran muy bajas para pagar menos derechos a los componentes del grupo.
Los Beatles aseguran que había grabaciones que eran consideradas como promocionales, sobre las que no hay participación en beneficios, y otras como deterioradas que eran desechadas para distribuirlas y que luego eran vendidas en secreto por las discográficas.
Por estos motivos exigen que se les devuelvan sus antiguas grabaciones de estudio y reclaman los derechos sobre todos los originales de la banda. El fraude fue descubierto al revisar los libros de cuentas de las discográficas entre 1994 y 1999.
El abogado de los Beatles afirma que tienen una buena oportunidad de recuperar las grabaciones originales de los discos de la mítica banda.
Por su parte las compañías discográficas rechazan las acusaciones y afirman que lo único que los músicos quieren es encubrir nuevas exigencias sobre los contratos.
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